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Cumbre de la FAO terminó con "frases vacías"

Ayer culminó la cumbre de la Organización Nacional de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con acuerdo en que, para el año 2015, debe reducirse a la mitad el número de pobres y esto llevado a la alimentación. Sin embargo, es opinión generalizada que eso no se va a lograr en el tiempo marcado. "Por lo tanto, estamos hablando de frases vacías, de ganar tiempo", aseguró Mario Lubetkin, director de la agencia IPS. El encuentro dejó una nueva apuesta por el liberalismo para superar la crisis alimentaria, además de una recaudación de 6.500 millones de dólares.

(Emitido a las 8.50) 

EMILIANO COTELO:

Los 193 países integrantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) acordaron ayer en Roma reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas desnutridas en el mundo, en una controvertida declaración, considerada demasiado tímida ante la nueva ola de hambrunas que azotan el planeta.

La declaración final alcanzada después de tres días de negociaciones muy complejas reafirma el objetivo de reducir a la mitad, no más tarde del año 2015, el número de personas desnutridas en el mundo, estimadas hoy en 850 millones. El documento de cuatro páginas que contó con la objeción de Argentina y Venezuela confirma la voluntad de la comunidad internacional de alcanzar los objetivos fijados en la primera cumbre mundial sobre la alimentación celebrada en 1996.

"Los delegados ante la FAO nos han defraudado, han borrado con el codo lo que sus mismos mandatarios habían prometido", declaró el representante de Argentina. A esas objeciones se unieron países como Venezuela, Cuba y Ecuador, que entienden que el texto carece de un diagnóstico objetivo de las causas del hambre en el mundo.

Convocada por la FAO, junto con las demás agencias de Naciones Unidas, el Banco Mundial y también el Fondo Monetario Internacional, esta cumbre de tres días a cuya inauguración asistieron unos 40 jefes de Estado y de Gobierno tenía como fin analizar las consecuencias del alza del precio de los alimentos.

El tema no nos resulta nada ajeno a los uruguayos, hemos estado preocupados estos últimos meses por el alza de algunos precios de alimentos en el mercado local, aunque por otro lado nos hemos beneficiado en materia de exportaciones con los precios que obtienen los granos, por ejemplo, en el mercado de Chicago.

Estamos nuevamente con el director general de la agencia Inter Press Service, Mario Lubetkin.

¿Qué conclusiones deja esta reunión?

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MARIO LUBETKIN:

Las frases que circulan por aquí son muchas –"este ha sido el summit de la desilusión para los países pobres", "el elefante parió un ratón"– y todas expresan la insatisfacción general por los resultados obtenidos en la resolución final.

EC - ¿En general el balance es negativo?

ML - Es la doble lectura, el diplomático siempre dice que se avanzó un paso, pero para los observadores de la sociedad civil y de muchísimos países del sur lo que surgió es un documento de voluntad, que no pasa de aquí, y sobre todo no surgió el famoso plan de acción que tanto se había publicitado para afrontar la dramaticidad de la situación que se vive desde el punto de vista alimenticio.

EC – De todos modos, el director de la FAO, Jack Diouf, declaró que la cumbre había recolectado más de 6.500 millones de dólares para luchar contra el hambre en el mundo. "Admito que esa cifra supera nuestros cálculos más optimistas, hemos medido a fondo el problema del hambre en el mundo, que no es un asunto humanitario sino un fenómeno mundial. Solo juntos podemos enfrentarlo", dijo.

ML - Sí, pero es el mismo Diouf que junto a Bang Ki-Moon decía que se necesitaban inversiones de 20.000 millones de dólares por año para aumentar la productividad agrícola y de ese modo salir de la situación. Y se han recogido 7.000 millones, aportes del Banco Africano, de Francia, de Japón, del Banco Islámico, de Kuwait, de Holanda, etcétera, pero en la sustancia la comunidad internacional, sobre todo la comunidad de donantes, no acompaña las cifras y los pedidos de urgencia que se solicitan para revertir la tendencia negativa.

EC - ¿Cómo se plantaron en el debate los países latinoamericanos? Yo mencionaba recién algunos ejemplos, los casos de Argentina, Venezuela, Cuba y Ecuador, con sus objeciones, sus reservas, sus críticas muy serias a lo que se acordó. Pero ¿cómo fue en general la participación de esta zona del mundo?

