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Mano dura de Berlusconi para la basura y los inmigrantes

El miércoles pasado se celebró en Nápoles el primer Consejo de Ministros del mandato de Silvio Berlusconi. El gobierno cumplió con su promesa de campaña y realizó en esta ciudad, actualmente sumida en los problemas de la basura y de la inseguridad, su primera reunión de gabinete. La complicada situación que enfrenta "Il Cavaliere" lo lleva a actuar rápido y con mano dura en varios frentes, entre ellos el de la inmigración ilegal, que ya le trae varias críticas de organizaciones sociales, además de la preocupación de los demás países de la Unión Europea. Contacto con Mario Lubetkin

(Emitido a las 8.27)

EMILIANO COTELO:

Silvio Berlusconi asumió como primer ministro de Italia el pasado 8 de mayo, hace solo 19 días, pero parece que hiciera más. Es que, lejos de pasar desapercibido, el nuevo gobierno ya abrió varios frentes de controversia.

Fiel al "estilo Berlusconi", en estas casi tres semanas el gobierno ha tomado medidas fuertes en temas de primer orden en Italia, como la inmigración ilegal o la situación caótica que vive la ciudad de Nápoles por la impresionante concentración de basura de la que es víctima.

Vamos a analizar estos primeros pasos de la administración de "Il Cavaliere", en diálogo con Mario Lubetkin, periodista uruguayo, director de la agencia Inter Press Service.

El miércoles pasado, el gobierno en pleno se trasladó a la ciudad de Nápoles, en el sur de Italia, para celebrar el Consejo de Ministros. Nápoles ha sido en los últimos días centro de atención, sobre todo en torno a dos grandes temas: los problemas con la basura y los problemas con la inmigración. Fue en Nápoles donde a comienzos de este mes fueron atacados campamentos de gitanos. ¿Cómo fue interpretada esa señal?

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MARIO LUBETKIN:

Lo había prometido en la campaña electoral, está cumpliendo con lo prometido. Según los estudios de opinión, esas promesas fueron una de las razones de su triunfo, los problemas de seguridad en toda Italia, los problemas de la basura en Nápoles fueron factores que determinaron una importante pérdida de votos del anterior gobierno de centroizquierda.

Berlusconi había prometido en la campaña electoral que su primer Consejo de Ministros se iba a hacer en Nápoles, y lo hizo.

 

EC - Allí el gobierno hizo anuncios importantes en torno a la basura. Pero antes de hablar de la basura, ¿qué es lo que pasa en Nápoles?, ¿por qué existe ese problema allí?

ML - Básicamente por falta de inversiones o no cumplimiento de los planes de inversión para que los grandes depósitos de basura fueran trasladados a lugares donde se la reciclara para generar elementos energéticos posteriores, y otros mecanismos que permitieran eliminar las acumulaciones que se iban generando. Había una decisión intermedia de abrir un conjunto de descargas de basura a cielo abierto, que no se cumplió –sobre todo en la fase de final del período Prodi–, en función de la enorme resistencia de las poblaciones donde se iban a instalar los depósitos de basura. Eso fue trabando la situación hasta que en cierto punto se hizo inmanejable.

Pero en este juego de la basura hay un factor especulativo muy importante, y aquí entra la mano de la "Camorra". El negocio de la basura es muy redituable, a modo de dato: la exportación de basura hacia Alemania –que es uno de los caminos por los cuales se resolvía el problema de la basura desde Nápoles y otras ciudades– determina una ganancia de entre 200 y 300 euros por tonelada. Y en ese negocio la "Camorra", que opera en la zona napolitana, estaba muy metida.

EC - ¿Cuánto tiempo lleva esta crisis?, ¿desde cuándo se está acumulando la basura?

ML - Esto empezó antes de fin de año, entre noviembre y diciembre del año pasado.

Y hay otro elemento más, que es la quema de basura. En muchas zonas de la ciudad hay olores nauseabundos, porque aparentemente el ciudadano trata de tomar medidas para que no se generen focos posteriores de todo tipo. Pero parece que ha sido la misma "Camorra" que ha decidido incinerar todo lo posible, para generar este estado de conmoción permanente, y que se tome la decisión de seguir con el viejo negocio de la exportación de basura hacia otros países, con el correspondiente retorno económico.

EC - ¿Qué medidas propuso el gobierno entonces?

ML - El gobierno decidió abrir diez descargas a cielo abierto, pero, como ocurrió durante el gobierno Prodi, esto ha generado una resistencia muy grande en las poblaciones de los lugares, muy preocupadas por lo que van a significar esos focos.

