El Parque Eifel, conocer el pasado para no repetirlo
Un cuartel de formación de las SS de Adolf Hitler se convirtió en un espacio para la reflexión sobre el nacionalsocialismo y la promoción de la tolerancia y el humanismo. Un ejemplo de la vocación alemana de recordar esa parte de pasado para no repetirla, que Emiliano Cotelo describe en la siguiente crónica.
(Emitido a las 8.01)
ANDRÉS GIL:
En Alemania la historia se te cruza a cada paso que das. Cada movimiento, cada impacto visual tiene que ver con la historia.
Son distintos niveles de la historia. Por ejemplo, encontrarse con una ciudad de 2.000 años fundada durante el imperio romano. Pero también la historia más contemporánea, esa que cala mucho más hondo, por ejemplo al caminar por un escenario de la primera guerra mundial o ver en una pared los impactos de metralla en un choque previo a la liberación de Berlín en 1945.
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La historia era uno de los motivos de interés en tu viaje, Emiliano.
EMILIANO COTELO:
Sí, pero en particular, yo pedí para concentrarme en la etapa de la guerra fría, la Alemania dividida, la caída del muro de Berlín y el proceso de reunificación ahora en marcha.
Pero esta vez mi foco no estaba puesto en el período nazi. Sin embargo, la realidad manda, y esa época terminó apareciendo en mi camino sin que yo la buscara.
AG - ¿Cómo fue eso?
EC - Ocurrió el sábado de mañana. Ya les conté que ese día viajé desde Colonia a Schleiden para conocer la experiencia de esa zona con los molinos de viento y la generación de energía eléctrica. Recorrimos el lugar, vimos la maquinaria, tomamos fotos, pero como llovía y hacía tanto frío, la entrevista con el gerente de la empresa no pudo hacerse en el campo. Por eso, el ingeniero Arbach nos propuso ir a tomar un café a un lugar que describió como interesante y abrigado.
AG - ¿Dónde fueron?
EC - En apenas cinco minutos nuestro anfitrión nos llevó al Parque Nacional Eifel, un predio de 100 hectáreas colgado de las montañas y armado en torno a lo que fue una escuela de formación de las SS fundada por Hitler en 1933. Es un conjunto de edificios de grandes dimensiones, de paredes de piedra gris y techos de pizarra negra. Una arquitectura sólida y hasta atemorizante.
Después averigüé que para construir ese complejo los nazis expulsaron a los habitantes del pequeño pueblo de Vogelsang, que quedaba dentro del gran terreno que habían elegido. Las obras comenzaron en 1939 y dos años más tarde se dictaban allí los primeros cursos de las Escuelas Adolf J. Hitler.
En 1944 los bombardeos de los aliados destruyeron algunos edificios del establecimiento; en 1945 el lugar fue ocupado por el Ejército de Estados Unidos; en 1946 pasó a las fuerzas británicas como centro de entrenamiento; en 1950 fue transferido a la jurisdicción de Bélgica; y cinco años después, aún bajo soberanía belga, se convirtió en una base de entrenamiento de la OTAN. Recién en 2005 fue devuelto a la República Federal de Alemania.
Y no solo para mí fue un descubrimiento este Parque Nacional, también lo fue para Nicolas, el guía que me acompañaba en esta parte del viaje, que no conocía el lugar, pese a que vive a menos de 100 kilómetros, en Colonia. Es que el parque fue abierto al público hace poco más de un año.
AG - Por lo que deduzco, en Vogelsang te encontraste con otro caso de reconversión.
EC - Sí, aunque con connotaciones diferentes de las dl ejemplo de Zollverein que describí ayer. Este reciclaje tiene dos grandes capítulos. Por un lado, las tierras que en el pasado estaban dedicadas a las maniobras militares han sido libradas al desarrollo natural, con la menor intervención posible del hombre. Se procura sobre todo preservar los magníficos bosques que hay allí y la fauna asociada a ese tipo de árboles. De todos modos, el público puede recorrerlos y disfrutarlos en excursiones, caminatas, itinerarios para bicicleta de montaña. El paisaje es deslumbrante, muy quebrado y con enormes lagos alrededor.
Por otro lado, los edificios del viejo complejo, 70.000 metros cuadrados construidos, serán destinados a actividades culturales y recreativas. Hay una exposición permanente sobre la historia de la zona, se prepara un centro de investigación y documentación sobre el nacionalsocialismo, que pondrá el foco en la adoctrinación y el sistema educativo del Estado nazi y, por último, una academia que se centrará en el ambiente y el desarrollo, y trabajará en planes de enseñanza orientados a estudiar asuntos políticos desde una perspectiva de diálogo.
Los folletos del Parque Eifel dicen: "Una vez, en este lugar hubo jóvenes que eran educados para servir a un partido totalitario. Hoy el objetivo es darle a este espacio una nueva identidad. Estos restos del período del nacionalsocialismo deben ser tomados como memoria y alerta a las generaciones actuales, para que practiquen la tolerancia y el humanismo".
AG - Una vez más, aparece esa filosofía, esa búsqueda tan fuerte que hay en Alemania después de la segunda guerra, de crear museos en torno a la historia reciente e impulsar la información, la reflexión y el debate sobre esos hechos.
EC - Sí, y lo interesante es que eso funciona. El sábado había en Vogelsang un grupo grande de gente caminando de un lado a otro, observando los edificios que albergaron los salones de clase, el gimnasio, los bloques de dormitorios, los galpones, etcétera, todo vacío.
Había otras personas recorriendo la exposición permanente y sentándose después a charlar, tomar un café o almorzar en la cafetería. Y ese movimiento se daba pese a que, como ya les dije, aquella era una mañana desagradable: había dos grados de temperatura, llovía fuerte y soplaba un viento cruel. Por eso, cuando entramos por el portón principal y me dijeron donde íbamos, yo supuse que seríamos los únicos, pero me equivoqué. Queda claro que este tipo de iniciativas encuentran a los alemanes bien dispuestos e interesados en participar.
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Edición: Mauricio Erramuspe