La cantante Mariah Carey decidió iniciar una investigación para aclarar cuál fue el origen de los problemas técnicos que convirtieron su actuación en la tradicional gala de Año Nuevo en Times Square (Nueva York) en un verdadero desastre, marcado por los problemas para coordinar las letras de sus temas y la música y la dificultad para escuchar su propia voz por encima del griterío del público, que finalmente le llevaron a abandonar el escenario tras quedar en evidencia que había realizado playback en varias de las canciones.

"Está furiosa y se pasó los dos últimos días muy enfadada. No es capaz de pasar página, y está convencida de que alguien intentó sabotearla. Va a investigar ella misma qué sucedió realmente", aseguró ahora una fuente al periódico The Sun.

La propia mánager de la diva, Stella Bulochnikov, acusó a los organizadores del evento, Dick Clark Productions, de sabotear el número musical de la intérprete, que formó parte del especial festivo emitido por la ABC.

"Sabían perfectamente que sus audífonos no funcionaban y no hicieron nada porque su recital saliera como era debido. Y Mariah no dejaba de repetir que tenía problemas técnicos desde el escenario, pero la ignoraron. Acabó saliendo perjudicada solo por querer cumplir el compromiso que había tomado con ustedes. Debería haberle impedido que siguiera adelante, esto fue sabotaje", dice una carta enviada supuestamente por la representante de la estrella de la música a la compañía.

Además, Stella también insinuó que los responsables de organizar el mediático espectáculo televisivo decidieron emitir posteriormente la actuación de Mariah, grabada en directo antes de las campanadas de medianoche en Nueva York, en la costa oeste solo para ganar audiencia.

"No se preocupan por los artistas, sin importar que uno de ellos haya acortado sus vacaciones por tener un gesto hacia ellos", insiste en un comunicado, en el que asegura que a la cantante le prometieron que todos los fallos que había experimentado durante el ensayo estarían solucionados antes de salir al aire.

Sin embargo, Dick Clark Productions (DCP) negó todas esas acusaciones, escudándose en su reputación como organizador de eventos tan prestigiosos en el mundo de la música como los American Music Awards, los Billboard Music Awards o los premios de la Academia de Música Country para defender su honorabilidad.

"En algunas raras ocasiones, se pueden producir errores técnicos en las actuaciones televisadas en directo, por supuesto. Sin embargo, una investigación preliminar reveló que DCP no tuvo nada que ver con los problemas relacionados con el número musical de la señorita Carey", aclaró la empresa en su propio comunicado.