Entrevistas

Andrés Navarro: "SONDA es una empresa informal, que valora más el entusiasmo que las reglas"

Andrés Navarro: "SONDA es una empresa informal, que valora más el entusiasmo que las reglas"

El ingeniero Andrés Navarro es uno de los hombres de negocios más influyentes de Chile. Presidente de SONDA, la empresa de tecnologías de la información más grande de América Latina, es también integrante del directorio de otras firmas líderes en el país trasandino. Asimismo, es un actor político de considerable peso, habiendo sido el jefe de campaña de su amigo Sebastián Piñera en las elecciones de 2005 y el impulsor de una alianza de empresarios contrarios al régimen de Augusto Pinochet en los años ochenta. Entrevistado por En Perspectiva, repasó su trayectoria en el mundo empresarial y en la arena política, las características de SONDA y su visión de la vida en general. "No pretendo que mis hijos sean herederos de todo lo que con mi mujer hemos juntado en los años, así que al menos con la mitad de lo que tenemos vamos a hacer una fundación en Chile", expresó.


(emitido a las 8.43 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En 1974, cuando tenía 25 años, fundó la empresa SONDA, que hoy muchos consideran la compañía de tecnologías de la información más importante de América Latina.

Se llama Andrés Navarro y es uno de los empresarios más influyentes de Chile, donde es director de varias firmas de primer nivel, como LAN, el canal de televisión Chilevisión y la constructora Aconcagua. Además, ha estado vinculado desde siempre a la política, durante 20 años apoyó a la Concertación y desde 2005 ha estado alineado con su amigo y socio, el hoy presidente Sebastián Piñera.

Este ingeniero de formación jesuita, que también se ha dedicado a la educación y a las obras sociales, está de visita esta semana en Montevideo, adonde llegó para participar en una reunión del Consejo Empresarial de América Latina y en las XIX Jornadas Informáticas del Uruguay.

Con él vamos a dialogar sobre su trayectoria en los negocios, su relación con la política y su visión del mundo de hoy.

***

EC - Al repasar sus antecedentes veíamos que cuando usted tenía 25 años renunció como docente de Ingeniería de la Universidad Católica de Chile; acababa de graduarse, era ingeniero desde hacía poco tiempo, viajó a Alemania para ver a su selección de fútbol en el Mundial de 1974 y en ese entorno nació una empresa informática que después lo haría millonario: SONDA (Sociedad Nacional de Datos).

¿Qué lo llevó a renunciar a un cargo académico seguro para meterse en un negocio propio en un sector que por entonces apenas se insinuaba?

ANDRÉS NAVARRO:
Hubo dos cosas. Yo estaba contratado por la Universidad Católica en el año 1973, y, como ustedes deben recordar, en setiembre de ese año hubo un golpe militar en Chile, el rector de la universidad fue removido de su cargo, pusieron, increíblemente, de rector a un almirante de la Marina chilena, y la universidad cambió radicalmente. Había sido una universidad donde el pluralismo era la tónica central de la convivencia universitaria, y no me sentí cómodo con el cambio. Fui responsable, terminé el semestre siguiente, los cursos que tenía comprometidos, y terminado, el curso el 30 de junio, renuncié a la universidad. Y sin nada que hacer, dije "voy al Mundial de Alemania"; Chile tenía un tremendo equipo, jugaba Elías Figueroa –que jugó en Uruguay en Peñarol–, jugaba Quintano, jugaba Reinoso, que después fue bastante famoso en México. Así que pensábamos tener un buen equipo, de hecho perdimos apenas por 1 a 0 con Alemania, el local, por un gol que si Breitner dispara 20 veces no lo mete, y que entró al ángulo. Entre partido y partido me dediqué a escribir el proyecto que finalmente resultó ser la empresa.

EC - ¿Qué era SONDA en aquel momento, en su génesis?

