Informes Especiales

Sudamérica discute el rol de las FFAA en seguridad interior

Varios países de América del Sur están implementando o debatiendo la participación de las Fuerzas Armadas (FFAA) en tareas de seguridad pública, el último de ellos Argentina, algo fuertemente resistido y que no parece haber dado resultados, sino por el contrario empeorado la situación.

"El Ministerio del Interior tiene bajo su responsabilidad la seguridad y los militares tienen bajo su responsabilidad la defensa nacional, y eso lleva a que tengan una preparación, un armamento y una forma de funcionamiento diferente; y el armamento y la forma de funcionamiento de los militares no los lleva a estar preparados para la seguridad", dijo a Sputnik el ministro de Interior, Eduardo Bonomi, en respuesta a una iniciativa en ese sentido del senador opositor, Jorge Larrañaga.

En mayo, el legislador comenzó una recolección de firmas para plebiscitar la creación de una Guardia Nacional que participe "en la acción preventiva, disuasiva y represiva tendiente a impedir la comisión de delitos, faltas o infracciones, en especial en aquellas zonas del país donde se registra un alto índice delictivo", según el texto de la propuesta.

El impulsor de la iniciativa debe recolectar unas 250.000 firmas, equivalentes a 10 por ciento del padrón electoral; en caso de alcanzar esa cifra, la propuesta se plebiscitaría el último domingo de octubre de 2019, junto con la primera vuelta de las elecciones nacionales.

También en Argentina el tema está en plena discusión, especialmente luego de que el lunes el presidente Mauricio Macri anunciara un plan de modernización de las FFAA, que incluye que los militares "puedan colaborar con la seguridad interior, principalmente con apoyo logístico en las zonas de fronteras" y la intervención "frente a la protección de eventos de carácter estratégico".

"Tenemos un sistema de defensa desactualizado producto de años de desinversión y de la ausencia de una política de largo plazo, seguimos considerando un despliegue territorial para amenazas antiguas", dijo Macri quien aclaró que la modernización irá acompañada de una nueva política.

"Este proceso de modernización va iniciarse con una nueva directiva de política de Defensa Nacional que destaca la función principal de las FFAA", enfatizó. 

LA EXPERIENCIA DE BRASIL

En febrero de este año, el presidente de Brasil, Michel Temer, decretó la intervención militar en el estado de Río de Janeiro (sudeste), alegando que la violencia estaba fuera de control. 
 
La medida establece que hasta el 31 de diciembre de este año las FFAA coordinarán los cuerpos policiales, los bomberos, el servicio de inteligencia y la administración penitenciaria.
 
Sin embargo, lejos de ser una solución a los índices de violencia y criminalidad, la situación empeoró. 
 
Según un informe del Instituto de Seguridad Pública, dependiente del gobierno estadual, los homicidios como resultado de la intervención de las fuerzas de seguridad se incrementaron 59,8 por ciento en junio de 2018 en relación al mismo mes del año anterior.
 
La policía mató a 155 personas en sus operaciones en junio pasado, contra las 97 del mismo periodo de 2017. 
 
Los mismos datos oficiales muestran que los homicidios en general se incrementaron 7,9 por ciento respecto a junio de 2017, aunque cayeron cinco por ciento respecto a mayo de este año.
 
Cuando se anunció la medida, en febrero, 83 por ciento de los ciudadanos del estado de Río se mostraron a favor de que el Gobierno pusiera a las FFAA al mando de la seguridad pública, según una encuesta del Instituto Brasileño de Opinión Pública (Ibope), un órgano estatal. 
 
Después de tres meses, el porcentaje de apoyo había descendido levemente (76 por ciento), y 69 por ciento consideraba que la presencia del Ejército "no se había notado de ninguna forma en la seguridad de la ciudad", según otra encuesta del instituto de opinión Datafolha.
 
"Es verdad que mucha gente apoya la intervención (de las FFAA en la seguridad), pero con la intervención aquí en Río muchas personas se decepcionaron… Han visto que seguimos bajo la intervención y que no hay ninguna diferencia; no vemos ninguna mejora en las calles, sólo muertos", explicaba días atrás a Sputnik la estudiante Nathalie Teixeira, durante una manifestación en recuerdo de la concejala del ayuntamiento de Río de Janeiro, Marielle Franco, asesinada el mes de marzo. 

COLOMBIA: LAS FFAA TRAS LA PAZ CON LAS FARC
 
 
La situación colombiana es distinta a la de los tres países del Cono Sur, debido a los más de 50 años de conflicto armado con las ahora disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), grupo guerrillero con el que firmaron un acuerdo de paz en noviembre de 2016. 
 
No obstante, desde el partido político surgido de la disolución del grupo armado (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC) se esperaba una disminución de los efectivos militares tras el desarme y la desmovilización de los guerrilleros.
 
"Tras el desarme y desmovilización de las FARC (a mediados de 2017) esperábamos una sustancial reducción del Ejército, pero, por el contrario, el presupuesto para este año aumentó, lo cual es incomprensible e injustificable", dijo semanas atrás a Sputnik la excandidata a la Vicepresidencia por el partido político FARC, Imelda Daza. 
 
En efecto, en agosto de 2017 el Gobierno central anunció un aumento de ocho por ciento del presupuesto para sus Fuerzas Militares (FFMM) y policía.
 
Si bien es cierto que la firma del Acuerdo de Paz con las FARC permitió que el Estado recuperara presencia en varias regiones del país, también lo es que varios de los territorios dejados por los rebeldes son ahora objeto de enfrentamientos armados entre disidentes, bandas criminales y la guerrilla del ELN, que buscan ocupar esas zonas. 
 
"Si bien ha habido un desescalamiento progresivo del conflicto a raíz de la paz con las FARC, las coyunturas actuales no hacen viable que las Fuerzas Militares se puedan reducir en el corto plazo, por lo que será necesario esperar la etapa de diez o quince años que se prevé dure el posconflicto para poder reducirlas", dijo a Sputnik el analista y abogado penalista Francisco Bernate.
 
Tal es la posición del propio presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien ha sostenido que pese al posconflicto el Estado no debe reducir la Fuerza Pública y, por el contrario, debe fortalecerla para mejorar la seguridad en las zonas urbanas y rurales del país. 
 
Las FFMM colombianas cuentan actualmente con unos 235.000 integrantes. (Sputnik)