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Clubes de ciencia en Uruguay

Clubes de ciencia en Uruguay

Los clubes de ciencia permiten a niños, jóvenes y adultos potenciar sus ideas y creatividad. Informe del Servicio Informativo de Radio El Espectador.


A través de investigaciones en múltiples áreas como ciencias naturales, ciencias sociales, nuevas tecnologías, los miembros de estos clubes encuentran un espacio para canalizar su creatividad.

En un relevamiento realizado por El Espectador en Montevideo y el interior del país, se puede afirmar que el 90% de las actividades de los clubes de ciencia se desarrollan en Primaria, aunque también se extienden a la población en general.

Si uno tiene ganas de formar un grupo de investigación, basta con que arme un equipo y elija un tema.

Si no cuenta con un orientador que lo asesore en su proyecto, se puede llamar al "Programa de la Popularización de la Cultura Científica", el que pertenece a la Dirección de Innovación, Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación y Cultura.

Este programa cuenta con gestores en todo el país, quienes se encargan de organizar diferentes actividades para popularizar las ciencias.

Luego de formado el club, y una vez realizada la investigación, los proyectos participan en ferias departamentales, donde son elegidas las mejores propuestas.

En el paso siguiente se puede participar en la Feria Nacional, donde se concentran los mejores equipos de todo el país.

Este año la feria se realizará el 15 y 16 de octubre en Atlántida.

Los clubes se dividen por edades y en siete categorías.

En la Escuela Técnica de la ciudad de Durazno diseñaron una sembradora automática reciclada para aumentar la producción y disminuir el tiempo de trabajo en los invernáculos.

La iniciativa nació de dos ideas: por un lado, buscaban mejorar el volumen de producción en los invernáculos y, por otro,  querían reutilizar las partes de una impresora vieja.

Así, dos adolescentes de 14 años fueron quienes crearon una sembradora con el motor y la carcasa de una impresora que no funcionaba.

Las semillas se colocan en la parte superior de la máquina y pasan por unos motores que las depositan en bandejas.

Luego son expulsadas hacia las almacigueras, que son los canales donde se plantan los vegetales.

Adrián Gerez, uno de los inventores, explicó que "Está funcionando con dos motores paso a paso y un cilindro. Lo que hacemos con los motores paso a paso es posicionarse arriba del orificio donde tiene que introducirse la semilla, y por medio de un cilindro neumático es que hacemos la introducción".

Los adolescentes relataron que "están nerviosos" dado que no saben si llegarán a tiempo a su próxima actividad: la feria de Panamá de "Ingenio Juvenil de Ciencia y Tecnología", a la que viajarán en dos semanas.

"Hay en pila de cosas para mejorar", acotó Adrián.

Ambos esperan volver con nuevos conocimientos y disfrutar al máximo.

Para terminar en fecha, hace ya varios fines de semana que se vienen juntando para trabajar hasta la madrugada.

En Durazno los vecinos los alientan a seguir adelante y a continuar mejorando el proyecto.

En su caso, la propuesta llegó de parte del profesor de electrónica de la escuela técnica a la que asisten en Durazno.

Adrián se sumó porque le interesan los temas de electrónica.

Pero, como dijo él, "lamentablemente" no puede continuar los estudios de esa carrera en su ciudad.

Sí, de hecho, contó que en un futuro planea estudiar ingeniería en Montevideo.

Mario Sapía, profesor de Tecnología de la UTU y coordinador del proyecto, explicó que no hay docentes especializados en electrónica en esta ciudad.

Algunos tratan esos temas, pero explicó que lo hacen "de pierna con los chiquilines".

Lo cierto es que la sembradora de almaciguera ganó en la feria departamental y la nacional del año pasado.

Además, fueron elegidos como el mejor proyecto del país, lo que los llevó a participar, también en 2009, de la Feria Nacional en Argentina.

El profesor Sapía contó que trajeron muchas ideas, además de lo que aprendieron al conocer estudiantes de toda América.

También tienen una invitación para participar en otra feria en Perú, pero necesitan conseguir el dinero para los pasajes.

Por otro lado, en Montevideo está el club de ciencia "Los Antártikos".

Mariela Di Cristófaro, coordinadora de ese club, explicó que el año pasado visitó la feria de ciencias de un colegio y que en esa instancia invitó a los presentes a formar un grupo para estudiar a Antártida.

Algunos alumnos quedaron interesados, mantuvieron el contacto y se formó un equipo de siete adolescentes que eligieron estudiar las bacterias del agua en el continente antártico.

Mariela es bioquímica y en una de sus visitas a la Antártida trajo el agua que fue analizada.

Ella, además de ser la orientadora del club, tiene un proyecto de investigación en el Instituto Antártico del Uruguay.

Uno de los "antartikos" explicó que "hay mayor crecimiento bacteriano. Comparamos con las bacterias de algunas aguas de nuestro país y obtuvimos que hay mayor crecimiento bacteriano en las aguas de nuestro país que en las de la Antártica y dentro de la antártica más en el agua dulce que en el agua salada".

Para la investigación trabajaron en las mismas condiciones que utiliza un experto en Microbiología y utilizaron mecheros, microscopios y una cámara de flujo laminar.
Este equipo de varones de 13 años ganó en su categoría, "Churrinches Científicos", una mención especial en la feria departamental de Montevideo, lo cual los clasificó a la feria nacional.

Allí se reunirán los mejores proyectos de cada departamento.

Todos quieren continuar con los estudios por el camino de las ciencias y especializarse en microbiología o ecología.

El equipo dijo que Antártida les atrajo porque es el "único continente del mundo que el ser humano todavía no pudo explotar", "es puro y no está contaminado".

También realizaron encuestas para conocer qué sabía la gente sobre la Antártida, pero los resultados no fueron muy buenos. Descubrieron que hay un hondo desconocimiento acerca de esto.

Por otro lado, según un informe del año pasado de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), hay un déficit en estos temas.
 
Amadeo Sosa es el asesor técnico del "Programa para la Popularización de la Cultura Científica" del Ministerio de Educación y Cultura.

Sosa explicó que el ciudadano no especializado entiende que "hablar y trabajar en ciencia o tecnología es sinónimo de progreso y lo asocia con el Uruguay productivo".

No obstante, reconoce que los uruguayos tenemos "poca formación científica".

También señaló que hay que trabajar más para generar un espíritu crítico en temas que le interesan a la sociedad como UPM (ex Botnia), donde muchas personas toman partido por concepciones políticas o sociales, sin tener en cuenta los aspectos científicos.

Todos consideran a la energía nuclear provechosa para el país, pero ante la pregunta "¿en qué consiste?", nadie conoce la respuesta.

La solución, según Sosa, está en la educación, por lo cual incitó a la población a que participe en las diferentes categorías.

"Cuando hablamos de ciencia hablamos desde las ciencias naturales hasta las ciencias sociales. Es investigación que se hace en los distintos niveles: primaria, secundaria, formación docente, Universidad del Trabajo, Universidad de la República, y en todos esos niveles participan clubes de ciencia", explicó Sosa.

Incluso hay una categoría denominada "Los Teros", en la que pueden participar los adultos mayores.

Quienes tengan interés en participar en algún club de ciencias pueden comunicarse al 2901 4285, interno 120.

www.flickr.com // César Poyato