Internacionales

El apoyo del gobierno alemán a Israel y el rechazo de la opinión pública

Contacto con Rafael Poch-de-Feliu, corresponsal en Alemania del diario La Vanguardia.

(Emitido a las 8.32 horas)


JOSÉ IRAZÁBAL:
En el marco del conflicto por el que atraviesa Medio Oriente, el gobierno alemán ha criticado al grupo Hamás por romper el alto al fuego y apoya a Israel. En tanto, un 60% de los alemanes cree que Israel no tiene consideración hacia el resto de los países y uno de cada dos germanos opina que Israel es un país agresivo.

¿Cómo se conjugan esas dos visiones del gobierno, por un lado, y de la opinión pública por otro, en un país que fue responsable del holocausto judío en la segunda guerra mundial?

Para acercarnos a esa realidad estamos en contacto a esta hora con un periodista catalán, Rafael Poch-de-Feliu, corresponsal en Alemania del diario La Vanguardia.

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JI - ¿Cuál es la primera lectura que podemos hacer de la postura del gobierno alemán?

RAFAEL POCH-DE-FELIU:
Una lectura muy curiosa y es la siguiente: que las encuestas de población sugieren que la actitud oficial alemana de solidaridad con Israel es una fachada que no tiene verdadero respaldo social. En un país como Alemania, con la historia que tiene, eso es particularmente picante, porque la encuesta divulgada este miércoles afirma un estado de opinión de la población alemana que no tiene nada que ver con la posición oficial del país, lo cual nos lleva a otras preguntas en las que entraremos después.

Pero para empezar diríamos que casi la mitad de los alemanes -según esta encuesta del Instituto Forsa, que es el principal del país- considera a Israel un país agresivo, que menos de una tercera parte dice que Israel respeta los Derechos Humanos y que una amplia mayoría -del 60%- declara que Alemania no tiene responsabilidades especiales hacia Israel por su pasado.

Entonces, hay que recordar que la doctrina oficial alemana en materia de relaciones con Israel afirma que tiene como piedra angular que la relación de Alemania hacia Israel es única y que esa especificidad se fundamenta en -y esto es una cita textual- "la responsabilidad de Alemania en el sistemático genocidio de unos seis millones de judíos en Europa durante la época del nazismo".

Es decir, lo que las encuestas nos dicen es que la sociedad alemana no está en sintonía con esta política.

JI – ¿Qué señales ha dado el gobierno ante lo que está sucediendo en Medio Oriente? ¿Ha salido expresamente a sentar esta posición o cómo se ha manejado públicamente? ¿Qué posición ha tenido sobre el tema?

RP – La posición alemana queda reflejada en el hecho de que Alemania es el segundo socio comercial de Israel, sólo por detrás de Estados Unidos, que actúa como el principal valedor de los acuerdos y asociación con Israel en el seno de la Unión Europea, y también en una prudencia extrema de sus medios de comunicación que pasan de puntillas sobre los aspectos más feos del actual conflicto.

En lo que se refiere a la crónica de los últimos días, vemos que el primer ministro de Exteriores ha viajado a Egipto y a la región con diversas propuestas, entre ellas una que es la de ofrecer al gobierno egipcio ayuda técnica para sellar de forma más eficaz la frontera de Gaza con Egipto. Recordemos que esa frontera está sometida a un bloqueo inhumano desde hace años y que los políticos alemanes han participado la semana pasada en las pequeñas manifestaciones de apoyo a Israel que se han celebrado en Alemania, manifestaciones que no tienen tampoco precedente en el resto de Europa.

O sea, en el resto de Europa ha habido manifestaciones de condena a la masacre en Gaza, en Alemania ha habido también alguna manifestación de condena a esta masacre, pero sin participación de la ciudadanía alemana. En cambio, en las manifestaciones de apoyo al Estado de Israel ha habido participación de las fuerzas políticas alemanas, aunque no de la ciudadanía.

Es una situación un poco enredada, pero contiene una enorme ambigüedad. Por un lado, me parece a mí que lo que a los alemanes llaman el "complejo de culpa" por su pasado nazi hacia el pueblo judío es una actitud que realmente honra a Alemania, honra a la Europa de posguerra, especialmente si la comparamos, por ejemplo, con la actitud de los japoneses que masacraron a cerca de veinte millones de chinos en Asia en los años 30 y 40, mantienen hoy, es decir, el Estado japonés no parece tener ningún complejo hacia su pasado, mientras que el Estado alemán históricamente en la posguerra sí ha manifestado siempre su responsabilidad histórica. Eso es algo que jurídicamente quizá no tiene una gran entidad, porque la culpabilidad colectiva especialmente aplicada a una nación entera es siempre algo complicado, pero es evidente que hay algo que por ser alemán uno tiene que asumir y es que en nombre de la patria alemana aquí, en los años 40, se produjo un genocidio.

Al mismo tiempo, lo picante es que 60 años después esa responsabilidad, los complejos derivados de esa responsabilidad como que obligan a cerrar los ojos ante los crímenes del presente.

Es una situación realmente muy complicada, que creo que concentra en grado máximo muchos sentimientos que hay en Europa y que seguramente en América Latina no tenéis por patrones históricos y lejanías geográficas.

JI – ¿Y qué puede pasar, por lo menos qué es lo que los analistas aseguran sobre esta posición alemana dentro del concierto europeo y la propia Unión Europea?

RP – Creo que no va a pasar nada. La Unión Europea intenta afirmar una posición salomónica en este conflicto. Yo, en este contexto, quiero recordar las palabras de un antifascista italiano, Piero Betti, que en una ocasión dijo que "cuando la verdad está, y la injusticia está toda concentrada en una parte, una posición salomónica se convierte en algo completamente tendencioso". Entonces, la posición europea intenta practicar una posición salomónica entre el millar de muertos palestinos, a manos del quinto ejército más potente del mundo, y los lanzamientos de cohetes de la resistencia palestina contra Israel, que en tres años han causado diecisiete muertos. Ser salomónico en esta proporción es algo realmente tendencioso, ¿no?

Y creo que Europa compra esta actitud en gran parte a causa de su pasado, a causa del miedo a ser acusado de antisemitismo, etcétera, etcétera, aspecto que la derecha israelí explota hasta el máximo.

Resulta enormemente clarificador en este conflicto atender a las voces del movimiento pacifista israelí, a las voces de los soldados israelíes que se niegan a participar, porque eso rompe este esquema diabólico. Es una crítica al Estado de Israel clara, radical e imposible de ser acusada de antisemita.