Renuncia de Miceli busca "despejar" el camino de Cristina Kirchner
Señalada en un caso de corrupción, este martes renunció la ministra de Economía argentina Felisa Miceli. En su lugar asumirá Miguel Peirano. El politólogo argentino Miguel de Luca dijo que "es una renuncia que trata de despejar el camino para la proclamación de Cristina Kirchner como candidata a la Presidencia". Agregó, de todos modos, que "al día de hoy esa segunda vuelta es altamente improbable".
(Emitido a las 7.35)
EMILIANO COTELO:
Varios diarios argentinos acompañan sus títulos sobre la renuncia de la ministra Felisa Miceli con fotografías parecidas tomadas todas en el momento en que la funcionaria salía de la sede del Ministerio de Economía convertida ya en ex secretaria de Estado.
La Nación, junto con la fotografía, pone: "Renunció Miceli y la reemplaza Peirano. Ratificó que el dinero sospechado se lo dio su hermano, pero dijo que no quería afectar más al gobierno quedándose en su cargo".
Clarín titula: "Cayó Miceli por el caso de la bolsa de dinero. Primera baja entre los ministros de Kirchner por una denuncia de corrupción".
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Vamos a incursionar en el análisis de este hecho, porque una renuncia como esta no resulta indiferente en el contexto político argentino de cara a las próximas elecciones.
Estamos en diálogo con el doctor Miguel de Luca, politólogo, secretario académico de la Licenciatura en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires.
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Doctor De Luca, ¿cómo cae la renuncia de la ministra Miceli dos días antes del lanzamiento de la campaña electoral de Cristina Kirchner?
MIGUEL DE LUCA:
Es una renuncia que trata de despejar el camino para la proclamación de Cristina Kirchner como candidata a la Presidencia. De hecho, uno de los temas centrales que en los medios venía siendo justamente el escándalo en el cual estaba envuelta la ministra.
EC - ¿Cómo hay que entender lo que ocurrió? Hace muy pocos días el propio presidente había ratificado su respaldo a la ministra y ayer ella decidió irse. ¿Se fue? ¿Cambió de opinión el primer mandatario? ¿Qué puedes aportar tú desde allá?
M de L - Fue una combinación de cosas. Por un lado el tema permaneció en las primeras páginas de los principales medios nacionales, y por otro lado en el área de la economía había otros temas también bastante complicados para el gobierno, desde el índice de precios al consumidor proporcionado por el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), hasta los mismos mecanismos de control de precios aplicados por el gobierno, la situación energética. Varios temas que complicaban y complican el desempeño del gobierno en esa área, más una coyuntura particular de la proclamación del candidato por el oficialismo. Esa combinación de factores, más la citación del fiscal Marijuán en una de las causas que se le siguen a la ministra, hizo que finalmente se tomara la determinación.
EC - Incluyes en el paquete de motivos toda la polémica que se está dando en Argentina desde hace meses por los índices de inflación, por lo que el INDEC informa a propósito de inflación.
M de L - Sí, es un tema que ha influido y bastante. Más allá de que el propio Ministerio de Economía, sobre todo en comparación con etapas anteriores, estaba vaciado políticamente, con mucho menos poder que el que tuvo cuando otros funcionarios ocuparon ese cargo, como el propio Lavagna, Cavallo o Sourrouille, por citar a algunos ministros de pasados presidentes. Y por eso mismo, por ser un ministerio con menos poder que en el pasado, que el desplazamiento de la ministra no produce mayores consecuencias respecto de lo que podría haber pasado históricamente con otros ministerios.
EC - ¿Cómo ubicas a Miguel Peirano, el relevo de Felisa Miceli?
M de L - En términos de trayectorias y antecedentes es un ministro que viene a ratificar el esquema de política pública llevado adelante por el presidente Kirchner, es un funcionario con fuertes vínculos con el sector industrial.
EC - Fue jefe del Departamento de Economía de la Unión Industrial Argentina entre 1993 y 2004, fue vicepresidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior entre 2004 y 2005.
M de L - Por eso mismo también hay que señalar que el presidente no ha querido hacer mayores cambios ni dar otros datos con relación a qué hacer con respecto a esta cartera. Y por otra parte tenemos que tener en cuenta que en octubre habrá elecciones e inevitablemente otro va a ser el ministro, en el caso de que gane Cristina Fernández de Kirchner.
