Los 100 primeros días de Obama: un arduo equilibrio
Contacto con Roberto Porzecanski, corresponsal de En Perspectiva en Estados Unidos
(emitido a las 8.33 hs.)
EMILIANO COTELO:
La semana pasada se cumplieron los 100 días de la presidencia de Barack Obama en Estados Unidos. Fueron sin duda 100 días de hiperactividad, realmente no pasó una jornada sin que el nuevo presidente anunciara alguna nueva iniciativa. Y aunque la mayor parte del tiempo las propuestas de Obama se focalizaron en reflotar la economía, también se ha dedicado mucho a otra tarea: la de revertir varias de las políticas llevadas adelante por su antecesor, George W. Bush.
Una de las políticas que Obama decidió revisar es la estrategia en la lucha contra el terrorismo, y en pocas áreas el cambio ha sido más drástico que en la política de interrogatorio a los prisioneros. Dos días después de asumir nada más, el 22 de enero, Obama decretó que Estados Unidos iba a cerrar la prisión en Guantánamo y además prohibió a la CIA y a cualquier entidad del gobierno de Estados Unidos torturar prisioneros. Esta decisión fue aclamada por todas partes del mundo y criticada -aunque tímidamente- por varios ex jerarcas de la administración Bush.
Sin embargo, cuando el 16 de abril pasado Obama decidió hacer públicos una serie de memorandos del Departamento de Justicia detallando cómo y cuándo la CIA había interrogado duramente y torturado a prisioneros, la reacción fue mucho más dramática y se ha instalado un debate muy fuerte en Estados Unidos.
Para detenernos en esa resolución que disparó esta polémica, para ver cómo ha evolucionado esta discusión, es que estamos en contacto con Roberto Porzecanski, nuestro corresponsal en Estados Unidos.
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EC Empecemos por esa decisión del 16 de abril, ¿qué fue exactamente lo que resolvió Obama?
ROBERTO PORZECANSKI:
El presidente decidió divulgar cuatro memorandos en los que se detallan los 14 métodos de interrogación autorizados por el Departamento de Justicia de la administración Bush. Entre los métodos autorizados está el que aquí se llama "waterboarding", conocido en español como el "submarino"; se destaca porque tanto Obama como su secretario de Justicia han dicho que lo consideran un método de tortura y por ende una cosa ilegal.
En los memorandos también se describen en detalle la brutalidad con la que fue aplicada esta práctica del "submarino". Se sabe por ejemplo que un prisionero fue sujeto a esta práctica 183 veces en el lapso de un mes.
EC ¿Y se conoce cómo llegó Obama a tomar la decisión de hacer públicos estos memorandos?
RP Se sabe que hubo una discusión feroz dentro de la administración respecto a si era conveniente o no divulgar los memorandos. El Departamento de Justicia estaba a favor de divulgarlos y la CIA -como podría esperarse- en contra, argumentando que se sentaba un precedente peligroso respecto a la futura divulgación de métodos para obtener información de Inteligencia. El presidente Obama, sin embargo, finalmente optó por seguir la recomendación del Departamento de Justicia y divulgar los memorandos, en parte porque dice que Estados Unidos tiene que confrontar las épocas duras de su pasado.
EC Sí, recordemos que todo se había iniciado con un reclamo ante la justicia de una ONG que vela por los derechos humanos.
RP Sí y que estaba a punto de vencer el plazo para que el gobierno respondiera a ese reclamo lo cual básicamente aceleró el proceso por el cual la administración tuvo que hacer público estos memorandos.
EC ¿Qué reacción provocó la decisión de difundir esta información?
RP La decisión ha vuelto a poner en el tapete varios debates importantes en Estados Unidos y yo creo que vale la pena detenerse en dos de estos debates. En primer lugar, ha disparado una discusión acerca de la utilidad de estos métodos; varios funcionarios de la administración Bush han argumentado que estos métodos fueron efectivos para proteger a Estados Unidos y que hacerlos públicos y renunciar a ellos vuelve a Estados Unidos más vulnerable.
El ex vicepresidente Dick Cheney -alguien que no se caracteriza como un entusiasta de la transparencia- ha pedido al gobierno que se transparente y también haga público los documentos que muestran que estos métodos efectivamente funcionaron y fueron utilizados para prevenir ataques.
EC ¿Y cuál ha sido la respuesta de la administración a esa apelación de Cheney?
