(Emitido a las 7.54)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Estamos con Martín Pintos, desde Santiago.

Ayer, pasado el mediodía, el presidente Tabaré Vázquez llegó a Santiago tras hacer algunas declaraciones no muy alentadoras respecto a los contactos que puedan existir con Argentina.

MARTÍN PINTOS:
Sí. El presidente llegó ayer con cara de preocupación y mantuvo durante la tarde varias reuniones y encuentros. Sobre la tardecita llamó al canciller Reinaldo Gargano, a José Luis Cancela y a Alicia Torres, con quienes mantuvo una reunión que el propio Gargano calificó a la salida como "de evaluación", para ver dónde estaba parado Uruguay. No han trascendido mayores detalles oficialmente.

Se sabe que Uruguay está viendo, después de las declaraciones del presidente Vázquez, cómo salir de esta situación que se ha generado, en la que no hay ninguna expectativa de acuerdo. Y, si como parece, esto se encamina hacia un fracaso, que Uruguay no sea el que pague los platos rotos como el país que desairó al rey por no haber encontrado una solución.

La situación es bastante compleja. Hay intensas negociaciones para tratar de pulir una suerte de acuerdo de segunda línea, en el que se hable de cosas básicas, como el cuidado del ambiente, el respeto del Tratado del Río Uruguay, alguna cosa que tenga que ver con préstamos internacionales. Pero hay que ver cómo eso se pone arriba de la mesa. Porque el presidente dejó muy claro ayer que no firma absolutamente nada. Están tratando de buscarle la vuelta a una declaración de buena voluntad, de que España ha colaborado mucho y ojalá siga haciéndolo, para que el rey salga elegantemente, lo mejor parado posible de esta situación.

ANDRÉS GIL:
Es un hecho que la facilitación termina ahora. Se cumple el año de la Cumbre Iberoamericana anterior y la facilitación se termina sí o sí.

MP - Como tal, como intensas gestiones sí. Todavía está en duda si el rey ya en esta cumbre, al cumplirse un año, logra acercar a los dos países mínimamente, dejar una base encaminada para seguir trabajando y se despide del todo la facilitación o si deja que el diálogo bilateral fluya y quede una suerte de "si me necesitan estoy a disposición", pero también tomando distancia. No va a seguir con el grado de participación que ha tenido Yáñez-Barnuevo en las cuatro reuniones que se hicieron desde noviembre del año pasado a ahora, en Nueva York, en España, técnicas, políticas.

Por otra parte, ayer nos decían en la delegación española que el rey está presionando fuertemente para que se logre aunque sea un acuerdo o un entendimiento mínimo. Porque si no, más allá del tema en sí de la propia cumbre, en lo que tiene que ver con este asunto quedaría como una suerte de fracaso en su intento de mediar entre los dos países. Está tratando de buscar rápidamente alguna situación que lo deje elegantemente bien parado.

Por ahora hay mucha conversación interna pero nada formal arriba de la mesa como para decir "se encamina por este lado". Hay que ver qué pasa en las próximas horas. A las 16.00 horas llega Kirchner y hay un período entre las 16.00 y las 20.00, entre la llegada del presidente de Argentina y la primera actividad oficial de la cumbre, en el que podría haber contactos, dado que se alojará en el mismo hotel que el presidente Vázquez.

Vázquez, ayer cuando iba a cenar, fue muy claro. Reiteró en la puerta del hotel que no había absolutamente nada acordado ni agendado ni previsto. En esos términos se subió al auto y se fue a cenar con el embajador Carlos Pita y la delegación uruguaya a un restaurante en el centro.

JI - Hoy llega Kirchner y también llega el rey. Van a estar todos los actores. Se podría concretar alguna reunión entre todas las partes. Ayer, el propio Vázquez decía que apenas termine este encuentro de Chile, se reúnan o no, la planta seguramente la próxima semana va a estar funcionando, el permiso se va a firmar. Lo dijo antes de partir hacia Chile.

MP - Sí, la delegación argentina, que tomó debida nota, no ha hecho mayores comentarios. Sí se nos dijo extraoficialmente que las declaraciones del presidente Vázquez no cayeron bien. Nadie se va a llamar a sorpresa porque es lo que ha dicho toda la vida, pero lo dejó claro. La duda es por qué lo dijo en ese momento, cuando todo hacía pensar que la cumbre, desde este punto de vista, en cuanto a la resolución del tema bilateral, se encaminaba hacia un fracaso. Porque no hay ningún acuerdo arriba de la mesa que permita decir que el tema se solucionó o que está encaminado. Las declaraciones de Vázquez terminaron de sellar esa sentencia de muerte. No se entiende muy bien por qué salió en ese momento a decir lo que ha venido diciendo. Porque no dijo nada distinto de lo que ha repetido desde hace por lo menos dos años, desde que empezó el conflicto: que no va a negociar con los puentes cortados, que Botnia va a funcionar igual, que no se va a relocalizar. Nadie se puede llamar a sorpresa, pero no se entiende por qué lo dijo en Carrasco, antes de salir para acá.

AG - Al mismo tiempo, desde Argentina llegaron señales auspiciosas, que se suman a las declaraciones de Cristina Fernández de Kirchner del fin de semana pasado. Ayer, en declaraciones a Radio Continental, Aníbal Fernández hizo un llamado interesante a la cordura a los ambientalistas.

JI - El ministro del Interior argentino decía que "no se van a producir acciones de los ambientalistas del lado uruguayo, no va a suceder ni en el puente ni el río. Creo que todas las marcas de la tolerancia están insinuadas y, más que insinuadas, exhibidas".

Queda la pregunta en el aire: ¿por qué Uruguay pospuso la firma del permiso para que Botnia comenzara a funcionar el lunes, si el presidente Vázquez ya antes de irse a Chile maneja la posibilidad de que no se avance en la negociación?

AG - Quizás en algún momento sí estuvo la expectativa de que se lograra algo un poco más sólido en esa reunión de Chile...

JI - Por eso. Algo pudo haber pasado esta semana. La pregunta es qué información le llegó al presidente Vázquez de los técnicos que viajaron días antes a Santiago, de esas reuniones que tuvieron con el mediador, para que antes de salir de Uruguay, ni siquiera en territorio chileno, haya dicho que las expectativas de lograr un acuerdo con Argentina eran muy pocas.

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Edición: Eugenia Martínez