AN - Yo había hecho mi tesis para recibirme de ingeniero sobre un tema en que tuve que usar mucho computadora, aprendí la programación de computadora y el uso, y descubrí que en Chile los servicios, la disponibilidad de asesores y programadores era muy escasa. Así que decidí que era una buena idea iniciar una compañía en ese sector, sumado a que yo había vivido en Virginia, Estados Unidos, un tiempo largo, en los años 1965, 1966, y llegué a la conclusión de que era tan abismal la diferencia entre la sociedad chilena de la época y la sociedad americana que empecé a preguntarme dónde estaban esas diferencias. Y una de las conclusiones a las que llegué fue que el americano usaba la tecnología en la empresa, en la educación, en la sociedad en general con una intensidad de un orden de magnitud mayor que nosotros. Yo llegué a vivir en una casa que era muy distinta de la mía; yo en la mañana tenía que levantarme y hacer mi cama, en lo que me demoraba cinco, seis, siete minutos, porque había que poner frazadas, sábanas, y allá todo era simple, mi cama era un plumón, se hacía en un minuto. Mi madre al preparar el desayuno ponía un tostador de pan y la leche a calentar, y siempre o se quemaba el pan o se subía la leche; allá era muy simple, el pan se metía en una maquinita y saltaba solo cuando estaba pronto, y la leche se tomaba fría, nadie la calentaba. Todo simple, pequeñas tecnologías que facilitaban la vida. Dije: este país tiene otro nivel de productividad y de eficiencia, gracias a que arriesgan en usar métodos y tecnologías que nosotros no usamos.

EC - Por esos principios se larga con la experiencia de SONDA, que con el correr de los años ha ido creciendo. Yo decía que es la mayor compañía latinoamericana de servicios de tecnologías de la información; ¿usted también tiene esa apreciación?

AN - Hay dos maneras de medirlo; una es por ventas, y por ventas SONDA este año va a vender aproximadamente 1.000 millones de dólares, y la que la sigue es una compañía brasileña que debe de ser 60% de ese tamaño. Y tenemos 10.000 empleados.

EC - ¿Qué tipo de servicios brindan?

AN - Nos gusta pensar que vendemos soluciones a problemas empresariales, institucionales o de gobierno, soluciones que para realizarlas deben usarse intensivamente las tecnologías digitales. Eso significa juntar elementos, juntar programas de computación, software, juntar servicios y equipos y hacer un todo que funcione y que resuelva problemas.

EC - ¿Con qué capital inicial nació SONDA?

AN - El capital no fue menor. Yo hice un proyecto, lo envié a empresarios chilenos y levanté aproximadamente 700.000 dólares de deuda.

EC - ¿Cuánto vale hoy SONDA?

AN - En bolsa está cotizada en 1.350 millones de dólares.

EC - Hoy opera en nueve países: Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú...

AN - Tenemos clientes en toda América, pero tenemos los centros de delivery, de entrega de servicios, en unas 25 ciudades, que están repartidas en estos nueve países.

EC - ¿Cuál es su impresión a partir de esa experiencia? ¿Cómo ve a esta región? ¿Qué perspectivas económicas se presentan en esta parte del mundo?

AN - En primer lugar, mi visión inicial estaba muy influida por lo que yo había estudiado en historia, la teoría bolivariana de que América Latina era un continente hermano donde todos hablábamos el mismo idioma, etcétera. Y luego descubrí –la frase no es mía, no recuerdo de quién es– que América Latina era un conjunto de países separados por un idioma común. Éramos demasiado diferentes, teníamos demasiados conflictos, conflictos ridículos muchas veces, por pequeños límites, fronteras, y que la realidad de cada país no era igual. Así que tuvimos que construir una organización específica en cada uno de estos países, muy intensiva en ingenieros y gentes locales que entendieran la forma de operar de ese país, que entendieran las reglas, las explícitas y las no explícitas, de modo que facilitara nuestra tarea.

EC - ¿O sea que SONDA no es una, SONDA es varias, casi tantas como los países donde está instalada?

AN - Eso en cuanto a adaptarnos a las condiciones locales, pero somos una en cuanto al conjunto de valores que inspiran nuestro quehacer.

EC - Vamos a una visión más global a propósito de cómo está esta zona del mundo hoy...

AN - Le estoy hablando de hace 20 años, hoy ha cambiado poco.

EC - La pregunta era a propósito de hoy, incluso en este escenario nuevo en el que ha quedado bastante bien parada pese a la crisis financiera internacional que empezó en el año 2008. ¿Cuál es su análisis?