RP La respuesta de esta crítica a parte de la administración es clara y fue articulada la semana pasada por el propio presidente en una conferencia de prensa cuando dijo que estaba absolutamente convencido que prohibir la autorización de estos métodos fue lo correcto.
(Audio en inglés)
Allí el presidente Obama decía que estaba convencido que prohibir estas prácticas fue la decisión correcta, no porque no hayan proveído información -respondiéndole así a la crítica de Dick Cheney- sino porque la misma información podía ser obtenida de otras maneras consistentes con los valores y con la identidad estadounidense, decía el presidente.
Es interesante porque Obama fue menos categórico que ciertos funcionarios, por ejemplo comandantes militares y altos jerarcas del aparato de Inteligencia, que han dicho que estos métodos sencillamente no funcionan. El argumento de Obama es que estos métodos son inconsistentes con los valores norteamericanos y además vuelven a Estados Unidos menos seguro en el largo plazo, facilitando por ejemplo el reclutamiento de terroristas y haciendo más difícil la cooperación con Europa en temas de inteligencia.
EC Tú decías que esta decisión de hacer públicos estos memorandos había disparado dos debates importantes en Estados Unidos; ya vimos el primero, ¿cuál es el otro?
RP El segundo tiene que ver con qué acción tomar a partir de ahora: si enjuiciar a quienes autorizaron y llevaron adelante estas prácticas, o no. Originalmente Obama dijo que prefiere no enjuiciar a los funcionarios de la CIA que implementaron estas prácticas porque estaban sencillamente cumpliendo órdenes, y más en general dijo que prefiere mirar hacia delante y no hacia atrás, dijo que no se ganará nada pasando tiempo y energía asignando responsabilidades por el pasado.
Esta postura, sin embargo, no cayó nada bien en la izquierda que reclama una investigación exhaustiva, un cambio de énfasis un poco sutil digamos. Obama dijo que la decisión de si se investigaría o enjuiciaría a quienes redactaran las opiniones legales que autorizaban estas prácticas las tomaría su secretario de Justicia, Eric Holder. Está claro que en este tema Obama está intentando lograr un difícil equilibrio y balancear su opinión con diversas presiones políticas, y esto fue evidente en la conferencia de prensa de la semana pasada cuando le preguntaron si pensaba que la administración Bush había violado el derecho internacional autorizando la tortura.
(Audio en inglés)
Allí Obama decía que pensaba que el "waterboarding" o el "submarino" es tortura y que el argumento legal utilizado para justificar esa táctica estaba equivocado.
EC Claramente a Obama le cuesta mucho decir de manera directa que la administración Bush violó la ley.
RP Sí porque eso implicaría que está de acuerdo con enjuiciar a los responsables, algo que está claro Obama cree que tiene un efecto de calentar el clima político en Washington, o empantanar o enlentecer todo el resto de su agenda.
EC ¿Cómo cabe esperar que siga este debate? Porque no se ha cerrado, ¿no?
RP No, y hay dos aspectos importantes a seguir. En primer lugar hay que ver qué decisión tomará Obama respecto de esto último que hablamos, la decisión de enjuiciar a los responsables de autorizar y promover estas prácticas. En ese sentido sabemos la opinión del presidente, la conocemos, así que lo que hay que ver es si logra resistir la presión de quienes promueven una investigación a fondo que lleve a donde tenga que llevar.
EC ¿Y el segundo aspecto?
RP El segundo aspecto a observar es cómo terminará Obama transitando el difícil balance -y esto es bastante más difícil- de proteger los derechos individuales por un lado y los valores estadounidenses de los que él tanto habla y el otro objetivo que es proteger al país ante la amenaza de un enemigo que claramente no tiene escrúpulos. Hay evidencia de que Obama se está reservando ciertas potestades que parecen, al menos a primera vista, contradictorias con esta política de revertir todo lo que estaba haciendo el presidente Bush en esta área. Me refiero por ejemplo a manifestaciones de gente de su administración de que puede ser necesario seguir deteniendo a ex prisioneros de Guantánamo indefinidamente y también la negativa de la administración a comprometerse a eliminar la práctica de enviar sospechosos a otros países para que sean "interrogados".
En definitiva está claro que es un tema difícil, que el presidente está intentando transitar con matices, sin exponerse demasiado a ataques ni de la derecha ni de la izquierda, porque lo peor que le podría pasar al presidente Obama es que haya otro atentado en Estados Unidos y que le echen la culpa.