EMILIANO COTELO:
En Ecuador el presidente Rafael Correa se adjudicó ayer un aplastante triunfo en el referéndum celebrado este domingo.

Un referéndum en el que, según los sondeos, la nueva Constitución, que lo habilitará para la reelección y le permitirá profundizar su modelo socialista, fue aprobada por una amplia mayoría.

"Ha triunfado aplastantemente la nueva Constitución. Es un momento histórico que trasciende por mucho a las personas que por accidente o fortuna hemos estado en este proceso", decía eufórico, anoche, Correa hablando en Guayaquil.

(audio de Rafael Correa)

"Hoy el Ecuador ha decidido un nuevo país. Las viejas estructuras han sido derrocadas. Esta es la confirmación de esa revolución ciudadana que ofrecimos al pueblo ecuatoriano en el 2006 y que este mismo pueblo nos ordenó en las urnas aquel histórico 26 de noviembre del mismo año. Con esto cumplimos el mandato, la orden que nos dieran el 26 de noviembre de 2006 de tener esta nueva Constitución que siente las bases para un nuevo país".

(fin del audio)

Cuando todavía faltan algunas horas para que se conozcan los resultados oficiales, dos encuestas privadas realizadas a boca de urna mostraron un respaldo al proyecto del gobierno de entre 63 y 70% de los votantes.

De confirmarse las tendencias, esta propuesta de 444 artículos se convertirá en la vigésima Constitución de Ecuador.

El proyecto habilita la reelección presidencial, con lo que Correa podría intentar quedarse en el poder hasta el 2017, cambia el modelo de libre mercado por uno "social y solidario", prohíbe la instalación de bases extranjeras y otorga el derecho de voto a los militares, entre otros asuntos.

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EC – Estamos con el periodista Kintto Lucas, corresponsal en Quito de la agencia Inter Press Service. ¿Se confirman los números que estaban manejándose anoche o hay algunos más frescos?

KINTTO LUCAS:
Los números más frescos son los de las proyecciones de las primeras urnas escrutadas, que darían un 63%. Eso es la proyección de la institución Participación Ciudadana, que ha hecho un trabajo en ese sentido ayer en la noche. Pero todavía falta porque en realidad generalmente cuando en Ecuador los exipol dan ese tipo de cifras pueden tener una relación de tres puntos de diferencia a veces por el tema de las zonas rurales y ese tipo de cosas, que a veces hay diferencias.

EC – A partir de un resultado como este, ¿qué escenario político se abre en Ecuador?

KL – En principio hay un fortalecimiento del gobierno, pero más que del gobierno del presidente de la República. Aunque también hay un fortalecimiento de otros sectores que en esta ocasión tuvieron una participación importante en la campaña electoral: por ejemplo el movimiento indígena, que no había participado tanto en otras campañas electorales del presidente de la República, y el propio ex presidente de la Asamblea Constituyente, que si bien es del partido de gobierno, tiene algunas diferencias con el propio presidente, que es el economista Alberto Acosta.

Sobre todo de esos hay un fortalecimiento, creo, y hay un debilitamiento total de lo que es la oposición, sobre todo de los partidos de derecha, y de determinados sectores económicos y de la iglesia de Guayaquil, que es donde se centró con más fuerza la oposición a este proyecto constitucional.

EC – De todos modos, si bien el discurso del presidente Correa era un discurso pautado por el entusiasmo, euforia, incluso podría decirse, en el texto de su alocución hubo mensajes conciliatorios. ¿Cómo va a manejar la relación con la oposición?

KL – Yo creo que el presidente en sí ha venido conciliando bastante con determinados sectores, pero ha atacado a otros que, creo, seguirá atacando. Por ejemplo, al sector del ex presidente Lucio Gutiérrez creo que va a ser muy difícil que llegue a conversaciones con él y seguramente va a seguir atacándolo.

Y el alcalde de Guayaquil, que fue uno de los mayores opositores, que es Jaime Nebot, si bien le llamó a dialogar, también va a ser muy difícil, porque representa también a sectores distintos y a intereses distintos.

Tal vez llegue a conversaciones más factibles, por ejemplo con la cúpula de la Iglesia Católica, que fue uno de los sectores que más se opuso a este proyecto de Constitución y que más, de alguna forma, atacó al propio gobierno. Con ellos creo que sí va a haber un diálogo.

EC – Sí, recordemos que la Iglesia se oponía al proyecto de reforma, porque entendía que abría una puerta a la legalización del aborto y también al matrimonio entre homosexuales.

KL – Claro, eso era un poco lo que salió más a público de las discrepancias de la Iglesia. Pero también tiene otra discrepancia la cúpula de la Iglesia, que era que el Estado ya no va a dar fondos para las escuelas religiosas. Las escuelas religiosas tendrán que probar si realmente necesitan fondos del Estado sobre todo en barrios pobres, pero en general se les retiraría ese apoyo. Lo mismo ocurriría con las universidades dependientes de la Iglesia, cosa que reciben actualmente.

EC – Y qué pasa con la relación del gobierno con las cámaras empresariales, por ejemplo. Estas gremiales habían rechazado el proyecto de reforma de la Constitución, entendiendo que concentra el poder en el presidente, que amenaza la propiedad privada, que recorta, además, las autonomías locales.

KL – En realidad eso es un poco el juego de correlaciones de fuerza que se está dando en Ecuador. El presidente o el gobierno de alguna forma han dialogado con los distintos empresarios e inclusive, si bien no ha beneficiado a algunos empresarios, ha beneficiado a otros sectores.

En Ecuador ocurre una cosa muy particular: que una cosa es el empresariado de la costa y otra cosa es el empresariado de la sierra. De alguna forma el gobierno sí ha tenido un acercamiento con el empresariado de la sierra. Por lo tanto, a veces parece que es todo el empresariado y no es así. Es una parte del empresariado y sobre todo el concentrado en Guayaquil el que se opuso más a la propia Constitución.

EC – ¿Cuáles serían las primeras medidas que tomaría el presidente Correa ya basado en este nuevo marco constitucional?

KL – En realidad la mayoría de las medidas de a poco las ha venido tomando. Es un fortalecimiento del Estado. A veces para el exterior, cuando nosotros lo leemos de aquí, parece un poco hasta chistoso cuando se dice modelo socialista; en realidad lo que sí hay es un fortalecimiento del Estado, porque en la década anterior hubo un desmantelamiento del Estado y lo que propone Correa es un fortalecimiento de todas las empresas estatales y del Estado como tal. Y yo creo que va a ir cada vez más hacia eso.

Pero primero se tiene que reunir la propia Asamblea Constituyente, para empezar a dictar las leyes que den la viabilidad a esta Constitución, sobre todo en lo que tiene que ver con el reordenamiento político, que sí tiene que ver bastante, porque es el reordenamiento de los partidos, tiene que ver con lo que hablabas tú antes de la reelección presidencial: con todo ese andamiaje político que va a ser reestructurado.