Entrevistas

Las alternativas de Cuba con su segundo Castro

Las alternativas de Cuba con su segundo Castro

El nuevo presidente de Cuba, Raúl Castro, prometió dar continuidad a la revolución y anunció que seguirá consultando con su hermano las decisiones "de especial trascendencia" para el futuro de la isla. El relevo de Fidel ha sido objeto de análisis en todo el mundo. En Uruguay, la situación también se lee de diferentes maneras. Para el periodista Graziano Pascale, en los tiempos que vienen va a ser determinante la presencia militar en el gobierno, "que de algún modo viene a sustituir el carisma unificador de Fidel Castro". El politólogo Jaimé Yaffé, por su parte, pronosticó que probablemente haya pequeñas reformas que tengan que ver con el funcionamiento económico, pero en el plano político no hay en la perspectiva ningún tipo de anuncio de apertura".

(Emitido a las 7.46)

EMILIANO COTELO:
En La Habana se confirmó ayer la designación de Raúl Castro como nuevo presidente y comandante en jefe.

La Asamblea Nacional de Cuba designó ayer como nuevo presidente del Consejo de Estado al general Raúl Castro. De esta manera concluyó formalmente el mandato de su hermano Fidel, quien estuvo al frente del gobierno durante casi medio siglo.

En su primer discurso como nuevo presidente, Raúl Castro prometió dar continuidad a la revolución y anunció que seguirá consultando con su hermano las decisiones "de especial trascendencia" para el futuro de la isla, sobre todo las vinculadas con la defensa, la política exterior y el desarrollo económico. Ese camino recibió la aprobación por aclamación de los diputados que lo escuchaban.

(Audio de Raúl Castro.)

"Asumo la responsabilidad que se me encomienda con la convicción de que, como he afirmado muchas veces, el comandante en jefe de la Revolución Cubana es uno solo. Fidel es Fidel, todos lo sabemos bien. Fidel es insustituible y el pueblo continuará su obra cuando ya no esté físicamente. Aunque siempre estarán sus ideas, que han hecho posible levantar el bastión de dignidad y justicia que nuestro país representa".

(Fin del audio)

EC - Después de destacar la figura de su hermano, Raúl trató el tema quizás más esperado de su discurso: los cambios que pueden venir. Dijo: "Somos conscientes de los enormes esfuerzos que requiere fortalecer la economía". En este sentido, anunció una "progresiva, gradual y prudente reevaluación del peso cubano" y anticipó que en las próximas semanas comenzará a "eliminar las más sencillas prohibiciones". Aunque no precisó cuáles serán esas primeras medidas, Raúl Castro añadió que la supresión de otras regulaciones tomará más tiempo, debido a que requieren un estudio integral y, además, cambio en las leyes.

Por otra parte, Raúl Castro abordó un asunto especialmente sensible para los cubanos, el subsidio de alimentos y servicios, que "en las actuales condiciones de nuestra economía resultan irracionales e insostenibles".

Raúl también dijo que se buscará hacer más eficiente la gestión gubernamental. "Hoy se requiere una estructura más compacta y funcional, con menor número de organismos de la organización central del Estado y una mejor distribución de las funciones que cumple". Habló de reducir la enorme cantidad de reuniones, coordinaciones, permisos, conciliaciones, disposiciones, reglamentos, circulares, etcétera, y adelantó que la Asamblea volverá a reunirse este año para evaluar la composición del gobierno y orientar esos cambios.

El discurso duró poco más de una hora y fue trasmitido en directo por radio y televisión.

***

EC - Para analizar esta noticia, estamos con dos de los integrantes de nuestra Tertulia: el politólogo Jaime Yaffé y el doctor Graziano Pascale.

¿Cómo tomaron la noticia? ¿Daban como un hecho que el sucesor fuera Raúl?

JAIME YAFFÉ:
Sobre el tablero no se veía ninguna otra posibilidad. Y además todo se había preparado muy meticulosamente en la medida que hace unos meses, cuando Fidel Castro tomó esta licencia médica que lo alejó del mando, todas sus atribuciones pasaron directamente a su hermano. Parecía algo natural en la medida en que esta especie de transición entre hermanos ya estaba operando. Ahora simplemente se dio un paso más. Y por otro lado no se evidenciaba dentro del gobierno cubano ninguna otra posibilidad de renovación que no pasara por esta transición. Yo no esperaba otra cosa.

EC - Graziano, ¿a ti tampoco te sorprendió?

