Internacionales

Estados Unidos y Gran Bretaña ya no son incondicionales

La llegada de Gordon Brown al 10 de Downing Street supuso un cambio en las relaciones entre Gran Bretaña y Estados Unidos. El nuevo líder del laborismo inglés busca distanciarse de la era "Colgate" que protagonizaron George Bush y Tony Blair. Las encuestas de popularidad ya marcan un cambio a su favor. Comentario de la periodista Elisa Liber.

(Emitido a las 8.50)

EMILIANO COTELO:
"Estados Unidos ya no confía siquiera en sus aliados más próximos. Amén del desconcierto en que el presidente Bush está sumido a costa de la guerra de Irak, ahora la administración norteamericana recela de Reino Unido, su único valedor verdadero en el conflicto".

Así comienza una nota publicada el fin de semana pasado por la agencia española de noticias EFE.

¿En qué están las relaciones entre Estados Unidos y Gran Bretaña después de la asunción del nuevo primer ministro británico, Gordon Brown? ¿Siguen siendo aliados incondicionales? Según la nota de EFE, parecería que no...

En los próximos minutos les proponemos conversar junto a Elisa Lieber sobre esta alianza que supo no tener límites.

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Elisa, comencemos por el último episodio de esta especie de telenovela... El fin de semana pasado, el gobierno de Estados Unidos le negó al de Gran Bretaña la liberación de cinco presos detenidos en la base militar de Guantánamo, en la isla de Cuba...

ELISA LIEBER:
Sí, el 7 de agosto pasado, el gobierno británico dio una especie de giro en su política exterior al pedir la liberación de estos cinco detenidos.  Lo que dice el gobierno británico es que estas cinco personas -Que residían legalmente en Reino Unido antes de su detención- están presas ilegalmente, sin juicio, en Guantánamo.

EC - ¿Y qué dice la administración Bush al respecto? Bueno, se sabe que nunca atendió demandas internacionales para la liberación o traslado de presos desde Guantánamo...

EL - En realidad, lo que dice la administración Bush, es que estas personas están relacionadas con Al Qaeda, lo que imposibilita su entrega al menos así lo relató el diario británico The Sunday Times.

Además, argumentan que su liberación podría implicar una amenaza para la población británica, salvo que sean vigilados muy de cerca.  Pero lo más sorprendente acá no es la negativa de Estados Unidos a entregar los presos a Gran Bretaña, algo que era previsible. Lo que más sorprende es el pedido de Brown, que implica un cambio radical en la política exterior que había seguido su antecesor, Tony Blair.

EC - ¿En concreto, cuál era la posición de Blair respecto a la liberación de estos detenidos?

EL - Blair había dicho que no estaba obligado a solicitar la liberación de estos cinco presos porque en realidad no tenían nacionalidad británica, algo que la prensa local siempre le reprochó porque –de hecho- como decíamos recién, residían en Gran Bretaña. Ahora, según fuentes de la cancillería, el gobierno de Brown está preparado para llevar a cabo unas negociaciones "largas y complejas" con Estados Unidos sobre la situación de estas cinco personas.

Según los analistas, es una cuestión de poder ante Estados Unidos, de mostrarse independientes. Brown y su gobierno quieren expresar que se acabó la relación "Colgate". ¿Se acuerdan de las llamadas cumbres "Colgate"?

EC – Sí pero refresquémoslo...

EL - En la era Blair, la prensa denominaba los encuentros con Bush como cumbres "Colgate", después que Bush develó que compartían hasta la misma pasta de dientes. Lo que ahora dicen los analistas es que las relaciones entre Brown y Bush volvieron a estar en el lugar del que nunca deberían haber salido, el de la normalidad.

EC - Brown y Bush estuvieron reunidos en Washington a fines de julio pasado, no?

EL - Sí, estuvieron reunidos por primera vez en Camp David, un lugar en el punto medio de la escala entre la informalidad del rancho de Crawford y la Casa Blanca, la seriedad de la Casa Blanca. Vale la pena repasar lo que dijeron los diarios británicos sobre esa cumbre.

El Daily Telegraph titulaba "relación especial redefinida". Mientras que el Guardian decía que: "los perfiles de ambos líderes son tan dispares que cuesta creer que un reconocido intelectual como Brown pueda desarrollar una amistad verdadera con alguien entre cuyas aficiones no está la lectura". De todas formas, ambos diarios destacan que Brown y Bush se necesitan mutuamente.

EC - ¿De qué forma? Quizá es más evidente que Bush necesita a Brown en su guerra contra el terrorismo llevada a cabo en Irak. Pero no parece tan claro a la inversa.

EL - Lo que dicen los medios, sobre todo los estadounidenses, es que una relación saludable con Washington puede proporcionarle a Brown una estatura internacional que compensaría –de alguna forma- el demérito de haber heredado el cargo sin pasar por las urnas.

EC - Recién mencionábamos la guerra en Irak, un punto clave en las relaciones entre Estados Unidos y Gran Bretaña. ¿Brown ha hablado últimamente sobre un posible retiro de tropas?

EL - A ver, Brown, advirtió de que sería "un error" fijar una "fecha artificial" de la retirada de unos 5.500 soldados británicos. Su estrategia pasaría por relegar a los soldados británicos a una "posición de vigilancia"; es decir, de asesoramiento y apoyo a la policía y tropas iraquíes.

Mientras tanto, una Comisión de la Cámara de Comunes británica advirtió que la estrategia de Estados Unidos en Irak, que decidió enviar 30.000 soldados de refuerzo en enero pasado, parece abocada al fracaso.

Tanto los políticos, como los medios, están apurando a Brown para que tome una decisión. En lo que va del año, 41 soldados británicos perdieron la vida. Brown ya dijo que va a tomar una decisión en octubre próximo, lo que ya es todo un anuncio.

En todo caso, la actitud de Brown, que intenta despegarse de su amistad carnal e incondicional con Bush, ya le está dando resultados...

EC - ¿En qué sentido?

EL - Una encuesta publicada el fin de semana por el diario Sunday Times, refleja que el Partido Laborista disfruta actualmente de su mayor popularidad desde el inicio de la guerra de Irak, en 2003. Según el sondeo, un 42 por ciento de los entrevistados votaría al Laborismo si se celebraran elecciones generales ahora. Mientras, el Partido Conservador, dirigido por David Cameron, obtendría un respaldo de sólo el 32 por ciento.

Este dato multiplicó las especulaciones sobre un eventual llamado a elecciones generales en los próximos meses, que tendrían como ganador a un Brown renovado e independiente de Estados Unidos.