La diferencia entre el período de gobierno Prodi y el de Berlusconi es que este decidió utilizar la fuerza. Este es el cambio de calidad que se está verificando en estos días, hay enfrentamientos muy serios entre los ciudadanos de los pueblos adonde irán las descargas y las fuerzas policiales. Esta noche hubo enfrentamientos muy serios en algunas zonas del Napolitano, lo que podría determinar un cambio de calidad del proceso, porque el problema es que la basura se va acumulando, no va a los centros donde se tiene que descargar, y es un mecanismo perverso, que aumenta.

Si esas descargas se abren como fase inmediata y al mismo tiempo se aplican las inversiones que ya estaban establecidas en los equipamientos de reciclaje de mediano y largo plazo, que tienen costos de entre 350 y 400 millones de euros y que podrán estar ejecutivas dentro de cuatro o cinco años, es posible que en un período de uno o dos meses el proceso se resuelva realmente.

Berlusconi ha señalado que va a aplicar mano dura, porque hace poco que asumió y sabe que tiene un período de gracia, que si resuelve el problema de la basura su gobierno se va a reforzar notablemente. Además cuenta con el respaldo de la centroizquierda para las principales medidas. No así para las medidas represivas que se están verificando en estos días, pero hay una especie de acuerdo para la resolución de los temas.

EC - En ese Consejo de Ministros en Nápoles también se anunciaron medidas vinculadas con la inmigración ilegal. Medidas muy duras, por ejemplo la introducción del delito de inmigración ilegal, que sería punible con cárcel.

El anuncio de esta medida ha desatado el rechazo de especialistas y organizaciones sociales que entienden que se ha pasado la raya de lo admisible. Pero este no es sino un ejemplo de las varias medidas anunciadas.

ML - Es la más importante, ese es el cambio de calidad, porque en el anterior gobierno Berlusconi ya se había aplicado una ley muy dura la ley Bossi-Fini (Fini, por el actual presidente del Parlamento, que era el líder del partido posfascista, y Bossi por Umberto Bossi, el líder de la Liga Norte, que ahora es ministro del gobierno de Berlusconi), que cerraba las puertas a la inmigración.

La medida que se propone ahora es un paso más: no solo cerrar las puertas a la inmigración, reducirla a un número muy pequeño, sino además transformarla en un problema penal, por lo tanto punible con detención.

Pero es solo una propuesta de ley, es la idea que han lanzado, no va a ser tan simple aplicarla. Primero, porque pueden tener un enfrentamiento en el Parlamento, que tenga como resultado que no se llegue a las conclusiones que se desean (a pesar de que el gobierno tiene una amplia mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado). Y en segundo lugar, Italia es parte de la Unión Europea, que ya le hizo una primera condena por las discriminaciones que se estaban produciendo en los campos donde están concentrados los gitanos. No es de descartar que la Unión Europea vuelva a condenar severamente a Italia ante estas nuevas medidas, lo que determinaría un cierto cambio de posición. Y el otro aspecto es qué se logra realmente con una medida de este tipo...

EC - ...vamos por partes. La reacción viene porque la persecución se concentra en habitantes de la propia Europa: los gitanos. ¿Ese es el punto crítico?

ML - Ese fue el primer elemento, ahora se concentra en ciudadanos que también hoy son de la Unión Europea como los rumanos, hay una sensación de mucho nerviosismo y de terror en grandes sectores de estas poblaciones.

Pero el fenómeno es muy complejo, porque, si bien este es un país antirracista y antixenófobo, en el proceso electoral el tema de la inseguridad tuvo mucha fuerza. Y seguramente hay vastos sectores de la opinión pública italiana que quizás no quieran medidas que generen racismo o xenofobia, pero sí quieren una solución a los problemas de la seguridad. Esa fue una de las razones principales por las cuales la centroizquierda perdió la Alcaldía de Roma. Entonces, si bien las medidas son muy duras, hay que tener en consideración el estado de la opinión pública, que quiere soluciones a esta situación de aumento de la violencia en los últimos años, aunque quizás no tan radicales.

EC - Las medidas que el gobierno impulsa –que aún no están en vigencia, que están en un proyecto de ley–, que incluyen la introducción del delito de la inmigración ilegal, la aceleración de la expulsión de los indocumentados y el aumento de la pena en un tercio para los extranjeros ilegales que cometan delitos, ¿son compatibles con las políticas de la Unión Europea en materia de inmigración?

