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Filtros solares: un producto imprescindible pero caro

Informe de En Pespectiva


(emitido a las 7: 51 Hs.)

Se acerca el verano, el sol se pone más fuerte y eso nos lleva a revisar el estado de la sombrilla, a incorporar el gorro como una prenda fundamental, a "untarnos" en filtro solar y a cuidar en qué horarios tomamos sol.

Hace unos días, cuando informábamos que el Gobierno evaluaba eliminar el IMESI a algunos artículos de tocador, varios oyentes nos mandaron mensajes reclamando que el filtro solar debería formar parte de la canasta básica; que por lo menos habría que bajarle los impuestos, para que tuviera un precio más accesible que el que hoy tiene en cualquier farmacia o supermercado.

Algunos insistían también en que el filtro solar hoy es imprescindible, e incluso destacaban que el alto precio es contradictorio con las advertencias que realizan los profesionales de la salud y las autoridades sobre los cuidados que hay que tener en la exposición al sol y, en particular, la recomendación de utilizar filtros solares, ya sea en crema o en spray, sobre todo en los niños.

Otros oyentes consultaban si en las mutualistas y servicios de salud no debería habilitarse el acceso al filtro solar con precio de receta, como si fuera un medicamento más, con el consiguiente ahorro en el gasto para el usuario.

La producción de En Perspectiva estuvo trabajando en el tema.

En primer lugar hay que aclarar que los filtros solares ya están exonerados de IMESI. El decreto correspondiente se aprobó en el año 2010, al final del Gobierno de Tabaré Vázquez, y hoy continúa vigente. Por lo tanto, los filtros solares son caros, pese a que ya se les aplicó la herramienta de la rebaja de impuestos.

¿De qué precios estamos hablando?

Consultamos en la farmacia San Roque nos decían que el filtro más barato es el Nivea; el factor 30 en un envase de 200 ml, sale 332 pesos. La marca Dermaglós en factor 35, que comúnmente se utiliza para los niños, en el envase de 200 ml cuesta 432 pesos. El Dermur factor 30 de 250 ml cuesta 539 y otros por ejemplo como de la línea Eucerin rondan los 1.000.

Veamos la otra inquietud de los oyentes: la posibilidad de acceder a las pantallas solares a precios más convenientes a través del Sistema de Salud.

Nos comunicamos con autoridades del Ministerio de Salud Pública. Nos respondieron que es obligatorio que todas las sociedades médicas otorguen el filtro solar porque está incluido, desde hace dos años, en el Formulario Terapéutico de Medicamentos (FTM). Pero, para que esto ocurra, es necesario que un dermatólogo lo recete.

¿Qué significa esto?

Que el dermatólogo será quien determine si el usuario lo precisa, por ejemplo, porque corre peligro de contraer cáncer de piel.

Se trata de un filtro dermatológico, y no de tipo comercial que se consigue comúnmente. Es decir, estos protectores que se recetan tienen determinados compuestos, según el caso que se quiera tratar.

¿Y cómo hace uno si quiere recorrer ese camino en la mutualista o en ASSE?

Para solicitar el protector solar hay diferencias de una institución a otra. En algunas mutualistas es necesario pasar primero por medicina general, de ahí lo derivan al dermatólogo y luego, si el dermatólogo así lo considera, se puede obtener la orden para retirar el medicamento abonando el ticket correspondiente.

Ahí entonces hay que hacer números. En el Casmu, por ejemplo, la orden para médico general cuesta 67 pesos. A eso hay que sumarle la orden para el especialista en dermatología, de 175 pesos, y el ticket para el filtro, de 164 pesos. En total eso nos da 406 pesos, que es más caro que el protector Nivea en la farmacia, con el inconveniente adicional de haber tenido que pasar por varias consultas y trámites.

Un ejemplo diferente es el de la Asociación Española. Allí no se necesita un pase del médico general, pero sí hay que pagar la consulta con el dermatólogo que tiene un costo de 167 pesos, más el ticket del filtro, que sale 160 pesos. En total eso significa 327 pesos. Por lo tanto no hay un gran ahorro con respecto al precio en farmacia del filtro más económico (y hubo que dedicar tiempo a consultas y trámites).

¿Y qué ocurre con las personas que se atienden en ASSE?

Ese caso es diferente a los dos anteriores. Los usuarios de Asse deben consultar primero al médico general, éste le da pase al dermatólogo y en esa segunda consulta pueden obtener la receta para el filtro solar, según nos decía Lucía Añón, la responsable de Comunicación. O sea, hay que seguir el camino largo con dos profesionales en el medio, pero la ventaja es que no tienen costo ni la orden para el dermatólogo y ni el ticket para el filtro solar.

Para terminar, es obvio para algunos trabajadores, por el tipo de actividad que desarrollan al aire libre, el uso del filtro solar se hace, de hecho, imprescindible, aunque no siempre estén habituados a utilizarlo. Este es el caso por ejemplo de los trabajadores rurales, de los de la construcción, de los guarda vidas. ¿Qué pasa en estos casos? ¿Se les brinda a estas personas en sus propios trabajos por ejemplo?

Según nos decía Gustavo Fungi, presidente de la Asociación de Guardavidas de Montevideo, a ellos la Intendencia les brinda directamente el filtro solar porque son considerados población de riesgo oncológico. El protector se les entrega junto al resto de los insumos de trabajo: ropa especial, lentes, las casetas para los guardavidas. Es decir, forma parte de un kit. Y lo mismo sucede con los inspectores de tránsito, que también pasan largas jornadas al sol.

En el caso de los obreros de la construcción, las empresas no están obligadas a brindar el filtro solar porque no lo establece la  normativa con la que trabajan los prevencionistas. De todas formas, hicimos algunas consultas y nos indicaron que en muchas obras se coloca en el ingreso un pote de filtro solar grande para que todos puedan utilizarlo si así lo desean.

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