Internacionales

Estados Unidos da señales de un cambio positivo en la lucha contra las drogas

Contacto con Ricardo Galarza, periodista uruguayo de la revista Expansión, radicado en México

(emitido a las 8.39)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
"Nuestra insaciable demanda de drogas ilegales alimenta el comercio de drogas". Esta frase la dijo la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, unos minutos antes de llegar al Distrito Federal (DF), México, para una visita de dos días en la que la violencia desencadenada en los últimos meses por el narcotráfico será uno de los temas dominantes.

En el marco de una reunión que mantuvo con Clinton en la residencia de Los Pinos, el presidente mexicano, Felipe Calderón, reclamó mayor participación y colaboración al gobierno de Estados Unidos para enfrentar esta crisis. La respuesta de Clinton fue inmediata, anunció la donación de 80 millones de dólares para que México compre helicópteros de asalto Black Hawk con el fin de combatir agresivamente los cárteles del narcotráfico.

Esta mañana les proponemos justamente ir a México, trasladarnos allí para averiguar cómo se evalúa esta visita de Clinton mientras aún se está produciendo y en qué contextos ocurre, en diálogo con Ricardo Galarza, periodista uruguayo de la revista Expansión, que está radicado en el DF.


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JAE – Estamos escuchándote atentamente sobre esta visita justamente, qué arranca ¿en qué contexto, cuál es el contexto en el que se produce esta visita de Clinton a México?

RICARDO GALARZA:
Ambos gobiernos habían tenido varios desencuentros, por eso este "mea culpa" de Hillary diciendo que: "Nuestra insaciable demanda de drogas ilegales alimenta el comercio de drogas" y que lo incapaces que han sido en detener el tráfico de armas está alimentando la narcoviolencia en México, lo que ha caído muy bien en este momento.

Hubo muchos desencuentros en la relación bilateral. Previo a esta visita, a fines de 2008, hubo un informe en el Pentágono que mencionaba a México como un posible estado fallido, con todo lo que eso implica. Es decir, esos estados o gobiernos centrales que no tienen control de todo el territorio de su país; se hablaba justamente de una "paquistanización" de México en ese sentido. Eso creó mucha irritación aquí, tanto entre los funcionarios como entre la opinión pública. Luego vino la gota que derramó el vaso, que fue la publicación en la revista Forbes, que publica una lista de los hombres más ricos del mundo e incluyó en esa lista nada menos que al "Chapo" Guzmán -Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo"-, un narcotraficante de larga trayectoria aquí, uno de los jefes del cártel de Sinaloa. Eso fue realmente lo que desató la mayor irritación, inclusive el presidente Calderón llegó a decir que había una campaña contra México, obviamente una exageración, delirio diría yo.

Ese era el contexto en el que se presentaba esta visita, y Hillary -muy diplomática, por cierto- ha logrado restañar todas esas heridas en un solo día, de una manera increíble.

JAE – Y concretamente en ciudad Juárez, con el envío de contingentes militares, ¿cómo está la situación, ha mejorado algo?

RG – No, no ha mejorado, de hecho ha empeorado. Hace dos años que el presidente Calderón inició esta guerra, desde entonces ha desplegado 45.000 soldados y ha habido más de 7.000 asesinatos vinculados a narcotráfico. O sea que esto lejos de mermar -por llamarlo de alguna manera- se ha acrecentado. Ha descabezado varios cárteles, lo que ha creado una guerra entre los mismos cárteles en ciudad Juárez, que es el lugar donde se ha registrado más violencia, donde confluye todo el problema fronterizo con el narco, con el tráfico de armas. Realmente no ha mermado en lo más mínimo.

EC – Pero ha habido un cambio que se ha generado a partir de esa ofensiva militar del gobierno de México en la zona: la violencia cruzó la frontera ¿no? El lado estadounidense de la frontera, allí, cerca de ciudad Juárez, se había mantenido al margen de esa situación pero en los últimos meses los propios narcotraficantes, acorralados, se trasladaron para el terreno estadounidense, llevaron a sus familias y llevaron –dicen los especialistas- también sus prácticas. Eso llevó a que empezara a generarse inseguridad en Estados Unidos, con una enorme preocupación de las autoridades locales, con estados que han llegado a reclamar que se llegara a una militarización, cosa que el gobierno de Barack Obama rechaza. Ahí hay otro factor que creo que está empujando a Estados Unidos a modificar su actitud en el tema ¿no?

RG – Que bueno que lo complementas de esa manera porque justamente el contexto es eso; más que una sensación de inseguridad -como tú mencionabas- han llevado efectivamente sus prácticas, su "modus operandi", como se dice en seguridad, propio de la delincuencia organizada: secuestros, invasión de propiedad y otras cosas que realmente han alarmado a toda la población allí. Se ha llevado al Capitolio, ha habido audiencias.

