Autoridades electas en Paraguay: "el gobierno uruguayo se puede imitar"
"Recuperar la imagen de Paraguay como un país confiable", sacarlo del "estado de postración y descrédito", "repensar el Mercosur", negociar con Brasil y Argentina sobre las represas de Itaipú y Yaciretá, son algunos de los planes que el gobierno electo de Fernando Lugo tiene en carpeta para cuando asuma en el mes de agosto. Y todo esto tomando como una referencia importante al gobierno de Uruguay. "Estamos convencidos de que el gobierno uruguayo es algo que se puede imitar. Aquí hay gimnasia democrática, aquí hubo transiciones", aseguró Federico Franco, vicepresidente electo, quien visitó Montevideo junto a Carlos Riveros, futuro canciller guaraní.
(Emitido a las 8.58)
EMILIANO COTELO:
En Paraguay, el próximo 15 de agosto, se concretará un cambio político histórico: por primera vez en 60 años el gobierno no será ejercido por el Partido Colorado (PC).
Electo el 20 de abril pasado, el presidente será Fernando Lugo, un ex obispo católico afín a la teología de la liberación, que encabeza la Alianza Patriótica para el Cambio (APPC), una coalición bien amplia, que abarca desde los liberales hasta la izquierda.
Pocas horas después de su triunfo, Lugo tomó distancia del gobierno de Hugo Chávez y declaró que su referencia es la izquierda uruguaya. "De corazón yo creo que estamos más cercanos de Montevideo, de Uruguay, que quiere hacer un gobierno diferenciado. Uruguay tiene un proceso parecido al nuestro, tiene la creación del Frente Amplio (FA), un grupo amplio de partidos políticos", declaró.
La próxima semana Lugo visitará Montevideo. Pero, adelantándose, por estas horas están en Uruguay el vicepresidente electo, Federico Franco, y el futuro canciller, Carlos Riveros.
Franco y Riveros se reunieron ayer con los ex presidentes colorados Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle, y fueron recibidos por el Directorio del Partido Nacional. Hoy se entrevistarán con el presidente del FA, Jorge Brovetto, y con el titular del Partido Independiente, Pablo Mieres
Para hablar de los desafíos que enfrenta Paraguay en esta nueva era, para averiguar cómo será la relación con Uruguay y con el Mercosur, estamos con el doctor Federico Franco y el embajador Carlos Riveros.
Franco tiene 45 años, es médico cirujano y presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), uno de los principales o quizás el principal sostenes de la APPC. Franco encabeza esta gira de encuentros con líderes políticos de otros países.
Y Carlos Riveros, que también integra el PLRA, fue el embajador paraguayo en Uruguay entre 2004 y 2006, cuando dejó el puesto ante la decisión del presidente Nicanor Duarte de relevar a los representantes de la oposición. Conoce muy bien Uruguay, Montevideo.
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CARLOS RIVEROS:
Lo conozco y lo quiero.
EC - En primer lugar, ¿qué están haciendo, qué vinieron a buscar con esta serie de reuniones?
FEDERICO FRANCO:
En primer lugar el objetivo es tomar contacto con los referentes importantes. Efectivamente, el presidente Lugo ha dicho lo que usted comentaba, están muy bien informados, en otros países no tenían tan precisa la información sobre Paraguay.
Venimos a conversar, dialogar, tomar contacto con los amigos. Con varios de ellos estuvimos en contacto en cargos anteriores, yo había sido en primer lugar concejal intendente en mi ciudad, Fernando de la Mora, luego gobernador del departamento Central y finalmente ahora electo vicepresidente. Soy además el presidente del PLRA y mi partido estará de fiesta el 10 de julio, cumplimos 122 años y queremos festejar con la presencia de algunos invitados extranjeros que den charlas sobre temas varios, entre ellos gobernabilidad y ¿por qué no el propio tema transición, que se está dando aquí en Uruguay entre el anterior Partido Colorado y el actual FA y que se dio antes entre el Partido Nacional y el Partido Colorado? Uruguay tiene una gimnasia mental y democrática bien sólida, tiene conocimiento de lo que es la transición, tiene ministros de la transición, presidentes de la transición, para nosotros es muy valioso.
