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El dólar, ¿un refugio seguro?

El ministro de exteriores ruso, Sergei Lawrow, pronosticó en Ankara que el uso indebido del dólar como divisa internacional podría llevar a su hundimiento. ¿Realmente podría pasar?

Si la estabilidad de una divisa estuviese ligada a la confianza en las instituciones emisoras, la cosa no pintaría nada bien para el dólar. Desde Washington, Donald Trump está enfrentado con el resto del mundo. Inmerso en una guerra comercial con China, el presidente estadounidense se permite enfrentarse a Rusia y Turquía, que a su vez devuelven el golpe dándole a Washington donde más le duele: poniendo en tela de juicio su posición como potencia mundial en relación con la moneda.

¿Dónde comenzó todo?

Hay que remontarse al 14 de febrero de 1945 para entender el punto de partida de la marcha triunfal de la moneda estadounidense. El buque USS Quincy estaba anclado en el Gran Lago Amargo de Egipto, al lado del canal de Suez. En las bodegas del barco se había preparado una sala de recepción. Algunas sillas y mesas sobre una alfombra persa, y una bandera con las barras y estrellas. Como telón de fondo, las paredes de acero del poderoso navío militar. Como invitados, un reducido grupo de personas.

El presidente estadounidense, Roosevelt, prometió protección militar a su invitado saudí. Por su parte, el rey Ibn Saud se comprometió a que todas las transacciones petrolíferas se realizarían en dólares. Casi diez años después de la abolición del patrón oro, el dólar volvía a vincularse con otra mercancía: el oro negro.Todo un golpe de suerte para Estados Unidos, que vio como la demanda de crudo aumentaba rápidamente en los siguientes años y, por ende, también la demanda de moneda estadounidense.

En los años posteriores, cada vez más transacciones se hacían en dólares y así se ha mantenido hasta nuestros días. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que alrededor del 62% de las reservas monetarias de todo el mundo se conservan en dólares. En comparación, el euro representa un 20% de las reservas de divisas, seguido por el yen y la libra con menos del 5%. Además, también el 85% del cambio internacional de divisas se realiza en dólares. Como entidad emisora, la Reserva Federal de EE.UU. (FED) respaldó siempre la función del dólar proporcionando la liquidez suficiente.  Por esa razón se ha podido mantener el dominio de la moneda estadounidense.

Sin alternativa a la vista

Tal liquidez la convierte en una moneda interesante para los inversores. Para ellos, es un refugio seguro que pueden negociar rápidamente. Pero, aveces, tal condición puede dar lugar a situaciones grotescas. Cuando las cosas se ponen difíciles, los inversores –incluidos bancos centrales y empresas – recurren al dólar, aunque los grandes riesgos para la economía mundial amenacen precisamente a Estados Unidos. Así sucedió, por ejemplo, el caso en la última crisis financiera.

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El economista Barry Eichengreen habla de un "insolente privilegio" de Estados Unidos. Sin embargo, tampoco ve otra alternativa. Sus principales rivales tienen sus propios problemas. Según Eichengreen, el euro es una moneda sin Estado y el yuan chino es una moneda con demasiado Estado. Eso significa que, si el euro se debilita, detrás no hay un Gobierno para garantizar su estabilidad. Por el contrario, la moneda china está controlada por la élite política y no por la fuerza de la economía de mercado.

Menor dominio del dólar

Actualmente, en Estados Unidos es difícil hablar de una situación controlada en términos de economía y política. El presidente Trump no teme acusar a otros países, por ejemplo a China, de manipular su moneda, ni tampoco duda a la hora de hacer recomendaciones por Twitter para la política monetaria de la propia FED. Aunque la Reserva Federal se mantiene hasta ahora con un curso constante e inamovible, con las descaradas demandas y recomendaciones de la Casa Blanca sobre la tasa de interés no está claro que siempre se pueda confiar en la neutralidad política de la FED.

Nadie está dispuesto a apostar por la política económica de Trump. Frecuentemente se contradice. Y aparte de hablar de grandes acuerdos comerciales, hasta ahora solo se  aprobaron bloqueos y todavía no apareció ninguno de los nuevos acuerdos prometidos. Una guerra comercial con China, la incertidumbre en la relación con Rusia, la reciente disputa con Turquía que hundió la lira…  En la compleja situación actual, el dólar no parece ser un negocio seguro. Ahora la gran pregunta es: ¿qué moneda marcará la pauta en el futuro? Rusia y Turquía ya anunciaron que regresarán a sus monedas nacionales de cara al comercio internacional, salvando así la desviación a causa del dólar. Otros países podrían optar también por medidas similares. Así, el dólar perdería su domino en el comercio mundial, pero todavía seguirá siendo la divisa más fuerte, mientras continúe la confianza ciega en la moneda estadounidense incluso en el más absoluto caos.DW

Autor: Lars Halter (JAG/ER)