Conferencia del ingeniero Enrique Baliño
Ciclo "Uruguay 2030. Tiempo de crecer" organizado por Cofac
Ingeniero de sistemas graduado en la Universidad de la República. Adicionalmente, ha tenido educación ejecutiva en áreas de Gerencia en las Universidad de Carnegie Mellon, Pittsburgh (Pensilvania) y Columbia (Nueva York). Se desempeñó, durante más de 20 años, en IBM llegando a ocupar los cargos de Presidente y Gerente General en IBM Uruguay, Director de Satisfacción de clientes para Latinoamérica, Gerente General y Director para el sector público para Latinoamérica, Presidente y Gerente General de IBM Argentina con responsabilidad por Paraguay, Uruguay y Chile. En mayo del 2001 decide concluir su carrera en IBM retirándose, para volver a su país. Desde entonces, dedica una gran parte de su tiempo para trabajar pro bono en organizaciones sin fines de lucro: Desem Junior Achievement. Fundación Zonamérica, Imagine Uruguay, Endeavor. Ha escrito varios artículos y dado múltiples conferencias sobre las oportunidades de Uruguay a partir de la globalización. Ha sido miembro del directorio de Zonamérica Business and Technology Park y presidente de la Fundación Zonamérica hasta diciembre del 2004. Actualmente, es miembro del directorio de ISBEL Telecomunicaciones y socio de la consultora Xn que proveer servicios de consultoría en estrategia y gerencia de empresas.
Bueno muchísimas gracias. Del currículo lo que no está y es lo más importante es que tengo dos hijos Fabián y Fernando de 18 y 19 años y mi señora y el resto es historia.
Gracias por la invitación la verdad que son espacios muy pocos, los que tiene el Uruguay para hablar del futuro. Es que al final es el único lugar donde vamos a vivir el resto de nuestras vidas y no hablamos de él, y por eso, como hemos aprendido en los últimos 15 años más o menos en estudios de comportamiento humano, los sistemas humanos se mueven en dirección a los temas que tratan, los sistemas humanos se mueven en dirección a los temas que tratan todos los dias.
Los uruguayos nunca hablamos del futuro, entonces nos dirigimos en dirección de los temas que tratamos que son bastante livianos, bastante del pasado, y no tenemos oportunidades como éstas que son apasionantes. Es una oportunidad de compartir ideas, una oportunidad de reflexionar justamente, como piden los organizadores, en poco más adelante de donde estamos hoy. Porque es la manera de hacer el futuro, de construirlo, si uno se lo puede imaginar las cosas pasan dos veces por la mente: cuando uno lo imagina y después en la construcción.
Uno tiene que admirar a los arquitectos porque son los que la tienen clara, los arquitectos piensan así, ven un terreno, una casa, lo que fuera, y no ven todos los problemas que hubo en la casa hace no sé cuantos años. Imaginan el futuro, imaginan el lugar que van a construir el edificio y después lo construyen. Y así es como pasa todo, así nos pasa a todos nosotros.
Así que yo agradezco muchísimo la invitación a compartir mis ideas. Yo no soy economista, yo no estoy en ningún partido político. Soy un ciudadano más, así que las ideas que tengo además, todo el mundo las conoce, así que no estoy muy seguro porque me invitan, porque siempre digo lo mismo. Pero lo voy a compartir con ustedes y traté de hacerlo de una manera un poco distinta, porque como les digo siempre estoy hablando de las mismas cosas.
La ventaja de ser último orador es que uno pudo escuchar todo lo que dijeron los demás, y puede eliminar alguna cosa que iba a decir, la desventaja es que capaz que se quedó sin nada que decir porque ya se dijo todo, así que yo no sabía como iba a ser esto.