Como bien se sabe, en las visitas de los presidentes y de los altos funcionarios, además de un tema de política exterior está también un tema de consumo interno. El hecho de que Obama haya decidido esta visita tan pronta -que va a ser mediados del mes que viene- y ahora esta visita de Hillary -que no es otra cosa que calmar las aguas y preparar la visita de Obama y los temas que van a tocar- no obedece a otra cosa.

No olvidemos que el martes por la noche, el día antes de la llegada de Hillary acá, Janet Napolitano anunció todo el tema de reforzamiento fronterizo con los cientos de agentes más en la frontera y equipamiento de alta tecnología para interceptar la droga.

De manera que este viaje tiene una doble lectura y un doble contexto. Por un lado, el de política exterior: es la primera vez que Obama va a ir a Latinoamérica, con todo lo que ello implica; está el tema de la relación bilateral que es muy importante, como dijo ayer Hillary: "no hay dos países que tengan una relación más importante en el mundo", y tal vez no los haya. Por el otro lado, el tema del frente interno: cada vez más, la opinión pública, los medios y ahora el Capitolio le reclaman que ponga freno a la violencia en la frontera, que ya se les está viniendo. En Phoenix -nada menos que la capital de Arizona- están teniendo serios problemas con esto de las prácticas de la delincuencia organizada y han puesto el grito en el cielo.

JAE – Que aparte incluso tiene hasta una implicancia de carácter comercial, porque veíamos en la agencia Reuters que México ha impuesto aranceles a productos agrícolas norteamericanos porque justamente Estados Unidos no permite el libre tránsito de camiones de México por un tema de seguridad... como que está complicada la cosa.

RG – En realidad es un poco capcioso ese tema, por adjetivarlo de alguna manera. En Estados Unidos hay un sindicato muy fuerte, los Teamsters -el sindicato de transportistas-, que preside James T. Hoffa -hijo del legendario sindicalista Jimmy Hoffa-, que tiene mucho poder en ese país y mucha ascendencia sobre el Partido Demócrata.

Hace mucho tiempo que ellos venían persiguiendo estas restricciones para los camiones mexicanos. Ahora que se hicieron efectivas mucha gente -inclusive en editoriales en el Wall Street Journal y en otros periódicos- culparon a los Teamsters por esa restricción de los camiones mexicanos.

En contrapartida, o como represalia, México le puso aranceles a unos 89 productos americanos en el marco del Tratado de Libre Comercio. Con esta visita se han alivianado mucho las cosas y el presidente Calderón ya dijo que están reviendo la posibilidad de levantar esos aranceles.

EC – Entonces, hasta ahora, ¿qué viene dejando la visita de Hillary Clinton, algún balance breve?

RG – El balance es muy positivo, en un día el "mea culpa" de Hillary sobre que el consumo y el tráfico de armas de Estados Unidos está afectando y es un combustible importantísimo para la narcoviolencia, acá ha caído muy bien, ha restañado muchas heridas que había en la relación bilateral. Por otro lado ha allanado el camino para una visita de Obama donde se espera que toquen no sólo este tema sino todos los temas que vienen por delante: está la cumbre de las Américas inmediatamente después, hay varios temas de la relación bilateral que también han tratado, está el Tratado de Kioto, están muchas cosas que le interesan a Estados Unidos y que le interesa que México cierre filas con Estados Unidos como lo ha hecho mucho tiempo. También está el tema de la lucha antidrogas, no olvidemos también que la...

EC - ...es que allí tiene un punto delicado de por medio, que es cómo se hace de manera conjunta. México no quiere que la colaboración de Estados Unidos sea al estilo de la implementada en Colombia. Se habla de que se recibirían con agrado, por ejemplo, donaciones de helicópteros pero no la presencia de efectivos norteamericanos en territorio mexicano. Por ahí va una parte del debate ¿no?

RG – Sí, esa es una parte importantísima del debate, no lo quieren y no están dispuestos a aceptarlo. Por otra parte, esta iniciativa en Mérida no es lo mismo que el Plan Colombia, a pesar de que se quedaron cortos con el dinero es lo único que molesta acá: efectivos no.

Pero del lado de Estados Unidos también es interesante porque se le viene reclamando –a Estados Unidos– un cambio en el combate al narcotráfico, o mejor dicho en la lucha antidrogas. Ya sabemos el consejo que le dieron esos importantísimos y prominentes ex mandatarios latinoamericanos que le hicieron un "llamado" a despenalizar la marihuana: Zedillo, Gaviria y Cardoso, ex presidentes de México, Colombia y Brasil respectivamente.

Si bien Obama no va a despenalizar la marihuana creo que está haciendo movimientos en el sentido de mostrar que la cosa va a cambiar, que está escuchando los pedidos y que la lucha antidrogas tiene que cambiar para que esto realmente dé un vuelco y esta violencia se detenga en el continente, porque si no, nos va a arrasar a todos.