Internacionales

Claves para analizar las elecciones del Parlamento Europeo

Contacto con Mario Lubetkin, colaborador de En Perspectiva desde Italia


(emitido a las 8.34 hs.)

EMILIANO COTELO:
Las elecciones europeas marcaron este fin de semana un triunfo claro de la derecha.

Al finalizar cuatro días de comicios para los que fueron convocados a las urnas unos 388 millones de ciudadanos en 27 países, la mayoría de los sondeos nacionales apuntaban a que la derecha renovaría y ampliaría su mayoría en el hemiciclo europeo. En el Parlamento saliente, el Partido Popular Europeo (PPE) contaba con 228 escaños y ahora, según los resultados que se han dado a conocer, contaría con entre 263 y 273. Por otro lado, el Partido Socialista Europeo (PSE), que tenía 217, pasaría ahora a tener bastante menos: entre 155 y 165 escaños.

Proponemos un primer examen de estos números. El contacto es con Mario Lubetkin, director de la agencia Inter Press Service (IPS), y colaborador de En Perspectiva desde Roma, Italia.


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EC – Un primer dato que marcó estas elecciones de manera fuerte es el alto grado de abstención, apenas un 43% de los habilitados concurrieron a las urnas para votar por sus representantes en el Parlamento Europeo (PE). ¿Qué interpretación hay de ese dato?

MARIO LUBETKIN:
En primer lugar hay que mirar la línea de tendencia. La línea de tendencia es que por ejemplo en 1979, cuando empezó este proceso electoral universal del PE, había votado el 62% y ahora efectivamente hemos llegado al 43%, con una reducción en el 2004 en que la votación fue de un poco más del 45%. Es evidente que el ciudadano europeo está insatisfecho con cómo se están moviendo las cosas en Europa o las siente tan lejanas que no les interesa participar en el voto. Hay muchas interpretaciones. Aparte, si bien lo que se votaba era Europa, los procesos electorales nacionales tienen códigos nacionales que muchas veces son votos de protesta contra los propios gobiernos.

EC – Sí, justamente, la derecha se impuso sin mayores sorpresas en Alemania, Italia y Francia, donde gobierna, pero también se impuso en España, Austria y Portugal, donde actúa como oposición. ¿Cómo se interpreta entonces este crecimiento de la derecha?

ML – De cualquier manera una precisión: en Italia se impuso pero perdió votos, en Alemania se impuso pero perdió votos, en Francia se vieron elementos interesantes como un crecimiento muy fuerte de los verdes, y efectivamente en los otros lugares que tú dices o en el este europeo los partidos de gobierno perdieron sensiblemente.

Yo creo que –estas son todas opiniones subjetivas– para el elector europeo, de frente a la crisis económico-financiera tan grave que se vive en el plano internacional, es evidente que los partidos socialistas y social democráticos no fueron capaces de dar una respuesta ni dar una propuesta diferente a la propuesta conservadora y eso se vio claramente en las urnas.

EC – ¿Pero entonces la causa está por el lado económico?, ¿el problema es la economía?

ML – La causa fundamental viene efectivamente por el lado económico, con los efectos sociales que esto tiene a la luz de esta crisis. Ese es el primer punto, si tú lo ves en los estudios que hay de encuestas, en la actitud del ciudadano de cómo vota, tanto a nivel local como a nivel europeo, en este momento ese es el principal punto.

También podríamos incorporar los temas de seguridad, ciertos aspectos de la política agrícola y social, pero yo creo que son mucho menores al aspecto económico fundamental.

EC – Vamos a la pregunta quizás clave en todo esto, algo ya lo mencionaste al pasar recién, ¿con qué criterios se vota en una elección para el PE? Quiero decir: ¿se vota en función de los temas de Europa y de la Unión como tal o se vota en función de lo que pasa dentro de cada uno de los países como forma de castigar o premiar a un determinado gobierno?

ML – Debería votarse en función del mapa europeo y de las necesidades europeas. Hay un punto que es muy importante subrayar y quizás tenga que ver con los procesos de integración en América Latina de aquí a 10 o 15 años: el 70% de las normativas o leyes que se aprueban a nivel nacional son sólo ratificaciones de leyes que se aprueban en el PE. Por lo tanto, la importancia que tiene el PE, que el ciudadano europeo muchas veces no ve, es crucial para el propio desarrollo de su país.