En segundo lugar, también es importante escuchar consejos. En Uruguay hay gente con mucha experiencia, a Juan Carlos Barrera le gusta decir "veteranos", yo hablo de gente con experiencia, con conocimiento. No se encuentra en cualquier lado, hay que adquirir, hay que comprar.
EC - ¿Qué resultado han dejado esas reuniones?
CR - Muy bueno. Al principio contactamos con algunos referentes políticos y también con sectores empresariales que han manifestado interés en invertir en Paraguay en esta nueva época que se inaugurará el 15 de agosto. Queremos abrir Paraguay al mundo, queremos cambiar la imagen del país.
EC - ¿Qué imagen? ¿Cómo la catalogan? ¿Qué es lo que les preocupa de la imagen de Paraguay?
CR - Una imagen de corrupción, una imagen poco seria que recibimos como herencia del gobierno que se está yendo. Paraguay tiene que reasumir su papel de país confiable a los efectos de atraer la inversión extranjera, sobre todo, que es la que nos va a posibilitar el crecimiento y el desarrollo. Desde el gobierno vamos a poner todo lo que de nosotros dependa para que el inversionista extranjero reciba las suficientes garantías como para trabajar tranquilo en nuestro país.
Ayer conversamos con sectores que se ocupan de la reforestación, con sectores que quieren trabajar en el biodiesel, con sectores pesqueros que manifiestan interés en visitar el país y ver las posibilidades de invertir. Eso para nosotros es fundamental, en el entendimiento de que con la ayuda también de Uruguay vamos a cambiar el Mercosur.
EC - La elección de Fernando Lugo fue tomada en la región como un triunfo de los sectores progresistas o volcados a la izquierda, pero Lugo se niega a aceptar definiciones de ese tipo. Tampoco muestra una afinidad particular con el gobierno de Chávez, algo a lo que apuntan otros gobiernos latinoamericanos.
Entonces, ¿cómo definen ustedes la APPC?
FF - La APPC es un proyecto político-electoral integrado por nueve partidos políticos y una treintena de organizaciones sociales. Entre esos partidos políticos hay una gama prácticamente completa de posiciones ideológicas, están desde la derecha católica hasta la izquierda radicalizada. Los paraguayos hemos coincidido en la APPC en la necesidad de llevar adelante un proyecto político común con el objetivo de recuperar al país del estado de postración y descrédito al que nos condujo este régimen, agotado en sus posibilidades, con más de 60 años de vigencia. Coincidimos en ello, partimos de un acuerdo electoral, acordamos una chapa presidencial con el señor Lugo que es apartidario a la cabeza. Y esa fue una de las razones por las cuales fue electo candidato en aquel entonces, acompañado por un representante del PLRA, que después fue Federico Franco, por la decisión mayoritaria del pueblo liberal.
Ese acuerdo electoral está apoyado en un programa de gobierno consensuado, que es el compromiso político asumido por todas las partes. Es un programa básico que atiende las necesidades más sentidas de la ciudadanía, del pueblo, que ofrece soluciones prácticas a esos problemas.
EC - Lugo ha destacado públicamente sus coincidencias con Uruguay, ha dicho que quiere llevar adelante un gobierno "con la impronta de Tabaré Vázquez". Es más, comparó al FA con la coalición que él encabeza. ¿Ustedes coinciden en esa idea de tomar como referencia al gobierno de izquierda de Uruguay? ¿Qué es lo que les interesa observar y eventualmente adaptar de la experiencia de Tabaré Vázquez?
CR - En cierta medida, sí. No se puede hablar de una izquierda latinoamericana coincidente, es muy diferente la izquierda de Fidel Castro y de Hugo Chávez de la izquierda de Tabaré, de Lula o la de Bachelet. Siempre que fue preguntado sobre su posición ideológica, Lugo se manifestó como de centro y ante la pregunta de si estaba más cerca de lo que significa Chávez como posición ideológica o de las izquierdas moderadas como la de Tabaré Vázquez y la de Lula, se manifestó partidario de este tipo de planteamiento.
