(emitido a las 7.40 hs.)

EMILIANO COTELO:
Este domingo, al igual que en nuestro país, Argentina también estará celebrando elecciones, pero en ese caso serán elecciones legislativas.

¿Qué se vota en esos comicios? ¿Qué es lo que está en juego? ¿Cómo se presenta el escenario según las últimas encuestas y según los últimos intercambios polémicos?

Vamos a conversarlo en los próximos minutos con nuestro corresponsal en Buenos Aires, Fernando Gutiérrez, en un análisis especial.


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EC – ¿Hay veda en la República Argentina también, en las horas previas a la votación?

FERNANDO GUTIÉRREZ:
Sí, hay veda, ayer fueron los cierres de las campañas, así que hoy hay un poco de descanso de tanto ruido preelectoral.

EC – ¿Qué te parece si empezamos entonces con un repaso de qué es lo que se elige, qué es lo que se va a estar definiendo en estas elecciones del próximo domingo?

FG – Perfecto. El sistema electoral argentino es de los que hacen renovaciones parciales del parlamento de manera que hay elecciones legislativas en la mitad de cada mandato presidencial. El domingo se renueva la mitad de la Cámara de Diputados, es decir 129 bancas sobre un total de 257, y un tercio del Senado, o sea 24 sobre 72.

La Cámara de Diputados en Argentina tiene una representación que guarda relación con la población de cada provincia, algo parecido a lo que ocurre en la Cámara de Diputados de Uruguay con los departamentos, pero el Senado no tiene una representación proporcional sino que ahí todas las provincias tienen tres representantes, o sea que las más chiquitas están sobre representadas en relación a su población.

EC – Los nuevos legisladores que surjan de estas elecciones van a asumir recién el 10 de diciembre, ¿no?

FG – El 10 de diciembre porque la elección originalmente estaba planteada para hacerse a fin de año, pero la presidenta, en una jugada política polémica que todavía no se sabe si va a beneficiar o no al oficialismo, decretó un adelantamiento de la fecha alegando que iba a ser algo que podría llegar a complicar la gobernabilidad del país el hecho de que se estuviera en una campaña preelectoral muy larga que durara todo el año y que pudiera distraer la atención sobre la agenda política y económica que ella quiere llevar adelante.

Son 28 millones las personas que están habilitadas para votar. De ellos, la mayor parte, no la mayor parte en total pero sí la provincia por lejos con mayor población, unos 11 millones de personas habilitados para votar es la provincia de Buenos Aires. Les quería hacer esta aclaración de que no hay que confundir la provincia de Buenos Aires con la ciudad de Buenos Aires...

EC – ...no, no, es como confundir ‘bonaerenses’ con ‘porteños’.

FG – Exacto, porque en términos electorales la capital no es la gran ciudad de 13 millones de habitantes en la que uno piensa cuando piensa en Buenos Aires sino que es sólo un distrito de 3 millones de habitantes, que son los porteños propiamente dichos y que históricamente han sido fuertemente anti peronistas, tienen un perfil electoral muy diferente al de la provincia de Buenos Aires. El resto de la ciudad de Buenos Aires, que en realidad es del cinturón suburbano, es un gigantesco conglomerado de 10 millones de personas que está técnicamente en la provincia de Buenos Aires y a diferencia de la capital allí no hay una clase media predominante sino que es el lugar donde viven los sectores de ingresos bajos, hay mucha marginalidad, es donde los índices de desempleo tallan más alto, suele ser el hogar también de los migrantes de las provincias pobres del norte del país y allí es donde el peronismo tiene su gran bastión electoral.

EC – Es un distrito con un cuerpo electoral realmente significativo, estamos hablando de 10 millones de ciudadanos.

FG – Exactamente.

EC – En la provincia de Buenos Aires.

FG – Sí, está la parte del Conurbano, que es la más poblada, y está luego lo que podríamos denominar el interior rural de la provincia de Buenos Aires.

En el Conurbano, que es donde están los famosos ‘punteros’ peronistas, donde hay como una especie de caciques regionales que son los intendentes de los partidos del Conurbano, es donde Kirchner apuesta todas sus fichas. Él sabe que en el resto de la provincia, que es más típicamente rural, su figura tiene un profundo rechazo como consecuencia del largo conflicto con los productores de soja que hubo durante todo el año pasado.

EC – Recordemos cómo está compuesto el Congreso argentino por ahora, digo porque esto nos puede servir para entender qué es lo que está en juego en estas elecciones del domingo.

