(Emitido a las 08.00)

EMILIANO COTELO:
Esta semana la violencia, ya habitual en Irak, recrudeció. Los brutales atentados suicidas del martes en las ciudades de Basora y Zubeir dejaron 73 muertos y 100 personas heridas; muchos de los fallecidos en estos ataques contra instalaciones de la policía iraquí fueron niños. Continúan por otra parte los combates en la conflictiva ciudad de Faluya, rodeada por tropas estadounidenses, al tiempo que el gobierno de George Bush evalúa enviar más efectivos y se produce la retirada de fuerzas españolas y de algunos países sudamericanos.

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Nos detenemos hoy brevemente en Irak, retomando nuestros habituales contactos con Mauricio Rabuffetti. Volvemos, cuándo no, a Irak.

MAURICIO RABUFFETTI:
Sí, lógicamente tenemos que concentrar la mirada en Irak con cierta frecuencia porque la situación en ese país es muy dinámica a pesar del aparente estancamiento que se verifica en cuanto a la permanencia de combates, atentados y más recientemente el mecanismo perverso de los secuestros.

EC - Tanto es así que el propio secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, reconoció ayer una situación de "incertidumbre" en Irak.

MR - Creo que es lo más que Rumsfeld va a reconocer, él no va a hablar de una situación fuera de control, que es lo que en apariencia está ocurriendo en Irak, sobre todo en algunas zonas puntuales. Difícilmente puede hablarse de control cuando ocurren permanentemente atentados, incluso, como en el caso del martes, contra los propios iraquíes, o cuando no existen condiciones mínimas de seguridad para la población civil y se acerca la fecha prevista para el traspaso de poderes a los iraquíes el 30 de junio.

EC - Tú marcaste dos puntos que sería bueno desarrollar; por un lado el hecho de que los atentados del martes fueron contra instalaciones policiales iraquíes, y por otro que los combates siguen y faltan apenas semanas para que, en principio, ocurra ese traspaso de poder.

MR - El primer punto es bastante sencillo de explicar: la policía iraquí es vista como una institución colaboradora con las tropas de la coalición, a las que muchos consideran invasoras. El segundo punto tiene a su vez muchas puntas: es cierto que se acerca la fecha para que el poder vuelva a los iraquíes, pero recordemos que las tropas estadounidenses y británicas van a seguir en Irak hasta que existan condiciones de seguridad, según han dicho las autoridades de la coalición; es decir que si bien va a producirse un cambio político cuando haya un cambio de gobierno el 30 de junio, no van a cambiar en forma significativa en un primer momento los marcos de seguridad, que están dados por soldados de la coalición.

EC - Pero faltan dos meses, nada más; la pregunta es hasta cuándo puede mantenerse esa fecha prevista del 30 de junio.

MR - Creo que la fecha se va a cumplir, va a haber un gobierno de iraquíes para ese entonces porque, de lo contrario, sería un fracaso para la administración Bush, y Bush necesita decirles a los estadounidenses: "Señores, cumplimos: Irak tiene un gobierno de iraquíes como prometimos". Aunque, claro está, no va a ser un gobierno surgido de elecciones realizadas en un marco de democracia ni mucho menos, va a ser un gobierno de transición y de consenso entre las distintas etnias del país, no sin dificultades, y un gobierno que llega apañado por la coalición, como hemos dicho varias veces ya.

EC - De todos modos se ha producido, si se quiere, una pequeña variación de la postura de Estados Unidos y Gran Bretaña, que ahora están reclamando un papel más activo a la ONU, cuando hace pocos meses, al final de la guerra, ésta parecía relegada a un papel muy secundario en Irak. ¿Cómo se explica esto?

MR - De hecho lo que están pidiendo Estados Unidos y Gran Bretaña tiene que ver sobre todo con el traspaso de poder a los iraquíes, no tanto con un involucramiento de la ONU en el terreno, como sugieren otros países. Es decir que el pedido va en el sentido de que la ONU apruebe una nueva resolución que la tenga en un papel más activo en el traspaso de poder que se haga una vez que haya elecciones; eso sería a comienzos de 2005. Esto es muy importante porque una cosa es que las elecciones sean organizadas con el respaldo de la ONU, que en definitiva representa a la comunidad internacional, y otra cosa sería que no existiera ese respaldo. En esto le va su legitimidad al gobierno que resulte electo en Irak.

EC - En esta semana se han concretado varias decisiones que determinaron el retiro de tropas de Irak; pienso, por supuesto, en los primeros arribos de soldados españoles a su país y en varios países centroamericanos que resolvieron abandonar Irak. ¿Podemos tener una idea del impacto real de estas retiradas?

MR - Hay que diferenciar dos niveles en este punto. Desde el punto de vista práctico militar los números hablan por sí solos: la brigada "Plus Ultra" que comandaba España tenía unos 1.300 soldados, y había otro tanto de salvadoreños, hondureños, dominicanos y nicaragüenses, de los cuales sólo quedaron los salvadoreños, es decir que hablamos a grosso modo de algo menos de 3.000 efectivos, mientras que Estados Unidos tiene 120.000-125.000 hombres en Irak.

EC - Sí, la proporción es clara, los efectivos que podrían retirarse son muy pocos en términos relativos.

MR - Muy pocos, o sea que desde el punto de vista práctico la retirada de estas fuerzas no va a afectar demasiado las operaciones en Irak. Sí se hizo fuerte el impacto diplomático de las decisiones de estos países, sobre todo de España, por supuesto, porque su salida de Irak quiere decir que no apoya ya la tesitura estadounidense de permanencia, y porque además se va España, que fue uno de los tres países que decidieron el inicio de la guerra el año pasado.

EC - Sí, recordemos aquella cumbre que tuvo lugar en las Azores, en la que participaron Bush, Blair y Aznar...

MR - ...de donde surgió el nombre del "trío de las Azores" para los tres presidentes. Esta retirada tiene más un efecto político que militar, pero es un efecto político fuerte, por cierto, si vemos las reacciones estadounidenses a esta salida de tropas.