Internacionales

Cristina criticó con indirectas y Cobos cosechó halagos

Tras el impacto por el voto negativo del vicepresidente Luis Cobos al proyecto de retenciones móviles, el gobierno argentino tuvo una reacción "más suave de lo que se podía esperar" y la presidenta Cristina Fernández no acusó el golpe de forma explícita. Sólo con "indirectas" se refirió a la actitud de Cobos y según Fernando Gutiérrez, corresponsal de En Perspectiva en Argentina, "fue muy claro que se preocupó por dejar una imagen de que continúa al mando". Mientras, el vicepresidente fue el héroe de la jornada, recibiendo felicitaciones y demostraciones de afecto desde el campo, la Unión Cívica Radical, e incluso de Diego Armando Maradona.

(Emitido a las 7.40)

JOSÉ IRAZÁBAL:

Repasemos las tapas de hoy de los diarios argentinos:

Clarín: "Cristina habló de una traición del peronismo".

El Cronista: "Tras la victoria en el Senado, el campo pide derogar las retenciones móviles. El silencio oficial generó dudas entre inversores".

Página 12 (con las fotos del vicepresidente Julio Cobos y la presidenta Cristina Fernández): "Extraña pareja".

Crítica Digital (con la foto de Cristina Fernández): "¿Nadie le avisó? Después de un día de espera Cristina expresó su enojo solo con indirectas, no mencionó una sola palabra sobre el traspié en el Senado".

Vamos a escuchar un tramo de una alocución pública de la presidenta después del revés en el Senado.

(Audio Cristina Fernández)

"Quiero decirles algo muy chiquito, muy chiquito, por favor, muy chiquito. Agradecerles la presencia de todos ustedes aquí, hoy, esta noche, para reencontrarnos, como siempre lo hemos hecho, mirarnos a los ojos, fundamentalmente hombres y mujeres del pueblo, y saber, al mirarnos a los ojos, que nunca nos hemos traicionado, que siempre [aplausos] hemos elegido un camino, un camino que es irrenunciable y que es fundamentalmente representar los intereses de los que menos tienen..."

(Fin)

JI – Para hablar sobre esto estamos con Fernando Gutiérrez, nuestro corresponsal en Buenos Aires. Qué frase esa, la de la traición.

***

FERNANDO GUTIÉRREZ:

Sí, pero de todas formas fue un poco más suave de lo que se podía esperar. Ayer, por supuesto, los argentinos no hablaron de otra cosa en todo el día y la gran expectativa era qué reacción iban a tener el gobierno y en particular Cristina Fernández de Kirchner.

Ayer se la vio abatida, pero dentro de todo manteniendo cierta calma. Y fue muy claro que se preocupó por dejar una imagen de que continúa al mando. Antes de esa alocución que escuchamos, asistió a un acto por la inauguración de un aeropuerto en la provincia del Chaco, y tuvo un largo discurso, en el que no hizo una sola mención a la crisis política ni al problema de las retenciones a la exportación agrícola. Habló de temas de la agenda económica, habló de una noticia que si bien es importante hasta ahora ha pasado un poco opacada por la crisis política, que es la reestatización de Aerolíneas Argentinas.

Todo el tiempo intentó trasmitir el mensaje de "yo estoy al mando, la cosa continúa y estoy preocupada por los otros temas". Habló de la economía, retuvo muchos números sobre la evolución del producto bruto interno (PBI), que recitó de memoria. Desde ese punto de vista intentó dar un mensaje de que está asimilando el golpe.

Se prevé que este fin de semana se procese políticamente el tema en la interna. Hay que ser un poco sutil en la interpretación de lo que dijo, pero el mensaje estuvo más dirigido a la interna del peronismo que al propio Julio Cobos, porque cuando menciona la palabra "traición" y habla de defecciones, habla más que nada de esa gran mayoría que el oficialismo tiene en el Senado y que se dio vuelta.

JI - El vicepresidente Cobos, que ayer sobre las 4.30 dio el campanazo, inclinando la balanza a favor de los reclamos del campo y en contra de su propio gobierno –aunque viene del radicalismo–, dijo: "nadie puede pedirme que renuncie", y pidió no dramatizar la resolución que tomó el Senado, que no aceptó convertir en ley las detracciones a las exportaciones del agro.

FG - Ayer fue un día plagado de rumores, desde si Cristina iba a cambiar completamente el gabinete, hasta si le iba a pedir a Cobos que renunciara; incluso circuló intensamente a través de Internet el rumor –que nadie tomó muy en serio– de que la misma Cristina Kirchner podía llegar a renunciar. A medida que pasaban las horas y había silencio desde el oficialismo, se alimentaban los rumores. Por eso fue importante para Cristina mostrarse firme y al mando.

Todavía es un misterio qué tan profundamente va a asimilar el golpe el gobierno. Ahora se espera que derogue la polémica resolución, que sería la consecuencia natural de que su proyecto de ley haya sido rechazado en el Parlamento. Todo el mundo interpretó que la frase de Néstor Kirchner en el acto previo a la sesión del Senado en el sentido de que el gobierno iba a respetar el resultado, cualquiera fuera, significaba que un rechazo de la ley iba a tener como consecuencia lógica la derogación de la resolución y la convocatoria a los dirigentes del campo para un nuevo diálogo. Ninguna de estas cosas ha ocurrido todavía y han sido reclamadas por toda la oposición.

Hoy Cristina se va a reunir con la bancada oficialista. Se espera una especie de catarsis y revisión de lo acontecido y se supone que este fin de semana se va a terminar de procesar internamente el golpe para que la semana que viene el gobierno retome la iniciativa.

Mientras tanto, Cobos ayer fue el hombre del día. Victoreado, elogiado como un héroe de la democracia, recibió desde el elogio de los dirigentes del campo hasta el llamado telefónico solidario de Diego Maradona.

JI - Maradona siempre está.

FG - Y no es menor para la opinión pública argentina tener el apoyo público de Maradona. Pero incluso los mismos dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR), que habían echado a Cobos cuando se alió con Cristina para conformar la fórmula presidencial, ayer le abrieron las puertas del partido como aceptando su vuelta. E incluso –otra cosa que tampoco es menor en Argentina– el ex presidente Eduardo Duhalde le envió públicamente una carta elogiando su actitud y sugiriéndole que asumiera el liderazgo de la UCR. Decía que hay un profundo sentimiento radical en el país y que contribuiría a la consolidación democrática de Argentina que él ahora, a partir de su prestigio y su notoriedad, aglutinara ese sentimiento radical y ayudara a reconstruir la democracia, poniéndose al frente.

Se lo veía a Cobos un poco abrumado por tanta demostración de afecto, pero contento con su nueva popularidad. De todas formas, no cedió a la tentación y habló poco. Seguramente ya nada va a ser igual, a partir de la semana que viene va a tener un protagonismo político en Argentina cuyas consecuencias todavía no se avizoran.