Crónica

La visita de KISS a Uruguay vista por un fan

La espera fue diferente para todos. Para algunos fue una cuestión de meses desde que se pusieron a la venta las entradas; para otros, como yo, es una espera de 36 años. Los invito a leer la crónica de un fan que tiene la oportunidad de publicarlo en un medio. No esperes leer a un periodista, porque ya existen otras coberturas que cumplen con esa formalidad y de manera muy profesional. Pero con KISS hay que hacerlo de otra forma, muy pasional, tan pasional como la relación de la banda con su público, y conmigo.

Por Gabriel Brikman

La previa

Llegamos en barra al Gran Parque Central y comenzó la dialéctica de sorpresas: el tamaño del escenario vs la escasa concurrencia que había en ese momento. Mientras entrábamos en el campo de juego, que estaba cubierto por las placas plásticas que se utilizan para proteger el césped, todo era clima de sorpresa. Reencuentros de amigos, una franja etarea que promediaba los cuarenta y una producción que sorprendía por el tamaño y la tecnología.

¡Estamos acá para ver a KISS por primera y quizás única vez en Uruguay!

Con las luces prendidas del estadio asomó Subte, la banda soporte elegida. Sin entrar en criterios estéticos, se mostraron sólidos, convencidos de su propuesta y con mucha humildad y entereza aguantaron ese momento: ser teloneros de la banda más caliente del mundo con un público que se mostraba hostil en las redes sociales. Punto para Subte. Ahora depende de ellos seguir con su carrera.

Finalizado el set del artista soporte, un enjambre de roadies (técnicos) desmontó el backline (equipamiento) y lentamente nos preparábamos para resolver el interrogante. ¿Cómo será el show de KISS en Uruguay?

Con música de Aerosmith, Nirvana, Foo Fighters entre otros se iniciaban los preparativos y lentamente se iba subiendo un telón negro que cubrió todo el escenario con el logo en plateado. 

Pasadas las 21 hs, comienza a sonar el clásico Rock And Roll de Led Zeppelin. "¡Esa es la señal!". Una canción que honra al rock and roll y de la cual Paul Stanley es fan. 

Luego de Zeppelin, debe venir KISS... ¡Y así ocurrió! Se apagaron las luces del estadio, todo quedó a oscuras, cayó el telón y comenzó el show.

El shock

Siempre me paso lo mismo con KISS. Sus shows son shock cromático que contrastan con el blanco y negro de los personajes. El primer impacto es como si de golpe te sacaran unos lentes negros y vieses todos los colores en su plenitud máxima, y encima con una experiencia sónica fabulosa. Así fue como empezó este periplo de dos horas.

"Detroit Rock City", el tema emblema de su álbum "Destroyer" (1975), fue el disparador para un viaje de 40 años de carrera. Sin descanso, sin concesión alguna, la banda neoyorkina hizo gala de todo lo que se le puede pedir a un artista de este porte: clase, talento, actitud e hidalguía para enfrentar al inexorable paso del tiempo.

Uno podía hacerse a la idea de cómo iba ser el set, buscando en las redes los setlist de los shows de la gira, pero, ¿por qué enterarse de como es la película si podes tener la ilusión de verla y disfrutar el tema a tema? Es algo que no entiendo de algunos fans. 

Pero cada uno lo vive a su manera y yo no quería saber lo que venía.

El setlist / La máquina del tiempo

KISS se encargó de ser un museo vivo y sónico en su presentación. Con una puesta en escena impecable, con una entrega que, no me canso de decir, se enfrentó al paso del tiempo, comenzaron un periplo de saltos en el tiempo que permitió recorrer íconos de su discografía apoyados en una excelente edición de imágenes históricas en la que ninguno de los ex integrantes dejaron de estar presentes. "¡Uy! Mira a Vinnie Vincent" se llegó a escuchar entre el público. 

Realmente una actitud MUY grande

Un set que me dejó sorprendido por tocar varias canciones del "Criaturas de la Noche" (1982) y tener chispazos de toda su carrera. ¿La sorpresa? "Psycho Circus" ("Psycho Circus"/1998) y "Calling Dr. Love" ("Rock and Roll Over"/1976). ¿La emoción? "Hide Your Heart" ("Hot in the Shade" 1989). ¿El que no vino? Cada fan tiene su decena de canciones, para mi "C’mon and Love Me" ("Dressed To Kill"/1975).

