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Pronto será imposible vivir en Japón por culpa del calor

Pronto será imposible vivir en Japón por culpa del calor

La ola de altas temperaturas que afecta a algunas regiones de ese país ha causado la muerte de 12 personas. Y estar en la calle supone un enorme riesgo.

La venta de abanicos, ventiladores portátiles y otros artilugios para capear el calor en distintas ciudades de Japón no cesa. No es para menos: este miércoles 18 de julio, la ciudad de Tajimi padeció nada menos que 40,7 grados Celsius, mientras que en Mino les fue algo mejor: 40,6. La última vez que los termómetros habían superado los 40 grados en el país fue en agosto de 2013, según el diario nipón The Mainichi. El problema no es el calor, sino sus consecuencias: ya van 12 muertos y más de 10.000 personas han debido ser hospitalizadas, reportó The Japan Times.

La oficina meteorológica nipona advirtió a la ciudadanía del riesgo mortal que implica permanecer mucho rato en las calles. Una advertencia que se torna especialmente relevante en un país donde un porcentaje importante de la población es anciana, precisamente el rango etario que más sufre con estas temperaturas. Pero incluso en el otro extremo de la vida se corren riesgos: la prensa local reportó el caso de un niño de seis años que, tras salir del colegio, se desmayó y luego murió por culpa del calor.

En Tokio hay preocupación, porque las cada vez más frecuentes jornadas calurosas podrían poner en serio riesgo la realización de los Juegos Olímpicos de 2020. Esto, porque desde hace años que las temperaturas son cada vez más altas, al punto que se ha pedido a la gente que moje las calles, e incluso en 2007 colapsó el sistema eléctrico por el excesivo uso de aire acondicionado. En 2010 murieron 130 personas por culpa del calor y en 2013 se intentó combatir el problema a través de lluvias artificiales.

Según la revista alemana Der Spiegel, algunos expertos han llegado a plantear la posibilidad de que las grandes ciudades japonesas se tornen inhabitables en unos años más. Las interminables avenidas, el concreto, el asfalto y el acero de las urbes, sumado a la reducción de las áreas verdes, hace que el calor se acumule y fácilmente los 40 grados se puedan convertir en un número mucho mayor.

Lo peor es que las autoridades meteorológicas ya avisaron: esta ola durará hasta fin de mes, por lo menos.