EC - Usted remarca todo el tiempo "Lugo dijo", pero ustedes, que son del PLRA, un partido que no es de izquierda, ¿coinciden en esa idea de tomar al gobierno de Vázquez como un modelo a observar?
CR - No se pueden implantar modelos. El gobierno de la APPC que va a asumir el 15 de agosto no va a estar marcado por una impronta ideológica por la misma naturaleza del proyecto, por eso hablaba de un programa de gobierno consensuado con un criterio pragmático. Eso es lo que se va a desarrollar, porque el planteamiento partió de esa concepción: todos los sectores teníamos que hacer concesiones y todos los sectores reivindicaban el derecho a no ser agredidos en sus concepciones.
EC - Hace unos días estuvo en Asunción el canciller uruguayo, Gonzalo Fernández, quien después de las reuniones que mantuvo con el gobierno electo, dijo que a la APPC le interesaban del caso de Uruguay experiencias como el Plan de Emergencia y el Plan Ceibal. ¿Efectivamente piensan en adaptar esas líneas de trabajo?
FF - Estamos convencidos de que el gobierno uruguayo, independientemente de la situación interna, es algo que se puede imitar. Aquí hay reminiscencia, hay gimnasia democrática, aquí hubo transiciones. Yo soy liberal, he leído, he buscado mucho y no he encontrado algo mejor que la ideología liberal, soy un pragmático. Pero un liberal respetuoso del ejercicio individual de la persona, un respetuoso a ultranza de la propiedad privada, un respetuoso absoluto y total sin ninguna posibilidad de conversación de la libertad de prensa. Esos son principios básicos que de repente uno no tiene con Chávez, lo digo públicamente porque es importante sentar posiciones antes de comenzar el partido.
Si tenemos que tomar un modelo, no me avergüenzo: el modelo uruguayo es lindo, se puede imitar. La experiencia chilena me parece aún mejor y tenemos a Lula, que ha marcado una nítida diferencia. A esta altura no podemos, so pretexto de un liderazgo mesiánico, individual, tomar decisiones que puedan ahuyentar la inversión del capital extranjero, que puedan desalentar la inversión nacional y crear dudas en el mercado.
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EC - Otra pregunta que puede ser interesante plantearles es a propósito de la gobernabilidad en este Paraguay de la nueva época. El triunfo de Lugo del 20 de abril pasado puso fin a 61 años de gobierno del PC, es un hecho que fue destacado en el mundo entero, tanto por el cambio político como por la figura del presidente. Pero la APPC está integrada por una decena de partidos y alrededor de 30 organizaciones sociales y, si bien Lugo ganó con 12 puntos de diferencia sobre la candidata que lo siguió, Blanca Ovelar, en el Congreso no va a tener mayoría propia. En el Senado, los partidos que integran la APPC tendrán 17 en 45 miembros (14 del PLRA y 3 de los otros movimientos de la Alianza), el PC tendrá 15 bancas, el partido de Lino Oviedo 9 y el partido Patria Querida, de Pedro Fadul, 4. Entonces, ¿cómo van a llevar adelante las iniciativas del Poder Ejecutivo con este contexto?
FF - Hay que construir mayoría.
EC - Esa va a ser tarea suya, doctor Franco.
FF - No va a ser muy difícil. El PC ha manejado hegemónicamente el país durante los últimos 68 años (si me permite la corrección) y estamos absolutamente todos en contra del PC. Por diversos motivos, pero por problemas a lo mejor de procedimiento, no hicimos una alianza amplia con el equipo de Oviedo y el de Fadul.
EC - En el inicio Oviedo formaba parte de este acuerdo.
FF - Estábamos todos, todos estábamos de acuerdo en que había que terminar con la miseria, con la pobreza, con la corrupción y esa cantinela que usted conoce. Al final, por motivos de procedimiento, de forma, pero jamás de fondo, no nos pusimos de acuerdo. Hoy no hay ningún problema, estamos conversando con Oviedo, lo hemos hecho con el equipo de Fadul, hemos conversado con Castiglioni, con Nicanor, tenemos que construir confianza. No se trata de ponernos el pañuelo, no vamos a radicalizarnos con nuestro color, nuestra polca, nuestra bandera.