Pero se me ocurrió reflexionar sobre el 2030 de una manera distinta. Cerrar los ojos por un minuto y pensar que hoy es 9 de setiembre pero del 2030. Estoy a punto de cumplir mis 76 años. Estamos bastante bien, lo veo a Juan un poco más canoso pero con esa cabellera, que Dios se la conserve. Mis hijos tienen 44 y 45 años, volvieron al Uruguay están trabajando en dos empresas de biotecnología que había fundado Pagliano hace muchos años. Dessem, organización que promueve emprendedores a los 16 años, trabaja en todo el Uruguay. El 89% de las empresas del Uruguay apoyan a Dessem porque se dan cuenta que es la semilla donde se generan los emprendedores y los empresarios. Endeavor ha logrado generar cientos de empresas que cotizan en Wall Street y hoy, cuando venía para acá, cuando estaba tomando café, la heladera me leyó el siguiente artículo que acaba de ser publicado. Es un de los tantos aparatos que uno llega y hablan y me estaba leyendo el diario, el New York Times, traduciéndolo por supuesto al español, y yo lo imprimí, porque como venía acá no tengo mi nuevo asistente de directorio al cual puedo hacer que lo transmitiera el sistema del hotel. No era el mejor. Me encontré con un artículo del New York Times que les quiero leer, viniendo para acá, artículo de esta mañana 9 de setiembre del 2030. New York Times sobre Uruguay escrito por uno de sus periodistas. Estos temas ya nos son familiares porque ha habido tantos artículos escritos sobre el Uruguay, el milagro uruguayo que ya conocemos. Pero como hemos aprendido que es importante como nos ven de afuera, no como antes que nos importaba pero nos mirábamos el ombligo, creo que es bueno compartir, aunque quizás los aburra un poco como nos ven afuera hoy 9 de setiembre del 2030.
Este es un artículo por John Smith que nos visitó hace un tiempito por el mundial que se jugó aquí en Uruguay. Vieron que se llenó de periodistas de todo el mundo y esto fue transmitido por el centro mundial de noticias CNN, que tiene sus oficinas en Montevideo por la hija de Glenda Umaña. Y dice así:
"En el Uruguay se respira innovación, capacidad de absorción del cambio, mucho más que eso, provocación de los cambios, ya sea en los taxis o en los trenes de alta velocidad que vienen con una puntualidad envidiable de todas las ciudades importantes del país. Se nota esa sana alegría de disfrutar del presente, soñar con el futuro y construirlo día a día. Los uruguayos tienen en su ADN esa energía positiva que los despierta cada mañana, pensando qué van a hacer ese día mejor que el día anterior. Uruguay es un país integrado al mundo, competitivo y con una población con alto grado de autoestima, con humildad y con confianza en sí mismos, sin rayar en lo soberbio.
La capital, Montevideo, es una ciudad que recibe miles de visitantes cada día. Se puede ver en las calles la diversidad de culturas y los distintos idiomas denotan un país cosmopolita. Con casi 6 millones de habitantes, Uruguay emerge como centro de atraccion de la cultura, el turismo, la ciencia, la tecnología y las finanzas. El retorno de la mayoría de los uruguayos que habían emigrado por la falta de oportunidades, sumada a la fuerte inmigración para llenar las vacantes de trabajo de alto nivel, le da a Uruguay un ambiente profesional y enérgico.
El país exporta 80% de su PBI de 100 mil millones de dólares. Como que Uruguay fue diseñado para afuera, algo que cuentan no era así hace 30 años.
Su población, lejos la más educada de América, es sin duda un ejemplo de cortesía y amabilidad. La industria del turismo es una de las más importantes y sólo le va en saga a las industrias del conocimiento. Cientos de empresas de software y servicios derivados, centro de atención y servicio al cliente, biotecnología, arquitectura, diseño, industrias de la madera, finanzas, etc., tienen sus operaciones radicadas en Uruguay, dando servicios al mundo. La industria del cine, de incipiente nacimiento hace tres décadas, se ha transformado en una fuerza pujante que mezcla el arte con la tecnología. Como ejemplo basta conocer la empresa uruguaya Efectos XYZ, que acaba de ganar su tercer oscar a los mejores efectos especiales. Efectos XYZ, fundada hace 15 años desarrolla los más increíbles efectos especiales para la industria cinematográfica local, pero es el principal proveedor de Hollywood en EEUU.
Tiene sus oficinas en la ciudad de Maldonado y ocupa a más de 200 ingenieros, aprovechando las capacidades de la ciudad universitaria adyacente a Punta del Este, balneario único en América.
Los clusters de la miel y la madera radicados en la ciudad de Fray Bentos son un par de ejemplos de creación de valor sobre lo que, en un momento, fueron simples commodities. Cientos de productos derivados de la miel y la madera son exportados a más de 70 países.