FG – En términos de bancadas, hoy el gobierno tiene una amplia mayoría, tiene lo que se denomina el ‘quorum propio’, que significa que no necesita de la oposición o de hacer negociaciones con los otros partidos cuando quiere aprobar leyes polémicas. No es que exactamente tenga una mayoría, hay unos 115 diputados que responden a Kirchner más unos 19 aliados, el tema es un poco más sutil y más complejo porque la verdad es que de esos diputados hay solamente 60 que podrían denominarse ‘kirchneristas’ puros. El resto son diputados que responden a los caciques políticos del interior del país y sus lealtades son bastante volátiles, porque en los momentos en que ven un gobierno fuerte y con la situación política bien nominada se alinean con el gobierno pero cuando el gobierno da algunas señales de debilidad o dentro del peronismo empiezan a surgir cuestionamientos al liderazgo ahí ya la cosa se pone un poco más complicada.

¿Qué es lo que todo el mundo está previendo? Que sin dudas esta mayoría relativamente cómoda que hoy tiene el oficialismo se va a perder y vamos a ver un escenario desconocido para los Kirchner que es la situación de tener que ponerse a negociar tanto con los peronistas disidentes como con otros partidos que circunstancialmente habían sido aliados del gobierno.

EC – Vayamos entonces a los jugadores. ¿Quiénes son los principales competidores en esta elección del domingo en Argentina?

FG – El peronismo tiene un ala oficialista y un ala opositora. El ala opositora está liderada por Francisco De Narváez en la provincia de Buenos Aires, hay una especie de alianza. También hay algunos ex kirchneristas que son los liderados por Felipe Solá, que anteriormente había sido gobernador de la provincia de Buenos Aires, y hay una pata no peronista pero que todo el tiempo ha coqueteado con el peronismo, que es la que lidera Mauricio Macri, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que tiene su propio partido llamado el Pro. Oficialmente no está dentro del peronismo pero desde el inicio de su carrera política Macri siempre ha tenido claro que si quiere aspirar a una postulación presidencial, va a tener que tejer algún tipo de alianza con el peronismo. Así que esa es la principal alianza opositora.

EC – Es la Unión Pro.

FG – La Unión Pro formada por estos tres líderes: Francisco de Narváez, Felipe Solá y Mauricio Macri, que disputan el voto históricamente peronista.

Después hay una oposición disgregada, que está haciendo un dificultoso esfuerzo por superar sus propias peleas internas, que es lo que algunos han llamado el ‘Panradicalismo’, que viene a ser la vieja Unión Cívica Radical (UCR), un partido antiguo, tradicional, que quedó muy maltrecho y sumido en una crisis muy profunda luego del colapso del gobierno de Fernando De la Rúa.

Están los llamados ‘Radicales K’, que es una pata que se escindió del radicalismo detrás del vicepresidente Julio Cobos, que se alió con los kirchneristas en la elección pasada pero que hoy está peleado con el oficialismo.

Está el sector que lidera Elisa Carrió, la llamada Coalición Cívica, que hasta ahora ha sido la que se ha erigido con más fuerza con un perfil propio y opositor y con cierta capacidad de poder disputarle a Kirchner en términos electorales. Pero con la dificultad de que no tiene una representación pareja en todo el país. Desde el punto de vista territorial, Carrió generalmente hace buenas elecciones en los grandes centros urbanos como en la capital, como en la provincia de Córdoba o en la provincia de Santa Fe, pero en algunas provincias pequeñas históricamente peronistas tiene muchas dificultades para armar una estructura propia y ahí es donde a ella le conviene aliarse con la UCR que es un partido tradicional.

Después están...

EC – ...por ahora has mencionado tres grandes fuerzas políticas: el Justicialismo, la Unión Pro y el Acuerdo Cívico y Social.

FG – Exacto, con sus diferentes alianzas. Por ejemplo la Coalición Cívica está aliada con el Socialismo, que gobierna la provincia de Santa Fe; es un caso raro, atípico, primero en la historia de la Argentina donde hay un gobernador socialista que es Hermes Binner y que también tiene sus propias aspiraciones presidenciales.

Después, en los grandes centros urbanos, particularmente en la ciudad de Buenos Aires, hay una izquierda que podríamos llamar clásica, latinoamericana, de inspiración marxista, algunos más cercanos al trotsquismo, otros ex comunistas. Otros de una indefinición ideológica pero con una fuerte llegada a la clase media, como por ejemplo la que representa Fernando Pino Solanas -el cineasta- que está concitando el interés de buena parte de la población de la ciudad de Buenos Aires, en general canalizando la oposición al gobierno, el llamado ‘voto bronca’, el rechazo de aquellos que no quieren votar a Kichner pero tampoco terminan de confiar totalmente en Mauricio Macri. Así que es complejo.