EC - Hablando de la campaña electoral y volviendo a mi pregunta inicial: ¿cómo queda el terreno para el comienzo de la actividad proselitista de quien ha sido designada como sucesora del presidente Kirchner? Hasta hace muy poco estaba la duda de si el candidato iba a ser el propio Kirchner intentando la reelección o si dejaba el lugar a su esposa. Finalmente será Cristina, pero tiene que arrancar con este contexto entreverado, la renuncia de la ministra Miceli, más las denuncias que se han formulado contra otra mujer del gabinete del presidente Kirchner, la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, más todos esos otros episodios que tú citabas recién. ¿Qué pasa?
M de L - Es una serie de episodios que complican bastante el panorama político del gobierno de cara al futuro. También habría que agregar a este análisis un calendario electoral que viene siendo bastante complicado para el gobierno, por lo menos más complicado de lo que se esperaba, un calendario electoral que se desencadenó con la derrota en Misiones del candidato oficialista Rovira a fines del año pasado, seguido de consultas en las que los candidatos o las propuestas del gobierno resultaron adversos. Recordemos el triunfo de Mauricio Macri en la Capital Federal, la victoria de Fabiana Ríos en la provincia de Tierra del Fuego, esos han sido jalones o elecciones de carácter intermedio, anticipadas a nivel de distrito, pero en las cuales el gobierno hizo una apuesta fuerte y al presidente no le fue bien. Habría que incluir eso en este análisis, no es solo una situación complicada desde el punto de vista de los problemas que le aparecen al gobierno, algunos de los cuales podían preverse y otros no, sino también en términos de evaluación política por parte de la ciudadanía.
EC - Cristina Kirchner arranca con una intención de voto de 48%, más o menos, según las encuestas.
M de L - Al día de hoy todas las encuestas y los principales analistas políticos dan por descontado que la candidata del gobierno se va a imponer en las elecciones. En parte por el alto porcentaje de imagen positiva que posee, y en parte por la profunda división que existe en el campo de la oposición.
EC - ¿Qué puede ocurrir? Faltan tres meses para las elecciones, pero ayer en la tertulia varios de los integrantes de la mesa discutían sobre si terminará habiendo ballotage o no en la República Argentina. ¿En principio qué dicen los analistas?
M de L - Al día de hoy la situación de balotaje está descartada. El balotaje en Argentina es ligeramente diferente del balotaje que existe en Uruguay, mientras allí la segunda vuelta ocurre cuando un candidato no obtiene más de la mitad más uno de los votos, en Argentina eso sucede solo cuando o bien el primer candidato no obtiene más de 45% o más de 40% y 10 puntos de diferencia con el segundo. Eso hace que las situaciones de balotaje sean menos frecuentes en el escenario argentino en términos de probabilidad que en el escenario uruguayo. Por lo tanto para aquel que marcha primero en las encuestas es mucho más fácil sortear la segunda vuelta. Al día de hoy esa segunda vuelta es altamente improbable por estas dos cosas que mencionaba, por un lado cómo mide el gobierno a nivel de los principales sondeos de opinión, y por otro lado la desarticulación o la división de la oposición. Del desempeño del oficialismo, de estrategias por parte de la oposición y de una coyuntura política más o menos complicada va a depender lo que ocurra en las elecciones presidenciales de octubre.
EC - ¿Cómo te imaginas la campaña electoral? El propio presidente Kirchner hace pocos días, cuando hablaba de su esposa como candidata, pronosticaba una campaña muy sucia.
M de L - Hace un tiempo me atrevía a decir que la campaña del oficialismo iba a consistir en lo que en la jerga habitualmente se denomina "hacer la plancha", no levantar demasiado oleaje, ir hacia una campaña electoral armónica y sin entrar en complicaciones. Hoy esa estrategia no es suficiente para el gobierno en términos de lograr los resultados que espera. Podría serlo en términos de los adversarios con los cuales se va a enfrentar, pero la situación energética, la cuestión a nivel de precios, ciertos conflictos sindicales por la puja salarial son temas muy sensibles a una parte significativa del electorado. Sobre todo si se plantea profundizar el cambio o afianzarlo van a ser situaciones que lo pueden poner en un brete.
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Edición: Mauricio Erramuspe