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Mensaje grabado especialmente por el Cr. Enrique Iglesias

(Ciclo "Uruguay 2030. Tiempo de crecer" organizado por Cofac)

(el mensaje fue grabado en los últimos días que Iglesias presidía el BID)

Yo agradezco mucho la invitación a hacer algunas breves consideraciones sobre este tema tan importante como puede ser el futuro de nuestro país. Es muy difícil acotar a pocos minutos una respuesta que tenga un contenido sustancial, pero lo  primero que yo quería decir es que el Uruguay del 2030 va a depender de lo que hagamos en el Uruguay del 2005, 2006, 2007, en lo que hagamos en estos años que vendrán que son fundamentales para ir descubriendo y fortaleciendo los grandes aspectos dinámicos que tiene la economía  y la sociedad uruguaya.

En primer término, yo creo que nosotros tenemos una cantidad de elementos en los cuales basarnos para ser optimistas respecto al futuro. Yo lo he sido siempre y lo soy todavía mucho más aún. Y porqué es así? Primero por todas las cosas que se han dicho en muchas oportunidades. El país tiene una especial dotación de recursos naturales que lo hacen particularmente privilegiado al contexto regional y mundial. Esos recursos naturales, en un momento donde el mundo está ansioso por tener alimentos, recursos básicos para una población que demandará cada vez más materias primas, sobre todo aquellas que provienen como en nuestro caso de la base agraria.

Eso nos abre una enorme puerta al futuro. Quizás desconocieran la historia del país; la apertura al mundo de este nuevo espacio que está abriendo el mundo asiático genera para el Uruguay una inmensa capacidad que tenemos que aprovechar bien y que nunca se dio en estas proporciones como se está dando ahora, por ese ingreso masivo de 2.300 millones de personas que están consumiendo y produciendo y que requieren una base alimentaria para poder realmente subsistir en el planeta.

En segundo lugar porque el país tiene además un recurso humano que todavía hay que hacer mucho para seguir formándolo, pero que es una base muy importante. Ese recurso humano, a pesar de los abatares de las dificultades, hoy se compara muy favorablemente con los recursos humanos de la región. Si a eso nosotros lo potenciamos con mayor educación, con mayor tecnología, vamos a tener ahí el elemento fundamental de lo que es la sociedad del futuro, que es la sociedad del conocimiento. Quiere decir que el país va a tener en torno a la mente y en torno a la creatividad de nuestros compatriotas, la oportunidad de participar activamente en la provisión de servicios al resto del mundo. Ya lo está haciendo ahora con pocos recursos: toda la industria del software por ejemplo es una demostración de lo que puede el ingenio, la formación y la capacidad de nuestra gente, sobre todo joven en esta materia.

El país tiene además una buena ubiciacón geográfica. Estamos unidos a la parte más dinámica de América Latina, no a la parte menos dinámica: todo el sur de Brasil, el noreste de la Argentina, Buenos Aires, la ubicación geográfica. Si hacemos un círculo partiendo de Montevideo y rodeamos un poco este país con 1.000 kilómetros de distancia, nos vamos a encontrar que en esos 1.000 kilómetros del círculo o semicírculo se produce el 60 o 70% de la producción de América Latina,  América del Sur. Es decir que estamos realmente en una buena ubicación geográfica que hay que aprovechar. Por eso que la integración tiene para nosotros tanto sentido. Yo diría también que tenemos un cúmulo de experiencias muy importantes en el Uruguay, experiencias buenas y malas y hay que aprender de ambas. Es decir que hoy podemos tener un capital acumulado de experiencias a través de tantas décadas de vivir y sobrevivir en esta región que podemos realmente hacer pie en las cosas buenas, de sobrepasar a veces debates ideológicos que están quedando obsoletos por las circunstancias y por la historia, para ponernos de acuerdo en ciertas cosas fundamentales que el país tiene que tener. Como por ejemplo una buena conducción macro económica, una economía sana, una economía en la cual asentar políticas económicas de crecimiento pero también políticas económicas orientadas a lo  social. Y eso es un capital muy importante que tenemos.