GRAZIANO PASCALE:
No. Yo anotaría otro detalle: el hecho de que en la elección de los otros cargos que componen el Consejo de Estado, salvo la presencia de Carlos Lajes, que es un hombre de 56 años –que en comparación con el resto de los integrantes es casi un adolescente en la política cubana–, lo que hubo fue una ratificación de la existencia como columna vertebral del gobierno cubano de los mandos militares. Quienes vieron ayer por la televisión las imágenes que daban cuenta de la elección, no solamente de Raúl Castro sino del resto de los integrantes de los cargos más altos del Estado cubano, habrán notado la presencia de muchas personas uniformadas y de mucha edad. Son los comandantes militares que han acompañado a Fidel Castro en el último casi medio siglo de gobierno. Y da la impresión de que el sucesor de Fidel Castro va a ser el propio Ejército cubano, que ya hoy controla en ese país los principales resortes de la economía. Por un lado el turismo y por otro lado la naciente industria petrolera. De modo que en los próximos meses y en los próximos tiempos habrá que poner la atención en lo que suceda dentro de ese ejército, que en el pasado ha cumplido un rol fundamental. No sólo en la conquista del poder sino también en el mantenimiento del dominio de Fidel Castro en Cuba durante el último medio siglo.

EC - Esa presencia militar fuerte en el nuevo Consejo de Estado es clara, pero en el cargo de primer vicepresidente se nombró a José Ramón Machado Ventura, un médico que tampoco es joven. Tiene 77 años y es considerado parte de la línea dura el Partido Comunista. ¿Qué importancia tiene este nombramiento?

JY - Vistos los antecedentes de la persona, no cambia mucho que ocupe un cargo militar o no. Pertenece a la más vieja generación de la Revolución Cubana. Esta persona participó en Sierra Maestra con Fidel, Raúl y el resto de los viejos revolucionarios. Por lo tanto no cambia mucho el análisis el hecho de que no ocupe un cargo militar. Viendo todos los cargos de importancia. Se ve que esta transición de Fidel a Raúl no ha supuesto para nada la apertura a una renovación generacional dentro de los cuadros superiores del gobierno cubano. También este hombre pertenece a esa vieja generación.

EC - En cuanto a los anuncios que hizo ayer Raúl Castro, ¿qué balance hacen ustedes?

GP - Confirma lo que se venía anunciando. Sobre todo los análisis que se hacían inmediatamente después de la renuncia de Fidel Castro, hace ya unos cuantos meses, en el sentido de que Raúl Castro iba a encabezar una especie de proceso chino, aludiendo a las grandes reformas económicas que el Partido Comunista Chino ha llevado adelante en las últimas décadas. Estos anuncios, que da la impresión de que abren el sentido común a la marcha económica del gobierno, ratifican aquella primera impresión, abonada básicamente por análisis que provenían de agencias internacionales de noticias, que una tras otra elogiaban o abrían grandes expectativas sobre el rol económico que iba a llevar adelante la administración, ya entonces confirmada, de Raúl Castro.

De todos modos, me permito poner el acento en el comentario que había hecho antes, en el sentido de que la presencia militar en el gobierno, que de algún modo viene a sustituir el carisma unificador de Fidel Castro, es un hecho que va a ser determinante en el futuro político y social de la isla.

EC - ¿En qué sentido?

GP - En el sentido de que las tensiones que vive la sociedad cubana, como cualquier sociedad en el mundo –porque no hay ningún sistema ni político ni social que logre amortiguar las tensiones, que en algunos casos podrán ser más explícitas y en otros menos explícitas, como en el caso cubano, o que cuando se manifiestan adquieren un gran dramatismo, por ejemplo cuando la gente se quiere ir de la isla y sufre consecuencias muchas veces terribles–, en el futuro se van a vivir sobre todo dentro del Ejército, en la medida que el Ejército pase a ser la fuerza dominante y central de la vida cubana, como seguramente va a ocurrir en los próximos meses. Y dentro del Ejército conviene recordar que hace algunos años ocurrió el episodio del fusilamiento del general Ochoa, un héroe de la guerra en Angola, que provocó –como provocaría en cualquier ejército del mundo, ni siquiera vale la pena mencionarlo– grandes remesones internos.

Recuerdo que el general Colomé, que fue uno de los hombres que participaron en el juicio que se le hizo a Ochoa, está dentro del Consejo de Estado. De modo que esas tensiones se van a dar y es bueno empezar a informarse sobre lo que ocurre en el Ejército cubano, porque allí también hay sectores. Están los sectores de la gerontocracia militar que controlan los elementos clave de la economía, como el turismo, la enorme cantidad de dinero que entra a Cuba por el turismo está controlada básicamente por el Ejército, y también los nuevos ingresos petroleros.

EC - Jaime, ¿tú compartes esa inquietud o prefieres ir por otro lado en el análisis?

JY - Un apunte sobre la importancia del Ejército. Hay allí un equilibrio que vamos a ver cómo se reconfigura o si sigue como está. Porque no sólo juega el Ejército sino también la estructura del propio Partido Comunista, que está atravesada por los cargos militares, es un actor muy relevante en todo el proceso de toma de decisiones. Allí, entre el Partido Comunista y el Ejército probablemente se defina buena parte del equilibrio de poder. En el caso cubano no tenemos, como había en los regímenes del viejo socialismo real, un peso demasiado autónomo de la propia burocracia estatal, que es muy pesada en el caso de economía totalmente estatizada como es la cubana. En ese sentido, el ejército y el Partido Comunista probablemente definan los ejes centrales del equilibrio de poder.