AN - Pienso que ha habido mucho progreso. Más gracias al comercio y a la inversión que han ocurrido en distintos países y empresas multinacionales latinoamericanas. También ha habido algún avance político de integración, a pesar de ciertos retrocesos; ahora en Venezuela el principal bolivariano se ha transformado en un hombre relativamente conflictivo para algunos otros países. Pero en la América Latina de hoy, comparada con la de hace 20 años, somos más cercanos, estamos mejor comunicados y nos parecemos más.

Políticamente no olvidemos que cuando nosotros comenzamos, en los años setenta y ochenta, había visiones políticas contrapuestas, ganaba la elección un bando y el país se movía en una dirección absolutamente opuesta que si hubiera ganado el otro. Hoy ocurre que en Chile ganó el presidente Lagos, presidente socialista, después Michelle Bachelet, que era socialista, ahora ha ganado un candidato más bien de centroderecha, y las políticas no cambian, el país sigue yendo en la misma dirección. Me da mucha alegría constatar que en toda América Latina se ha ido produciendo un cierto consenso primero en la sociedad, y que luego se refleja en los partidos políticos, de que nuestra estrategia de desarrollo es la misma, sea quien sea quien gobierne.

***

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Está claro que el sector en el que se mueve SONDA es muy competitivo a nivel mundial. De hecho, armó una empresa en el año 1974 que se desarrolló pese a que hay grandes jugadores que de repente no miraban tanto a la región en su momento, pero América Latina, América del Sur, se hace cada vez más atractiva, hoy aparece como una fuente de interés para grandes inversores.

¿Cómo se da eso de esas diferencias culturales que se han ido minimizando, que usted y su empresa lo han aprovechado con el conocimiento por ser latinoamericano? ¿Cómo se da con los que vienen de fuera a instalarse y ser fuerte competencia en este negocio?

AN - En primer lugar, hay dos tipos de competidores, a los que les tenemos mucho respeto. Hay un primer competidor que vimos siempre, que son las empresas norteamericanas representadas por IBM, que ya era un jugador relevante en la región, que comenzó muy tempranamente a interesarse en América Latina. IBM fue una compañía fundada por cuáqueros. Watson, fundador de IBM, era un cuáquero, como consecuencia muy disciplinado, y generó una compañía reglada, reglamentada, en la que estaba estipulado cómo se hace todo, tú llegabas a esa compañía y había un manual que te decía cómo te debías comportar frente a un cliente, frente a un llamado telefónico, cómo escribir una carta, cómo vestirte.

JAE - Para cualquier país.

AN - Y funcionaba maravillosamente bien. Nosotros, conociendo a IBM, habiendo leído libros de Watson, decidimos hacer una empresa todo lo contrario, una empresa informal, con pocas reglas, donde se valoraran más el espíritu, el entusiasmo y los hábitos que las reglas. SONDA sigue siendo una compañía sin reglamento interno y sin horario, no existe un horario exacto de entrada. Lo que incentivamos es que tú trabajas a la misma hora que trabaja tu cliente.

Y el segundo tipo de competidor son empresas que vienen de la India y venden el concepto de offshoring, que dice "en la India tenemos una productividad enorme, entonces mientras tú duermes nosotros hacemos el trabajo y te lo entregamos al día siguiente para que puedas usarlo". Nosotros vendemos lo contrario, vendemos nearshore: "Somos una empresa que está cerca de ti, hablamos tu mismo idioma, vivimos en tu misma región, y cuanto tú duermes nosotros también dormimos, y cuando tú estás despierto trabajamos contigo".

Así fuimos creciendo y pasamos de ser una empresa pequeña que estaba en Chile, Argentina, unos pocos países, a ser la más grande de las empresas latinoamericanas, y la más pequeña de las tres multinacionales. Hay dos multinacionales grandes, somos la pequeña de las grandes y la más grande de las pequeñas, y seguimos con el mismo concepto de nearshore, de estar cercanos en idioma, costumbres, idiosincrasia, y que dormimos juntos.

EC - ¿Qué perspectivas ve para Uruguay en esa industria que usted conoce tan bien, la de las tecnologías de la información?

