Entrevistas

"La retórica de Obama ha chocado contra la realidad"

"La retórica de Obama ha chocado contra la realidad"

La guerra contra el terrorismo parece estar convirtiéndose en un dolor de cabeza para el presidente estadounidense, Barack Obama. El politólogo Juan Rial consideró que el mandatario norteamericano no podrá tomar medidas a gran escala para combatir este flagelo y que sólo puede esperarse "que siga haciendo retórica". Rial constató una fuerte desmovilización del movimiento pro Obama, indicó que el titular de la Casa Blanca no ha logrado mantener la popularidad que mostraba al comienzo y opinó que se ha metido "en demasiados problemas" al mismo tiempo. Con respecto a su actuación, sentenció: "Obama se comporta como un político tradicional".


(emitido a las 9.12 hs.)

EMILIANO COTELO:
A comienzos de esta semana, el presidente de Estados Unidos (EEUU), Barack Obama, hizo un alto en sus vacaciones para referirse a la tentativa de atentado terrorista protagonizada por un nigeriano perteneciente a la red Al Qaeda.

Hablando desde Hawai, su lugar de origen, Obama dijo que no descansará hasta encontrar a los responsables.

"No descansaremos hasta encontrar a todos los que están involucrados y hacerlos responsables. Este fue un serio recordatorio de los peligros a los cuales nos enfrentamos y a la naturaleza de aquellos que amenazan nuestra patria. El pueblo americano puede estar seguro de que estamos haciendo todo lo que esta a nuestro alcance para mantener a usted y a su familia a salvo durante esta movida temporada de vacaciones.

Seguiremos utilizando cada parte de nuestro poder nacional para afectar, desmantelar y derrotar a los extremistas violentos que nos amenazan, ya sea que se encuentren en Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia o en cualquier lugar donde planeen ataques contra territorio de EEUU", agregó Obama.

Fue su primera declaración pública luego de que el día de Navidad Umar Farouk Abdulmutallab, de 23 años, intentó hacer estallar un avión de la compañía Northwest, que llevaba 290 pasajeros y que cubría el trayecto entre Amsterdam, en Holanda, y Detroit, en Estados Unidos.

¿Cómo hay que entender esta reacción del presidente Obama? ¿Podría abrirse otro frente bélico para EEUU, por ejemplo en Yemen? ¿Obama está girando hacia un perfil belicista que lo aleja de lo que fue su discurso en la campaña electoral?


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EC – Vamos a conversar sobre estos puntos esta mañana con Juan Rial, politólogo uruguayo que reside en Nueva York, con quien con frecuencia estamos en contacto. El hecho de que Obama nombrara a Yemen o Somalia ¿debe entenderse como un anuncio de la apertura de nuevos frentes de guerra?

JUAN RIAL:
No, en realidad debe entenderse como que Obama continúa en campaña. Hay que tener en cuenta lo que son los plazos en los que se maneja la política en EEUU. Obama ya consumió prácticamente su primer año de gobierno, el 20 de enero cumple un año y en noviembre de 2010 tiene que enfrentar una prueba muy dura que es la renovación parcial del Congreso. Y los datos están indicando que puede no irle demasiado bien. Entonces necesariamente tenía que dar un mensaje muy fuerte, especialmente tras este hecho que sorprende a todos, porque dicen: caramba, cada vez que vamos a un aeropuerto se nos da vuelta, se nos mira de arriba hacia abajo y demás, y un buen señor ha entrado a un avión, ha viajado desde África hasta Amsterdam, cruzó el Atlántico, e intentó provocar su caída. ¿Para qué tenemos todos estos gastos, para qué tenemos una cantidad enorme de agencias que consumen una enormidad de dinero que aparentemente son totalmente inútiles? ¿Por qué a pesar de los avisos previos –como ocurrió en setiembre de 2001– se fracasó y no se detectó a tiempo?

EC – Claro, pero ese fue el punto que Obama desarrolló en su segundo discurso, en el que fue muy crítico con los servicios de inteligencia y con toda la organización montada para prevenir actos de terrorismo.

JR – Hay que tener en cuenta que el conocimiento directo que tiene Obama de los temas de fuerzas armadas y seguridad es bajo; él tiene que manejarse con lo que le dicen sus asesores y realmente en esto ha tenido ya enredos duros, ha tenido que salir a explicar conceptos tales como el "guerra de necesidad" –como habría sido la de Afganistán– y "guerra de opción" –que aparentemente habría sido la de Irak–. Eso lo pone contra la pared respecto a qué quiere hacer realmente en ese campo. Y a su vez ha abandonado la idea de la guerra contra el terror, que manejaba su antecesor, porque el terror obviamente no es más que una conducta, y uno no tiene guerra contra conductas sino contra actores. Ahora tiene que hacer una guerra contra actores y trata de hacerla contra Al Qaeda. El problema serio de Al Qaeda es que nadie sabe realmente qué es, parece ser una suerte de franquicia que funciona en varios lugares del mundo, que no tiene una estructura centralizada sino que se maneja como una serie de pequeñas [células], cada una con autonomía, y que es muy difícil de perseguir.