Yo pondría otro elemento para terminar un poco los puntos de apoyo. El país está haciendo una gran incursión es su apertura política. El hecho de haber llegado al poder nuevas fuerzas políticas luego de más de 160 años de vida independiente, permite que hoy todo el espectro de liderazgo halla tenido oportunidad de participar en la gestión de gobierno. Eso normalmente va a conducir a una mayor capacidad de entendimiento de la naturaleza de los problemas y de comprensión para llevar adelante políticas nacionales, políticas de estado que el país precisa.

Por tanto, yo  creo que el país del 2030 que estamos construyendo hoy, es un país viable y posible, un país que puede tener excepcionales condiciones de nivel de vida y puede vencer los grandes problemas que tenemos hoy de miseria, de aislamiento de grupos sociales, de pobreza y de distribución del ingreso.

Por tanto mi visión es optimista. Es tiempo de crecer, claro que es tiempo de crecer!

Entonces yo diría dentro de la enorme complejidad que tiene el tema dos cosas. Lo primero es que tenemos que tener un estado más eficiente. El estado tiene que existir. Es muy importante que haya un estado con capacidad para brindar  su orientación, un estado que sea capaz de habilitar a la sociedad, un estado que sea capaz de compensar a los sectores sociales, un estado que se capaz de darle mayor seguridad a la propia inversión en el país. Todo ese estado se requiere, pero tiene que ser un estado eficiente y tenemos que tratar que así sea la reforma del estado como un gran desafío inmediato que tenemos que abordar.

Y por último tenemos un sector privado que tenemos que dinamizar. El sector privado es una gran fuerza creadora en el mundo y en nuestro país. Así lo es y tendrá que seguir siendo. Eso significa que hay que dar oportunidades al crecimiento, a todas las fuerzas privadas que están allí, algunas de ellas produciendo y generando riqueza pero otras que están durmiendo y que podrían tener una enorme contribución al país. Me estoy refiriendo por ejemplo a las pequeñas y medianas empresas. Yo soy un firme convencido que en ese segmento de la capacidad productiva está radicado unos de los grandes factores en los cuales basar el crecimiento de nuestro país.

Por eso cuando se habla de tiempo de crecer significa tiempo de crecer con un estado eficiente, un estado pro activo y un mercado igualmente eficiente donde el sector privado se pueda desenvolver con  transparencia, productividad, con eficiencia y dando acceso a toda esa masa que está en la base de la sociedad, esos pequeños productores que tienen que ser dinamizados en el campo de la agricultura, de la industria, en el campo de los servicios, a partir de apoyos específicos que permitan que crezcan realmente y que puedan aportar a la sociedad toda su energía y su capacidad creadora.

De manera que yo creo, si ustedes me preguntan del Uruguay del 2030, yo soy optimista. Creo en el país como creo en la región latinoamericana. Yo creo  que América Latina tiene un inmenso potencial por delante, que tiene mucho que ver con esta coyuntura particular que mencioné al principio de estas breves palabras. El mundo del futuro es un mundo de crecientes intercambios, una globalización inevitable que hay que hacerla humanizada, que hay que hacerla eficiente para que ayuden a los sectores más desposeídos. Pero para eso precisamos reconocer que tenemos un inmenso potencial en nuestra región, que son los recursos naturales, los minerales, la agricultura, la forestación, el agua, la energía. Este continente es un continente privilegiadísimo en materia de recursos energéticos. Por lo tanto la región entera tendría un desafío de gran proporción y Uruguay en esos desafíos está ciertamente a la cabeza de los potenciales beneficiarios.

De manera que el país está ahí, el país va a seguir creciendo. Yo creo que tenemos que tomar conciencia de nuestro potencial  pero tenemos que trabajar todos para hacerlo viable y posible sino ciertamente el 2030 será otra cosa distinta a la que estamos soñando hoy.

Muchas gracias.