AN - Uruguay tiene tres singularidades. Una que es un país pequeño, bastante homogéneo, con un nivel de educación relativamente bueno, una clase media fuerte. Uruguay tiene un sistema educacional que ha estado bastante por sobre el promedio de América Latina, y eso hizo que la industria de software uruguaya, si bien no sea demasiado grande, en términos de producto per cápita es una de las mayores de la región. Uruguay exporta 250 millones de dólares por año en software, para un país de poco más de tres millones de habitantes no está mal. Y la tercera característica en nuestro sector de Uruguay, de donde lo estamos mirando, es este proyecto Ceibal que hizo el gobierno de Tabaré Vázquez, que ha sido muy observado por nosotros y por otros, que es llevar desde temprano el computador al niño, y que desde el punto de vista nuestro el resultado ha sido magnífico, pero no por eso.

EC - ¿En qué sentido?

AN - Que ha tenido una externalidad que nadie pensó antes: a una familia humilde que tiene tres niños, llegan tres computadoras a la casa, y el niño culturiza a los padres, y los padres comienzan a ver que el computador les sirve para aprender, para preguntar, para usar el diccionario, para aprender palabras nuevas, para mejorar su lenguaje y mejorar su comprensión. El proyecto Ceibal ha introducido la tecnología en la familia. Además tenemos la expectativa de que ayude a que la educación, en la enseñanza básica sobre todo, mejore.

EC - Sin embargo tenemos un problema de formación en esta materia.

JAE - El problema de formación viene por la desconexión que aparece hoy entre maestros, profesores y alumnos; muchas veces los alumnos tienen muchas más herramientas que los docentes, y se produce un cortocircuito que ha sido advertido por algunos técnicos.

AN - Yo lo pongo dentro de la misma externalidad. Los maestros en el mundo –esto ya no es uruguayo– por siglos han tenido la misma tecnología, que es la pizarra y la tiza, no tenían más tecnología que eso. Y hoy, gracias a este imperativo de estar al día con el proyecto que se ha hecho en Uruguay, al sentarse frente a sus alumnos de modo tal que no aparezcan como unos ignorantes, se han visto obligados a aprender un poco más. Así que los padres aprenden, aprenden los maestros, y los niños mucho antes que ellos. Hay una palabra uruguaya para "niño".

EC - "Gurises."

AN - Es una palabra que solamente existe en Uruguay.

EC - Probablemente.

AN - ¿De dónde proviene?

EC - Buena pregunta.

JAE - Yo paso.

EC - No es la única que se utiliza, pero está muy extendida.

AN - "Botija".

EC - Botija; gurises, botijas, niños, chicos, son todas las variantes.

Supongo que usted sabe, por la propia experiencia de su empresa acá, que este sector de las tecnologías de la información se está encontrando con dificultades para encontrar personal, para contratar personal, no tenemos suficientes recursos humanos especializados, es un sector que anda con desempleo cero. ¿Qué puede hacer Uruguay para revertir ese déficit?

AN - Es una excelente noticia para Uruguay.

EC - Es una excelente noticia, pero al mismo tiempo es un problema.

AN - No olvidemos que en la década de los ochenta los uruguayos jóvenes emigraron, usted no se imagina la cantidad de uruguayos que uno encuentra fuera de Uruguay. De hecho, yo tengo una hija en Chile casada con un uruguayo, y tengo una nieta medio uruguaya, y mi yerno es uruguayo. Él emigró a los 20, 21 años, junto con muchos compañeros y amigos. Creo que muchos uruguayos ahora se dan cuenta de que es posible volver a Uruguay y conseguir empleos de calidad. Además, invitan a otros latinoamericanos y gente de otras partes del mundo a vivir en esta ciudad que, hoy lo pude comprobar –salí del hotel a las ocho y quince, que se supone que es la hora del tráfico más alto, vine por la rambla y había un tráfico magnífico–, tiene una calidad de vida muy superior a la de las grandes ciudades a las que me ha tocado ir. Así que la buena noticia es que esta escasez de profesionales de las tecnologías de la información debiera atraer hacia Uruguay a uruguayos que se han ido, a hijos de uruguayos que se han ido y a otros.

EC - Por ahí viene una parte de la solución. Y ¿cómo se hace para incentivar a los que hoy están en secundaria para que se vuelquen a estas carreras?