EC – Justamente, ese es uno de los tantos ángulos a analizar. Con esta reacción del presidente Obama da la impresión de que estos grupos terroristas, o lo que sean, tienen una enorme facilidad para provocar al "gigante"; es como el ratón que se divierte con el gato. Basta que logre burlar medidas de seguridad y avance hasta intentar un atentado para mover nada menos que al presidente de EEUU a anunciar que puede llegar a iniciar una guerra en un país nuevo – en este caso ya se mencionaron Yemen y Somalia– y por lo tanto seguir agregando países a una larga lista de líos en los que está metido EEUU...

JR – ...Cosa que no puede hacer. Además hay que recordar que en 1993, en el marco de una presunta operación humanitaria, ocurrió aquel desastre con el personal estadounidense que intentó ir a Somalia, eso ya no va a funcionar. Y agrego más: alrededor de 90 de las personas que están detenidas en Guantánamo provienen de Yemen, y Obama quería vaciar Guantánamo y enviarlos a Yemen. Cada vez más tiene un problema serio, y es que la distancia entre la retórica que había practicado durante la campaña ha chocado violentamente contra la realidad y ahora no tiene más remedio que tratar de dar discursos duros sin tener claro de qué se trata.

Hoy mismo acaba de aparecer una historia sobre lo que ha sido el manejo militar de Afganistán desde 2003 hasta el presente. Un pequeño apunte para que vean: uno de los primeros comandantes mandó comprar libros sobre contrainsurgencia porque no tenía idea de qué se trataba lo que tenía que hacer allá.

Eso indica en qué nivel está hoy EEUU, por qué la pérdida enorme de autoridad a escala universal, por qué estos ratones suelen estar molestando al gato todos los días y por qué una persona que además está en una suerte de campaña permanente para defender a su régimen tenga que estar diciendo discursos duros de los que después no puede salir.

EC – Sí, justamente son todos esos aspectos los que resultan de algún modo impresionantes. Que estas organizaciones que no sabemos qué entidad tienen, qué tamaño tienen, de todos modos logren ser tan efectivas, logren desacomodar tanto nada menos que a EEUU y provocar reacciones así, mecánicas, que quizás en el ex presidente George W. Bush se explicaban o eran las que se esperaban pero que terminan siendo también las que protagoniza un hombre como Obama, que se había presentado con otra actitud frente a la cuestión de las guerras, ¿no?

JR – Claro. El problema del terrorismo no es nada nuevo. Fue un atentado terrorista el que desencadenó la Primera Guerra Mundial –el hecho puntual, [más allá de que] había una serie de causas de fondo–. Este fenómeno es prácticamente imposible de contrarrestar; un pequeño grupo dispuesto a hacer actividades terroristas puede llegar a tener éxito, el asunto es que en el momento presente es muy difícil aceptarlo, máxime si a su vez hay una ampliación enorme de la repercusión que tiene el terrorismo por parte de los medios de comunicación.

No recuerdo si fue el año 96 o 97, un grupo llegó a hacer atentados en la Ille de France, a una cuadra de la Catedral de Notre Dame. Ese tipo de cosas son prácticamente algo con lo cual hay que convivir día a día, hay que tener la buena suerte de no estar en el lugar y en el momento equivocado. Pero prácticamente es imposible poder controlar totalmente un acto terrorista por la cantidad enorme de pequeños hechos que pueden ocurrir y que llevan a que puedan tener éxito; claro, hay otra fuerte cantidad de intentos que no llegan a producirse.

EC – ¿Pero entonces qué es lo que puede esperarse del presidente Obama?

JR – Que siga haciendo retórica, no mucho más.

EC – Porque de su discurso se desprende la posibilidad de salir a perseguir a los responsables de este atentado frustrado, lo que abre a su vez dos chances: una, la de que se termine desembarcando en un país como es el caso de Yemen; otra, la de que vaya por otros caminos, que no sé cuáles serían.

JR – El problema es ese, que no se sabe, porque para buscar responsables hay que saber quiénes son y no se sabe.

EC – Ayer CNN informó que fuerzas especiales estadounidenses están trabajando con militares de Yemen en la identificación de posibles blancos para ataques militares en ese país. "Las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses y las agencias de inteligencia, junto con sus homólogos yemeníes, están trabajando para identificar blancos potenciales de Al Qaeda. La búsqueda de esos blancos apunta a que estén preparados como opciones para la Casa Blanca, si el presidente (Barack) Obama ordena un ataque de represalia".

JR – Claro, esto se hizo en la administración Clinton luego de los ataques al USS Cole –un destructor americano– y a embajadas en países africanos. La represalia en ese caso consistió en misiles que apuntaron exclusivamente hacia lugares que se suponía eran campos de entrenamiento, y entre otros terminó en un misil enviado a Sudán a lo que los sudaneses decían que era una fábrica de medicamentos.

