(Emitido a las 8.27)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Se acerca el 2 de diciembre. Y en Venezuela eso significa que falta cada vez falta menos para el referéndum por la reforma constitucional.

ANDRÉS GIL:
Una reforma que apunta a modificar un total de 69 artículos de los 350 de la Constitución bolivariana vigente desde 1999. La campaña por el sí se lanzó el domingo pasado.

JI - Sí, en un clima bastante entreverado. En las últimas horas se han intensificado las acciones de quienes se oponen a la reforma, con un llamativo protagonismo de los estudiantes, que incluyeron enfrentamientos con la Policía y simpatizantes del gobierno de Chávez.

AG - Ayer algunos miles de estudiantes se manifestaron en las calles de Caracas exigiendo al Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela que aplazara la realización del referéndum para aprobar la reforma constitucional impulsada por el gobierno.

JI - Esta mañana les proponemos trasladarnos a Venezuela para ver cómo se está viviendo esta campaña y qué es lo que está en juego en esta iniciativa que el propio Chávez ha calificado como un paso clave hacia el "socialismo del siglo XXI".

AG - El contacto es con el periodista uruguayo Juan Pablo Correa, radicado en Caracas desde hace unos 10 meses. Periodista conocido de la casa, trabajó en El Espectador, concretamente en Dinámica Rural, además de en algunos diarios, como El Observador y El País.

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JI - Para empezar, en términos generales, ¿qué es lo que está en juego con esta reforma?, ¿qué es lo más importante para destacar?

JUAN PABLO CORREA:
Las modificaciones propuestas abarcan unos cuantos artículos, pero lo sustancial es que el presidente Hugo Chávez, que está en el poder desde el año 1999, propone la reelección indefinida, que él mismo pueda presentarse para ser reelecto sin limitación de mandatos. Además propone extender el mandato presidencial, que hoy es de seis años, a siete años. De modo que si él fuese reelecto en 2012, permanecería en el poder hasta el año 2019.

Eso es lo sustancial y lo que explica el estado de conmoción en el que está Venezuela. Más allá de que también propone cambiar el mapa político del país, limitar la jornada de trabajo a seis horas, reducir la autonomía del Banco Central, que puedan votar los jóvenes a partir de los 16 años... Sin embargo lo sustancial es lo que acabo de decir, que explica el estado en el que está en este país, que está radicalizado y muy enfrentado desde hace seis o siete años. Estamos en un nuevo pico de enfrentamiento.

AG - Yo decía que son 69 los artículos que se propone cambiar de la Constitución bolivariana. Se van a votar en dos bloques, son dos referendos paralelos.

JPC - Sí, se van a votar en dos bloques. No iba a ser así, pero un partido opositor propuso la división en dos bloques y Chávez accedió al cambio. De todas formas, eso no cambia nada. La oposición no cambió su postura a raíz de este cambio que aceptó Chávez. Lo que está en juego es la reelección indefinida. Todo el mundo lo sabe, aunque no lo diga con todas las letras. Los estudiantes y algunos partidos políticos proponen la postergación del voto un par de meses. Lo pidieron ayer al Tribunal Supremo de Justicia. Es muy difícil que este acceda. Lo más probable es que la votación sea el 2 de diciembre, a menos que ocurra algo que nadie espera en este momento.

AG - ¿La gente tiene idea de qué es lo que está en juego o está mandando el desconocimiento?

JPC - Más allá de que se menciona que hay un desconocimiento del detalle de la propuesta que abarca más o menos al 70% de la población, la gran mayoría sabe que lo que está en juego es la reelección indefinida, aunque no lo diga tan explícitamente. El gran tema en este momento es la disyuntiva que enfrenta la oposición. Hay grupos importantes que no creen en la limpieza de la consulta y han optado por la abstención, mientras que otro grupo grande insiste en que de cualquier forma hay que ir a votar. Por ejemplo, Acción Democrática, que es un partido tradicional, habla de la abstención. Movimiento al Socialismo y Primero Justicia hablan de ir a votar. Esa es la disyuntiva.

JI - Esas son las posiciones políticas. ¿Por qué los estudiantes han cobrado el protagonismo que tienen hoy con estas movilizaciones, como la de ayer?

JPC - Ese es un cambio importante, en 2002, 2003, 2004 hubo muchísimas movilizaciones de la oposición. Sin embargo el estudiantado de las universidades como tal no jugó un rol importante. En este momento sí, y lo novedoso es que el movimiento abarca tanto a las universidades del Estado como a las privadas. Hay aproximadamente un millón de estudiantes en las universidades en Venezuela y la movilización ha sido bastante importante. Abarca a las principales seis o siete ciudades del país, y abarca a universidades estatales autónomas –porque son autónomas y en prácticamente todas la conducción es de la oposición– y también a las privadas. El movimiento se concentra en la capital, pero abarca también a Valencia, Barcelona, Barquisimeto, Maracaibo... está bastante extendido. Es cierto que también hay un grupo significativo de estudiantes que son oficialistas, lo que en parte explica los enfrentamientos, que han sido bastante intensos en distintas universidades. El fin de semana pasado falleció una chica en la Universidad del Zulia, en Maracaibo. No se ha hecho aparecer el tema como estrictamente vinculado con las movilizaciones, aunque existe la sospecha de que lo está.