EC – A grandes rasgos creo que se entiende, pero claro, la interna de cada uno de esos ‘frentes’ es como tú decías, compleja, difícil de retener desde acá.

Te propongo que después de haber hecho este panorama, este cuadro de cómo es el escenario en cuanto a competidores, nos metamos enseguida en cómo viene la carrera y justamente por dónde están los principales duelos: qué pasa con Néstor Kirchner, qué pasa con De Narváez y qué podría resultar de la elección del domingo.


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EC – ¿Dónde están ahora concentrados los duelos?

FG – Los principales distritos donde se está disputando esta elección son la provincia de Buenos Aires, la capital y la provincia de Santa Fe. En realidad estas elecciones parlamentarias de mitad de mandato tradicionalmente no son elecciones que generen un gran interés del público. Recuerdo que la anterior, la de 2005, en la cual Cristina Kirchner ganó ampliamente una banca en el Senado por la provincia de Buenos Aires superando a Chiche Duhalde, la esposa de Eduardo Duhalde, había casi pasado inadvertida para la mayoría de la gente. Esta vez, en cambio, se concitó un interés poco común en la opinión pública que en parte se puede atribuir al clima de tensión que se ha generado desde que Cristina asumió como presidenta. Pero sobre todo por el hecho de que es el mismo Néstor Kirchner quien se está postulando como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires y anunció que esta elección en realidad va a constituir un verdadero referéndum sobre la gestión de la presidente y sobre el modelo económico que está llevando adelante.

EC – Entonces tenemos una elección que por un lado es un referéndum, un plebiscito sobre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y podría decirse que sobre la ‘era kirchner’, y por otro lado también es una plataforma política a partir de la cual algunos líderes están buscando su futuro, sus candidaturas futuras.

FG – Es así. Comentábamos sobre cuáles van a ser los principales distritos y la verdad es que el gobierno tiene poca fe en poder retener esa mayoría en el Parlamento y de tener buenos resultados en los grandes distritos electorales, sobre todo en los grandes centros urbanos, como la capital, Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Donde está apostando todas sus fichas es en la provincia de Buenos Aires. Kirchner ha jugado a polarizar la campaña de forma tal que el partido que se juegue sea entre kirchneristas y anti kirchneristas.

Hay que decir que logró bastante su objetivo de que el debate electoral se presentara como una confrontación entre modelos o visiones opuestas del país: por un lado la que integran él y Cristina, con una fuerte vocación por intervenir en la economía, que levanta las banderas de las estatizaciones de servicios públicos que habían sido privatizados en los 90. Fue una jugada astuta de su parte porque de esta manera le da pie para acusar de ser nostálgico de los 90 a cualquiera que criticara su gestión de gobierno. Les recuerdo que en Argentina elogiar las reformas de los 90 es un tema tabú y es casi un acto de ‘sincericidio’ para un candidato decir que uno estuvo de acuerdo con la política que llevaron adelante Carlos Menem y Domingo Cavallo. La oposición cayó un poco en el juego de Kirchner porque en un principio Mauricio Macri, que indisimuladamente era simpatizante de Menem en los años 90, dijo que él volvería a privatizar Aerolíneas Argentinas, el servicio de agua, el sistema jubilatorio, que son algunas de las medidas más polémicas que ha tomado Cristina, y al día siguiente su aliado Francisco De Narváez –bastante más pragmático que Macri, quizá temeroso de que el electorado lo pudiera identificar con el menemismo– salió a defender la gestión estatal de los servicios públicos mostrando una contradicción en el seno de esa alianza opositora.

EC – Eso no se sabe si le hace bien o le hace mal a la alianza opositora.

FG – Bueno él estará convencido de que allí donde él está disputando ese partido le debería beneficiar.

EC – Digo porque por un lado quizás quita del medio un factor irritante para una parte del electorado que podría votarlo pero por otro lado muestra a esa coalición –la Unión Pro– dividida ¿no?

FG – Sí, tal cual, es así. La principal acusación que se le hace a esa coalición es tener solamente fines electoralistas, y no han sido pocas las situaciones de roces y de disputas internas entre los tres líderes. Francisco De Narváez también fue un notorio simpatizante de Menem en las elecciones de 2003 cuando fue electo Kirchner, había puesto a disposición de Menem su gran infraestructura, tiene lo que en Estados Unidos llaman ‘think tanks’ -estos grupos que tienen mucha gente y se dedican a hacer programas de gobierno- con unas amplias oficinas en el barrio exclusivo de Las Cañitas, y se había sacado una foto con Menem que por supuesto hoy ha sido sacada de los archivos y puesta en los spots de campaña de Kirchner como para recordar todas las viejas simpatías con el menemismo que tienen los candidatos opositores.

