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Irlanda del Norte y el fin de la vigilancia del ejército británico

El proceso de pacificación de Irlanda del Norte tiene una nueva etapa con la retirada de la misión del Ejército británico. Ahora, la policía norirlandesa es la encargada de la vigilancia y plantea un reclutamiento de un católico por cada protestante con el objetivo de reflejar paulatinamente la composición religiosa de la sociedad. Contacto con el periodista Carlos Cortiglia, desde Londres.

(Emitido a las 8.30)

EMILIANO COTELO:
En Irlanda del Norte, la Policía asumió hoy sola, por primera vez en 38 años, las operaciones de mantenimiento de la paz en la provincia, pocas horas después de que finalizara la misión del ejército británico.

El jefe del servicio de la Policía de Irlanda del Norte dijo que estaba convencido de que sus hombres estarían a la altura de la tarea, facilitada por la reanudación del proceso de paz en mayo pasado y por la puesta en marcha del gobierno semiautonómo creado por los acuerdos de paz de 1998 pero congelados después.

"Hace varios meses que no pedimos ayuda a nuestros colegas militares para garantizar nuestras misiones de mantenimiento de la paz", explicó el jerarca. "Ya no los necesitamos", insistió, hablando pocas horas antes de que terminara la llamada "operación Banner" u "operación pancarta", que se inició hace 38 años para reforzar a la Policía al comenzar la violencia entre católicos y protestantes.

Es todo un acontecimiento el que se está viviendo en Irlanda del Norte, por eso nos interesa conocerlo un poco más de cerca. El contacto es con el periodista uruguayo Carlos Cortiglia, radicado en Londres.

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Carlos, antes de ir a este tema, ¿qué ha pasado con las inundaciones que han afectado Inglaterra?

CARLOS CORTIGLIA:
Van mermando, la situación mejora tras haber llegado a un nivel crítico, más de medio millón de hogares quedaron sin electricidad ni agua potable. Habría que hablar mucho para explicar por qué se dio este fenómeno, ahora es el momento de hacer el balance de responsabilidades (que se debería haber hecho para impedir que la situación llegara al punto al que llegó) y de las fallas que hubo para lidiar con la situación.

EC - Vamos a centrarnos en Irlanda del Norte y esto que está ocurriendo hoy, que también se vincula con lo que ocurrió ayer, el retiro del ejército británico de esa provincia, dejándola a su propia orden después de 38 años. ¿Cómo se analiza allí ese paso? ¿Cuáles son las causas de esta medida?

CC - Vamos punto por punto. El retiro de tropas británicas estacionadas en Irlanda del Norte se debe a varias razones importantes. Por un lado, tras el logro de un acuerdo para la formación de un gobierno de coparticipación y el desarme de grupos paramilitares, se ha logrado un clima de normalidad institucional y las fuerzas policiales de la provincia se componen ahora y cada vez más de miembros de ambas comunidades, de católicos y de protestantes, de republicanos y de unionistas. Por lo tanto no se justificaba la presencia de unos efectivos militares que fueron enviados en momentos en que la violencia arreciaba.

EC - Tú decías que hay otras razones.

CC - Hay otras razones igualmente importantes. El ejército británico padece una crisis endémica de reclutamiento, agudizada por los conflictos en Irak y en Afganistán, una crisis que se viene arrastrando desde el conflicto de Yugoslavia. Hoy se registra una reducción anual de 10% del número de efectivos militares, que al culminar los denominados "tours of duty" lisa y llanamente piden la baja.

EC - ¿Qué son esos "tours of duty"?

CC - Es el tiempo que dura una misión determinada. Cada soldado supuestamente tiene que cumplir un tiempo determinado en un sitio, pero esos tiempos se han ido alargando. Como forma de compensar la reducción del número de efectivos militares, estos han tenido que pasar cada vez más tiempo por ejemplo en Irak y en Afganistán, lo que a su vez motiva a más soldados a pedir la baja porque deben permanecer alejados de sus familias durante tiempos extremadamente prolongados.

EC - ¿Algo más a propósito de esa parte del problema?

CC - Últimamente cuando se retira un personal de un sitio es lisa y llanamente para reforzar otros sectores, esto es lo que ha estado ocurriendo. La presencia británica en Irak, que en tiempos de la invasión era de decenas de miles, ahora se limita a menos de 8.000 soldados, y la intención es reducirla aún más tras el anuncio de Gordon Brown de que esos soldados ya no van a estar en las calles de Irak sino concentrados en los cuarteles.

A todo esto, la situación en Afganistán ha empeorado notoriamente y la situación en Pakistán es cada vez más inestable. Hace algunos meses Tony Blair le pidió a la OTAN que aumentara su participación, pero no obtuvo la respuesta que deseaba, por lo que buena parte del esfuerzo realizado por las fuerzas británicas se está dando sin la cooperación de la mayoría de los miembros de la OTAN. Y la violencia, que se limitaba fundamentalmente a la provincia de Helmand, en Afganistán, se ha extendido ahora a otros sectores, incluida la capital Kabul.

EC - ¿En síntesis, entonces?

CC - Lo que estamos viendo en Irlanda del Norte es motivado por un lado por la pacificación y la estabilidad política, y por otro lado por las necesidades acuciantes de reforzar las cuotas en Afganistán, donde se registra una diseminación de los focos de violencia y un cambio de tácticas de Al Qaeda y Talibán.

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EC - Esta misión Banner que llevó a militares británicos a Irlanda del Norte hace 38 años fue la más larga de la historia militar del país. En total movilizó a unos 300.000 efectivos, 760 de los cuales murieron, en su mayor parte en ataques de los militantes nacionalistas católicos.

No ha habido ninguna ceremonia oficial en Irlanda del Norte para marcar el cierre de una etapa y el comienzo de otra, el ministro irlandés de Relaciones Exteriores se congratuló el martes ante la retirada británica, dijo que es un nuevo paso importante hacia una sociedad normal, pacífica y próspera.

El final de la misión de apoyo del ejército no cambiará gran cosa para los policías del cuerpo de Irlanda del Norte, habituados a patrullar solos desde hace ya varios meses, según un cable de la Agencia France Press.

Esta policía, que fue creada en 1999, sucedió a otra integrada en su inmensa mayoría, más de 90%, por protestantes. Esta última era odiada por la minoría católica de Irlanda del Norte, mayoritariamente favorable a la adhesión de la provincia a la vecina Irlanda, que la acusaba de parcialidad. Más de 300 policías norirlandeses perdieron la vida en el conflicto, en su mayor parte víctimas del IRA, el Ejército Republicano Irlandés. La nueva policía, nacida después de los históricos acuerdos de paz del viernes santo de 1998, se preocupa ahora por reclutar un católico por cada protestante con el objetivo declarado de reflejar a mediano plazo la composición norirlandesa, que es aproximadamente 50% protestantes y 40% católicos, en un total de 1.600.000 habitantes.