ML - Fue la más dinámica en la fase final. La reunión postergó su conclusión porque no se había llegado a un acuerdo, hubo cuatro o cinco horas más de debate porque no se llegaba a un acuerdo. Sobre todo la posición de Argentina, que era muy dura sobre el tema de las liberalizaciones, y con precisión decían: "tratamiento asimétrico de situaciones asimétricas", o sea que no se trate la política hacia los países en vías de desarrollo desde el punto de vista alimenticio con la vara del desarrollo de los países desarrollados. Se corre el riesgo de que en los países en vías de desarrollo haya una invasión de productos de los países desarrollados.

Esa tesis argentina no tuvo éxito porque el documento final volvió a subrayar la liberalización como el mejor camino para resolver la situación. La única frase que se acercaría al planteo argentino es no usar los alimentos como un instrumento de presión política.

Ahí se enlazan otras dos reivindicaciones que se plantearon hasta último momento: el caso de los bolivianos, que señalaban que el tema de la alimentación hay que llevarlo a la categoría de los derechos humanos y los derechos del hombre, y Cuba, que lo llevaba más a su terreno local, planteaba la necesidad de terminar con los embargos a productos alimenticios contra cualquier país del mundo.

El problema de la liberalización y la distribución, que fue señalado por los presidentes de Argentina y Brasil, estuvo hasta último momento.

Y por otro lado, la posición brasileña, muy firme hasta último momento, sobre los biocombustibles. La resolución dice que hay que hacer estudios más profundos para comprobar si el uso de granos –como Estados Unidos usa el maíz y la soja, y Brasil la caña de azúcar– para producir biocombustibles afecta severamente el tema alimenticio.

Pero el problema de fondo es el que tú señalabas en la introducción: el documento ratificó la idea de que a 2015 se reduzca a la mitad el número de pobres, y esto llevado a la alimentación. Pero ese es el objetivo número uno de los Objetivos del Milenio, de la cumbre de 2000, que planteaba ocho objetivos. Pero está claro, y es opinión generalizada que eso no se va a lograr para el 2015, por lo tanto, estamos hablando de frases vacías, de ganar tiempo y llevar la discusión de estos temas clave a otros escenarios que ya no son las organizaciones tradicionales del sistema de Naciones Unidas.

Esto plantea otra reflexión: ¿quién gobierna el escenario internacional?, ¿quién va a decidir por todos nosotros sobre todos estos temas? Uno de los puntos planteados, aunque no en la resolución, es la Task Force, el grupo de trabajo encabezado por el secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, e integrado por los directores generales de las organizaciones financieras, que a fin de mes va a plantear un plan de acción que va llevar al Grupo de los Ocho para que lo apruebe en Japón. Por tanto no son las organizaciones de las Naciones Unidas las que definen este escenario, van a ser los ocho países poderosos quienes van a poner las coordenadas de hacia dónde se va desde el punto de vista alimenticio. Eso muestra la dimensión de lo que está en juego y dónde se deciden estos temas cruciales para todos nosotros.

EC - ¿Qué se puede esperar de ahora en adelante?

ML - Que un escenario de mayor conciencia y de presión política determine un cambio de tendencia que solo se puede agravar. Te doy algunos datos: hablamos de 850 millones de pobres y Ban Ki-moon decía que si no cambiaba la tendencia en poco tiempo íbamos a tener otros 100 millones de pobres más en el mundo. Incluso, señalaba que si no se llegaba a un aumento del 50% de la alimentación en 2030 la situación sería dramática. Y basta ver los productos, hay una lista emblemática de la OCSE, en la que se proyecta que en los próximos diez años el aceite vegetal aumentará 80%, el maíz, el grano y la leche 60%, la manteca 60%, el arroz 30%, el azúcar 30% y la carne 20%. Si no hay señales claras de reversión de la tendencia, el panorama va a ser más complicado para todos nosotros.

El único aspecto positivo es que no se coloca el tema alimenticio como un elemento aislado del conjunto de factores que es clave tratar al mismo tiempo, que son los aspectos de la situación alimenticia y el cambio climático y los aspectos de la situación alimenticia y la nueva tendencia del biocombustible, particularmente la acción de Estados Unidos de utilizar maíz y soja para producir combustible.

Tenemos un problema de gobernabilidad muy severo en el mundo, un problema de gravedad de la situación y un problema de debilidad de los países del sur.

Y un elemento más: ¿cómo lo puede sentir un ciudadano uruguayo? Lo va a sentir de dos maneras, por un lado, el aumento de los precios va a afectar el bolsillo de cada uno, pero por otro lado Uruguay, como país productor y exportador de alimentos, puede pasar a una ubicación diferente de la actual.