Internacionales

Nuevos pasos hacia una relación comercial más cercana con EEUU

Nuevos pasos hacia una relación comercial más cercana con EEUU

Contacto con Roberto Porzecanski, corresponsal de En Perspectiva en Estados Unidos


(emitido a las 8.31 hs.)

EMILIANO COTELO:
La semana pasada, mientras Uruguay estaba envuelto en el análisis de las elecciones internas, en Estados Unidos (EEUU) se produjo un hecho de enorme importancia para el futuro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Uruguay.

El lunes 29 de junio el senador Richard Lugar recomendó, a través de una carta a sus colegas del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, que promuevan la extensión de preferencias comerciales unilaterales a Uruguay.

¿De qué se trata exactamente este pedido de Lugar? ¿Cómo se explica que se formule en este momento? ¿Qué consecuencias tendría su aceptación para el futuro de las relaciones comerciales entre Uruguay y EEUU? Vamos a conversarlo en los próximos minutos con Roberto Porzecanski, nuestro corresponsal en EEUU.


***


EC – Roberto, buen día, ¿cómo está el tiempo por ahí?

ROBERTO PORZECANSKI:
Está espantoso, ha sido un verano terrible, tenemos 17 grados nada más y eso que estamos teóricamente en pleno verano.

EC – Una aclaración antes de pasar al análisis. Roberto, además de nuestro corresponsal en EEUU, es doctor en Relaciones Internacionales por la Fletcher School of Law and Diplomacy en la Tufts University en Boston, MA. Allí se ha dedicado al estudio de los procesos de negociación de Tratados de Libre Comercio (TLC). Por otro lado, está trabajando en un libro basado en su tesis doctoral sobre las relaciones comerciales bilaterales entre Uruguay y EEUU en los gobiernos de Jorge Batlle y Tabaré Vázquez, un libro que va a ser publicado en Uruguay en marzo de 2010, justamente cuando asuma el nuevo gobierno. Doy estos datos, Roberto, porque creo que permiten ubicarte como alguien que está siguiendo muy de cerca estos asuntos ¿no?

RP – Efectivamente los vengo siguiendo muy de cerca hace varios años ya.

EC – Entonces, con todo ese bagaje propio de información y antecedentes, contamos en primer lugar quién es este senador, ¿quién es Richard Lugar? ¿Por qué la opinión que acaba de lanzar es relevante?

RP – Lugar es el republicano de mayor jerarquía en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. De hecho, fue el presidente de ese Comité cuando los republicanos controlaban el Senado, por ejemplo entre 2003 y 2007. Sin embargo, además de este cargo importante, la opinión importa mucho no solo porque es el republicano de mayor jerarquía sino también porque es uno de los republicanos con una relación más fluida con el Presidente Obama, con quien ha trabajando en el Senado en temas de no proliferación nuclear cuando ambos estaban en este Comité de Relaciones Exteriores.

Lugar llegó inclusive a ser mencionado como un posible secretario de Estado para esta administración, puesto que al final fue para Hillary Clinton. Además es importante aclarar, para seguir describiendo a Lugar, que es un senador que ha venido trabajando con los distintos gobiernos uruguayos, desde el año 2002, en la búsqueda de mejorar las relaciones comerciales entre los dos países, así que no es ningún extraño para el gobierno uruguayo y sabe de lo que está hablando.

Vale la pena aclarar, para tener un poco más de contexto, que la carta de la que hablamos que mandó Lugar a sus colegas del Comité de Relaciones Exteriores del Senado la elaboró un asesor, su asesor principal para América Latina, luego de visitar Montevideo entre el 26 y el 28 de mayo de este año y reunirse, entre otros, con los ministros Gonzalo Fernández, Álvaro García y Daniel Martínez, con los senadores Alberto Couriel y Serio Abreu y con el economista Fernando Lorenzo, además de directivos de la Cámara de Comercio Uruguay-Estados Unidos, de la Asociación de Industrias Textiles del Uruguay y de la Cámara Industrial de la Vestimenta.

EC – ¿Y qué es exactamente lo que Lugar propuso en esta carta a sus colegas del Comité de Relaciones Exteriores del Senado?

RP – Este es un punto en el que es importante ser muy preciso, porque el tema de las relaciones comerciales con EEUU ha sido manejado en Uruguay a veces con poca precisión, y ha sido –como todos muy bien sabemos– un tema muy polémico. Lo que Lugar está proponiendo es que EEUU le otorgue a Uruguay preferencias arancelarias de manera unilateral, es decir, sin pedir nada a cambio.

EC – Sin pedir nada a cambio, o sea que lo que está sobre la mesa es muy diferente a un TLC.

RP – Sin duda. Lo que está en consideración tiene tres diferencias importantes con un TLC. En primer lugar, un TLC es un tratado internacional, que obliga a ambas partes y no puede ser abandonado unilateralmente. Por el contrario, la concesión de preferencias unilaterales que está proponiendo Lugar es una decisión autónoma del gobierno de EEUU y que por lo tanto puede ser revisada periódicamente.

En segundo lugar, en un TLC Uruguay le daría preferencias arancelarias a EEUU y EEUU a Uruguay, y sobre prácticamente el total del universo arancelario, es decir, sobre prácticamente todos los productos. En el caso de lo que está proponiendo Lugar a las preferencias unilaterales, el único que hace concesiones es EEUU y no necesariamente sobre el total del universo arancelario.

Esto último es muy importante, en la medida en que como Uruguay no haría concesiones arancelarias, no está perforando el arancel externo común del Mercosur. Este elemento, recordemos, fue uno de los ejes de la polémica en el año 2006 cuando la posibilidad de negociar un TLC estuvo sobre la mesa en Uruguay.