En ciencia, Uruguay es el país de América que más patentes ha registrado en los últimos 10 años. La industria de la biotecnología y sus derivados complementados con la industria de software, han logrado desarrollar decenas de empresas de primer nivel que compiten globalmente. Particularmente Uruguay es muy exitoso en temas de ciencia de la vida, donde el Instituto Pasteur, localizado en Montevideo, es el líder en sus disciplinas en el continente.
Con el PBI per capita más alto y la mejor distribución de ingresos de América, el nivel de vida de Uruguay es altísimo. La calidad de sus servicios es lejos la mejor del continente y Uruguay es el país más seguro de la región, algo que los uruguayos habían perdido pero lograron recuperar y quieren retener a toda costa.
En el deporte, el Uruguay es centro del hipismo de largo aliento, un deporte arraigado en el interior del país que data de principios de 1900 y que es la segunda actividad deportiva, seguida por los uruguayos después del fútbol. Sus caballos y sus jinetes se han coronado varias veces en campeonatos mundiales, en las disciplinas de países europeos, siendo Uruguay la capital mundial del deporte.
El fútbol, la pasión arraigada de su población. Uruguay repite este año algo que ha logrado en los últimos tres eventos. Es reciente ganador del campeonato mundial 2030, organizado en su casa, y se dirige, como buen desafiante, al fútbol brasileño. Si bien los uruguayos disfrutan del presente envidiable, tienen claro que el futuro se escribe todos los días y por eso están como empecinados en imaginarlo y construirlo, liderándolo.
Saben que el futuro no es una proyección del pasado. Esa dura lección la aprendieron hace muchos años, cuando pensaban que manteniendo sus chacritas iban a prosperar. Por eso están hablando permanentemente del futuro en eventos, en los medios, por Internet. Pero debaten, ejecutan y prueban y no tienen miedo al fracaso, sino al estancamiento.
Saben que su país es pequeño y que deben estar integrados con brazos y mentes abiertas al exterior y cuanto más logren internacionalizarse, más chances de dejar este legado de prosperidad a sus hijos y sus nietos tienen.
Pero no todo es color de rosa en este pequeño país de Sudamérica. Aparentemente algunos problemas de vieja data según me explicaron, dice el autor del artículo -estos periodistas siempre tienen algo de mala onda- quedan aún sin resolver. Uno de ellos que no logré comprender muy bien, dice el periodista por lo aparentemente complejo, sigue siendo noticia habitual en los medios.
Los distintos departamentos con los que cuenta el país, que son 4 en total, no logran acordar un tema aparentemente trascendente, una cosa que los uruguayos llaman la guerra de las patentes. En fin, era lógico que no todo podía estar bien."
Como corolario de todas estas cosas quisiera leer un artículo de verdad del 2005 en marzo, sobre el caso de Irlanda. Cuando cuento el caso de Irlanda alguien dice: pero bueno, Irlanda está en la Comunidad Europea, y sacan todas las razones de por qué no, Irlanda no es el buen ejemplo. Entonces podemos hacer el caso de Nueva Zelanda. Cuando sacamos el caso de Nueva Zelanda porque está al lado de Australia, siempre hay algún nega, como dice un amigo mío nega esférico, porque es nega por donde uno lo mire, le va a encontrar el por qué no.
Entonces vamos a usar el caso de Finlandia. Finlandia no, porque está muy al norte y hace mucho frío. Obviamente iban a hacer teléfonos celulares, era obvio. Cuando va a Chile, Chile porque vivió bajo una dictadura. No sé, siempre encontramos alguna cosa.
Pero yo voy a leer el artículo de Irlanda porque no resisto la tentación. Dice: Irlanda tuvo dos etapas, porque Irlanda es el país numero 15 en 145 países para hacer negocios.
Porque la pregunta de todo este artículo que leí del 2030 es, ¿se podrá hacer algo de esto? ¿Algo de esto se podrá hacer?
Eso me llevo a una reflexión. Los que dicen que no se puede hacer son interrumpidos por alguien haciéndolo. Yo me acuerdo cuando, trabajando aquí en Uruguay, estaba tratando de conseguir que empresas del mundo vinieran a instalarse al Uruguay a dar servicios, y me topaba con distintos amigos y algunos no tan amigos, que me decían: vos estás absolutamente loco. Esto es imposible que ocurra.