ML - Tengo entendido que no. Hubo una polémica muy dura entre miembros del gabinete español y del gabinete del gobierno Berlusconi. Varios miembros del equipo de Zapatero acusaron de racista a la política de Berlusconi y después hubo un conjunto de negociaciones entre los dos gobiernos.

Lo que ocurre es que este tipo de medidas puede desviar el movimiento de migración –que no se va a detener- de Italia hacia otros países. Los españoles están muy preocupados, porque puede haber un movimiento de la tradicional migración hacia Italia hacia países fronterizos o cercanos (como la propia España). Por lo tanto, eso puede activar la luz amarilla e incluso la roja en el marco de la Unión Europea.

Y señalo un elemento más en el conjunto de propuestas de ley. El actual gobierno quiere hacer una excepción de las medidas represivas para los acompañantes de gente de tercera edad o de niños, que quedarían excluidos.

EC - Tengo un dato que tú quizás confirmes: en Italia hoy hay unos 700.000 extranjeros irregulares y de ellos 400.000 prestan servicios como acompañantes de ancianos.

ML – Exactamente. Los números oficiales no son los reales. En la última fase del gobierno Prodi, cuando se activó un aspecto de la ley Bossi-Fini, los inmigrantes se tenían que presentar para regularizar sus papeles y se presentó medio millón. Eso significa que la cifra es muy superior a 700.000. Pero esa relación 700.000-400.000 es correcta. Incluso se definió que estos acompañantes de personas de tercera edad o de niños tienen que quedar excluidos de la ley represiva, porque son "socialmente útiles". Esto desencadenó una actitud muy dura y de protesta de muchísimas organizaciones de la sociedad civil, que, aparte de señalar las medidas represivas y en cierto modo racistas, señalaban esta diversificación social sin sentido que se generaba entre un sector y otro.

EC - Hay una gran incoherencia: si hay razones para temer a esos inmigrantes ilegales, eventualmente por alguna vinculación con la violencia, con la inseguridad, ¿cómo se entiende que a esa gente se le confíe la atención de los ancianos y de los niños?

ML - Sobre todo cuando hay muchísimas rumanas que hacen ese trabajo, los mismos rumanos que son acusados de ser un factor de desestabilización de la seguridad y la serenidad de los ciudadanos de este país.

EC - ¿Entonces?

ML - El proceso está en sus primeros pasos, hay que ver cuál va a ser su desarrollo parlamentario. Hay una decisión muy firme del gobierno Berlusconi de ir para adelante, pero hay un conjunto de factores que pueden jugar.

Berlusconi tiene claro –lo dijo desde los primeros días– que la situación que asume en Italia no es nada sencilla y quiere activar lo más rápido posible un conjunto de decisiones que le permitan aparecer ante los ciudadanos como una persona muy segura, que va a cumplir las promesas que hizo y que resuelve un conjunto de problemas que en las encuestas y en los estudios de opinión pública están en los primeros lugares en la preocupación del ciudadano italiano.

EC - No sé en Italia, pero aquí con cierta frecuencia llegan –han llegado desde que Berlusconi asumió el gobierno– informes, noticias, videos que muestran al Cavaliere diciendo frases inconvenientes, haciendo gestos inconvenientes, en actitudes chocantes para cualquiera aquí, que no sé si son chocantes en Italia. ¿Cómo es esa parte, la personalidad de Berlusconi en el debate de la sociedad?

ML - Aquí la lectura es la contraria: este Berlusconi aparenta ser mucho más sereno, mucho más tranquilo, menos provocativo que el de los anteriores tres gobiernos. Este es su cuarto gobierno y el segundo que probablemente cumpla totalmente.

Este Berlusconi aparece como un señor que sabe de poder de gestión de Estado, porque ya lo tuvo durante siete años, y que, como él mismo señala, quiere pasar a la historia por haber resuelto un conjunto de nudos. Este Berlusconi aparece menos provocador que el anterior. Y así lo ve el ciudadano italiano: sigue contando con niveles de apoyo muy altos y el resultado electoral que obtuvo vale para la reflexión: no ganó con una alianza de centroderecha, sino con una alianza entre los partidos de derecha, sin la participación del centro y con un apoyo electoral altísimo.

EC - De modo que hay un "divorcio" entre lo que destacan cadenas internacionales de televisión o agencias de noticias sobre ciertos comportamientos de Berlusconi y la forma como la población italiana analiza y evalúa esas conductas.

ML - Puede haber habido un cambio cultural en Italia, por el cual hoy es natural un conjunto de factores que antes no lo era.