EC – Pero tú hablabas de tres diferencias con un TLC.

RP – La tercera diferencia es que en un TLC no solamente se habla sobre comercio: se incluyen en el tratado reglas respecto de, por ejemplo, compras gubernamentales y propiedad intelectual. Esto también es muy importante, porque estos fueron otros de los temas polémicos en 2006. En el caso de lo que propone Lugar, las preferencias unilaterales, el tema es estrictamente comercial.

EC – ¿Cómo se explica que el tema sea puesto sobre la mesa en este momento?

RP – En realidad hay una explicación bastante sencilla. EEUU ya tiene diversos mecanismos por los que le otorga preferencias comerciales unilaterales, por ejemplo a los países del Caribe, algunos países africanos y ciertos países andinos (en este último caso como parte de un programa para incentivar la diversificación de estos países del cultivo de drogas.) Estos programas tienen que ser periódicamente renovados y la renovación toca en los próximos meses. Esta renovación en conjunto -y esto es importante- con los sostenidos esfuerzos del gobierno uruguayo para seguir profundizando la relación bilateral en el marco del TIFA, son sin duda las razones por las que se plantea el tema en este momento.

Y Lugar quiere aprovechar la oportunidad que genera la renovación de estos programas para incluir a Uruguay en la lista de beneficiarios. Es importante aclarar que una propuesta para otorgar beneficios unilaterales a Paraguay ya fue introducida en la Cámara de Representantes y de Senadores en EEUU y que si bien no es la única alternativa, lo más probable es que si esto prospera, a Uruguay se lo acople en las iniciativas legislativas ya presentadas para Paraguay.

EC – ¿Si lo que se propone es que Estados Unidos otorgue concesiones unilaterales a Uruguay, por qué se hace, cuál es el interés de EEUU en promover esto?

RP – Bueno, en este caso no hay que hacer demasiadas especulaciones, porque la carta de Lugar detalla explícitamente cuáles serían los beneficios para EEUU derivados de promover esta iniciativa. No queda ninguna duda de que los beneficios para EEUU son estratégicos y políticos y así lo dice la carta -dice que los beneficios comerciales serían casi irrelevantes-. La carta se refiere específicamente a consolidar la ya sólida relación bilateral con Uruguay, dar un paso más en la promoción del libre comercio en América Latina en un momento en que hay gobiernos que lo cuestionan significativamente, y también a presionar a Brasil para que avance de manera significativa en su liberalización comercial con EEUU.

A través de mi investigación más amplia sobre este tema, sin embargo, creo que lo clave acá no es intentar resquebrajar la unidad del Mercosur –como muchos han asegurado– sino que EEUU quiere dar pasos para asegurar que Uruguay no se transforme en uno de los gobiernos de América Latina hostiles a Estados Unidos, como Ecuador, Bolivia, Nicaragua y, evidentemente, Venezuela.

EC – ¿Este paso que da Lugar, dice algo sobre la posibilidad de que Uruguay y EEUU negocien un TLC en el futuro?

RP – Yo diría que en el corto plazo esa es una alternativa que no está sobre la mesa, por varios motivos: por la crisis económica internacional y también porque la administración Obama, a pesar de que tiene mucha continuidad sobre todo en lo que respecta a Uruguay con lo que estaba haciendo Bush, está revisando su estrategia respecto a los TLC, y por el momento lo único que está haciendo en ese frente es intentar mover hacia adelante los TLC que ya firmó con Colombia y Panamá.

Pero la futura estrategia de negociación de un TLC también depende de lo que pase en Uruguay, en particular el resultado de las elecciones, y, si ganara Mujica, de qué estrategia comercial decidirá llevar adelante y a quién pondría a cargo de su equipo económico, algo que sé que estuviste hablando con el senador Mujica ayer.

EC – Sí, y es un punto que todavía está para definirse, Mujica dice que va a hacer los anuncios correspondientes en los próximos días, pero no ha dado fechas.

RP – Sí, sin embargo, hay algo que está claro. Tanto para EEUU como para sectores del actual gobierno uruguayo, la concesión de preferencias unilaterales de las que estamos hablando es una medida que permite mantener la posibilidad del TLC viva. En la carta de Lugar se cita sin nombre a un ex-jerarca del gobierno uruguayo que afirma que es importante mantener el "fuego del TLC vivo" y también se cita el caso de Perú, donde se comenzó con una concesión de preferencias unilaterales y se terminó en un TLC. Y en el caso de Perú además esto no fue solo así por razones políticas.

EC – ¿De qué estás hablando?

RP – La concesión de preferencias unilaterales –que a juzgar por la carta de Lugar parece ser que en el caso uruguayo estarían dirigidas principalmente a la cadena textil-lanera– generaría efectos dinámicos. Me refiero a que si bien en el corto plazo la concesión de beneficios unilaterales para ciertos productos uruguayos puede parecer que no tiene costo alguno, el hecho de que estos beneficios sean unilaterales y que EEUU pueda revocarlos en cualquier momento tiene consecuencias.

EC – ¿Qué tipo de consecuencias?

RP – A lo que me refiero es que si a raíz de estos beneficios se genera una dependencia importante del mercado de Estados Unidos, más adelante los incentivos para tratar de cristalizar y garantizar estos beneficios en un tratado comercial –o sea un TLC– y que EEUU no los pueda revocar serían muy fuertes.

Yo no estoy diciendo que esto sea bueno o malo, sino que hay que tenerlo en cuenta. No hay duda que un TLC es algo más importante y complejo que un conjunto de preferencias arancelarias unilaterales y que por ende tiene que ser analizado y debatido con bastante más cuidado.