AN - El principal desafío más que para el estudiante es para la universidad y quienes se dirigen las universidades, que tienen que esmerarse por tener carreras atractivas, importar tal vez profesores por algún tiempo que vengan a mejorar el nivel, y por ahí Uruguay llega a tener los mejores profesionales del continente.

***

EC - El ingeniero Andrés Navarro es fundador y presidente de SONDA, la empresa de tecnologías de la información más grande de América Latina, pero además es presidente de clínica Las Condes y miembro del directorio de Chilevisión, Lan Líneas Aéreas, constructora Aconcagua y otras firmas de primera línea. En otro plano, integra el directorio de la Universidad Andrés Bello, es propietario de un colegio, fue presidente de la Fundación Teletón y participa en la Fundación País Digital. Tiene 61 años y viene de una familia de tradición católica y numerosa, tiene nueve hermanos.

AN - Somos 10 en total.

EC - Vayamos a su vinculación con la política. Desde que nació la Concertación en Chile, a fines de la dictadura, cuando era Concertación por el No para el plebiscito del año 1988, usted estuvo muy vinculado a esa alianza política a través de varios amigos suyos pertenecientes a la Democracia Cristiana. Incluso el presidente Eduardo Frei le ofreció ser ministro de Agricultura, cargo que usted no aceptó. Sin embargo después, en la penúltima elección presidencial, en el año 2005, cuando ganó Michelle Bachelet, usted cambió, pasó a apoyar a su amigo Sebastián Piñera, que en 2009 fue elegido presidente de Chile.

¿Por qué hizo ese giro? ¿Qué ocurrió?

AN - Déjeme explicarle. En los años ochenta yo tuve que traicionar mis propias creencias, siempre pensé que los empresarios debíamos mantenernos al margen de la política. Sin embargo era tan fuerte el peso del régimen militar, y por otro lado era tan unánime, aparentemente para el público, la idea de que los empresarios estaban a favor del régimen militar, que yo, que nunca estuve a favor de ese régimen, decidí poner mi cara y salir públicamente a decir: "Señores, no es verdad que todos los empresarios apoyen el régimen militar".

EC - Es más, usted impulsó la conformación de una agremiación, la Alianza de Empresarios por el No.

AN - Lo hice traicionando esta creencia de separar la política de los negocios, porque me pareció que Chile se estaba jugando algo fundamental, que era la continuidad de este régimen militar que había sido extremadamente cruel. No sé por qué muchos amigos míos que apoyaron el régimen militar no sabían –y creo sinceramente que no sabían– cosas que yo sí sabía. Yo sabía de la tortura, de los desaparecidos, de los crímenes del régimen, y muchos de mis amigos con quienes me juntaba a discutir me decían "esa información que nos trasmites no está comprobada, ¿por qué tienes tanta certeza?", "tengo certeza absoluta". Y se produjo este divorcio que pensé: alguien tiene que dar testimonio de que los empresarios no están todos a favor de este régimen. Y eso me dio cierta notoriedad política, que no era lo que yo buscaba. Pero no me arrepiento, porque finalmente ganó el no, y creo que fue algo muy importante para el país, fue importante que paulatinamente Pinochet fuera perdiendo poder, lo que no fue inmediato. El señor Aylwin, primer presidente de Chile, tuvo que gobernar con este señor de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, lo que no fue tarea fácil. Así que yo me saco el sombrero frente a Patricio Aylwin, que logró hacer una transición a pesar de estas restricciones.

EC - Usted estaba explicando de esa manera su comienzo, su primera vinculación con la política, pero yo le preguntaba por el final.

AN - Cuando se hizo esta agrupación de empresarios por el no finalmente Sebastián Piñera entró, estuvo por el no y el día antes del plebiscito almorzamos juntos, tomamos un vino juntos para celebrar de antemano lo que pensábamos los dos que sería el triunfo del no, y esa noche fuimos a celebrar juntos. Así que Sebastián Piñera para mí nunca representó el prototipo de empresario de derecha; al contrario, fuimos compañeros de lucha en esa jornada.

EC - ¿Usted tiene ahora una visión crítica de los gobiernos de la Concertación?, ¿fue por eso que no apoyó a Michelle Bachelet en el año 2005?

