Entrevistas

Ecuador ante una "causa nacional"

"Es muy difícil que se llegue a dar un estado de guerra, pero hay que tener mucho cuidado si se sigue dando la escalada de acusaciones. Porque cualquier disparo, cualquier hecho que no es de guerra abierta, puede abrir algunos enfrentamientos", advirtió Kintto Lucas, corresponsal en Quito de la agencia Inter Press Service. El periodista comentó que teniendo en cuenta las relaciones amistosas entre los gobiernos de Ecuador y Colombia no era de esperar una crisis como la desatada en las últimas horas, en la que también participó el gobierno de Venezuela. En el caso de Ecuador, la situación se convirtió en motivo de preocupación para la población. "Uno palpa en la mayoría de la gente la percepción de que es una causa nacional... Una indignación hacia el gobierno colombiano".

(Emitido a las hora 8.30)


EMILIANO COTELO:
Lejos de enfriarse, se agrava cada día más la crisis diplomática entre Colombia, Ecuador y Venezuela, desatada por la muerte del principal vocero de las FARC, Raúl Reyes, ocurrida en territorio ecuatoriano pero a manos del ejército colombiano.

Ayer, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, directamente rompió relaciones diplomáticas con Colombia. En su pronunciamiento, el presidente Correa aseguró que su gobierno tomó esta decisión ante la evidente violación de la soberanía nacional y de las muy graves acusaciones que insinúan acuerdos entre las FARC y el gobierno de Ecuador.

(Audio de Rafael Correa)

"Hoy nos quieren involucrar con las FARC porque su campamento se encontraba en nuestro territorio. Hoy hablan de supuestos santuarios en territorio ecuatoriano, mientras que en la propia Colombia las FARC controlan vastas extensiones de territorio. ¡Cuánto cinismo! Ellos saben que es imposible controlar dichos campamentos.

Pese a ello, el esfuerzo que ha hecho Ecuador ha sido enorme. En 2007 desmantelamos 47 campamentos de las FARC, mientras que entre 2000 y 2006 sólo se habían ubicado 13. Eso demuestra la política soberana, digna y nacionalista de nuestro gobierno, sin pretendidas dobles morales.

Todo contacto con la guerrilla ha sido por motivos humanitarios, junto con países como Francia. ¿Se le ocurriría, entonces, a alguien acusar al presidente Sarkozy de apoyar a las FARC? Incluso, lamento comunicarles que las conversaciones estaban bastante avanzadas para liberar en Ecuador a 12 rehenes, entre ellos Ingrid Betancourt. Todo fue frustrado por las manos guerreristas y autoritarias. No podemos descartar que esta fue una de las motivaciones de la incursión y ataque por los enemigos de la paz".

(Fin del audio)

EC - La crisis se elevó a niveles insospechados después de que el gobierno del presidente Álvaro Uribe denunció unos supuestos tratos de las FARC con el gobernante ecuatoriano y con su ministro de Seguridad.

Vamos a examinar esta situación y conocer de cerca cómo se viven estos acontecimientos en el propio Ecuador. El diálogo será con el periodista uruguayo Kintto Lucas, corresponsal en Quito de la agencia de noticias Inter Press Service.

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EC - Antes de analizar la situación desde el punto de vista político o diplomático, me gustaría tener una sensación térmica. ¿Cómo viven esta situación los ecuatorianos? ¿Es un tema de preocupación entre la gente?

QUINTO LUCAS:
En este momento es el principal tema de preocupación. Hasta hace tres o cuatro días el principal tema de preocupación eran las inundaciones. Ahora es este. Uno palpa en la mayoría de la gente, incluso en los que no son partidarios del gobierno, algo así como la percepción de que es una causa nacional, una indignación hacia el gobierno colombiano. Incluso se están preparando movilizaciones en contra de la incursión colombiana en Ecuador. Se ha tomado como una causa nacional por la gran mayoría de la población ecuatoriana.

EC - ¿Y qué piensan los ecuatorianos de las FARC? ¿Cuál es el sentimiento hacia esa organización colombiana?

QL - Hay un rechazo de la mayoría de los ecuatorianos a los métodos de las FARC, sobre todo al tema de retenciones de personas, de secuestros y ese tipo de cosas. Sin embargo, también hay una conciencia de no involucrarse en el conflicto colombiano, más allá de que al tener frontera común y estar tan vinculados es casi imposible. Pero hay un interés desde siempre, incluso desde el año 2000, cuando se inició el Plan Colombia, de no involucrarse. Esa ha sido la repetición constante de los gobiernos: tratar de no involucrarse en el conflicto. Y si bien no se reconoce como beligerantes a las FARC tampoco se las reconoce como terroristas. Siempre se reconoció que ahí había un conflicto y que Ecuador debía ser neutral entre los dos contendientes; más allá de que las relaciones oficiales y las relaciones siempre fueron con el gobierno colombiano.

EC - ¿Tú te refieres a una posición de Ecuador con respecto al problema de las FARC más allá de este período de gobierno?