Ese tipo de cosas puede ocurrir, pero entrar en fuerza con una invasión, sea en Somalia, en Yemen o demás, no hay cómo hacerlo porque no hay fuerzas disponibles. Obama ahora está peleando para que le vaya bien en la elección de medio tiempo, y si es posible que no sea un presidente de un solo período, cosa de la que se está hablando muchas veces acá en EEUU.

EC – Entonces tú lo que vaticinas es que estamos simplemente ante palabras.

JR – Por ahora en palabras y quizás en este tipo de medidas más o menos espectaculares, como pueden ser misiles o la acción de fuerzas especiales sobre algún campo de entrenamiento o algo del estilo, pero no algo en gran escala, por lo menos por ahora.

EC – ¿Y cómo reaccionan ante ese posicionamiento del presidente Barack Obama sus votantes, y pienso más que sus votantes sobre todo en sus militantes, en quienes impulsaron con tanto fervor la candidatura de Obama como una alternativa a la presidencia de George W. Bush?

JR – Lo que ha ocurrido ha sido una desmovilización, todo lo que fue el movimiento de cambio en Washington ya prácticamente se desfibró, no existe en este momento. Ese movimiento no ha tenido continuidad, era algo bastante espontáneo, manejado a través de redes sociales, a través de blogs, a través de internet, que así como apareció prácticamente dejó de existir. Y por ahora no se sabe bien si esta gente podrá volver a movilizarse y en qué forma.

En este momento Obama se comporta como un político tradicional tratando de lidiar con Washington y con sus problemas. No es sólo esto, le ha costado tratar de conseguir los votos para una reforma en el ámbito de la salud que va a ser extremadamente recortada y muy lejana respecto a lo que se había prometido.

EC – ¿Tu dices que desde hace un tiempo Obama se comporta como un político tradicional?

JR – No tiene más remedio, es así como funciona la política en Washington. Y las cosas en las que podría innovar acá son muy difíciles de llevar adelante. En países donde se ha intentado controlar el efecto del terrorismo esto se ha hecho a través de la manipulación de medios de comunicación. Yo he trabajado en Perú largo tiempo. En el Perú de los tiempos del terrorismo las noticias de los atentados en los diarios aparecían en páginas impares, en no más de media columna, con un título que no podía tener más de dos o tres milímetros, prácticamente no se notaba; y en televisión o radio a lo sumo se podía dar un titular de pocos segundos. Eso en EEUU no es pensable.

EC – Ya casi en el final de esta charla, y teniendo en cuenta lo que tú ya mencionaste, está por cumplirse un año del gobierno de Barack Obama, están dándose estos episodios tan desconcertantes de los últimos días, poco antes en este mismo escenario Obama logró avanzar con su reforma de la salud en el Congreso pero con recortes. En definitiva,¿ cómo le está yendo a Obama, cuál podría ser el balance de su gestión?

JR – Quizás la mejor definición la dio Henry Kissinger, un viejo bucanero de la política que todo el mundo conoce. El dijo: "Obama es algo así como un maestro de ajedrez que está jugando a la vez seis partidas en paralelo pero no sabemos si va a terminar alguna con éxito". Eso sería el punto. Se ha metido en demasiados problemas, en algunos le ha ido bastante bien teniendo en cuenta lo que son las resistencias de Washington, pero de acuerdo al movimiento de militantes que logró juntar y de acuerdo a las expectativas obviamente las mismas son difíciles de realizar y están mucho más debajo de lo previsto.

EC – ¿Cómo ha evolucionado la popularidad?

JR – Como tú sabes, no ha logrado mantener la popularidad del inicio. Todavía no tiene el problema duro que tuvo su antecesor Bush, pero lograr una reelección implica mantener una fuerte popularidad y mantener la actual situación de los opositores republicanos, que por el momento siguen sin tener ninguna posibilidad de desalojarlo de la Casa Blanca.

EC – ¿Cuál es el próximo desafío? Acaba de sortear el problema de la reforma del salud, ahora se le ha instalado este escenario que seguramente no estaba en sus planes, ¿qué es lo que viene?

JR – Ahora tiene que comenzar a buscar los apoyos de todo el aparato demócrata para lograr mantener en el Congreso una mayoría apreciable en noviembre.

EC – Tú dices que la obsesión es ya de tipo electoral. Yo me refería a proyectos, a iniciativas del propio Obama.

JR – No hay muchas a tratar de mover por el momento, porque tendría que ver los programas grandes que había planteado acerca de reducción de pobreza y los programas respecto a la regulación, con la idea de tratar de volver a que el Estado pueda tener ciertos niveles de intervención en actividades económicas o sociales; sin llegar a tener obviamente una planificación fuerte, pero sí una supervisión que había sido desmontada desde el tiempo de Reagan hasta acá. No se sabe bien si todos esos planes seguirán adelante o si a partir de todos estos problemas irán lentamente.


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