AN - No, para nada. Hay lealtades y lealtades. Sebastián Piñera y yo fuimos compañeros en la universidad, hemos sido socios en muchas tareas, no solamente en empresas, hemos hecho cosas juntas, aprendimos a ser pilotos juntos, nuestras señoras son amigas, nuestros hijos son amigos, en los veraneos salíamos las familias juntas. Y cuando un amigo tan antiguo decidió ser candidato y me pidió que colaborara en su campaña, me sumé.

EC - Vayamos por partes. ¿Qué destaca de la gestión que llevaron adelante los gobiernos de la Concertación?

AN - Son etapas diferentes. El principal y más importante fue Patricio Aylwin, que logró hacer la transición y volver los militares al rol que genuinamente deben tener y sacarlos de muchas actividades del país donde estaban metidos. Incluso logró hacer retroceder al general Pinochet, al poderosísimo general Pinochet, que a finales del gobierno de Aylwin ya no era el mismo. Luego vino el gobierno de Lagos, que tuvo la virtud de que demostró al país que era posible algo que todo el mundo pensaba que era imposible: que volviera a haber en Chile un gobierno socialista, y que no fuera lo traumático que fue el anterior, que había sido el de Allende. Lagos hizo un gobierno normal, sin grandes protestas, sin grandes trastornos, e incluso, aunque a él no le gusta reconocerlo, hubo una continuidad total en la política económica, continuó con una economía de mercado, continuó con las privatizaciones de las empresas ineficientes del Estado, y pienso que hizo un gran gobierno. En el medio estuvo Frei, mi amigo Eduardo Frei, que hizo un gobierno silencioso, fue un presidente poco presente, no estaba en la televisión todos los días, aparecía muy poco, sin embargo fue muy eficaz. Eduardo Frei metió preso al general Contreras, que fue el jefe de la inteligencia militar durante todo el gobierno de Pinochet, un hombre temido incluso por los militares. Frei tuvo el coraje de meterlo en la cárcel.

JAE - ¿Y después Michelle Bachelet?

AN - Chile siempre fue un matriarcado, nuestras madres mandaban, pero al mismo tiempo eran muy machistas. Nosotros somos una familia de 10 hermanos, y a los hijos hombres se nos encargaban tareas muy diferentes que a mis hermanas. Mis hermanas estaban en la cocina, ayudaban en la casa, y nosotros nos preocupábamos de las cosas importantes, de la guerra de Vietnam, etcétera. El matriarcado chileno siempre formó hombres muy machistas, y hacía falta que nos demostráramos a nosotros mismos que éramos capaces de elegir y mantener con éxito un gobierno dirigido por una mujer.

JAE - ¿Fue un éxito el gobierno de Bachelet?

AN - Imagínate, terminó con una aprobación cercana al 80%.

EC - Y eso lo dice usted que no la votó.

AN - Que no la voté.

EC - Porque ya en aquella ocasión apoyó a Piñera.

AN - De hecho fui su jefe de campaña.

EC - Nada menos.

AN - Sí.

EC - ¿Qué deja el balance de los gobiernos de la Concertación por el lado del déficit? Usted habló de lo que significó cada uno de esos períodos, pero ¿qué faltó?

AN - En Chile, a pesar de los 20 años que estuvo en el gobierno, la Concertación no terminó ganando la batalla contra la pobreza, seguimos teniendo alrededor de un 20% de chilenos que viven debajo de la línea mínima de dignidad en cuanto a bienestar material, en cuanto a calidad de la salud que reciben, en cuanto a calidad de la educación que reciben esos niños. Así que el déficit de la Concertación fue no cumplir con la promesa de terminar con el flagelo de la pobreza.

EC - ¿Y Sebastián Piñera es la persona indicada par saldar ese déficit?

AN - Creo que no lo va a saldar 100%, pero va a hacer un avance importante.

EC - ¿Por qué Piñera sí y los gobiernos de la Concertación no?