QL - Más allá de este período de gobierno y más allá del gobierno en sí. Es una posición de los ecuatorianos. La mayoría de los ecuatorianos tiene esa idea de "no tenemos que involucrarnos en un conflicto que no es nuestro". Esa es la respuesta cuando les preguntan si nos metemos o no en el conflicto colombiano y si reconocemos a las FARC como beligerantes o terroristas. Cualquiera de los dos calificativos se opone a lo que dice la mayoría de los ecuatorianos y a lo que han dicho los gobiernos no sólo en los últimos ocho años del Plan Colombia, sino en toda la historia de Ecuador, no se ha querido reconocer como terroristas a los grupos guerrilleros colombianos.

EC - A propósito de los hechos de este fin de semana y sus repercusiones en el gobierno ecuatoriano, el domingo el gobierno de Colombia dio a conocer algunas cartas –que dijo haber obtenido de una computadora requisada a Raúl Reyes– en las que, según el presidente Álvaro Uribe, se demuestra que la administración de Rafael Correa mantiene relaciones estrechas con las FARC. Recién escuchábamos una parte del discurso de ayer del presidente Correa, había alguna alusión a esas acusaciones. ¿Cómo examinas la reacción del gobierno ecuatoriano ante ese planteo?

QL - Si repasamos cómo se dieron las cosas, el presidente Correa se enteró de la incursión de las fuerzas armadas colombianas por el presidente Uribe, que se lo dijo cuando el presidente Correa estaba dando la conferencia de prensa que da todos los sábados. Uribe le dijo que habían incursionado fuerzas armadas colombianas para atacar un campamento de Raúl Reyes en Ecuador, pero que no habían invadido territorio ecuatoriano, que el ataque había sido desde Colombia. Horas después, agradece a Ecuador y a las fuerzas armadas ecuatorianas el apoyo y la colaboración y el entender la acción colombiana.

Sin embargo, el presidente Correa, a través de una investigación, se da cuenta de que sí se había dado una violación del espacio aéreo ecuatoriano, que las muertes ocurrieron con varios bombardeos, que alguna gente incluso fue rematada en el propio campamento. Entonces las cosas empezaron a cambiar. El presidente Correa llamó a su embajador en protesta por el hecho y luego incluso expulsó al embajador colombiano en Ecuador. Al conocer estas denuncias, la reacción inmediata es de indignación. Porque además las denuncias se dan cuando está reunido el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) y no fue sólo el presidente que tomó la decisión. Hubo también acuerdo del Cosena en romper todo tipo de relaciones militares –antiguamente había una relación militar a través de una comisión en la que se comunicaban las informaciones de frontera–, además de romper las relaciones políticas y diplomáticas.

Han ido aumentando las divergencias de los dos lados y, si se siguen haciendo denuncias, se puede llegar incluso a una ruptura comercial en los próximos días. Sería el momento de parar y ver qué puede pasar con los países amigos que puedan hacer una mediación.

EC - Pero sobre la reacción ante las acusaciones colombianas de connivencia, de relaciones entre el gobierno de Rafael Correa y las FARC, ¿cómo se ha instalado ese capítulo del debate en Ecuador?

QL - No solo el presidente, sino también el ministro de Seguridad Interna y Externa, Gustavo Larrea, y el propio ministro de Defensa calificaron esas denuncias prácticamente como una patraña. Sí han asumido las conversaciones que ha tenido Larrea en el sentido de unas posibles liberaciones en territorio ecuatoriano. Incluso hay una información periodística de fuentes extranjeras muy importantes, no ecuatorianas, de que en estos días Reyes estaba en esta zona de Ecuador porque iba a recibir a un emisario suizo en el marco de las negociaciones para la liberación de Ingrid Betancourt. Eso es lo que ha aceptado el gobierno ecuatoriano, pero niega totalmente las relaciones con las FARC. Y muestra algunos ejemplos de acciones contra las FARC: el hecho de haber desmantelado varios campamentos en los últimos años, el hecho de haber detenido y hecho prisioneros a varios guerrilleros de las FARC, por ejemplo el año pasado. Con eso trata de desvirtuar cualquier contacto con las FARC, más allá del contacto por las posibles liberaciones de los detenidos por las FARC.

EC - ¿Cómo era hasta este fin de semana la relación entre Ecuador y Colombia? Está claro que los gobiernos de Rafael Correa y Álvaro Uribe tienen signos políticos sustancialmente distintos. ¿Se podía esperar que se llegara a una crisis como esta?

QL - No se podía esperar. Porque si bien es verdad que son gobiernos con políticas totalmente diferentes, había una relación bastante amistosa. Incluso cuando se habían dado algunas incursiones de las fuerzas armadas colombianas en Ecuador, lo máximo a que se había llegado era a notas de protesta, y en un momento se retiró el embajador ecuatoriano en Colombia. Pero el retiro del embajador ecuatoriano en Colombia ni siquiera fue en este gobierno, fue en el fin del gobierno pasado, de Alfredo Palacios. En estos dos años se han cursado diez notas de protesta por incursiones aéreas de Colombia en Ecuador, por las fumigaciones con glifosato a las plantaciones de coca en la zona del Putumayo, que entraban en territorio ecuatoriano. Pero dado este tipo de relaciones, y además como existía esta comisión en la que se intercambiaban las informaciones sobre posible presencia guerrillera, no se esperaba que se llegase a este punto.