Y tenían la lista, inteligentes porque esa gente no es mediocre, es muy inteligente. Entonces a uno le ponen todas las razones por las cuales eso no se puede hacer. Bueno, los que dicen que no se puede hacer son generalmente interrumpidos haciéndolo. En el momento que me estaban diciendo eso una de las empresas más grandes del mundo, Sabre, se estaba instalando en el Uruguay. Competimos contra India, contra Irlanda, contra Chile, contra tantos países de Latinoamérica y conseguimos que su centro de atención al cliente fuera en Montevideo. Generó 500 puestos de trabajo directo y los tratamos bien como empresarios. Y tratar bien quiere decir que la relación sea clara, que sigamos produciendo gente de buena calidad. En fin, van a llegar a 2000 personas, empleos directos de alto nivel.
Entonces, ¿se puede? Alguna cosa seguramente se puede. Pero el caso de Irlanda es bueno y es muy ilustrativo para nosotros.
Irlanda tuvo dos etapas entre el 73 y el 88. Con la creación de la Comunidad Económica Europea hubo incentivos para los países, para que arreglaran sus problemas estructurales. Los irlandeses no hicieron nada, nada.
Se pensaron que como estaban integrados a la Comunidad Económica Europea iban a ser más ricos. Bueno, en lugar de dedicarse a transformar su economía, en lugar de transformar y preparar a la población -esto es clave, preparar a la población para la competencia- los uruguayos no estamos acostumbrados a competir. Irlanda tampoco y no hizo absolutamente nada hasta el 88.
De pronto en el 88 los irlandeses vieron el espejo y se percataron de lo obvio, su país se estaba rezagando. No por causa de la conspiración del resto o porque el pasado fuera sagrado, o porque las exportaciones desplazaran a sus productores locales, o porque faltara capital, oportunidad de inversión, o exportaciones. Sino simple y llanamente ellos mismos estaban inertes.
Otra vez, no porque los planetas se alinearon contra Irlanda, los planetas no se pueden alinear contra el Uruguay porque los planetas no saben que Uruguay existe. Es simple, el mundo funciona con o sin Uruguay.
Al mundo no le importa eso, a los únicos que nos importa es a nosotros. Lo impresionante del éxito de Irlanda es lo fácil que resultó el resurgimiento. Primero reconocieron que el desarrollo no se construye con cemento y varilla, sino con instituciones apropiadas y una enorme inversión en capital humano. Lo fantástico de la simplicidad. Hicieron 4 cosas:
1) reformaron el marco legal,
2) la ley laboral,
3) el sistema impositivo y
4) la educación.
En el marco legal eliminaron todos los obstáculos que impedían la instalación de empresas nuevas u obstaculizaban la inversión extranjera. Se garantizaron nuevos mecanismos legales para garantizar la propiedad, liberalizaron el sistema financiero convirtiendo a Irlanda en el país más saludable para la inversión.
Reconocieron lo elemental de desarrollo: que una persona ahorra e invierte si tiene certidumbre y la protección legal para hacerlo. Lo anterior lo obligó a abandonar todo la acción paternalista del desarrollo, dejando en manos de los individuos el liderazgo del desarrollo.
Segundo: la ley laboral. La ley laboral había sido configurada con protección extrema del trabajador, lo cual hacía imposible su contratación. Los costos de emplear a una persona eran tan altos que el efecto de una ley para proteger al trabajador acabó con las posibilidades de empleo. ¿Para qué invertir en Irlanda si los costos laborales hacen imposible mantener una empresa económicamente viable? Con el cambio de la ley laboral, los irlandeses apostaron que la acelerada creación de empleos resolvería más problemas sociales y económicos que una ley laboral tan completa, que de facto hacía imposible el crecimiento económico.
Tercero: el sistema impositivo, también radical, que tuvo que ver con la política de impuestos. Hasta el 88 Irlanda contaba con una legislación fiscal fundada en el principio que los impuestos son para financiar gastos de gobierno. Pronto invirtió la lógica de manera radical. Los impuestos deberían estar diseñados para promover la inversión. Puesto en un monto mayor de inversión arrojaría ingresos muy superiores que un impuesto alto sobre poca inversión. Obvio. Hoy en día Irlanda tiene el Impuesto Cooperativo del 12,5%, una de las tasas más bajas del mundo.
