El oscarizado Jamie Foxx se ha encargado personalmente de desmentir el rumor que llevaba días circulando sobre la posibilidad de que fuera él uno de los elegidos para poner la nota musical a la ceremonia de investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, un evento que tendrá lugar a principios del próximo mes de enero en la escalinata del Capitolio (Washington) y al que el famoso actor no tiene interés alguno en asistir.

"Creo que voy a pasar totalmente de eso. Voy a dejarles que hagan lo que tengan que hacer sin inmiscuirme, ¿sabes? Me parece una auténtica locura el mero hecho de que se haya planteado semejante idea", explicó el también cantante al portal de noticias TMZ.

Al margen de que su voto en los pasados comicios del 8 de noviembre fuera a parar a la exsecretaria de estado Hillary Clinton -derrotada por sorpresa tras varios meses liderando la inmensa mayoría de las encuestas-, lo cierto es que el famoso intérprete también ha aprovechado la ocasión para exhibir el descontento que siente a día de hoy con la clase política de su país y, sobre todo, con la profunda división que la campaña electoral ha provocado en el seno de la sociedad estadounidense.

"La política en general se ha vuelto una locura de grandes proporciones, ya que ha conseguido que miles de personas acaben profundamente alteradas y manifestándose en la calle. Me parece surrealista que [los políticos] se hayan lanzado a atacar sin piedad a sus rivales y, una vez que se ha acabado todo, se sienten todos juntos a tomar té y esa mier**", aseguró al mismo medio, antes de concluir su alegato lanzando un mensaje de optimismo sobre la habilidad que han demostrado históricamente sus compatriotas a la hora de superar toda clase de adversidades.

"America es el mejor país del mundo y estoy seguro que entre todos podremos resolver toda esta mier**", sentenció.