Creo que lo que precipitó esta salida fue que el presidente Uribe llamó al presidente Correa y le mintió. Le dio una versión que después fue totalmente desmentida por el propio ejército ecuatoriano. Eso indignó personalmente al presidente Correa y lo llevó primero a retirar a su embajador y a expulsar al embajador colombiano. Después las denuncias sobre posible connivencia con las FARC lo indignó mucho más y lo llevó a la ruptura de relaciones, como diciendo: "No podemos conversar con este gobierno". Pero cuando se inauguró la Asamblea Constituyente en Ecuador el único presidente de América del Sur que estuvo presente fue Álvaro Uribe. No se esperaba llegar a este nivel en las relaciones.

EC - ¿Qué se piensa en Ecuador que puede ocurrir? Por un lado el presidente Correa emprende una gira por varios países vecinos, entre ellos Venezuela, en busca de apoyos a su posición. Y por otro lado se suceden distintas movidas diplomáticas, por un lado la convocatoria que se produce desde Argentina a cargo de la Presidencia pro Témpore del Mercosur, a pedido de Uruguay, para que se encuentren los cancilleres del bloque. Por otro lado, hay una oferta de mediación que hacen Argentina, Brasil, Chile y México. Y por otra parte están los pasos que da José Miguel Insulza desde su cargo en la OEA. ¿Qué puede surgir de todo esto?

QL - Ecuador seguramente va a profundizar el pedido de sanciones o de que se le llame la atención a Colombia en los distintos organismos. Primero en la OEA y después en los otros organismos regionales, como el Mercosur. Pero no se descarta la presentación de un juicio en La Haya contra Colombia. Es algo que se venía mencionando, sobre todo por las fumigaciones de glifosato en la frontera. Tras este hecho es muy posible que se presente un juicio en La Haya. Eso es lo que va a suceder al principio.

EC - ¿Y las posibilidades de guerra, que es lo que todos tememos y no deseamos que ocurra? ¿En qué grado de acercamiento está ese escenario?

QL - Eso lo veo más difícil. No creo que se llegue a esa posibilidad.

EC - Digo, teniendo en cuenta los movimientos de tropas que se han producido en la frontera y las iniciativas que por su lado ha tomado el presidente de Venezuela. Es una preocupación, una inquietud.

EC - Hay que entender cómo es esta frontera. Ecuador prácticamente no hace frontera con el gobierno colombiano sino con las FARC. Ecuador trata de que no entren las FARC ni las fuerzas armadas colombianas. Pero es muy difícil que se llegue a enfrentamientos con las fuerzas armadas colombianas en esa zona. Lo que hay es un resguardo.

Otra cosa importante es que parte de las fuerzas armadas se había dedicado en los últimos días a ayudar en las grandes inundaciones que se están dando en el país, con más de 300.000 afectados. De repente hubo un descuido de esa parte de frontera donde actúan las FARC y por donde ingresaron las fuerzas armadas colombianas. Es muy difícil que se llegue a dar un estado de guerra, pero hay que tener mucho cuidado si se sigue dando la escalada de acusaciones. Porque de repente cualquier disparo, cualquier hecho que no es de guerra abierta, puede abrir algunos enfrentamientos. Esperemos que no, en principio, por lo menos las fuerzas armadas ecuatorianas no están para eso. No desean para nada ese escenario.

***

EC - Le preguntaba a Kintto Lucas si podía esperarse que se produjese entre Ecuador y Colombia una crisis como esta. Kinto decía que no, que los antecedentes recientes no marcaban esa posibilidad. Y es curioso, porque en nuestro país –creo que pasó desapercibido– acaba de darse un episodio revelador de cómo era hasta ahora el vínculo entre Colombia y Ecuador.

La embajada de Colombia en Uruguay organiza todos los meses, en la residencia de la embajadora Claudia Turbay, unas actividades que denomina Tertulias culturales, sillas de papel. Lo ha venido haciendo desde hace varios años, invita a una personalidad para que dé una charla, y también invita a amigos de la embajada de Colombia para que escuchen la exposición y planteen preguntas.

El ciclo 2008 de las tertulias comenzaba esta semana, y ayer recibimos un comunicado anunciando que la inauguración del ciclo quedaba cancelada. ¿Por qué? Porque el invitado para ser el protagonista de la primera tertulia cultural del año 2008 era el embajador de Ecuador en Uruguay, Edmundo Vera Manso. Obviamente, todo este contexto que se ha suscitado es lo que detrás de esta cancelación y de la decisión de empezar el ciclo de este año el 2 de abril con una charla a cargo de la escritora uruguaya Claudia Amengual.

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Edición: María Eugenia Martínez