La inesperada muerte del cantante George Michael la pasada Navidad parece seguir muy presente en las mentes y corazones de sus fans más incondicionales, o al menos en las de todos aquellos que no han parado de dejar flores, cartas y otras muestras de cariño hacia el artista a las puertas del establecimiento de fotografía de Hamspstead (norte de Londres) contra el que chocó hace ya casi siete años.

Al igual que las dos casas en las que dividía su tiempo el cantante, una situada en el barrio londinense de Highgate y otra en la comarca de Oxfordshire, la mencionada tienda se convirtió en un lugar de peregrinaje para los admiradores más fieles del astro de la música. Sus encargados están convencidos de que resultará perjudicial para su local verse irremediablemente ligado a uno de los episodios más polémicos en vida del artista.

La familia de George Michael niega "circunstancias sospechosas" en su muerte https://t.co/i39ZuBbMVX pic.twitter.com/Mbc54ung35

— El Espectador (@espectador810) 27 de diciembre de 2016

"Los dueños de la tienda creen que va a ser malo para el negocio que se haya convertido en una especie de santuario. El caso es que la tienda es ahora una atracción turística que congrega a numerosas personas, pero aquellos que la manejan no quieren tener ningún tipo de vínculo con el arresto de George Michael", reveló al diario The Sun un residente del exclusivo barrio.

"Nunca volveré a bailar de la forma en que tú me ayudabas a hacerlo", dice una de las cartas que pueden encontrarse todavía en la calle, que ignora por completo el hecho de que, a causa de tan desagradable episodio, George Michael fue sentenciado a ocho meses de prisión, una cuantiosa multa y a no volver a ponerse al volante de un coche en cinco años tras ser declarado culpable de conducir bajo los efectos de sustancias estupefacientes. Bang Showbiz