Conferencia del ingeniero Nicolás Jodal
(Ciclo "Uruguay 2030. Tiempo de crecer" organizado por Cofac)
Ingeniero de Sistemas formado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. Ha participado en la docencia en la Universidad Católica Dámaso Antonio Larrañaga de este país desde 1984 a 1986. Ha prestado asesoramiento en las áreas de proyectos de bases de datos y desarrollo de aplicaciones a varias de las mayores empresas del Brasil y de Uruguay. Ha dictado múltiples cursos en temas de su especialidad en Brasil desde 1984 a 1989. Es co-autor del proyecto Genexus. Ha sido distinguido por la Academia Nacional de Ingeniería de nuestro país junto con Breogán Gonda con el premio Nacional de Ingeniería en 1995, por el proyecto Genexus. Sus áreas de investigación son: bases de datos, inteligencia artificial, métodos de desarrollo automático de aplicaciones, interacción entre la informática y la empresa. Es socio fundador y director de Artech y Genexus Consulting en Uruguay, de Genexus Inc. En EEUU, de Artech en México y Artech en Brasil en los respectivos países.
Bueno muchas gracias. Gracias a Cofac por haberme invitado. Yo les confieso algo. Cuando venía para acá tenía alguna sospecha que me estaba metiendo en algún lío. Pero después de haber escuchado estas dos presentaciones tomé conciencia que el lío era mucho más grande de lo que pensaba.
Está bien el currículum que leyeron, pero yo básicamente sigo siendo un programador. Digamos, a pesar de que el hijo de Aguiar no me deja programar, yo soy un programador, así que digamos que tengo pocas cosas que presentar desde el punto de vista del Uruguay del futuro.
Respecto a predicciones, como no trabajo en meteorología, si hago una predicción y me equivoco puedo tener consecuencias. No tengo predicciones, no tengo muchas ideas de hacia donde van las cosas. Pero sí les puedo contar, un poco siguiendo aquella frase de que la mejor forma de predecir el futuro, es construirlo. Por lo menos desde el punto del software, de las cosas que nosotros hacemos, sí. Digamos cual es el mundo donde yo me muevo y que reglas de alguna manera seguimos, y bueno, qué oportunidades podemos aprovechar acá.
Básicamente la gente que trabaja en software, por lo menos yo, tengo tres o cuatro premisas básicas de cómo se mueve la cosa.
Estas cosas tómenlas como axiomas, no tengo tiempo para demostrarlas sólo las quería enunciar y como criterio de legitimidad de donde las saqué.
La primera premisa la saqué del Ing. Grompone con un libro que se llama "La Danza de Shiva", que digamos es extremadamente interesante. Hay una idea que nosotros en informática la tenemos bastante clara, quizá el común de la gente no la tiene tanto, que es la historia acelera. Lo que quiere decir es que las cosas pasan mucho más rápido que antes. Yo veo desde el punto de vista tecnológico, todos los avances tecnológicos que vivió mi abuelo respecto a los que viví yo, mi padre, yo y después mi hijo. Vamos a ver que mi hijo va a vivir muchos más avances, muchas más revoluciones de lo que nosotros los tenemos. Así que hay un proceso. A veces tenemos un problema de ilusión óptica que nos parece que el pasado fue muy acelerado pero el futuro es muy estable. Eso normalmente asociado a que no se nos ocurre qué más, véanlo desde el punto de vista de tecnología.
Creo que tenemos todos los aparatitos que necesitamos o no necesitamos más. Tenemos el celular, tenemos la conexión en el messenger con la computadora, tenemos el correo electrónico. Entonces básicamente estamos satisfechos con lo que tenemos; no es que decimos que nos falta un aparatito nuevo más. Entonces, lo que nos lleva a pensar nuestra propia falta de imaginación respecto al futuro tecnológico, nos lleva a meter una especie de ilusión óptica de pensar que, bueno, entiendo que la cosa fue acelerada. Yo les puedo mostrar los datos de cómo avanzó la televisión con respecto al origen del invento, hasta su implementación etc., etc. Eso ya está extremadamente documentado por Juan, pero no se nos ocurre qué va a pasar en el futuro. Pero lo que les digo es que es una ilusión óptica. Que no se nos ocurra no significa que no va pasar. Seguramente va a pasar, hay razones de fondo que dicen que esa tendencia va a continuar.
Así que al 2030 nos vamos a llenar de aparatitos, aparatitos que ni se nos ocurre que tenemos. Aparatitos que quizás no son aparatitos físicos, un teléfono celular que yo agarro átomo. Y quizás sean todos virtuales, pero seguramente ese es uno de los puntos de lo que va a pasar.
