Geraldo Alckmin, la derecha tradicional de Brasil eclipsada por el fenómeno Bolsonaro
El candidato presidencial brasileño Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), lleva la carga de representar el centroderecha moderada que históricamente definía las elecciones frente la izquierda, pero que ahora se ha visto relegada por el fenómeno de la candidatura del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Alckmin inició su carrera política muy joven: en 1976 terminó la carrera de medicina y fue elegido alcalde de Pindamonhangaba, su ciudad natal, en el estado de São Paulo.
Desde entonces, su carrera quedaría estrechamente vinculada a esa región, la más poblada y rica de Brasil; fue gobernador del estado de São Paulo entre 2001 y 2006 y entre 2011 y 2018, cuando dejó el cargo para postularse para la Presidencia.
No es la primera vez que lo intenta: en 2006 fue derrotado en la segunda vuelta ante el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), llevándose poco más del 39 por ciento de los votos.
En esta ocasión lo podría tener incluso más difícil, puesto que las encuestas le dejan fuera del balotaje, colocado en cuarto lugar, tras Bolsonaro, Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores, izquierda) y Ciro Gomes (Partido Democrático Laborista).
Si se confirma esta tendencia, sería la primera vez desde la redemocratización de Brasil en que el tradicional partido de la derecha se queda fuera de la segunda vuelta.
Los analistas atribuyen esta circunstancia a la migración de votos de sus electores a la candidatura de Bolsonaro en busca de un "outsider" con más posibilidades y al vínculo del PSDB con el Gobierno de Michel Temer, el más impopular de la historia reciente del país.
El PSDB formó parte de la base de apoyo del Gobierno de Temer hasta finales del año pasado, y ahora en la campaña Alckmin intenta marcar distancias, lo que le valió una reprimenda del propio Temer.
El presidente divulgó un vídeo acusándole de difundir falsedades, y le recordó la lista de ministros del PSDB que trabajaron junto a él (el actual canciller, Aloysio Nunes, también es el partido de Alckmin).
El programa de Gobierno de Alckmin asegura que el país tiene que "librarse" de la corrupción, aunque su gestión en São Paulo se vio envuelta en múltiples escándalos, desde desvíos en la construcción de una carretera de circunvalación hasta irregularidades en el reparto de comida en las escuelas públicas.
Este candidato conservador católico, del Opus Dei, también propone seguir con las reformas de corte neoliberal iniciadas por Temer y llevar a cabo una amplia reforma para disminuir el papel del Estado, que es "caro e ineficiente" y cobra "altos impuestos" sin ofrecer servicios públicos de calidad.
Alckmin goza de muchos minutos de propaganda electoral en radio y televisión gracias a la alianza que forjó con varios partidos pequeños, en Brasil conocidos como "centrão"; formaciones que no tienen un programa muy definido y suelen ofrecer apoyos a cambio de cargos en el Ejecutivo.
En estos partidos hay un total de 41 políticos investigados por corrupción en el marco de la Operación Lava Jato, pero en las entrevistas Alckmin suele alegar que él se ha acercado únicamente a los "buenos cuadros" que hay dentro de esos partidos y que en Brasil se necesitan mayorías parlamentarias para poder hacer cambios. (Sputnik)