Educación, cuatro. Finalmente, secreto último de la transformación. Convertir la superación en factor medular de gran competitividad. En lugar de invertir en puentes y carreteras, el gobierno reconoció que la esencia del desarrollo reside en la preparación de su gente, lo que los economistas llaman "capital humano".
Comprendió que la inversión física obviamente necesaria y relevante, si no existe población capacitada que lo pueda explotar... De esta manera dedicaron recursos para transformar el sistema educativo, con el fin de que se elevara la calidad de formación de la población para ofrecerles sus habilidades.
Las habilidades necesarias para competir en el mundo del siglo XXI. Acá me viene una frase que encontré de Franklin Roosevelt: "no siempre podemos preparar el futuro para nuestros jóvenes, pero podemos preparar a nuestro jóvenes para el futuro".
Irlanda muestra lo mejor del desarrollo. En lugar de dormirse en sus laureles o lamentarse de lo que no pasa, enfrentaron el reto, y ahora en sólo 3 lustros, 15 años, están gozando de una estrategia que brilla por su sencillez. El mundo está saturado de oportunidades a nuestro alcance. Eso hicieron los irlandeses. Qué evidencia de una manera excepcional lo que se puede hacer con poco, con un poco de sentido común. Conclusiones.
En primer lugar, en parte la existencia de un liderazgo político efectivo pero en mucho, por el reconocimiento generalizado que no era posible seguir sin hacer nada. Los irlandeses se organizaron. Esto va a lo que decía Aguiar hoy, cuando queremos culturales empiezan por los individuos que tienen que empezar a comportarse distinto y menospreciar la capacidad de contagio que cada individuo tiene a su alrededor. Y por eso este tipo de sesiones es importante para conversar estos temas y conversar mucho, todos los días estos temas.
En segundo lugar Irlanda demuestra que las limitantes no son económicas o técnicas, sino mentales y políticas. Una vez que estuvieron dispuestos a enfrentar sus carencias y a organizarse para aprovechar su potencial, las oportunidades económicas se abrieron casi por arte de magia.
Por último, ¿por qué ellos pueden y nosotros no? Y acá voy a hacer un resumen chiquitito. Hay dos capacidades fundamentales para llevar adelante transformaciones importantes en una organización, en una empresa y en un país.
Una es la capacidad técnica y eso es lo que muchos libros hablan, sobre lo que se llama los "core competencies" o capacidades básicas. Capacidades técnicas nosotros tenemos a rolete. Tenemos que tener cuidado a veces porque somos muy soberbios y nos creemos que las sabemos todas y eso es un problema. Como decía Nicolás hoy, estar barriendo toda la cancha para conocer todo lo que está pasando afuera. Hay que tener la mente abierta y ver las oportunidades y qué es lo que está pasando, como se desarrolla y como se incorpora al Uruguay es fundamental.
Pero segundo, una cosa que hemos menospreciado sustancialmente y sistemáticamente, es la capacidad de cambio organizacional. Una cosa es la capacidad técnica y la otra, que es necesaria para transformar una organización, es justamente todas las disciplinas y las técnicas de cambio organizacional. Que se estudia, que hay tecnología, tengo los 7 pasos de cómo se hace, nunca lo aplicamos. Para lograr transformarse y ser, si Dios quiere un país del 2030 como describía John Smith, también hay que dar el primer paso. Y el lunes nosotros podemos hacer cosas distintas a las que hicimos hoy o la semana pasada.
Y hay cinco aspectos fundamentales que yo creo que todas las organizaciones, instituciones y Uruguay, tienen que enfrentar y hacer. Y voy a detenerme en una sola de ellas hoy.
La primera es la capacidad de asociatividad. Es imposible que las organizaciones, el país, siendo tan chiquito, o las instituciones o las empresas solitas, puedan enfrentar el desafío del resto del mundo. Es decir, es importante el nivel de asociatividad que deba tener una organización sino cuando habla la sociedad de confianza. La creación del capital humano y por qué regiones en un mismo país son más prósperas que otras.