Hay que recordar que aquí se ve la escasa memoria de los argentinos porque prácticamente no hay candidato peronista que pueda alegar que no haya tenido su momento de cercanía con Carlos Menem, empezando por el propio Néstor Kirchner, que era gobernador de Santa Cruz y tenía buena relación con Menem, pero también Daniel Scioli, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, que es su número dos y quizá candidato presidencial oficialista en 2011, cuya carrera política fue impulsada por el mismísimo Menem y salió prácticamente de lo que se llamaba el ‘riñón’ del menemismo en los 90.

De todas maneras, más allá de la astucia política de Kirchner, lo que parece claro es que el gobierno va a recibir un fuerte rechazo de la ciudadanía.

EC - ¿Cómo están las encuestas por ejemplo ahí en la provincia de Buenos Aires donde se da esa pulseada entre Néstor Kirchner y Francisco De Narváez?

FG – Uno de los temas que ha levantado la temperatura de la campaña es la dispersión que han tenido las encuestas, porque hay diferencias notorias según qué empresa uno mire.

En general se da a Kirchner con una ventaja estrecha sobre Francisco De Narváez que puede oscilar entre unos siete puntos hasta el empate técnico, se supone que debería ganar Néstor Kirchner. Algunos alegan que estas encuestas se hacen solamente entre gente que posee teléfono y que cuando uno hace la proyección ya en la zona más marginal del Conurbano bonaerense ahí la diferencia a favor del kirchnerismo se puede acentuar un poco.

Pero el tema en el fondo va más allá de si gana Kirchner, si gana por dos puntos o por cuatro puntos; es cómo habrá que interpretar los resultados de la elección.

EC – Y ese es un punto que me parece importante que aclares porque ¿cómo se hace para sacar alguna conclusión en la medida que justamente la elección se desarrolla por provincias?, porque estamos muy concentrados en la provincia de Buenos Aires pero ese no es el único distrito.

FG – Aquí se juega, por efecto de esto que ha impulsado Kirchner, primero el efecto referéndum sobre la gestión de Cristina y además ha jugado fuerte...

EC - ...pero es un referéndum en la provincia de Buenos Aires, no dice nada del resto del país.

FG – Él lo plantea como un referéndum a nivel nacional y la verdad es que desde ese punto de vista ha sido así porque en otras elecciones parlamentarias muchas veces los temas internos de cada provincia han prevalecido sobre los temas nacionales y en esta elección se ha polarizado más el tema. Los temas que han sido puestos sobre debates en todas las provincias han sido más o menos sobre si uno estaba a favor o en contra del rumbo que los Kirchner están dando al país. Lo que sí se juega en las provincias es la suerte política que pueden tener los principales actores.

Veamos algunas de las posibilidades: si Kirchner pierde sería el peor escenario imaginable para el gobierno, es algo equivalente quizá a cuando el año pasado había perdido la batalla parlamentaria con los dirigentes de los gremios rurales, hasta se ha especulado...

EC - ...perder no significa que no resulte electo diputado porque...

FG – ...no, no, él tiene su banca garantizada pero...

EC - ...en la provincia de Buenos Aires se renuevan 35 diputados, o sea que Kirchner sale diputado; el tema no es ese, el tema es con qué votación dices tú.

FG – Exacto. La verdad es que hasta el día de hoy todo el mundo tiene dudas sobre si efectivamente Néstor Kirchner se va a sentar en su banca de diputado o no. Les recuerdo que uno de los temas polémicos de la campaña fue si su candidatura era una candidatura real o era una candidatura ficticia o como le llamaron aquí, ‘testimonial’. Pero para Kirchner va a ser un termómetro para saber qué tanta fuerza puede mantener en la provincia y -como consecuencia de ello- en el interior del Partido Justicialista donde las lealtades son muy volátiles.

EC – ¿Qué otras conclusiones pueden salir del domingo?

FG – Si Kirchner llegara a perder, se está especulando que hasta se podría llegar a adelantar la fecha de las elecciones presidenciales porque los Kirchner no soportarían dos años conviviendo en minoría con un parlamento opositor y obligados a negociar ante cada situación importante.

Kirchner ha desmentido esta posibilidad de adelantar la fecha pero la verdad es que estaría siendo un poco víctima de su propio planteo sobre que esta elección es un referéndum sobre el gobierno, porque si él pierde ¿va a interpretar que hay que cambiar el rumbo de la gestión, por ejemplo, o que debe dialogar con una oposición con la que hasta ahora no ha querido hablar? Quienes conocen la personalidad de Kirchner y la de Cristina saben que esto es algo que a ellos les cuesta de sobre manera.

