Chuí: La "pequeña Ramala" donde Bolsonaro no fue el ganador
Este municipio brasileño, fronterizo con Uruguay, con una importante colectividad palestina dedicada al comercio y donde Jair Bolsonaro no fue el candidato más votado en la primera vuelta electoral, vivió con absoluta normalidad el balotaje de este domingo, según constató Sputnik.
Una avenida separa a Uruguay y Brasil en esta pequeña ciudad de la frontera, dedicada en su mayoría al comercio.
Del lado brasileño (Chuí), en su mayoría son negocios textiles y supermercados, cuya clientela viene de todas partes de Uruguay para aprovechar los precios más bajos; del lado uruguayo (Chuy), las tiendas libres de impuestos ofrecen a los brasileños productos electrónicos, perfumes y bienes importados.
En Chuí, este domingo electoral transcurrió como un día de cualquier otro fin de semana: los comercios funcionaban con normalidad y había pocos indicios de que en dos puntos de la ciudad estaban habilitados dos locales de voto, donde unos 3.000 ciudadanos participaron en la elección del futuro presidente de Brasil.
En Río Grande del Sur, el estado en el que se ubica Chuí, el ultraconservador Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal, PSL) alcanzó en la primera vuelta 52 por ciento de los votos, mientras que el progresista Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores, PT) apenas logró 22 por ciento.
Sin embargo, en el municipio la tendencia fue contraria: Haddad se posicionó primero con 37,5 por ciento, siete puntos por encima de Bolsonaro.
Además, candidatos del PT resultaron los más votados para el Congreso.
En el local de votación de la escuela Marechal Soares de Andrea hay siete secciones electorales; muchos de los votantes son los llamados 'doble chapa', ciudadanos tanto de Uruguay como de Brasil, un reflejo de la identidad de esta frontera seca, donde el intercambio binacional es parte del día a día.
Uno de ellos es Darío Techera, nacido en Uruguay pero con documentación brasileña, quien votó por Haddad. Según dijo a Sputnik, en esta elección "se define el futuro de Brasil".
"Veo bastante difícil esta situación por el hecho de que se ha generado un complot contra el Gobierno del PT que estaba en Brasil. Creo que es algo generalizado en toda Sudamérica, que vienen cercando a los gobiernos del pueblo, aunque es mi visión", opinó el 'doble chapa'.
"Veo un futuro difícil, complicado e indefinido con el Gobierno de Bolsonaro; está clarito lo que el hombre quiere, y esperemos que el pueblo brasileño no permita que el pasado vuelva", añadió.
A su criterio, el PT lidera en Chuí por "el trabajo que ha venido haciendo" por "el pueblo, la gente pobre, del campo y de bajos recursos".
Además, opinó que el municipio, "al ser frontera", tiene "una conciencia más clara de lo que puede ser el pueblo brasileño".
Distinto piensa Sandra, una votante de Bolsonaro, también 'doble chapa': aunque afirmó que el PT tiene "una militancia bastante fuerte", consideró que las personas no siguen "todo lo que pasa dentro del país".
"Voto a Bolsonaro por una cuestión de ideología en parte. No soy de su partido, pero me parece que en este momento la situación que tenemos en el país está muy complicada. Hace 16 años que tenemos un Gobierno que lamentablemente llegó al conocimiento internacional por la corrupción", dijo a Sputnik.
"Creo que necesitamos cambiar, necesitamos seguridad, educación de calidad y tener inversión en Brasil que no se obtiene por la falta de seguridad para los inversores que damos como Gobierno", agregó.
Nelsa, una mujer jubilada, también declaró su voto por el candidato del PSL, a quien definió como "una luz que apareció" ya que "por tiene una actitud de cambiar algo por lo menos" en salud, educación y seguridad, explicó a Sputnik.
"Brasil despertó. Hasta hace poco yo creía que la gente solo quería carnaval, mujeres, cerveza, playa. Pero no, mostraron que no. Entonces es solo un cambio lo que queremos. Si el cambio no surge, revolución de nuevo", opinó la votante.
No obstante, admitió que "no va a cumplir todo".
"Es claro que muestra una fachada. Pero queremos un cambio. Si no fuera lo que esperamos, Brasil está preparado para sacarlo de ahí", opinó.
Diego es de otra ciudad de Río Grande del Sur, pero hace cinco años vive en Chuí; con una camiseta roja que decía "Golpe, solo en la capoeira", el joven manifestó su apoyo y su voto por Haddad.
Aunque coincide con los otros votantes en la necesidad de "cambiar muchas cosas", consideró que "Bolsonaro representa todo lo malo", y que una presidencia del ultraconservador implicaría un cambio "para peor".
"Entonces creo que la otra oportunidad que tenemos, que es votar a Haddad es una chance que tenemos de cambiar las cosas para mejor y no para peor", agregó, al tiempo que manifestó su descontento con el discurso del excapitán del Ejército hacia mujeres, afrodescendientes y otras minorías.
"Me da vergüenza saber que hay mucha gente que defiende (el discurso de) Bolsonaro. Porque hay gente que dice y piensa eso, lo sabemos, pero que tanta gente lo haga, a mí me da vergüenza", agregó.
LA CUESTIÓN PALESTINA
Los nombres de los comercios en las calles, la oferta gastronómica en los supermercados y hasta voces que hablan en árabe dejan claro el legado palestino en la ciudad.
Llegados en los años 50, los árabes han forjado una comunidad en Chuí que hasta el día de hoy perdura y que posee la mayor parte de los locales comerciales del lado brasileño.
En la campaña electoral, Bolsonaro ha bregado por un mayor acercamiento a Israel.
Asimismo, prometió eliminar la embajada de Palestina en Brasilia, abierta en 2016, por considerar que fue fruto de negociaciones del Gobierno de Dilma Rousseff con "terroristas".
Sputnik intentó hablar con varios comerciantes palestinos al respecto, pero la mayoría declinaron expresarse por experiencias negativas que afirmaron haber tenido con la prensa.
No obstante, Yasser, dueño de una tienda de textiles, accedió a hablar sin grabador mediante.
Según explicó, dentro de su colectividad existen muchos que ya están arraigados en Brasil hace décadas.
Por más que den importancia a sus orígenes y mantengan un vínculo fuerte con su patria de origen, desarrollan su vida en el país, y por eso votan pensando más en Brasil que en Palestina, independientemente de las vicisitudes de política internacional.
Consideró que es posible que muchos integrantes de la colectividad palestina no voten por Bolsonaro, dado su discurso hostil a las personas que profesan la fe islámica o contra los palestinos y las posibles repercusiones a su seguridad en Brasil. (Sputnik)