El día en que las tropas soviéticas de ocupación se retiraron de Polonia
Los polacos esperaron 48 años para ver partir al último soldado de la Unión Soviética de su país. La retirada de las fuerzas soviéticas, hace 25 años, le abrió las puertas de la OTAN al Este europeo.
El 17 de septiembre de 1993 fue uno de los mejores días de la carrera política de Lech Walesa, presidente de Polonia por esos tiempos. La retirada de los soldados soviéticos de Polonia, estacionados allí desde 1945 y considerados un símbolo de la opresión comunista, llegaba a su fin: en el palacio Belvedere de Varsovia, el general Leonid Kovalev dio parte al jefe del Estado polaco de que la retirada de las tropas soviéticas había concluido.
El final de la ocupación
Esa fecha estuvo llena de simbolismo. Hacía exactamente 54 años, el 17 de septiembre de 1939, poco después de la invasión alemana de Polonia, los soviéticos habían invadido Polonia, convirtiéndose, junto a Alemania, en la segunda fuerza de ocupación en el país. Lech Walesa habló, en el aniversario 54 de ese suceso, de una fecha "dolorosa y fatal". "A partir de hoy, llega la Justicia histórica. En territorio polaco no habrá más tropas extranjeras", dijo Walesa. Una declaración con un significado muy especial para la historia de Polonia.
Polonia bajo control soviético
Las tropas soviéticas habían estado estacionadas en Polonia desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Polonia y otros países del Este se convirtieron en la zona de influencia soviética en Europa. En junio de 1945 había alrededor de 300.000 soldados de la otrora Unión Soviética en el país. Su tarea era asegurar el control de Polonia, apoyados en un gobierno comunista provisional. Los oficiales soviéticos recibieron puestos clave en el Ministerio de Defensa y ocuparon comandancias en el Ejército polaco.
No fue sino hasta 1956 que se firmó un acuerdo formal entre los dos Estados, el cual limitó el despliegue de un máximo de 66.000 soviéticos. La presencia militar en Polonia y otros Estados de Europa del Este trazó la Cortina de Hierro, marcando así la división de Europa entre el Este y el Oeste.
Las huellas soviéticas
Cuando el comunismo se derrumbó en Europa del Este, en 1989, Moscú comenzó a reducir gradualmente el número de sus tropas en Polonia. Según Andrzej Friszke, historiador de la Academia de Ciencias de Polonia, el Golpe de Estado de Yanáyev, de agosto de 1991, y la posterior lucha por el poder en el Kremlin, aceleraron la retirada de las tropas de Polonia. El acuerdo bilateral, firmado en octubre de 1991, fue "consecuencia de la reorientación de la política rusa, con su abandono de la política colonialista y de intimidación", dice el historiador.
Las otras huellas soviéticas
Entre 1991 y 1993 salieron de Polonia 56.000 soldados soviéticos, 7.500 empleados civiles y aproximadamente 40.000 familiares de los soldados. 600 tanques, 200 aviones, 90.000 toneladas de municiones y misiles para armas nucleares fueron regresados a Rusia. El ejército soviético tenía 70.000 hectáreas de tierra disponibles en Polonia, principalmente en el oeste de ese país, que en parte, fueron gravemente contaminadas. A pesar de que Polonia siempre ha exigido una compensación, Moscú nunca ha respondido a esos reclamos.
Con presión militar rusa no hubiera habido democratización
La retirada de las tropas cambió la situación geopolítica y permitió que los políticos polacos desarrollaran su visión propia. Durante la fase final de la retirada, el presidente ruso Boris Yeltsin visitó Varsovia. Walesa aprovechó para exponerle la idea de adherir a la OTAN. La respuesta positiva de Boris Yeltsin quedó plasmada en el comunicado oficial, aunque, una vez que regresó a Rusia, Yeltzin tuvo que desdecirse.
Aún así, "Yeltsin ayudó a Polonia en su camino hacia la OTAN", dice el historiador Friszke. Su declaración, a pesar de la revocación posterior, alentó a Polonia y otros países de Europa del Este a perseguir ambiciosos planes con la OTAN. Algo que no hubiera sido posible en presencia del Ejército soviético, explica el historiador: "Mientras las tropas de Moscú estuvieran estacionadas, la presión del Kremlin era posible. Así, Polonia nunca hubiera podido orientarse hacia Occidente".DW