AG - Hablaste al pasar de un alto nivel de abstención y explicabas por qué, pero ¿por qué esto favorece a Chávez? Porque desde la oposición lo que se discute es: si estamos en contra, vayamos a votar.

JPC - Ante todo hay que decir que la propia oposición o parte de ella admite que los chavistas todavía son más que los integrantes de la oposición. Las encuestas indican que Chávez conserva más o menos un 63% de apoyo, que es el porcentaje que sacó en diciembre pasado cuando venció a Manuel Rosales. Sin embargo, aproximadamente el 50% de la gente rechaza la reforma, lo que indica que hay chavistas que no la aceptan y algunos de ellos son abstencionistas. Porque, según las encuestadoras, rechazan los cambios pero no están dispuestos a votar contra quien todavía consideran su líder. Los porcentajes indican que la abstención sería muy importante. Podría llegar a la mitad del padrón y la posición en contra de la reforma y quienes apoyan los cambios tendrían un porcentaje muy similar, de 25% o 30%, según las encuestas, estarían muy empatados. Se aguarda que, a medida que se acerque la fecha de la votación, el porcentaje de abstención disminuya, sin embargo en cualquier caso va a ser importante. Además, en Venezuela ha habido siempre un porcentaje importante de abstención, de gente que opta por no participar, que nunca baja del 20% o 25%.

AG - La popularidad de Chávez parece a prueba de balas. La economía venezolana está enfrentando dificultades pero eso no se nota en la popularidad del presidente.

JPC - No se nota. Venezuela en este momento está marcada por una inflación importante, la más alta del continente y hay desabastecimiento de algunos productos básicos, que no son muchos aunque son sensibles –leche, azúcar, carne de pollo, aceite comestible, carne vacuna–. Sin embargo, hay un consumo muy importante, ha subido el ingreso de la población más pobre, que es prácticamente el 70% del total, y esos grupos aún apoyan al presidente. Sufren mucho algunos problemas como la violencia crónica en las ciudades, la falta de servicios, y de hecho están movilizados, hacen cortes de ruta, pero aún no han trasladado su descontento al presidente.

En el chavismo hay disconformidad con la gestión de los ministros, pero muchos razonan todavía: "hay muchos problemas, hay corrupción, lo que ocurre es que el presidente no lo sabe, no se lo dicen". Aún no trasladan su descontento a Chávez. Hay gente de la oposición que dice que entre los oficialistas hay un proceso lento de desgaste del presidente, muy lento. Y un proceso mucho más rápido de desgaste de la percepción de su gestión y de la de sus ministros.

JI - ¿Cómo pegó la aparición en escena del ex ministro de Defensa Raúl Baduel, que salió a hablar contra la reforma?

JPC - Baduel dijo que con un grupo de amigos está evaluando hacer campaña, salir a recorrer el país. Baduel es un militar muy importante. Es visto como un hombre constitucionalista, un militar profesional. Fue amigo de años de Chávez y fue quien en abril de 2002 volcó la unidad militar que comandaba a favor del presidente, lo que fue decisivo para que fuese restituido en su cargo. Sorprendió el pronunciamiento de Baduel, aunque se venía insinuando su disconformidad. No es un hombre con un arraigo popular muy grande, aunque su palabra influye en el seno de las Fuerzas Armadas, en las que hay disconformidad con algunas posiciones de Chávez. No tanto entre los mandos más altos, pero sí en la oficialidad media y en la Guardia Nacional, cuya función va a cambiar si se aprueba la reforma de la Constitución. Baduel ha sido tildado de traidor por los chavistas, que han reaccionado con sorpresa y mucho enojo.

Hay que ver, más allá del impacto mediático, qué impacto tiene en la gente. Hay que ver si el hombre sale a hacer campaña, qué impacto tiene esa campaña. Porque la oposición no tiene una persona que marque las pautas. Sí hay un par de estudiantes que se han vuelto muy conocidos en las últimas semanas, que son muy escuchados y respetados, pero en los partidos no hay gente que sea demasiado seguida. De pronto Baduel se convierte en esa persona.

JI - Alguien de peso, un referente que se pare del otro lado. Un Baduel que ya se tuvo que llevar el mote de traidor por parte del propio Chávez...

Por último, ¿Realmente están tan radicalizados que estás a favor o en contra? ¿Qué percibís en la calle en la diaria respecto de la situación política?

JPC - He visto muchas reuniones de la oposición y no son muy concurridas, aunque vivo en una zona donde la oposición predomina. Es evidente que hay cierta desmoralización entre quienes se oponen a Chávez, porque en los últimos años han perdido votaciones en unas cuantas oportunidades.

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Edición: Eugenia Martínez