El segundo punto es que la historia es no lineal. Nosotros, por una cuestión quizás de la revolución industrial -en realidad no sé porqué, quizás porque sea fácil nomás, estamos acostumbrados a las cosas lineales. Al crecimiento de la economía al 3% anual y bueno, todo ese tipo de cosas que son lineales. El asunto es que hay muchos fenómenos que no son lineales, y cuando me refiero no lineales pueden ser cosas muy complejas. Pero en realidad lo que me interesa resaltar ahora es, y si quieren piénsenlo en su propia vida personal, y la historia son largos períodos de estabilidad donde no pasa nada, y pequeños períodos de tremendas crisis donde la verdad que nadie tiene idea de cómo termina la crisis. La historia del Uruguay del 2001, 2002 y 2003 hasta ahora, es un ejemplo de eso. Son básicamente períodos de muy difícil predicción y que son de resultados que nadie sabe que va a pasar. Creo que Juan también lo discutía. Hay un matemático que se llamaba Perbak que murió hace poco que trabajaba en esas ideas. Eso hace que los sistemas que tienen ese comportamiento hacen que en ese momento sea extremadamente difícil predecirlos, al revés del clima que cada vez se predice mejor.
Los terremotos, no han avanzado un milímetro en la predicción de terremotos y Perbak lo que dice justamente es que porque tiene ese tipo de cosas. Bueno, creo que más bien es una creencia. En la parte tecnológica nosotros vivimos en esos sistemas que se llaman críticamente auto organizados, lo que quiere decir grandes períodos de estabilidad, pero en determinados momentos crisis brutales que modifican totalmente el sistema, e incluso lo cambian de naturaleza.
Lo que digo es que de acá al 2030 vamos a pasar muchos de esos períodos. Si juntamos que la historia acelera entonces lo que vamos a tener son períodos en los que más o menos podemos predecir lo que va a pasar con nosotros y períodos en donde van a haber unas crisis que bueno, vayan a saber cómo se resuelven.
La tercera cosa la saco de un zoólogo que se llama Desmon Morris, que lo que dice es que nosotros como personas tenemos algo innato. Tenemos más cosas innatas de lo que nos parece. Somos más parecidos al mono de lo que nos parece. De hecho hoy me acordaba del genoma y creo que el genoma es una de las cosas más claras que dejaron. Es que tenemos casi tantos genes como una planta, así que nos pensábamos seres tan superiores. El asunto es que tenemos un conjunto de cosas innatas muy fuertes en nosotros. Una de esas cosas innatas muy fuertes en nosotros es esa necesidad de comunicarnos. Somos un animal gregario desde que cazábamos el mamut y teníamos que juntarnos unos cuántos locos para pegarle al mamut. Estamos acostumbrados a comunicarnos. Eso influye directamente en nuestra tecnología.
Yo no sé realmente a dónde va nuestra tecnología con precisión. Lo que sé es que en el 2030 vamos a estar mucho más comunicados que ahora, con comunicaciones mucho más sofisticadas. Hace poco volví a ver La Naranja Mecánica y me llamó la atención como Stanley Kubrik le erró salado al futuro. No respecto al tema de fondo filosófico de la violencia, sino al mundo como estaba descrito; el mundo real. El tipo tenía un auto espectacular del siglo XXI, pero cuando tenía que hablar por teléfono el tipo se bajaba del auto, iba a la casa y discaba en un número de teléfono. Y cuando tenía que escribir el tipo estaba escribiendo en una máquina de escribir.
Es decir, lo que va a pasar es que nos vamos a comunicar mucho más, y el efecto de comunicarnos tiene un efecto secundario muy importante. Hay dos cosas de ese animal gregario, por un lado necesitamos comunicarnos. Pero necesitamos comunicarnos en un grupo y necesitamos separar. Este es el grupo al que pertenecemos y este es el grupo al que no pertenecemos. No es que nos interese comunicarnos con todo el mundo de cualquier manera. De alguna manera y de forma innata vamos a tener grupos, como siempre lo tuvimos. Lo que pasa que normalmente los grupos que estamos acostumbrados eran grupos geográficos, éramos la geografía, la distancia era la que nos hacía dividir los grupos, en particular en la tribu cazadora-recolectora. El grupo era los que habían nacido en ese grupo, en esa aldea, en ese lugar. Al romper ese tema de la distancia lo que vamos a tener es grupos no geográficos.
Entonces vamos a tener alrededor de intereses todo el movimiento de open-source. El movimiento de internet son ejemplos que me parecen van a esa tendencia, a grupos no geográficos asociados alrededor de intereses particulares. Creo que de eso, si teníamos algunos grupos vamos a tener muchísimos más grupos de ese tipo, lo cual de alguna manera va a tener el otro efecto, que vamos a tener canales de comunicaciones brutales y mecanismos de falta de comunicación terribles. Porque dentro del grupo nos vamos a comunicar extraordinariamente bien, entre los distintos grupos probablemente no. Vamos a tener casi maneras de entendernos unos con otros.
Eso es un poco el mundo que pienso que vamos a vivir. ¿Qué significa eso para nosotros? ¿O en Uruguay qué significa? Yo lo que les puedo decir es que significa para la industria del software. Yo soy un programador. Para la industria del software lo que significa es que nosotros, una de las cosas buenas que tiene el Uruguay en ese sentido para nosotros, es que es un país pequeño. Un país con un mercado extremadamente minúsculo. Aguiar además decía: "no sólo es minúsculo, sino que va a ser más chico todavía". Así que el efecto que tenemos, nuestra única posibilidad, es vender en el mundo. Nosotros desde la industria de software tiene una vocación de exportación. Yo les podría decir basado en que los pioneros tuvieron una visión extraordinaria, etc. etc.
