Internacionales

"El verdadero enemigo de Venezuela no es un marine estadounidense sino la delincuencia"

Contacto con Omar Lugo, colaborador de En Perspectiva desde Venezuela


(emitido a las 8.55 hs.)

EMILIANO COTELO:
Se sabe que la cumbre de la Unasur que se reúne hoy en Quito convocará a una reunión urgente a los cancilleres de los países miembros para tratar el polémico acuerdo Colombia-Estados Unidos sobre las bases militares, según se acordó ayer en la antesala del encuentro.

La convocatoria a los cancilleres, que incluirá también a los ministros de Defensa de los países miembros, se hará, según adelanta el borrador, "en el ánimo de fortalecer el diálogo y el consejo en materia de defensa, mediante el fomento de medidas de confianza y transparencia".

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EC - ¿Cómo se sigue esta situación desde Venezuela?

Vamos a conversarlo con Omar Lugo, que hasta hace poco tiempo fue nuestro corresponsal en Brasil, y que ahora ha vuelto a su país, se ha radicado en Caracas como director del diario El Mundo - Economía & Negocios.

OMAR LUGO:
Por aquí estamos viendo los toros desde la barrera, a pesar de estar dentro del país voy a intentar mantener el punto de vista de un corresponsal internacional en mi propio país.

EC - ¿Cómo calificaste la situación? ¿Qué imagen usaste?

OL - Hay que intentar verlo con ojos de extranjero, de corresponsal internacional para entender lo que está pasando en mi propio país. Porque son muchos intereses cruzados, muchas cosas en pugna, y lo que aparece en el exterior no es exactamente el calco de la situación interna.

EC - ¿Puedes desarrollar ese análisis?

OL - Por ejemplo, ahora todo el mundo en el exterior está atento a esta nueva pugna de Chávez con Uribe, en una relación ciclotímica o bipolar, se parecen a esos matrimonios que viven peleándose pero no se terminan de divorciar, porque tienen muchos hijos, muchas propiedades, tienen muchas cosas que perder ambos, pero se llevan mal, porque tienen poca inteligencia emocional para tratar las cosas.

Llevándolo al extremo, al entorno político, lo que sucede también es que aparentemente el gobierno venezolano usa la confrontación con Colombia como el comodín de turno para distraer la atención nacional e internacional de temas mucho más graves y mucho más delicados para la población venezolana y para los vecinos.

EC - De todos modos, hace muy pocos días desde el gobierno colombiano volvió a hablarse de colaboración venezolana con las FARC, y al mismo tiempo se supo que se estaba negociando ese acuerdo Colombia-Estados Unidos en torno a la reformulación de la presencia militar estadounidense. Estamos hablando de dos elementos irritantes para el gobierno de Chávez.

OL - Claro, y así como Chávez usa a Colombia, Colombia usa a Venezuela como imagen y para el fortalecimiento de un gobierno que busca permanecer de otra manera, a través de Uribe o de su ex ministro de Defensa.

Como seguramente ustedes habrán reportado varias veces, el gobierno y el presidente Chávez especialmente se defienden diciendo que son ataques directos y que son calumnias, como este tema de las armas de las FARC, de los lanzacohetes suecos. Pero aparte de esos ruidos militares y esa supuesta incursión que anunció Chávez ayer, son temas para mantener caldeado el ánimo, para mantener la confrontación política, pero son dos países interdependientes económicamente, desde tiempos históricos, desde hace 500 años. Incluso hay como un tercer país en la línea fronteriza de 2.119 kilómetros de largo donde pueblos de los dos lados conviven pacíficamente a pesar de los problemas, de las incursiones, de los ataques guerrilleros y todas estas cosas que suelen ocurrir en la región.

Pero acá en Venezuela, como dice la propia oposición, hay otros problemas, hay una ley de educación que está imponiendo a través del Congreso, cerraron 34 radios y están pendientes de ser cerradas posiblemente otras 200, con artilugios legales, pero de hecho son radios que mantenían un tono crítico contra el gobierno. Esas otras cosas del escenario venezolano son menos conocidas en el exterior porque la atención está distraída debido a la confrontación con Colombia.

EC - De ese tema se ha hablado mucho, incluso la semana pasada entrevistamos aquí En Perspectiva al embajador de Venezuela en Montevideo, que realizaba sus puntualizaciones a propósito de por qué se tomaron las medidas que se tomaron con esas emisoras, a las que –en su versión– no se cerró, sino que se tomó una decisión administrativa a partir de permisos que estaban caducos.

OL - Ese es su punto de vista; es como que tú no tengas documentos, no tengas pasaporte, y cuando lo vas a sacar –por cierto, es un problema en Venezuela sacar pasaporte– te digan que no hay pasaportes. El argumento del otro lado, de estas radios, es que no les dieron, a través de una división de poderes, la oportunidad de ir a un juicio, de acudir a tribunales para demostrar la validez de sus argumentos, sino que simplemente por un acto administrativo se les quitaron concesiones del espectro radioeléctrico, que es del Estado venezolano, pertenece al Estado y tiene que administrarlo, pero cuando hay división de poderes tú puedes apelar a eso y defender una propiedad, una concesión o lo que tengas como bien a administrar. Ese es un punto polémico, yo creo que la verdad no está en ninguno de los dos extremos, está en el medio, y hay una radicalización de parte del gobierno y de la oposición con esos argumentos.

