EMILIANO COTELO:
El primer debate entre los candidatos presidenciales de Estados Unidos, Barack Obama y John McCain, programado inicialmente para esta noche, continúa en suspenso esta mañana.

La situación está generando en el público una expectativa muy fuerte, porque en Estados Unidos los debates presidenciales tienen un peso importante en la opinión pública. Pero si en todo el territorio de los Estados Unidos existe incertidumbre y nervios con respecto a este debate, imaginen lo que puede estar pasando en la pequeña ciudad de Oxford, en el Estado de Mississippi, que es donde la presencia de los dos candidatos debería tener lugar.

Estamos hablando de una ciudad habitada por unas 19.000 personas, que ya ha gasto más de cinco millones de dólares en los preparativos para ser la sede del primer debate presidencial.

Y entonces, ¿cómo están ahí?

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EC – Voy a preguntárselo a Enrique Cotelo, mi hermano, que desde hace unos cuantos años vive en esa ciudad y trabaja en la universidad que está en el centro de los preparativos de este debate.

ENRIQUE COTELO:
Sí, justamente en el teatro de la propia universidad es donde se va a realizar el debate hoy de noche. Te digo con convicción: se realiza sí.

EC – Vamos a recordar antes de ir al tema, sobre todo para los oyentes que te recuerdan, porque tú participaste de En Perspectiva durante muchos años, encargado de espacios de temas musicales, ¿desde cuándo estás allí en Oxford Mississippi y qué haces allí?

ENC – Desde el año 2001. Nosotros somos profesores de español y de cultura latinoamericana y también estoy completando mi doctorado en historia.

EC – Cuando dices nosotros estás hablando de tu esposa, Irene, y tú.

ENC – Sí, exactamente.

EC – Otro dato, ¿cómo es la ciudad? Contanos a propósito de Oxford, es una ciudad chiquita.

ENC – Sí, son 20.000 habitantes que están dentro de la ciudad incorporada lo que sería el casco de la ciudad; pero el condado que más o menos sería un radio de 20 millas tiene 40.000 habitantes más los 16.000 estudiantes que se suman a la universidad sobre todo en los semestres del otoño y la primavera. En este momento estamos en el semestre de otoño y realmente se siente mucho de lunes a viernes cuando aumenta mucho; la llegada de este debate le cambia la fisonomía a este pueblo que es un poco tranquilo. Pero no tanto como los partidos de fútbol, donde tiene un estadio de 100.000 personas que se llena todos los fines de semana. Esa es una presencia un poco más grande que lo que está pasando ahora.

El pueblo está recibiendo en este momento 3.000 periodistas, lo cual es mucho, sin lugar a dudas, pero el pueblo está preparado.

EC – Repasando ayer en internet distintas crónicas me encontraba ésta de un periodista español, que en un momento en su artículo dice: "Nadie entiende cómo Oxford logró arrebatar a Nueva Orleáns la sede del primer debate presidencial. El aeropuerto más cercano está a una hora y media en auto –en el Estado de Tennesse- y ni siquiera hay un hotel decente en la localidad". Fijate que terminante era este hombre.

ENC – El hotel más "decente" lo tiene la propia universidad. Fue inaugurado hace pocas semanas. No tenía nada que ver con el debate. Es un hotel cinco estrellas, que tiene como ciento y pico de habitaciones, diez pisos de alto. Pero después todas las cadenas de hoteles tienen sus hoteles aquí en el pueblo de Oxford. No es tan así. Realmente es un lugar tranquilo. Yo sé que hubo otros que trataron de arrebatarle el puesto a la Universidad de Mississippi...

EC – ¿Cómo se entiende que sea Oxford, Mississippi, y esta universidad la anfitriona del debate?

ENC – A la Universidad de Mississippi se le adjudicó este primer debate creo que a finales de mayo y creo que tenía que ver porque tenía un lugar simbólico. En el año 62 aquí fue uno de los lugares más estratégicos para la integración de los afroamericanos en la educación terciaria en Estados Unidos y creo que ahora se llegaría como a culminar todo este proceso.

EC – Sí, yo revisando antecedentes me encontraba con que la Universidad de Mississippi hasta el año 1962 no admitía negros. Y fue en aquel año cuando James Meredith, inspirado por el discurso inaugural de John F. Kennedy, ganó la batalla legal para ingresar. Parece que las reacciones fueron tan violentas que tuvo que vivir custodiado por policías del gobierno para desarrollar sus estudios.