En conclusión: un set imbatible, disfrutable y muy bailable por momentos. ¡Genial!

La performance

Soberbia, ¿y por qué pienso así? Hay una clave que considero fundamental en la vigencia de KISS. Y esto se llama Eric Singer (56 años/batería). Eric es de los miembros no originales que más tiempo ha estado. Con un curriculum que lo cruza con Alice Cooper y Black Sabbath entre otros, Eric es la estructura donde se apoyan los instrumentos. Y esa estructura esta muy sólida, muy firme. Es un deleite clase A escuchar a un baterista así. 

Por otra parte, cuesta imaginarse a Gene Simmons (65 años/bajista) sin toda su parafernalia visual y egocentrista. Pero, ¿saben algo? Gene es un bajista excepcional como pocos, con un sentido de la base, de la firmeza y del apoyo que pocos tienen en el rock. Y Gene NO FALLA. Digas lo que digas, ¡Gene no falla!

La voz. ¿Le pedirías al Chino Recoba que corra los 90 minutos? Supongo que no, es imposible. Bueno, es imposible pedirle a Paul Stanley (63 años/guitarra y voz) que llegue a los falsetes de "I Was Made For Lovin You" ("Dynasty" 1979). La pregunta es, ¿cómo se podía resolver eso? Con talento, oficio, clase y buen gusto. Cuatro cosas para definir al eterno Paul.

Si a estos tres juicios de valor le agregamos un cuarto integrante (Tommy Thayer/54 años/guitarra solista) que hace lo que tiene que hacer al milímetro y que ocupa el lugar dejado por el entrañable Ace Freheley, tengo que concluir de manera inexorable que la performance fue soberbia.

El sonido

Tremendo, impecable. La batería fue soñada. Las guitarras eran rock en estado puro y el bajo algo exquisito. Nada más que decir.  

Las perlas

Gene Simmons escupiendo fuego, como en los viejos tiempos, en la canción War Machine (Creatures of the Night/1982)

Gene Simmons de nuevo en su show de dragon demonio escupiendo sangre y volando hacia lo más alto del escenario para cantar God of Thunder.

Paul Stanley cruzando todo el campo en un monoriel agarrado a su bota, para hacer Love Gun desde lo alto de la torre de sonido.

Paul Stanley volando

Tommy Thayer disparando cañonazos desde su Les Paul en el acto de su solo de guitarra

El final

Ya pasó el show, fue casi tan efímero como los fuegos artificiales del final. Podían haber tocado cinco horas y te iba a decir lo mismo: "fue tan efímero". 

No creo que KISS vaya a volver. Había poca gente. Pero para quienes fuimos, tuvimos un show mágico, único, irrepetible y que va a quedar en la memoria y el corazón de todos los presentes.

Con toda esta alegría vivida, no me voy a poner a criticar las entradas de 490 o los teloneros, o las vip con descuento.

El rock es para vivirlo y atesorarlo, y el sábado pude vivir y compartir con mis hijos una experiencia total, algo maravilloso llamado ROCK. 

Que viva por siempre. Eterna vida a KISS.

Ficha técnica

Lineup

Paul Stanley - guitarra rítmica y voz
Gene Simmons - Bajo y voz
Eric Singer - batería , voz y coros
Tommy Thayer - guitarra solista y coros

Lugar: Gran Parque Central / Estadio del Club Nacional de Fútbol
Clima: Noche completamente despejada sin viento. Ideal
Fecha: sábado 18 de abril del 2015
Concurrencia: información no disponible / estimado entre 6.000 y 8.000

Banda soporte: Subte

Set list

"Detroit Rock City"
"Creatures of the Night"
"Psycho Circus"
"I Love It Loud" 
"War Machine"
"Do You Love Me"
"Deuce"
"Hell or Hallelujah" 
"Calling Dr. Love"
"Lick It Up"
"Bass Solo"
"God of Thunder"
"Hide Your Heart"
"Love Gun"
"Black Diamond"
Bises:
"Shout It Out Loud" 
"I Was Made for Lovin' You" 
"Rock and Roll All Nite"