Pero los problemas son otros en Venezuela, son muchos otros: la inseguridad interna, la inflación, el desempleo que amenaza con repuntar, pese a que el gobierno ha logrado torear muy bien la crisis internacional y se ha favorecido por un nuevo repunte de los precios del petróleo.

EC - El presidente Hugo Chávez habló de la situación de tirantez que se vive con Colombia, y lo hizo en estos términos:

(Audio Hugo Chávez.)

"Tenemos que evitarles a nuestros pueblos una tragedia mayor que la que hemos vivido. Tenemos nosotros que evitar una guerra entre Colombia y Venezuela. Dios nos libre de una guerra. Pero tenemos que neutralizarla desde ahora mismo. No tengo la menor duda de que el imperio yanqui quiere una guerra entre Colombia y Venezuela. Sería la excusa perfecta para ellos intervenir para imponer la paz, la paz que ellos imponen. ¿Qué es lo que ellos quieren? El Orinoco y la faja petrolífera en primer lugar, además de todas estas riquezas, como la gran reserva de hierro, de gas, de petróleo, que tiene Venezuela".

(Fin.)

OL - Esto fue parte de su pronunciamiento del sábado. Y por eso incluso se lanzó una nueva compra de armas, esta vez de tanques rusos, en una escalada militar de parte y parte. Suelen suceder estas cosas en países que más bien necesitan inversiones sociales en escuelas, en hospitales, en infraestructura, pero prefieren armarse porque en estas escaladas políticas de parte y parte de Colombia y Venezuela el negocio de la guerra también existe, y estos argumentos nacionalistas, patrióticos, militares, se mantienen siempre en el discurso del gobierno, que no hay que olvidar que es un gobierno militar encabezado por un militar que retomó sus rangos militares –pese a que fue un militar retirado–, y buena parte de los funcionarios del gobierno son militares. Piensa como un gobierno militar, tiene una doctrina militar, una doctrina de defensa militar que es inculcada en los cuarteles de Venezuela desde hace muchas décadas. La teoría de la confrontación con Colombia no es nueva, los militares venezolanos han sido entrenados para ella creo que desde la independencia para acá, desde la separación de la Gran Colombia. Obviamente, estamos en un contexto totalmente diferente, hay lo que el gobierno llama una amenaza real, no por una instalación de bases de Estados Unidos, porque es compartir o acceder a esas bases en Colombia. Eso da mucha tela para cortar, y nadie niega la posibilidad de un entorno de amenaza o de confrontación. Hay que bajar el nivel de las aguas, y ver, discutir diplomáticamente entre dos países, que además son interdependientes, se necesitan mucho, y sus pueblos se necesitan mutuamente.

EC - Chávez dio un paso en esa dirección en el fin de semana cuando ordenó el regreso a Bogotá del embajador venezolano, a quien había llamado en consultas. Pareció estar flexibilizando la posición.

OL - Sí, dice que regresa, pero que nadie se engañe, que es solamente para seguir trabajando, y que no significa una normalización de las relaciones. Lo lleva de vuelta y eso puede ser visto como que está aflojando, y es posible, porque son relaciones bipolares, ciclotímicas, obedecen a un ciclo de altas y bajas, siempre relacionadas con una situación interna de cada país, estos conflictos no brotan gratis, brotan en medio de alguna situación correlacionada dentro del país.

Es una cosa tan práctica como decir cuál es el verdadero enemigo para un pueblo acosado por la delincuencia, que es el principal problema de Venezuela, incluso es uno de los argumentos que usan las personas que emigran del país, no tanto la situación política sino la inseguridad. El verdadero enemigo no es un marine estadounidense que amenace con invadir Venezuela, es la delincuencia desatada que les roba a los padres pobres su comida cuando suben a las favelas, a los barrios, a las villas miserias, y la misma delincuencia que secuestra, que se mantiene impune, porque hay un gran índice de impunidad a alto, bajo y medio nivel en lo que respecta a los crímenes, desde corrupción no castigada hasta asesinatos en el país, cada fin de semana se cuentan 50, 100 muertos cada día, y no caen por las balas de marines invasores, caen por las balas de una delincuencia desatada que el propio gobierno ya está comenzando a reconocer que tiene que atacar. De hecho el presidente lanzó en estos días un plan de seguridad usando a la Guardia Nacional, porque se ha dado cuenta de que es un factor político de gran peso en las encuestas, en las que ya comienza a aparecer un deterioro de su popularidad y comienza a cobrar fuerza la opción llamada aquí "ni ni", porque no está ni con el gobierno ni con la oposición.

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Transcripción: María Lila Ltaif