(emitido a las 8.37 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
"Cash for clankers" o "Dinero por chatarra", así de fácil. Usted trae su auto viejo, ese que consume mucho combustible, y el gobierno de Estados Unidos le paga hasta 4.500 dólares para ayudarle a cambiarlo por uno más nuevo y eficiente.

Esta fue la filosofía de un programa impulsado por el gobierno de Estados Unidos que anoche llegó a su fin con un éxito inesperado. En total se acogieron a este beneficio los propietarios de unos 800.000 autos -tres veces más de lo que esperaban las autoridades- que ahora usarán vehículos más amigables con el medio ambiente.

Hay incluso algunos reportes que dicen que ayer en las últimas horas se adelantó el fin de este programa y que hubo colas en automotoras porque había mucha gente que quería aprovechar este beneficio.

Les proponemos conocer de qué se trata este programa y cómo han sido estos días de fiebre automovilística en la capital de Estados Unidos. En los próximos minutos el contacto será con la periodista Silvia Pisani, corresponsal del diario La Nación de Buenos Aires desde Washington y colaboradora de En Perspectiva.


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JAE – Cómo fueron las últimas horas de este programa "Dinero por chatarra"?

SILVIA PISAN:
Tan intensas que se ha prolongado una vez más, esa es la última noticia. El plazo para presentar papeles -no para presentar interesados- llega hasta el mediodía de hoy porque las computadoras "colapsaron", no hubo manera de procesar todo a tiempo y llegó un momento en que nadie sabía cuántos papeles se habían presentado, cuántas solicitudes, cuánto dinero va a adeudar el Estado norteamericano a las distribuidoras de autos. Así que la Secretaría de Transporte extendió el plazo hasta el mediodía del martes para dar tiempo a que las máquinas respiren.

JAE – ¿Cuáles son las características de este programa?

SP – El programa fue un éxito. Recordemos que hace cuatro meses las grandes firmas fabricantes de autos norteamericanos estaban en riesgo: Chrysler llegó a estar en problemas, General Motors recibio dinero del Estado, Ford aparecía tecleando, la gente no compraba autos, la gente no compraba nada. Entonces Obama puso 3.000 millones de dólares en un programa para incentivar la venta de autos.

JAE – Pero no era para todos los autos, había ciertas características para entrar en este programa.

SP – Exactamente, es lo que llaman chatarra. Tenían que ser autos viejos y, acompañando el programa de medio ambiente de Obama, con problemas de carburación, que no respondieran a los cánones de calidad que se están imponiendo ahora. Y llegaban a dar un subsidio de entre 3.500 y 4.500 dólares más del valor de ese auto. Si te tasaban tu auto en 3.000 dólares, te daban 6.500. Había un aliciente enorme para esa "chatarrita". La verdad es que fue impresionante, en Florida, por ejemplo, se anotaron muchísimas personas, hubo lugares donde fue extraordinario, incluso hay temor de que se haya sobrepasado el tope.

Ahora lo que está ocurriendo es que hay atraso en la entrega de unidades, porque la buena noticia es que las fábricas están produciendo otra vez, aumentando su producción, o sea se empieza a mover la rueda y esto ha sido bueno. Es uno de los planes del incentivo económico de Obama que ha dado resultado.

JAE – Ahora, no había plata de por medio, uno llevaba su auto y ahí se lo tasaban. ¿Cómo se acredita ese dinero?, ¿quién recibe esos fondos que dispuso el gobierno de Obama?

SP – La concesionaria entrega el auto con ese descuento, cobra entre 3.500 y 4.500 dólares menos por la operación.

JAE – O sea, quien recibe el dinero es la concesionaria.

SP – No, es la que pone el dinero, ese es el temor que tienen las concesionarias, hasta ahora están poniendo ellas ese dinero. Entonces empiezan a preguntarse cuándo cobran, porque si esto se sigue demorando, las computadoras se atascan y resulta que no les dan la plata, lo están financiando ellas. El gobierno de Obama ratificó que se va a pagar y dijo que no teman, que todo va a andar bien.

JAE – Claro, porque además aumentan las previsiones de déficit fiscal. Aparentemente los números del gobierno están dando peor de lo que se había estimado originalmente, supongo que por un lado el miedo también vendrá por ahí.

Para redondear, ¿cuál es el destino de los autos viejos?

SP – Convertirlos, o sea se destruyen, salen de circulación.

JAE – Van directamente a chatarra.

SP – Exactamente, lo cual es otro tema. Algún día hablaremos de cómo se recicla en este país y del enorme esfuerzo que se hace con eso, obviamente la industria que se está moviendo es la industria pesada.

JAE – La demanda de los autos nuevos, cerca de 800.000, ¿realmente beneficia a las empresas norteamericanas? Porque están faltando algunos modelos como Honda Civic, Toyota Corolla, Nissan Altima que son apoyados por el programa pero no son de empresas americanas.

SP – Claro, lo que pasa es que se producen aquí. Pero es verdad y este es otro fenómeno. La competencia de los autos japoneses es impresionante, en las calles de Estados Unidos hay tanto autos japoneses como norteamericanos, esto es así. Lo que se afirma es que en los últimos años la calidad de los autos norteamericanos bajó mucho y la competencia oriental se siente en precios y calidad.

JAE – Sí, aparte el tema de la eficiencia. General Motors está preparando un vehículo que aspira a que rinda 2.000 kilómetros con 20 litros.

SP – Acá hay un nuevo auto, el Honda FIT, y la propaganda dice que se trata de un auto para mujeres, que no hay que hacerle nada y es muy rendidor. Está a la vista, hay una competencia enorme de oriente, incluso en algunos lugares las marcas orientales llegan a ser más populares que las americanas.