Quería introducir otro ángulo de análisis. Tú preguntabas qué pensábamos de los cambios que anunció Raúl Castro. Por un lado, en el discurso de Raúl Castro hay el intento de introducir un sesgo propio anunciando una serie de cambios, pero esos cambios no se explicitan. Es el discurso del cambio sin contenido. Pero aún sin especificar de qué está hablando. Se visualiza que no está hablando de grandes reformas. No sé hasta qué punto esto que Graziano planteaba, que habría cierta mirada hacia el tipo de reforma económica profunda siguiendo el modelo chino, en este momento es pasible de ser pensado, dado que el anuncio ha sido muy moderado y apenas se habla de cambiar pequeñas cosas que ya son absurdas en la vida cotidiana del cubano en materia de regulaciones y prohibiciones.

EC - Por otro lado, Raúl Castro anunció que en los temas más importante, en los temas de especial trascendencia para el futuro de Cuba, entre ellos los del desarrollo económico, consultará con su hermano Fidel. Y Fidel dijo claramente en su editorial del viernes pasado "cambios no, en todo caso en Estados Unidos". Esa fue la respuesta a los reclamos que venían, por ejemplo, de Washington.

JY - Ahí vamos a lo otro que quería decir. Cuando Fidel dice eso no habla de los cambios económicos sino de los cambios políticos. Hay que decir contundentemente que en materia del modelo político cubano no hay en la perspectiva anunciado ningún tipo de cambio. No podía ser un cambio en el sentido de la liberalización o de una apertura en algún sentido de ese sistema político tan cerrado en el cual vive Cuba desde hace tanto tiempo. Probablemente haya pequeñas reformas que tengan que ver con el funcionamiento económico de Cuba, pero en el plano político, y yo agrego que lamentablemente no hay en la perspectiva ningún tipo de anuncio de apertura que permita hablar de algún tipo de flexibilización de este sistema de partido único tan cerrado, con un cerramiento que ha llevado a la consolidación de esta vieja generación revolucionaria, que incluso se muestra muy poco capaz de darle entrada a otra generación más joven a la gestión del gobierno.

GP - Hay mucho más para decir. Al hecho concreto a que hice mención, del Ejército como factor central en el futuro de Cuba, hay que agregar dos elementos más, de la combinación de los cuales seguramente va a surgir el futuro de Cuba. Porque de algún modo la expectativa que rodeaba a la elección del Consejo de Estado era si había alguna señal positiva de transición hacia un régimen más abierto y más democrático. Eso se frustró, pero hay otros dos o tres componentes que van a tener un rol en el futuro. Por un lado, el gobierno de Estados Unidos, lo empezó a jugar con una cierta guiñada cómplice hacia la administración de Raúl Castro, en la medida en que Raúl Castro va a asegurar la estabilidad en la isla, y a Estados Unidos, que está a 90 millas de Cuba, lo que menos le interesa es tener un vecino convulsionado. El segundo elemento es la disidencia cubana o la oposición cubana medio clandestina, medio pública dentro de la propia Cuba. Y el tercero, el exilio cubano radicado en Miami.
De la combinación de esos factores se va a encontrar de un modo más o menos pacífico –el tiempo lo dirᖠla transición hacia un régimen político y económico más abierto.

JY - Por otra parte, quiero poner la nota en la tranquilidad con la que aparentemente esto se vive dentro de la isla. Durante todo el proceso de enfermedad y alejamiento parcial del gobierno cotidiano de Fidel Castro no ha habido ningún tipo de movimiento opositor que diera la señal de que hubiera algún nivel de malestar capaz de organizarse, tomar cuerpo y concretar demandas. Eso también es un dato a tener en cuenta: la alta popularidad que sigue teniendo este régimen conducido por el Partido Comunista, que se expresa en esa gran pasividad social.

Por último, coincido con Graziano en que, mirando hacia delante, también Estados Unidos tiene una carta a jugar. Porque esto del cerramiento que tanto señalamos, el bloqueo político cubano, siempre ha sido un juego a dos bandas entre los impulsos del propio régimen en ese sentido y la necia y obstinada política de los sucesivos gobiernos estadounidenses, que nunca han dejado abierta una ventanita para entablar un diálogo que facilite las cosas a la conducción cubana. Veremos un momento de cambio político en Estados Unidos en los próximos tiempos, quizás alguien más inteligente en esa materia que los gobernantes que ha tenido Estados Unidos hasta el momento, si resulta electo, aproveche este recambio de nombres en la isla para plantear de otra manera las relaciones, para facilitar las cosas en la interna cubana.

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Edición: María Eugenia Martínez