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Por qué la renuncia de Özil es un caso político

Por qué la renuncia de Özil es un caso político

La renuncia del jugador internacional alemán Mesut Özil, acompañada de acusaciones de racismo en contra de la DFB, genera gran alboroto. La pregunta clave es: ¿qué tan racista es Alemania?

"Alemania es un país cosmopolita", dice la portavoz del Gobierno de Angela Merkel, Ulrike Demmer, en la conferencia de prensa semanal, y agrega que "la integración de los ciudadanos con trasfondo migratorio es una tarea clave del Gobierno Federal". Sin embargo, el gobierno alemán se mantiene a la reserva, en el presente caso de la dimisión del jugador nacional Mesut Özil, acompañada de acusaciones de racismo.

"La Canciller estima mucho a Mesut Özil", dice Demmer, y concluye, en nombre de Merkel, que "Mesut Özil es un gran futbolista que ha hecho mucho por el equipo nacional de fútbol". Según Demmer, la renuncia de Özil no daña la integración en Alemania, así como tampoco ve alguna culpa en la Federación Alemana de Fútbol (DFB):  "La DFB participa en numerosas iniciativas, campañas y proyectos en favor de la integración y la cohesión de nuestra sociedad".

Del mismo modo, se expresó el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, quien se reunió con su colega británico, Jeremy Hunt, después de la renuncia de Özil: "No creo que la vida de un futbolista multimillonario que juega en Inglaterra sea expresión de la capacidad de integración en Alemania", dijo el político socialdemócrata en Berlín. Özil juega en el club londinense Arsenal.

El futbolista Mesut Özil anunció este 22 de julio su renuncia a la selección alemana. Los abuelos de Özil eran inmigrantes turcos. Él mismo nació en Gelsenkirchen, Renania del Norte-Westfalia. En 2007, Özil renunció a su nacionalidad turca para naturalizarse en Alemania.

Una foto del jugador con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, justo antes de las últimas elecciones turcas, ha generado duras discusiones, desde antes de la Copa Mundial.

Políticos de Berlín culpan a la DFB

Aparte de la controversia sobre Erdogan, algunos políticos creen que parte de la culpa de la renuncia de Özil sí recae en la Asociación Alemana de Fútbol (DFB). "Se ha hecho un grave daño al fútbol alemán", dice, por su parte, Frank Steffel, portavoz deportivo del partido cristianodemócrata (CDU), a DW. "Habría sido mejor que todos los involucrados hubiesen hablado más entre sí", y no tanto el uno del otro", cree Steffel, para quien queda claro que "Mesut Özil siempre será parte de nuestro equipo campeón del mundo en 2014".

Erhard Grundl, de Los Verdes, tiene una opinión similar: "Lamento que un exitoso miembro del equipo nacional tenga que renunciar por racismo", expresó a DW. La DFB no debe ahora dañar el trabajo de integración del fútbol. Porque, de lo contrario, "los jugadores germano-turcos podrían irse a otra parte", piensa su colega del partido, Cem Özdemir.

Por su lado, Britta Dassler, portavoz deportiva del partido liberal (FDP), exige cambios en la cúpula de la DFB: "La renuncia de Özil revela que la DFB no está a la medida de los retos de una sociedad moderna de inmigración".

"Profunda herida social"

Solo el populista partido de derecha AFD ve en el caso un fracaso de la política de integración alemana: "La renuncia de Özil es un ejemplo de la fallida integración de demasiados inmigrantes de la cultura turco-musulmana", acotó su líder parlamentaria, Alice Weidel, en redes sociales.

Para el Consejo Central de Musulmanes, "el caso Özil es testimonio de una profunda herida social", como lo expresó a DW. Y concluye que "para poder combatir el racismo en una sociedad, hay que tratarlo abiertamente". 

Por último, el directorio de la Liga de Fútbol de Alemania declaró: "Lamentamos que Mesut Özil tuviera la sensación de no haber sido adecuadamente protegido como objetivo de consignas racistas contra él, como fue el caso de Jerome Boateng". Aunque rechazó categóricamente las acusaciones de racismo.DW