Creo que la realidad está más cerca acá: nos moríamos de hambre. Lo que hay que hacer es vender al exterior. Eso ha hecho que hemos sido una de las industrias de software de Latinoamérica que ha tenido más rápido crecimiento y mayor extensión en algunas de las regiones. Por supuesto que tenemos que extendernos más, pero tenemos que utilizar estos canales de comunicación que más tenemos para vender en el mundo. Nuestra vocación y nuestro lugar es vender en el mundo.
Vamos al tema de las crisis que no se pueden predecir. Si le toca a uno, es muy malo, si le toca al resto del mundo, es muy bueno. Porque esas son las oportunidades donde se baraja otra vez las reglas de juego.
Es muy difícil competir en un mundo o en un mercado donde hay grandes competidores oligopólicos. Muy pocos y que nada cambia. Es muy difícil atacar ese mercado. Por ejemplo, es muy difícil atacar el mercado de automóviles. Nosotros nos podemos juntar y como juntamos 1000 dólares cada uno, podríamos juntar algún dinerito y ocurrirnos ponernos a fabricar autos para competir con Toyota. Lo que pasa que eso es extremadamente difícil, no se puede en este mercado.
Ahora supónganse que el mundo de los automóviles está sujeto a estos cambios tecnológicos no predecibles. Supónganse que el motor de combustión tiene muy poco futuro. Hay una discusión entre híbridos y celdas de hidrógenos o cosas por el estilo. ¿Qué pasa en esas situaciones? La gente de la bolsa más o menos lo sabe, porque la gente de la bolsa ha sufrido esas crisis y más o menos las ha estudiado. Y son los jugadores que jugaban antes de la crisis. Normalmente los grandes jugadores son más o menos estables, pero aparecen nuevos. De la misma manera que la crisis del 29 la acción más importante fue la General Motors y después del 29 pasó a ser AT&T en los Estados Unidos, de la misma manera esas cosas nos ayudan.
Yo espero que haya una serie de crisis importantes en la industria del software. Esa serie de crisis en la industria del software son capaces de derribar gigantes en la industria del software. Nadie tiene el cielo comprado en la industria del software y eso es una tremenda oportunidad.
Ahora, claro, sería bueno que no se nos caiga el obelisco arriba. También tenemos que tener cuidado que no nos pase lo mismo. Pero tenemos que ver. De alguna manera esas crisis nos van a favorecer en la medida que estemos suficientemente informados de cuales van a ser las nuevas reglas de juego.
Normalmente, después de esas crisis hay unas nuevas reglas de juego y tenemos que aprender a jugar con esas nuevas reglas. Ese es el otro punto y está relacionado con que la historia acelera. Tenemos que saber para dónde va ese mecanismo de aceleración.
Y lo tercero más importante -vean si el futuro es difícil de predecir-, si no es razonable en software, por lo menos, que haya un conjunto de sabios que nos digan con precisión hacia dónde va el mundo, y no nos pase lo mismo que a Stanley Kubrick.
Entonces, lo mejor es, que de alguna manera tengamos un mecanismo para barrer la cancha, que tengamos alguna posibilidad de ver todas las oportunidades. ¿Qué quiero decir con esto? Yo esperaría que hubiera un conjunto de empresas independientes, separadas, que cada una tenga su propia idea de hacia donde va el futuro y alguna de ellas le va a pegar.
De alguna manera lo que quiero decir es que tenemos que cazar con perdigones, y no podemos cazar con mira telescópica. No podemos apuntar demasiado bien al blanco porque no sabemos donde está, así que mejor tiremos con una escopeta que disperse los perdigones y esperemos que le peguemos a alguno.
¿Eso qué significa? Significa que creo que la industria del software tiene que tener algo parecido a la biología, un ecosistema. De alguna manera no tiene que haber una o dos empresas monopólicas que dirijan lo que van a hacer. No tiene que haber un conjunto de sabios que nos expliquen hacia donde va el mundo, sino lo que tenemos que tener es un conjunto de empresas, de la misma manera que hay un conjunto de especies en un ecosistema que interactúan de una forma más o menos ad-hoc. De una forma también y siguiendo con la analogía de cooperación y competencia, si ustedes lo ven uno podría ver la cebra y el león. Es claro que compiten pero en algunas situaciones también cooperan. Lo que necesitamos es ese esquema de cooperación y competencia. Es lo que nos puede hacer fuertes.
Pienso que nosotros en Uruguay de alguna manera, y relacionado con nuestra escala de valores, naturalmente hemos formado ese ecosistema de empresas de software. Creo que de alguna manera lo hemos hecho y creo que de alguna manera tenemos que seguir profundizando en ese esquema.
Señores esto era lo que tenía para decirles, muchas gracias.