Qué pueden esperar Brasil y América Latina del presidente Bolsonaro
Jair Bolsonaro toma posesión de su cargo como presidente de Brasil el 1 de enero, inaugurando una nueva era en el país más grande de América Latina que puede tener impactos en toda la región.
La mayoría de analistas coinciden en que si bien la campaña electoral que le aupó al poder pasó de puntillas sobre los aspectos económicos (sus banderas programáticas fueron la lucha contra la violencia y la corrupción, los temas morales y las críticas feroces a la izquierda del Partido de los Trabajadores), sus primeros meses de Gobierno estarán marcados por la agenda económica.
"En el mercado financiero hay un ambiente optimista, Bolsonaro fue elegido por una amplia mayoría y logró una bancada de apoyo fuerte en el Congreso; la llamada luna de miel de los primeros meses de Gobierno puede ayudar a aprobar las reformas que Brasil necesita", comentó a Sputnik el investigador del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getúlio Vargas, Marcel Balassiano.
De momento, los brasileños decidieron darle un voto de confianza: una encuesta del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística arrojó 75 por ciento de respuestas de que Bolsonaro va "por el buen camino" con las decisiones tomadas en la fase de transición de Gobierno.
Entre esas decisiones está el nombramiento de Paulo Guedes al frente de un superministerio de Economía; este economista formado en la Escuela de Chicago y de marcada tendencia neoliberal, tendrá carta blanca para guiar la política económica e implementar un amplio plan de privatizaciones.
"Las privatizaciones siempre son un tema polémico, pero en esta campaña por primera vez se habló de esta posibilidad sin vergüenza ( ) Bolsonaro ya ha dejado claro que la joya de la corona, la empresa petrolera Petrobras y los bancos públicos los dejará para el final; no hay que tener prisa para no gastar energía y capital político, las privatizaciones pueden empezar por empresas menores", comentó Balassiano.
Brasil sale poco a poco de una grave crisis económica y las previsiones son optimistas.
La Conferencia Nacional de la Industria pronostica un crecimiento del 2,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019, aunque los buenos resultados y la satisfacción del mercado financiero dependerán en gran medida de la habilidad que tenga Bolsonaro para conducirse en el Congreso.
Su Partido Social Liberal (PSL) tendrá que sumar apoyos en un Congreso muy fragmentado y con muchísimos diputados novatos; la gobernabilidad será un desafío, considera el analista de la Fundación Getúlio Vargas, Octavio Amorim Neto.
"Si solo se apoya en su núcleo duro puede que sufra una derrota en la reforma del sistema de pensiones o que se apruebe una reforma mala o inútil; si al final se aprueba una reforma aguada el mercado financiero empezará a desconfiar de Bolsonaro, el real caerá y entrará en una fase de pérdida de popularidad", comentó Amorim Neto en un seminario político.
El éxito de la agenda económica, marcada por la liberalización, la desburocratización y las privatizaciones debería notarse lo antes posible en la reducción del desempleo (que sigue afectando a 12 millones de brasileños) para que el líder de la extrema derecha mantenga la popularidad con la que salió de las urnas a finales de octubre.
En el plano internacional, todo apunta a un giro radical en las relaciones de Brasil con el mundo: Bolsonaro y su equipo ya han señalado que optarán por nexos bilaterales antes que por los espacios multilaterales como el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) o los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y que EEUU tendrá un lugar destacado en esa nueva lista de prioridades.
El presidente electo prometió tomar medidas para asfixiar al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, y ya abrió un conflicto diplomático con Cuba que supuso la salida de más de 8.500 médicos que actuaban en zonas pobres y aisladas de Brasil.
Para los analistas, esta tendencia se profundizará en el futuro.
"De alguna forma, Bolsonaro aún está en tono de campaña, hará cosas en términos ideológicos, de hecho fue elegido para eso", afirmó Balassiano, para quien el ámbito de las relaciones internacionales es donde más se notará el giro de Brasil hacia la extrema derecha.
El próximo canciller, Ernesto Araújo, está considerado por los analistas y por la prensa local como uno de los ministros más "ideológicos" del próximo Gobierno, y además probablemente compartirá protagonismo con uno de los hijos del presidente electo, Eduardo Bolsonaro, que a pesar de ser diputado raso mantiene una intensa agenda de actividades en materia de relaciones internacionales.
El acercamiento a EEUU, la tensión con Cuba y Venezuela y el posible conflicto abierto con el mundo árabe a raíz del prometido traslado de la embajada de Brasil de Tel-Aviv a Jerusalén, probablemente marquen la imagen de Brasil en el mundo en los próximos meses. (Sputnik)