El papa viajero

Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, al sur de Polonia. Hijo de padres obreros, quien luego sería papa, perdió a toda su familia muy tempranamente. Cuando tenía nueve años, falleció su madre y su hermano mayor murió en 1939. Dos años más tarde, cuando tenía 20 años, perdió a su padre.
De joven, se acercó al teatro y a la filosofía y pensó en seguir estudios en esa dirección. Sin embargo, terminó optando por el sacerdocio. La Segunda Guerra Mundial fue particularmente dura en Polonia. A la persecución política, la invasión nazi sumó el cierre de todas las universidades. Wojtyla fundó junto a un grupo de amigos un centro de estudios clandestino donde aprendió filosofía, idiomas y literatura. También tuvo que trabajar como obrero en una cantera. Años más tarde, el papa diría que esa experiencia lo llevó a conocer el cansancio físico y a apreciar la sencillez, sensatez y fervor religioso de los trabajadores y los pobres.
En 1942 ingresó al Departamento Teológico de la Universidad Jaguelloniana. Durante estos años de régimen comunista en Polonia tuvo que vivir oculto, junto con otros seminaristas, quienes fueron acogidos por el cardenal de Cracovia. El 1 de noviembre de 1946, a la edad de 26 años, fue ordenado sacerdote en el Seminario Mayor de Cracovia y celebró su primera misa en la Cripta de San Leonardo en la Catedral de Wavel.
Fue consagrado obispo de Ombi en 1958 y nombrado arzobispo de Cracovia en 1964. Durante el Concilio Vaticano II participó activamente en la redacción del documento sobre la Iglesia en el mundo actual. El 13 de enero de 1964 el obispo Wojtyla pasó a ocupar la Diócesis de Cracovia como titular. Dos años después, el papa Pablo VI convierte a Cracovia en Arquidiócesis y entonces Wojtyla se convierte en arzobispo.
Según destacan sus biografías, durante su labor como arzobispo, se caracterizó por la integración de los laicos en las tareas pastorales, la promoción del apostolado juvenil y vocacional, la construcción de templos a pesar de la fuerte oposición del régimen comunista, la promoción humana y formación religiosa de los obreros y el aliento del pensamiento y las publicaciones católicas.
En junio de 1967, a los 47 años de edad, fue nombrado cardenal por el Papa Pablo VI. En 1978 murió Pablo VI y es elegido nuevo papa el cardenal Albino Luciani, de 65 años, quien tomó el nombre de Juan Pablo I. El "Papa de la Sonrisa", como se lo conoció, murió 33 días después. El 16 de octubre de 1978, el cardenal polaco Karol Wojtyla es elegido para dirigir la Iglesia Católica y toma el nombre de Juan Pablo II.
Era la primera vez en 400 años que el papa no era un italiano. Y esa no sería la única singularidad. El nuevo papa también era, según sus biografías, una persona de perfiles hasta entonces poco habituales en los pontífices romanos: obrero, actor, dramaturgo, poeta, alpinista, políglota, con la experiencia personal de haber ejercido su ministerio bajo las dictaduras del nazismo y del comunismo.
Su pontificado, entonces, sería particular. Conocido como el "Papa Viajero", Juan Pablo II realizó 104 viajes pastorales fuera de Italia.
Juan Pablo II visitó dos veces Uruguay. En 1987 permaneció durante 20 horas en el país cuando iniciaba el tramo definitivo de su mediación en el duro conflicto que enfrentaba a Argentina y Chile por la soberanía del canal de Beagle. En ese entonces, el pontífice no tenía previsto visitar Uruguay pero a iniciativa del presidente Julio María Sanguinetti y del canciller Enrique Iglesias se logró que el primer encuentro entre los cancilleres de los países en conflicto se realizara en Montevideo, "un suelo amigo". Entonces, a las 17 horas del 31 de marzo de 1987 fue la primera vez que un papa visitó Uruguay. Al otro día, el papa ofició una misa campal en Tres Cruces. El altar estaba presidido por una gran cruz que aún permanece recordando aquella visita.
En 1988 sí estaba previsto que Juan Pablo visitara Uruguay. Así permaneció en el país varios días visitando las ciudades de Montevideo, Melo y Salto.
Algunos de las visitas más recordadas son las que realizó a Argentina en 1982, para mediar en el conflicto por las Islas Malvinas, o el que realizó a Cuba en el año 2000 que posibilitó la flexibilización en las relaciones entre la Iglesia y el gobierno comunista de Fidel Castro, líder que incluso presenció la misa campal que realizó el Papa en la Plaza de la Revolución.
Entre todos sus viajes, se destacan dos países que no pudo visitar: China y Rusia.
Otro de los hechos más recordados es el atentado que sufrió el 31 de mayo de 1981 en el transcurso de una ceremonia pública en la plaza de San Pedro, en el Vaticano. El turco Mehmet Ali Agca disparó contra él, causándole gravísimas heridas, de las que pronto se recuperó. Años más tarde, Juan Pablo II se entrevistó con el heridor, recluido en Italia.
Los números del PapaEl sitio de Internet del Vaticano enumera algunas de las cifras de estos 27 años de pontificado: Juan Pablo II presidió 147 ceremonias de beatificación -en las que ha proclamado 1.338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Celebró nueve consistorios, durante los cuales creó 231 cardenales. Según la misma fuente "ningún otro Papa se ha encontrado con tantas personas como Juan Pablo II: en cifras, más de 17.600.100 peregrinos han participado en las más de 1.160 audiencias generales que se celebran los miércoles. Ese numero no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas (más de 8.000.000 de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000) y los millones de fieles que el Papa ha encontrado durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo". El sitio agrega que el Papa realizó 38 visitas oficiales en tanto jefe de Estado del Vaticano y tuvo 738 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y encuentros con primeros ministros.
Juan Pablo II publicó cinco libros: "Cruzando el umbral de la esperanza" (octubre de 1994); "Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal" (noviembre de 1996); "Tríptico romano - Meditaciones", libro de poesías (Marzo de 2003); "¡Levantaos! ¡Vamos!" (mayo de 2004) y "Memoria y identidad" (2005).
Su gestión al frente del Vaticano no ha estado ajena a polémicas, frecuentemente acusado de ser un papa conservador. Mantuvo siempre una posición negativa frente a la "Teología de la liberación". También sostuvo posiciones muy duras sobre diversas cuestiones de ética sexual y matrimonial, como al homosexualidad y las relaciones prematrimoniales. También expresó siempre un frontal rechazo al aborto, a los métodos anticonceptivos artificiales y a la posibilidad de que las mujeres ejercieran el sacerdocio.