En segundo lugar: foco. Nosotros en Uruguay estamos acostumbrados a hacer muchas cosas en las empresas, a veces para sobrevivir no tenemos foco. Y el mundo es infinito y nosotros hacemos de todo, más o menos, cuando hay cosas que hay que hacer muy bien si uno quiere competir en el mundo global, y elegirla, y eso es foco. Es decir, tomar decisiones de lo que no voy a hacer.
En tercer lugar, la creación de valor. La creación de valor no es un tema menor. En Uruguay hay mucha gente que no sabe que un sueldo se lo paga un cliente no un jefe. No se dieron cuenta todavía que si uno no crea valor para alguien, en algún momento va a desaparecer. Hay empresas privadas y definitivamente instituciones públicas, cuya razón de existencia es nula porque no crean valor. Es más, destruyen valor. Entonces la creación de valor es fundamental en la evolución de las empresas y las instituciones. Es menester que yo haga algo que tiene valor para alguien, que me logre pagar una factura y por lo tanto logre pagar un sueldo. Yo siempre le digo a la gente con la que trabajo, por favor llévenle una factura de un peso por el esfuerzo de su trabajo al cliente. Factura, Sr. Cliente, Ruc tanto, no sé cuanto, valor un peso, concepto el esfuerzo del día de hoy. ¿Cuántos están dispuestos a pagar esa factura? Nadie, ninguno de nosotros. El concepto que tenemos es que se premia el esfuerzo. No se premia el resultado. Se paga el resultado. El esfuerzo se aprecia, se necesita, es importante, pero lo que se paga es el resultado y los uruguayos no estamos acostumbrados a que nos juzguen por el resultado, que nos pongan objetivos, que nos midan.
Los que tienen éxito son aquellos que tienen la capacidad de crear valor para alguien, que están dispuestos a pagar. Y esos son los que generan la riqueza que, si Dios quiere, después la podemos distribuir. Si la generamos. La creación de valor no es un tema menor en nuestra sociedad.
Cuarto: la capacidad de venta, que somos un desastre vendiendo.
Y quinto: la capacidad de gerenciar y de liderazgo. Como decía Pagliano hoy. Nosotros menospreciamos lo que es management, a tal grado que tenemos todas las técnicas, pero no tenemos las técnicas de management. Si bien la oferta educativa ha mejorado con los masters, pero no tenemos management específico, no sabemos ejecutar. Tenemos infraestructura, técnicas, pero no sabemos ejecutar.
Estamos en un permanente debate en el cual a todos nos cuesta tomar decisiones, y nunca ejecutamos. Y adoramos a la inteligencia antes que nada, frente al sentido común. Tenemos miedo de tomar acciones, tenemos miedo de equivocarnos. Es la única manera de aprender: equivocarse.
Me encontré con una frase brillante, porque adoramos tanto la inteligencia y no adoramos el sentido común, y cuando uno adora sólo la inteligencia se produce algo que los gringos llaman "la parálisis del análisis". Tipos profundamente inteligentes que pueden pronosticar 16 veces más y mejor lo que uno, con poco sentido común. Pero no podemos avanzar a ningún lado porque eso es un debate permanente, puede no terminar nunca.
Y cualquier proyecto se divide en 3 partes: debate, decisión y ejecución. Uruguay es un debate infinito con mentes privilegiadas. Pero me encontré con esta frase que me encantó porque estamos lleno de sabios: "en tiempos de cambio, los que aprenden heredan el mundo, pero los que saben permanecen maravillosamente equipados para un mundo que ya no existe". Management es un tema que no le prestamos atención. Hay mucho de cultural en todos estos temas. Todo se supera con liderazgo.
Pero como siempre me parece a mi, es una etapa profunda de cambios cada vez más rápidos. Con la ley esa de que la historia se acelera, es definitivo. Ahí está la 1432 que se acelera cada día más, y esa ley nosotros parece que el tiempo lo ha hecho distinto.
Siempre uso la misma frase. "Yo, el día que llegue el fin del mundo, quiero estar en Uruguay, porque todo allí ocurre 50 años después". Ahora cambio, cambio fundamental, cambio, cambio muy rápido.
Y por eso me gusta usar a cada rato la frase de Darwin: "no es la especie más fuerte ni la más inteligente la que sobrevive, sino la que tiene la mejor y más rápida adaptación al cambio".
Sería bárbaro que como sociedad, nos diéramos cuenta de lo valioso y fundamental de esa frase de Darwin.
Gracias.