EC - Concretamente, ustedes consideran viable gobernar con la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos de Lino Oviedo.
FF - Absolutamente.
EC - De esa manera llegarían a 27 bancas en el Senado, eso les permitiría tener mayoría.
FF - Con eso gobernamos y podemos aprobar la mayoría de los proyectos, eso le va a dar al presidente Lugo la tranquilidad que necesita para tener aquietadas las aguas.
EC - Oviedo es un personaje difícil, incluso por su propia trayectoria golpista. ¿Cómo juega eso a la hora de resolver este tipo de entendimiento?
CR - Hoy, sin poder, sin fuerza, sin ser comandante, ¿le parece que tiene chance?
EC - Simplemente mencionaba antecedentes.
CR - Eso fue cuando era comandante de las fuerzas militares. En esa ocasión lo enfrentamos y, si quiere hacerlo de nuevo, nos va a tener de nuevo enfrente.
EC - Paraguay y Uruguay insisten permanentemente en la necesidad de superar las diferencias con los socios mayores del Mercosur, en cada cumbre del bloque protestan por las asimetrías. Pero después, a la hora de los resultados, no se ve mucho. Los distintos gobiernos de los dos países hablan de trabajar unidos para tener más fuerza en la negociación, pero da la impresión de que llegado el momento se avanza poco y nada. ¿Qué prevén en esta materia dentro del Mercosur a partir de una coordinación con Uruguay?
CR - Tenemos que repensar el Mercosur, el Mercosur está planteado de una manera poco constructiva, parece que entendimos mal la integración y creímos y seguimos creyendo que la cuestión pasaba por disputarnos mutuamente nuestros mercaditos internos, Brasil con Argentina, Argentina con Brasil, con Uruguay, con Paraguay, quién le vende bicicletas al otro, quién le compra soja...
El Mercosur planteado en esos términos no nos sirve, nos serviría un Mercosur plataforma económica e incluso, ¿por qué no?, política, que nos proyectara al resto del mundo. Tenemos que entender esto como una región, como una unidad, por lo menos como una unidad comercial y económica, y proyectarnos como bloque a la comunidad internacional. Mientras no nos planteemos el Mercosur en esos términos, va a seguir rengueando.
EC - Entonces, ¿qué va a ocurrir en términos prácticos? ¿Qué van a hacer o intentar hacer, junto con Uruguay, se supone?
CR - Tenemos que invitar a nuestros socios a repensar el Mercosur, a replantearnos el Mercosur, incluso es probable que el nombre mismo nos esté limitando, a lo mejor tiene que dejar de ser un mercado.
EC - ¿Cómo podría llamarse?
CR - Podría ser Bloque de Países del Cono Sur, porque al hablar de "Mercosur" aparentemente lo único que nos planteamos es la parte mercantil de la integración. Y es probable que tengamos que pensar en un bloque con características políticas.
EC - Dos asuntos muy puntuales. Durante el gobierno del presidente Vázquez estuvo en discusión un posible tratado de libre comercio con Estados Unidos, algo que también se planteó durante la administración del presidente saliente de Paraguay, Nicanor Duarte. En el caso de Uruguay se frustró por dos grandes motivos, primero porque dentro del propio partido de gobierno, el FA, no cuajó, y además porque Brasil y Argentina rechazaban esa posibilidad.
¿Qué dicen ustedes? ¿Los socios menores del Mercosur deberían estar habilitados a negociar tratados de libre comercio fuera del bloque?
CR - El Mercosur tal como está concebido actualmente no lo permite. Nosotros apostamos al bloque regional, queremos más y mejor Mercosur.
EC - Esa frase la hemos escuchado mucho, pero a esta altura ya no sabemos qué significa.
CR - Quiere decir consolidar el bloque regional y como bloque salir al mundo. Ese es el sentido que le queremos dar a nuestra política internacional.
EC - ¿Paraguay no va a hacer ningún planteo de que se habilite a los socios menores a negociar tratados de libre comercio?