EC – Es interesante, es muy fuerte ese dato, la verdad que valió la pena que lo resaltaras.

ML – Y quiero agregar dos datos más. Uno de los grandes problemas que hoy está planteado en el contexto internacional es la falta de la presencia europea en los diferentes conflictos. Y la falta de la presencia europea en los diferentes conflictos es porque no hay un interlocutor europeo, como se ironizaba en el proceso electoral en diferentes países. Cuando el presidente de Estados Unidos, Obama, tiene que generar un nivel interlocutorio con Europa para saber la posición europea en situaciones como Afganistán, Irak, etcétera, tiene que llamar a por lo menos cuatro, cinco, o seis jefes de Estado o de gobierno porque no tiene una sola contraparte con el cual discutir políticas estratégicas a nivel global.

Efectivamente, el Tratado de Lisboa -que es el que se está discutiendo hasta el momento en los parlamentos nacionales e inclusive en algunos países, como Irlanda, va a haber un referéndum- se aprueba, significa que de aquí a pocos meses con ratificación de este PE que acaba de salir va a haber un presidente europeo y un ministro de Relaciones Exteriores europeo. Por lo tanto, esta elección no era una elección secundaria, era una elección mucho más importante de lo que el ciudadano promedio entendió que efectivamente estaba en juego.

EC – ¿Qué consecuencias se prevé a partir de estos números, por lo menos ahora en el corto plazo?, ¿qué es lo que ya se insinúa este lunes en Europa?

ML – Ahora se empiezan a barajar las cartas. Primero quién va a ser el presidente del PE que evidentemente va a ser un conservador, porque como tú señalabas las cifras son las que tú señalas, más allá de que hay menos parlamentarios de los diferentes grupos porque el parlamento decidió reducir el número de parlamentarios; el PE pasó de los 785 que había hasta ahora a los 543 que habrá a partir de estas elecciones.

Pero justamente lo que está en juego es quién va a ser el presidente del PE, que es una figura institucional muy importante en el contexto europeo. A partir de ahí, cómo van a terminar los procesos de ratificación del Tratado de Lisboa y quién va a ser el próximo presidente europeo, y ahí cuentan los votos de este PE que acaba de nacer, que tiene tres características básicas: un fuerte crecimiento de los conservadores; una fuerte caída de los socialistas; un fuerte aumento de pequeños grupos divididos en tres grandes zonas: los xenofóbicos -y esto es muy grave para el escenario europeo- o sea los sectores marginales de derecha radical anti inmigración, etcétera, que han tenido muy buenas votaciones en diferentes países; los grupos anti europeos dentro del PE -o sea contra los que están contra los procesos de integración que se está viviendo en la Unión Europea-; y el tercer gran grupo que creció son los verdes.

Ha habido un reacomodo de cartas que puede determinar nuevas formas de alianzas y esto puede determinar qué clase de figuras institucionales pueden quedar referidas en Europa en el próximo período antes de fin de año.

EC – ¿A nivel local en qué países este resultado de ayer va a tener efectos internos digamos?

ML – Yo te diría que en general tiene efectos en todos porque tiene clave local, pero primero pensaría en el Reino Unido porque el desastre de las elecciones de Gordon Brown ha sido demasiado marcado, llegó a ubicarse como tercer partido.

Diría que si bien no tiene tanto peso, ya que en España el gobierno de José Luis Zapatero hasta el 2012 está asegurado, este resultado en el cual el PP gana con casi cuatro puntos de diferencia es la interrupción de un proceso en el cual Zapatero en los últimos cinco años venía ganando las elecciones, y agregado a la crisis interna económica y financiera que existe en España le puede complicar un poco la vida.

Naturalmente, en el caso de Alemania el mantenimiento -aunque con una pequeña reducción- de los cristianos democráticos de Angela Merkel y la caída brutal del Partido Social Democrático puede modificar sustancialmente los equilibrios políticos dentro de ese país.