ENC – Sí, sin duda eso fue un episodio histórico. Fue del 1º de octubre de 1962 y James Meredith está acá recibiendo a los candidatos ahora y creo que eso culminaría como una gran etapa para la historia del sur de Estados Unidos.

EC – Y tiene mucho que ver, entonces, con el hecho de que por primera vez haya un afroamericano compitiendo por la presidencia de Estados Unidos. Qué hay que entender, ¿que esta universidad fue elegida por Barack Obama como sede del primer debate? ¿Hay algo de eso?

ENC – Los debates los organiza una comisión interpartidaria entre demócratas y republicanos. Yo creo que, simbólicamente, Obama, que no es del sur de Estados Unidos, sin lugar a dudas tiene que haber sido de su satisfacción, porque a su vez éste tampoco es un lugar sumamente demócrata -si bien el pueblo sí, pero el Estado de Mississippi no en este momento-, en el cual Obama tiene ganados los representantes; pero podría cambiar el panorama. En el distrito norte de Mississippi en los últimos diez o quince años siempre ha sido republicano y en las últimas elecciones llevó un representante demócrata y ahora Ronnie Musgrove le está peleando a Roger Wicker uno de los dos puestos de senadores y es muy competitivo y muy posible que también se los lleven los demócratas aquí en Mississippi.

EC – Tú estás convencido de que el debate se hace. ¿La gente allí en Oxford también, todos los habitantes?

ENC – Te cuento las últimas cosas. Acá son las siete de la mañana, yo todavía no he dejado mi casa, pero en este momento se está trasmitiendo la CBS. Es un programa de la mañana desde aquí desde Oxford, Mississippi. Recién escuché al senador demócrata Joe Liberman que apoya a McCain –que es republicano- diciendo que sí que venía para acá. Pero no hay fiasco que por bien no venga. Y si solamente viene Obama, acá la fiesta se hace igual.

EC – Claro, porque Obama de todos modos va.

ENC – Sí, por lo cual afeitados y sin visita no vamos a quedar. Acá la gente participa mucho, son un poco como los brasileños: siempre tienen una buena razón para festejar y acá se han hecho tantos preparativos que esto no va a ser como "El baño del Papa".

EC – Lo cierto es que, supongo, la ciudad ha sido revolucionada. ¿Desde hace cuántos días el ambiente cambió ahí?

ENC – Ya desde que se sabía que el debate iba a ser acá. Durante todo el verano comenzaron los preparativos, pero este semestre se adaptó para que el debate estuviera acá. En las últimas dos semanas ha habido más de 60 eventos que han tenido que ver con el debate. La Universidad ha ofrecido unos 20 cursos especiales que han empezado desde hace un mes y medio, cuando comenzó el semestre, entre ellos: "Política 308", "Elecciones y participación", "Business curso 400", "El rol del gobierno en la actualidad empresarial".

EC – Y en cuanto al esquema de seguridad y todo ese tipo de alteraciones que se producen cuando vienen personajes de este peso, ¿en qué medida la ciudad se ha visto afectada o molesta por todo eso?

ENC – Afectada y también molesta. Siempre hay alguien que se queja. Sí la ciudad ha sido invadida desde hace unas semanas por el servicio secreto de Estados Unidos. La Facultad de Música queda exactamente frente al teatro, por lo cual hace dos semanas todos los profesores y todos fueron desalojados de sus oficinas, donde se han instalado muchos de los periodistas y las bases de las dos campañas.

Pero el servicio secreto no es tan secreto. No es que están todos vestidos de negro y usan lentes negros. Simplemente han sido despliegues de seguridad, se han visto más helicópteros, calles cerradas. Por ejemplo, el campus, que tiene alguna manera de llegarse por auto, ahora hay un sistema de ómnibus para recorrerlo y solamente se puede hacer caminando.

Eso es porque no solamente van a llegar los dos candidatos, que uno de los dos seguramente va a ser el presidente, por lo cual tiene lógica que se encargue de la seguridad el servicio secreto, sino también porque han llegado muchísimos periodistas y hay que hacer los preparativos para que, por ejemplo, hayan traductores o expertos haciendo cola para hablar para las cadenas de televisión.