CR - Si se nos impide negociar como bloque tenemos todo el derecho del mundo a negociar individualmente. Por eso digo que tenemos que repensar el Mercosur. En un Mercosur con criterio de bloque que se proyectara al mundo no serían necesarios acuerdos individuales de sus socios.
EC - ¿Qué posición tiene el gobierno electo de Paraguay sobre el Parlamento del Mercosur, sobre la integración de Venezuela, sobre la posible llegada de nuevos socios?
CR - El Parlamento del Mercosur le va a dar un cariz político al bloque, vamos a ver si eso redunda después en la consolidación, esperemos que así sea. Venezuela tiene que ajustar una serie de cuestiones para poder ser admitido como socio pleno del Mercosur. Todas las disposiciones que rigen actualmente el bloque, desde el Tratado de Asunción en adelante, tienen que ser incorporadas a la legislación positiva venezolana para que ese país esté habilitado. No se trata de la aprobación o no de los parlamentos brasileño y paraguayo en este caso, que son los que todavía no lo aprobaron. Pasa por un proceso trabajoso y largo.
EC - ¿Usted quiere decir que la pelota está en la cancha de Venezuela?
CR - Está en la cancha de Venezuela, aunque aparentemente no sea así. Ellos tienen que incorporar las normas del Mercosur a su legislación, si quieren incorporarse al bloque.
EC - No va a haber cambios en la actitud del Parlamento paraguayo cuando asuma el nuevo gobierno.
CR - Tenemos que abrir el bloque y ampliarlo, pero nos gustaría lo digo como una expresión de deseo antes consolidar esto que no hemos podido consolidar en 18 años, para después incorporar paulatinamente a los demás países latinoamericanos o sudamericanos. Estamos abiertos y no estamos en contra de que otros países se integren al bloque y con eso le den más fuerza y presencia en el mundo.
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EC - Según se anunció en la campaña electoral, la renegociación del tratado de la represa binacional de Itaipú va a ser una de las prioridades en la relación de Paraguay con Brasil. Paralelamente, se intentará renegociar con Argentina el tratado por el que se creó la otra represa binacional, la de Yaciretá. El gobierno electo reivindica que Paraguay debe recibir un mejor precio por la parte de energía que le corresponde, que no consume y es adquirida por el otro socio al costo. ¿Ha habido algún avance en estos temas desde la elección del 20 de abril?
FF - Bastante, en Brasil antes no se hablaba de renegociación del tratado de Itaipú, se generaba alguna que otra propina, alguna que otra migaja, algún gesto de generosidad del gobierno brasileño con el gobernante de turno.
EC - Usted dijo hace pocos días que no iban a aceptar "migajas ni propinas".
FF - Me ratifico, no tenemos dueño, somos copropietarios, Itaipú es 50% paraguaya, Yaciretá es 50% paraguaya, y el precio que estamos recibiendo es irrisorio, absolutamente leonino para los intereses del pueblo paraguayo. Cuando se firmó el tratado de Itaipú el barril de petróleo estaba a 3 dólares, hoy está en 124 dólares y el precio de la energía sigue siendo exactamente el mismo. No es justo.
EC - Electrobrás le paga a Paraguay 2,8 dólares por megavatio/hora.
FF - Impresionante, tengo que felicitar públicamente al servicio de producción. Ni Itaipú ni Itamaratí tienen los datos como los tiene esta radio.
EC Argentina, por la compra de la energía excedente de Paraguay en la usina de Yaciretá, paga 8 dólares por cada megavatio/hora. Hay una diferencia entre lo que paga Brasil y lo que paga Argentina, de todos modos, ustedes les reclaman a los dos países.
FF - La diferencia es que Brasil paga y Argentina no. El tema de fondo es que se trata de reclamar lo que es justo. En primer lugar una cuestión histórica, ese territorio era nuestro, lo perdimos durante la guerra del 70, nos lo arrebataron, se trata de una cuestión injusta de nacimiento, de concepción. Y luego por la forma como se hizo el tratado durante la dictadura de Stroessner. El PLRA se opuso a la aprobación, pero fue impuesto por el gobierno de Stroessner y se mantuvo durante los sucesivos gobiernos colorados de manera absolutamente impune, sin ninguna compensación para Paraguay.
