Conferencia del señor Miguel Cardozo
(Ciclo "Uruguay 2030. Tiempo de crecer" organizado por Cofac)
Nacido en Paysandú. Presidente de Cofac de 1984 a 1986. Y, de 1987 a 1993, Presidente honorario de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas. Desde el 1988 hasta 1996, director de Integración AFAP S.A. Administradora de Fondos Provisionales. Desde 1996-1998, Vice Presidente mundial de la Alianza Cooperativa Internacional ASI. Desde 1998-2002, Presidente regional de ACI Américas. También desde 1998-2002, Miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Bancos Cooperativos de 1993 a 1998,Actualmente, es Asesor Institucional de Cofac desde 1993; Presidente de la Cámara de Cooperativas de Intermediación Financiera desde su fundación en 1994; Presidente Honorario de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas CEDECOOP; Vice Presidente de la Asociación Internacional de Bancos Cooperativos desde 1993 a la fecha y miembro de la Comisión Honoraria del Cooperativismo.
Buenos días a todos y a todas. Vamos a traer una perspectiva desde el movimiento cooperativo porque entendemos que esta visión del 2030 requiere también pensar en cual será el rol de las cooperativas en ese escenario.
Uno de los problemas centrales del país hoy, y dentro de 30 años, es el de humanizar la economía. Podemos -y creo que lo vamos a lograr- tener un comportamiento correcto de la macroeconomía pero la pregunta es: ¿un buen comportamiento de la variables macro de la economía para qué? Y aquí aparecen las empresas cooperativas y las empresas de la economía social como instrumento para promover desarrollo, humanizando la economía, generando puestos de trabajo de calidad y promoviendo el desarrollo local.
Los países de economía social de mercado, léase países europeos, Canadá y Japón, tienen un altísimo porcentaje de su producto bruto nacional generado por las cooperativas. El propio mercado capitalista, léase EEUU, tiene igualmente importante porcentaje de su producto bruto nacional generado por las cooperativas. Los países del Este jugaron un rol en las economías de planificación centralizada y ahora son puntales en las economías de mercado. Es decir que hay ejemplos a la vista del aporte económico y social que generan las cooperativas y las empresas de economía social.
En un país pequeño como Uruguay, creo que las cooperativas están llamadas a ocupar un lugar destacado en el crecimiento del país. Para ello se necesita, durante varios gobiernos, un apoyo a los esfuerzos de promoción del modelo de empresa solidaria. Si lo países europeos, Canadá, Japón y EEUU, como señalaba, han recibido un aporte fundamental de las cooperativas, Uruguay también lo puede recibir. Pero insisto, requieren de políticas que favorezcan la acumulación de capital social por empresas de carácter nacional y democrática. En un país que desea un desarrollo equilibrado que no sea solamente desarrollo económico, el gobierno no puede ser neutro. Debe tener planes activos para promover y financiar a estas empresas capaces de compartir los frutos de su gestión con sus asociados y con la comunidad que integran.
Son conocidas las apreciaciones sobre los efectos benéficos de la presencia y desarrollo de cooperativas y de las empresas de la economía social. Existen documentos oficiales de Naciones Unidas que valúan y reconocen su papel en la economía y en la sociedad tanto a través de sus servicios como de sus prácticas institucionales de democracia, ayuda mutua, solidaridad y capital social. La dificultad para el desarrollo de capital nacional que evite la dependencia exclusiva de la inversión extranjera hace más que necesario promover una empresa que está presente en nuestro país con participación en todos los sectores de la economía nacional.
Mil doscientos cincuenta cooperativas con 845.000 asociados sobre una población de 3 millones de habitantes nos hablan de un esfuerzo nacional que hay que valorar e impulsar con políticas activas. Generación de empleo digno y sostenible, servicio a los asociados, control democrático, aporte al desarrollo local en todo el país son algunos de los valores que adornan a la empresa cooperativa. Hay un futuro de crecimiento con equidad para el país y las cooperativas estamos para aportar a este crecimiento con justicia social.
En el mes de Julio, el Presidente de la República y el Consejo de Ministros dio nuevos mandatos a la comisión honoraria de cooperativismo creada en el gobierno de Lacalle y que, durante los dos siguientes gobiernos, estuvo stand-by. Reflotó la comisión y dio nuevos mandatos como: asesorar la política nacional en materia de cooperativa; colaborar en su implementación coordinando con otros organismos oficiales competentes su ejecución; proyectar el plan nacional de desarrollo cooperativo en coordinación con los representantes de los ministerios competentes por cada rama dando seguimiento a su ejecución. Mandato éste que muestra el interés del gobierno actual en dotar al país de un plan de desarrollo cooperativo y dio esa competencia a la Comisión Honoraria de Cooperativismo.
A nivel del parlamento ha habido también una reacción parecida. Se ha constituido una Comisión de Cooperativismo en la Cámara de Diputados que está sesionando ya hace dos meses. Está tratando un proyecto de ley Cooperativa ajustando y adaptando el modelo empresarial cooperativo, a la realidad actual del país. Nosotros creemos que allí hay un apoyo importante de todo el espectro político porque ésta Comisión está integrada por los 4 partidos con representación parlamentaria.
Bueno, yo veo un futuro con cooperativas financieras especializadas, como el caso de Cofac, en la atención a la pequeña y mediana empresa. Como decía hoy al principio el ex-presidente del BID, es un rol muy destacable el de jugar a la generación de empleo, y por lo tanto en la mejora de la calidad de vida de nuestra gente. Y veo, entonces, una presencia importante del sector cooperativo financiero atendiendo a la familia y atendiendo a la pequeña y mediana empresa de una manera especializada, de una manera amigable, de una manera -digamos cercana- a los problemas que tienen estos sectores de la vida empresarial. Veo a las cooperativas de trabajo prestando servicios técnicos y de administración a unidades empresariales de asociación de PYMES. Este es un modelo que, en la última década, se está desarrollando muchísimo en EEUU.
Empresas de producción, básicamente de técnicos, asociadas a empresas de consumidores de servicios, integradas por pequeñas y medianas empresas se asocian para comprar en común, para estoquear en común, para manejar el stock y comercializar en común, frente a los grandes grupos empresariales. Esto es un de los sectores de mayor desarrollo empresarial cooperativo de EEUU hoy. Y yo veo que éste es un modelo cuya aplicación en el país va a traer, sin lugar a dudas, frutos muy interesantes en las próximas décadas. Veo una destacada presencia de las cooperativas de servicio agrario. A pesar de lo que dice el Ing. Grompone, creo que el sector agrario va a seguir cumpliendo su rol. Las cooperativas agrarias también, cooperativas de consumo (con todo el atraso que puedan tener hoy). Pero veo también un futuro para ellas. Porque van a nacer nuevas iniciativas y a desarrollarse nuevos emprendimientos. También veo una presencia importante, más que el de hoy, en el sector de las cooperativas de vivienda.
En conclusión, veo un futuro desarrollo de la empresa solidaria como se da en el mundo desarrollado porque creo que así tiene que ser.
Porque creo que el país se lo merece y porque creo que los uruguayos vamos a luchar para que así sea.