AN - Los gobiernos de la Concertación bajaron los niveles de pobreza a la mitad, pero 20 años de gobierno fueron insuficientes, y yo, a pesar de que no goberné, fui parte de quienes apoyaron esas iniciativas. Faltó profundidad, y al final, cuando tú llevas 20 años gobernando, creo que faltó vocación, mucha gente se acomodó en sus puestos. Entonces yo apoyé a Piñera no solamente porque es mi amigo, también pensé que hacía falta alternancia, porque por buenas que sean las intenciones del presidente, cuando el equipo de gobierno lleva demasiados años en los cargos las tentaciones, la flojera, muchas cosas empiezan a campear, y los gobiernos de la Concertación terminaron siendo bastante ineficientes.

EC - ¿Cómo analiza los primeros meses del gobierno Piñera?

AN - Es bien atípico, a nadie le toca comenzar un gobierno con un terremoto grado 8,6. Cuando uno ha pasado de un terremoto grado 2 a un terremoto grado 8 no es un 50% más fuerte, es ocho veces más fuerte, porque es al cubo, es exponencial. Yo desde niño he sentido terremotos, y el terremoto del 27 de febrero lo pasé en la costa, donde fue fuerte, y nunca en mi vida vi un terremoto de esa magnitud. Hubo pocos muertos, menos de 500 muertos; igual es mucha gente, pero [es poco] comparado con los 50.000 que murieron en otros terremotos en años anteriores. Así que Piñera tuvo que enfrentar un proceso de reconstrucción, que no estaba en el programa y que no era parte del diseño, gastó los primeros cuatro o cinco meses en eso. Increíblemente se reconstruyó muy rápido, creo que el país normalizó su producción, todas las industrias que tuvieron que parar ya están en pie. Ahora comienza el segundo tiempo, y creo que lo está haciendo muy bien.

EC - ¿Cuál es su principal expectativa con Piñera?

AN - Que Chile crezca y genere recursos para vencer la batalla contra la pobreza.

EC - Ese sigue siendo para usted el punto central.

AN - Central.

***

EC - Y hablando de combatir la pobreza, ¿usted estaría dispuesto a donar la mitad de su fortuna?

***

EC - Hemos hablado de su experiencia en las empresas que encabeza, en particular SONDA, de política, de educación, de nuevas tendencias.

JAE - Pablo, del Cerrito, hace una pregunta que resumen una interrogante que surge en varios lugares: "¿Cómo le da el tiempo para todo?".

¿Cuántas hora trabaja por día?

AN - Yo soy bastante trabajólico. Tengo la ventaja sobre algunos de que duermo poco y amanezco bien. Así que comienzo los días muy temprano y trabajo unas 12 horas. Llego a mi casa siempre a cenar con mis hijos, he llevado a mis hijos al colegio temprano, siempre tomé el desayuno con ellos a las siete de la mañana. Mi convivencia familiar en cuanto a los hijos se refiere siempre ha sido desayuno y cena.

JAE - Combina con deporte también, porque le gusta jugar fútbol.

AN - Jugué fútbol hasta los 40, y después me pasé al tenis. En tenis llegué en Chile a primera categoría, que no es tan malo. Hay honor más arriba, pero llegué a un buen nivel.

JAE - Hablando de familia, hay un dato interesante, la tercera generación de la familia Navarro con hijos y sobrinos incluye unas 60 personas, entre las cuales hay muchos profesionales, pero solo uno trabaja en SONDA; es gerente de informática en Chile, y trabajó cuatro años en México. No es una empresa familiar.

AN - No.

JAE - ¿Por qué teniendo tanta gente de confianza, tanto familiar formado profesionalmente, solo uno trabaja con usted en la empresa?

AN - La empresa comenzó en el año 1974, cuando estos niños no existían.

JAE - Porque es una tentación, uno ve otros casos en que aparecen familiares metidos en un cargo y en otro.

AN - Imagínate las veces que me han hecho esa pregunta mis hermanas, si es que sus hijos tienen algún derecho especial.

JAE - Y les ha dicho que no.

AN - No. Esta no es una empresa familiar, es una empresa de profesionales, la meritocracia es la esencia del método a través del cual se entra y se asciende en la compañía. Este sobrino que trabaja en la compañía es un tremendo ingeniero y no lo contraté yo.

JAE - Felipe Matta.

AN - Sí; entró por otro lado bastante lejano a lo mío, y está ahí muy contento.

EC - Mire qué pendientes están los oyentes. En este momento llega un mensaje: "¿Qué pasó con la pregunta que dejaron planteada antes de la tanda?".