EC – Sigamos, ¿qué pasa si gana?

FG – Si gana Kirchner, va a depender también de cómo le vaya a los otros candidatos. Si Kirchner gana, posiblemente quiera impulsar la elección de Daniel Scioli como candidato a presidente para 2011, pero hay que ver cómo queda la interna peronista y ahí es donde empieza a ser importante el resultado, por ejemplo, de la provincia de Santa Fe.

EC – Por Reutemann dices tú.

FG – En Santa Fe quienes disputan son Carlos Reutemann –el ex corredor de fórmula 1–, que fue dos veces gobernador de la provincia, y si bien el candidato a quien tiene enfrente no es Hermes Binner sino Giustiniani es como si estuviera disputando contra Kirchner.

EC – Ruben Giustiniani es el presidente del Partido Socialista.

FG – Y el socialista que gobierna Santa Fe es Hermes Binner y es quien tiene aspiraciones presidenciales para 2011. Lo que está planteado aquí es que si Binner gana en Santa Fe nada menos que contra Reutemann, que es un jugador importante, podría llegar a ser quizá esa figura que hoy la oposición no tiene que sea capaz de aglutinar tras de sí a todo el voto opositor.

Si Reutemann gana, quizá pueda ser un candidato atractivo para el peronismo, Reutemann es un candidato que ha resultado ‘digerible’ para esa clase media que tradicionalmente rechaza al peronismo. Desde el mismo inicio de su carrera política muchas veces lo han tentado para ser candidato a presidente, por ejemplo era el preferido de Eduardo Duhalde en 2003 y como Reutemann se negó en ese momento a ser candidato fue que finalmente Duhalde optó por designar a Néstor Kirchner. Reutemann ya ha dicho que si él gana esta vez sí tiene aspiraciones de presentarse a presidente.

Las encuestas dan un final muy peleado entre Reutemann y los socialistas en la provincia de Santa Fe.

Si Reutemann llegara a perder, ahí empiezan a cobrar chances seriamente las posibilidades de Mauricio Macri, que puede llegar a ser también una figura que aglutine tras de sí a los peronistas descontentos con Néstor Kirchner, que son muchos. Va a depender un poco de la habilidad de Macri para tejer alianzas con los líderes regionales en el interior.

Después está la situación de la oposición no peronista. Ahí el tema es cómo le vaya a Elisa Carrió, que hasta ahora tenía un liderazgo bastante indiscutido por su perfil peleador, contestatario, por hacer denuncias sobre corrupción respecto al gobierno y por ser la única persona que ha tenido un resultado electoral más o menos respetable después del colapso del gobierno radical con Fernando De la Rúa.

Pero ocurre que ahora está siendo cuestionada por otros aspirantes a líderes de la oposición, principalmente por el vicepresidente Julio Cobos, que también juega su propio partido en su provincia natal de Mendoza. La principal preocupación de Elisa Carrió en este momento es cómo le va a ir en la capital, en la ciudad de Buenos Aires, que es su principal bastión electoral. Allí el principal dolor de cabeza de Elisa Carrió se llama Pino Solanas porque lo que aparentemente iba a ser una elección cómoda para Carrió se podría transformar en un tercer puesto.

Pino Solanas ha hecho una campaña sorpresivamente buena, ha logrado canalizar el descontento que tiene la clase media, el votante no peronista, respecto al gobierno de los Kirchner y ha tenido un discurso que ha resultado atractivo para los jóvenes basado en la recuperación de los recursos naturales del país, un discurso que aquí se lo denomina de izquierda. Pino Solanas ha sido una persona inteligente en el sentido de criticar al gobierno pero con argumentos que no son los de lo que se podría denominar ‘la derecha simpatizante de las reformas estructurales de los años 90’ sino que también ha tomado las banderas de denunciar presuntos actos de corrupción del gobierno kirchnerista.

EC – Creo que el panorama queda bastante claro a los efectos de prepararnos para este fin de semana de modo de seguir también la información que llegue desde la República Argentina en cuanto al pronunciamiento de las urnas.

Si te parece, el propio domingo a lo largo del día pero sobre todo en horas de la noche, cuando estemos en la transmisión especial de El Espectador, volvemos a tomar contacto contigo ¿de acuerdo?

FG – Perfecto. Espero haber sido claro, son 24 distritos y a veces es complejo tratar de explicar este entramado difícil de la política argentina. Pero sin dudas ha sido una elección caliente y lo que está en juego es el panorama político futuro de la Argentina.