Y en Yaciretá es peor, el 80% del territorio inundado es paraguayo, el 20% es argentino y Argentina ni siquiera ha honrado su deuda. Vamos a sentarnos a conversar, a dialogar, y si no nos ponemos de acuerdo vamos a llevar el problema a otro ámbito. Pedimos un precio justo.
EC - ¿Cuánto entienden que deberían recibir de Brasil? Hoy reciben unos 300 millones de dólares anuales.
CR - Recibimos aproximadamente 250 millones de dólares.
EC - ¿Cuánto deberían recibir?
CR - Ayer me decía uno de nuestros entrevistados que a lo mejor no era pertinente hacer la comparación, pero la voy a hacer de cualquier manera: si Brasil tuviera que obtener esa energía que compra en Itaipú quemando petróleo, tendría que gastar 8.000 millones de dólares. Y nos está pagando a nosotros 250 millones de dólares. Hay una pequeña diferencia.
EC - Otro tema sensible que tienen en la agenda en lo estrictamente interno apareció ayer en declaraciones del presidente electo, Fernando Lugo. Dijo que las ocupaciones de tierras por campesinos constituyen "la última alternativa a la que apelan los más desfavorecidos. Así como los distintos grupos empresariales piden garantías, los grupos sociales también tendrán esa garantía: se va a acabar la persecución desde el 15 de agosto dijo hablando ayer ante 2.000 campesinos. Van a decir de mí en la prensa que soy yo mismo el que promueve las ocupaciones de tierra, lo que no dicen es que las ocupaciones son la última alternativa de los agricultores cuando nos cierran las puertas de las instituciones".
¿Cómo ven esta reforma agraria integral y genuina que promete Lugo?
FF - Lo dije siempre y me ratifico ahora: estoy absolutamente en contra de cualquier intento de invasión de propiedad. Tengo que ser claro y pragmático.
EC - Ahí tiene un matiz con el presidente electo.
FF - Son puntos de vista, tengo que ver la noticia in extenso para saber. Hemos hablado con el presidente Lugo y tenemos un programa de gobierno consensuado, no vamos a tolerar la invasión a la propiedad privada. En que es el último argumento estoy de acuerdo, es el último argumento que tienen los paraguayos que no tienen propiedad para poder acceder a la tierra. Y si el Estado paraguayo hace, como penúltima ocasión en todo caso, un catastro y ubica que hay personas que están dispuestas, razonablemente se va a llegar a un consenso. Pero si usted no está dispuesto, si no quiere vender su terreno, ¿por qué va a tener que aceptar que se le invada su propiedad? No comparto eso.
EC - ¿Cómo se soluciona ese problema?
FF - Se hace un catastro, se ve quiénes son propietarios de terrenos en situación legal, quiénes tienen latifundios improductivos, quiénes están trabajando la tierra. Muchos uruguayos están yendo al Chaco, porque encontraron allí un suelo fértil para la inversión que plantean. ¿Cómo vamos a invitar a los amigos uruguayos a ir a Paraguay si aceptamos como una cuestión graciosa del Estado que invadan las propiedades? En eso soy claro: no lo vamos a permitir. Y si eso significa guardar distancia, lo haré, con respeto pero con firmeza.
Una puntualización: el problema de Paraguay no es básicamente la falta de tierra, en los últimos años se repartieron 16 millones de hectáreas entre cientos de asentamientos y varios de ellos están vacíos. No pasa por la repartija de tierras sino por encarar una reforma integral del sistema agrario (una reforma agraria integral, como dice el programa consensuado), que permita el arraigo de las familias campesinas en sus lugares de origen, dándoles no solo la tierra sino también la infraestructura necesaria para que se desarrollen. Tenemos tierras suficientes para eso, no hace falta invadir propiedades privadas para lograr ese objetivo.
Por otra parte, al principio hablaba de un programa de gobierno consensuado. Ese es el compromiso político asumido por todas las fuerzas que apoyamos la candidatura de Fernando Lugo. Todo aquello que esté fuera de ese documento político fundamental de la Alianza tiene que ser sometido a debate si se quiere implementar.