Ingeniero Navarro, usted conoce esta iniciativa que han largado Bill Gates y Warren Buffett en Estados Unidos, que les han propuesto a otros multimillonarios de su país que donen la mitad de sus fortunas para dedicar ese dinero a la filantropía. Les ha ido bastante bien, ya tienen como 40 aceptaciones, y piensan seguir avanzando. Estamos hablando de una iniciativa en Estados Unidos. Si usted la mira desde Chile, con su experiencia y con su fortuna, ¿qué responde?

AN - Adhiero 100%. Por muchas razones. Yo me crié en una familia normal, donde nunca sobró nada; tampoco nos faltó, porque tuvimos una buena educación, una madre con 10 hijos, un padre profesional que tenía un sueldo, así que todo lo que he logrado después ha sido un regalo. Y no pretendo que mis hijos sean herederos de todo lo que con mi mujer hemos juntado en los años, así que al menos con la mitad de lo que tenemos vamos a hacer una fundación, pero en Chile, no en Estados Unidos, para ayudar a combatir el flagelo de la pobreza, que espero que esté terminado. Y siempre hemos tenido una vinculación muy particular con los niños discapacitados.

EC - Usted ha sido presidente de la Fundación Teletón.

AN - Fui 10 años presidente de esa fundación que creó un hombre de televisión que se llama don Francisco, pero que me pidió a mí que dirigiera su fundación por 10 años.

EC - ¿Qué implicó para usted ese período? ¿Qué tipo de compromiso le exigía?

AN - Un compromiso en el tiempo, pero lo principal fue una cosa que me permitió enriquecer mi propia vida, descubrí a los niños discapacitados, que son bastantes, no sé cuál es el porcentaje, pero cerca del 1% de los niños que nacen tiene alguna discapacidad importante. Pero mucho más importante que eso, descubrí a las madres de los niños discapacitados, la madre de un niño discapacitado le dedica su vida a él, es increíble. Entonces cuando por medio de la rehabilitación un niño espástico que no podía comer, que no era capaz de alimentarse o que no podía vestirse logra un avance como llevarse la cuchara con la comida a la boca, la alegría que tú puedes observar en la madre que lo acompaña es una cosa sin igual, es algo conmovedor. Ver que algo tan simple puede provocar tanta alegría en la familia completa. Me tocó en varias oportunidades participar en la celebración de algún avance de algunos de estos niños con el resto de sus hermanos y su madre. Curiosamente digo la madre, porque a veces también el padre, pero mucho más a menudo la madre es la que está encima del niño discapacitado.

***

EC - Me quedé pensando en su respuesta: está de acuerdo con la posibilidad de donar la mitad de su fortuna para destinarla a obras sociales, a obras filantrópicas, en particular para el combate a la pobreza. ¿Ya está instrumentado eso?, ¿ya lo ha elaborado?

AN - En Chile la formación de una fundación es una cuestión jurídicamente lenta, requiere la aprobación del Ministerio de Justicia, etcétera. Estoy en el proceso de hacer una fundación, y pretendo juntar en su directorio a personas relevantes del tema que me interesa, que es el tema de la pobreza y la discapacidad.

EC - ¿Es una fundación que se va a basar solo en su aporte, o está convocando a otros de sus colegas a sumarse?

AN - El llamado es que todos los empresarios de mi generación, que no son pocos, que hayan logrado un capital importante generen sus propias fundaciones. La idea no es que estas fundaciones trabajen haciendo bien directo, sino que apoyen a las instituciones ya existentes. A mí me interesa apoyar por un lado al Hogar de Cristo, que es una institución muy prestigiada y muy confiable dentro de la sociedad chilena, que está dedicada al tema de la pobreza, y por supuesto a la Fundación Teletón, que está dedicada al tema de la discapacidad.

EC - ¿Esta idea surgió después del planteo que vino de Estados Unidos?

AN - No, en estos términos sí. Yo siempre hablé con mi mujer de que sería un absurdo morirnos con dinero y dejar todo como herencia a nuestros hijos. No quiero tener hijos que se sientan herederos, que no tengan la necesidad de ganarse la vida. Así que nos viene muy bien esta idea de Bill Gates.

***

Transcripción: María Lila Ltaif