Ahora que me reintegro después de esta ausencia de tres días, quiero agradecer muy especialmente todos los mensajes de condolencias que he venido recibiendo desde el domingo, a raíz del fallecimiento de mi padre, Ruben Cotelo.

Resultó muy emocionante esa "avalancha" de saludos.  Para empezar, los que vinieron de esta casa, El Espectador, de mis compañeros y de la Dirección de la radio. Además, los de tantos amigos y, por supuesto, familiares. Y, en un capítulo aparte, los abrazos que también llegaron de los oyentes de En Perspectiva, esos otros amigos que muchas veces no conozco pero que también se las ingeniaron para hacerse presente.

A todos, vaya mi reconocimiento más sincero por el cariño que nos trasmitieron a mí y a mí familia.

Por último, quiero agradecer en particular a quienes en sus mensajes de estos días comenzaron a evocar la trayectoria de Ruben Cotelo y sus aportes a la cultura uruguaya.
A mis hermanos y a mí nos reconfortó comprobar que, pese a que mi padre llevaba años retirado, aún hoy se valora su producción en periodismo informativo, su larga serie de ensayos y su singularidad en la crítica literaria, teatral y cinematográfica. 
Ojalá podamos trabajar juntos para recopilar esa obra que se encuentra dispersa en diarios, semanarios, libros y conferencias.

A eso nos dedicaremos, seguramente, en los próximos meses.