(emitido a las 8.41 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Las relaciones entre Estados Unidos (EEUU) y China han venido complicándose en las últimas semanas.

El martes pasado hablábamos en La Tertulia sobre las tensiones que han venido generándose entre las dos potencias a raíz de las acusaciones de Google sobre ciberataques y censura de Pekín hacia Internet.

Pero, en los últimos días, apareció en la agenda un nuevo frente de conflicto. En este caso, por el anuncio que el viernes hizo el gobierno de Estados Unidos respecto a la venta de armas a Taiwán. Concretamente, el Pentágono anunció que venderá a Taiwán misiles Patriot, navíos detectores de minas submarinas y helicópteros Black Hawk.

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Yang Jiechi, dijo este fin de semana que China y EEUU han mantenido muchas discusiones sobre la venta de armas, pero que Washington ha ignorado las demandas de Pekín de que se suspendan. EEUU debería "respetar realmente los principales intereses de China y sus preocupaciones, e inmediatamente revocar la decisión equivocada [...] para evitar dañar más las relaciones entre China y EEUU", dijo Yang.

A partir de esto se disparan algunas preguntas: ¿cómo están los vínculos entre ambas potencias?, ¿cómo se analiza desde Pekín esta situación? Vamos a conversarlo en los próximos minutos con el periodista español Heriberto Araújo, colaborador de En Perspectiva en Pekín, China.


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JAE – Empecemos por ubicarnos con este tema, en qué están hoy las relaciones entre China y Taiwán y qué es lo que ha pasado en los últimos años. ¿Qué destacarías tú?

HERIBERTO ARAÚJO:
Es fundamental situar las relaciones en el momento en el que están porque realmente los lazos bilaterales están en el mejor momento de los últimos 60 años. Desde que China y Taiwán se dividieron en dos países de facto –aunque China diga que la isla pertenece a su soberanía– siempre ha habido enfrentamiento de alguna manera directo y desconfianza entre las partes, los lazos comerciales eran muy limitados, incluso no se podía volar directamente desde China hasta Taiwán, había que hacer una escala en Hong Kong pese a la cercanía de los dos territorios.

Desde la llegada del último presidente taiwánes, hace 18 meses, ha habido un impulso por parte de Taiwán sobre todo para llevar a cabo un acercamiento comercial –en primer lugar– entre las dos partes. Esto evidentemente ha desembocado en que se levantaran muchas restricciones. Ahora mismo se puede enviar correos directos entre China y Taiwán, se puede viajar directamente a Taiwán y a Pekín en vuelos directos y hay facilidades para la inversión de los países en sus territorios.

Entonces la decisión de EEUU llega en un mal momento. A Pekín le ha sentado especialmente mal porque ahora se está negociando un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Taiwán y China; al menos desde Pekín se espera que sea el primer paso para una integración o una asimilación de facto de la isla, que hasta ahora siempre ha reconocido que es independiente de Pekín, en el territorio chino.

JAE – ¿O sea que la intención que tuvo China en algún momento de recuperar Taiwán ha quedado de lado?

HA – La intención de China de recuperar Taiwán ha estado ahí siempre y es una de las grandes obsesiones del régimen chino. No sólo con Taiwán sino con el resto de regiones que de alguna manera esgrimen argumentos independentistas, el Tíbet y Xinjiang son los mejores ejemplos junto con Taiwán. Pero por supuesto China no va a renunciar ni ahora ni nunca a Taiwán, no sólo por una cuestión histórica sino sobre todo por una cuestión geoestratégica: Taiwán está situado en una zona de paso de los cargueros que suministran el petróleo de Oriente Medio y de África hacia China –hay que recordar que entre un 70 y un 80% del petróleo que consume China es importado– y Japón, que es el gran competidor de China en la región.

Para EEUU, tener a Taiwán como aliado y poder desplegar parte de su arsenal, que se materializa en esta venta de armas, significa tener un punto de apoyo fijo, un territorio a tan solo 90 millas náuticas de China. Entonces el efecto que tiene esto, aunque sólo sea un efecto disuasorio, es muy importante.

JAE – Salvando, obviamente, las distancias y el tiempo, vale recordar por ejemplo que cuando Uruguay restableció las relaciones con China en la década del 80 debió romperlas con Taiwán justamente por exigencia del país chino. O sea que está claro que esta posición antagónica, esta posición de atención de parte de China, tiene muchos años, ¿no?

HA – Sí, como tú dices, China exige a todos los países que quieren mantener lazos diplomáticos con ese país que rompan inmediatamente el reconocimiento internacional que tiene Taiwán. Esta política, acompañada del crecimiento chino y de la mayor influencia china en la sede internacional, ha dado sus frutos; en los últimos años hay muchos países –el ejemplo más claro es el de Costa Rica– que han decidido "cambiar de bando" y reconocer a China en vez de Taiwán por razones que comercialmente son evidentes.

Hoy en día solo quedan 23 países –en su mayoría en Centroamérica y algunos pequeños Estados de África– que siguen reconociendo a Taiwán; es una tendencia que se va a seguir acelerando sin ningún tipo de duda porque China hoy en día avanza hacia ser la segunda economía mundial y aunque invertir en este país es difícil el mercado chino es muy jugoso para las empresas.

JAE – Y con respecto a esta suspensión de los intercambios militares entre China y EEUU, ¿qué magnitud tienen, qué efecto concreto puede llegar a generar? ¿O es simplemente una señal que el gobierno chino quiere enviar a EEUU?

HA – Hay que recordar que no es la primera vez que China decide romper, aunque sólo sea un suspender temporalmente, los lazos militares con EEUU, esto ya había sucedido en el segundo mandato de la administración de George W. Bush.

Lo que sí es la primera vez que sucede es que China amenaza con sancionar a las empresas estadounidenses que vendan armamento a Taiwán. Esto tiene mucha importancia sobre todo en el caso de la empresa Boeing, que además de vender armamento –en este caso son aviones militares– también vende todo lo que es aeronáutica civil; en un mercado en plena expansión como China, donde cada año hay decenas de millones de viajeros que se suman a la demanda de viajar por China, Boeing tiene aquí mucho que perder.

China por el momento sólo ha amenazado, no ha puesto sobre la mesa las reacciones concretas. Yo creo que se van a materializar, van a ser acciones tímidas pero se van a materializar porque en China hoy la prensa destaca que hay que seguir con esta política dura, que hay que enviar un signo de firmeza a EEUU de que ya no es la única superpotencia, de que EEUU ha provocado una crisis de la que está saliendo muy tímidamente mientras que China ha salido reforzada económicamente y también a nivel de credibilidad internacional, y de que China no va a dejar a EEUU hacer y deshacer como quiera con el tema de Taiwán.

JAE – ¿Qué puede esperarse que ocurra durante los próximos meses en las relaciones diplomáticas entre los dos países?

HA – Lo cierto es que es bastante imprevisible porque hace cuatro o cinco meses la visita de Obama dejó a todo el mundo con un sabor de boca bastante bueno, todo el mundo tenía en mente que EEUU avanzaba hacia un acercamiento con China en cuestiones comerciales y militares que son los dos puntos más espinosos. El presidente estadounidense fue muy criticado por ser incluso hasta conciliador con el régimen chino, que como sabemos no respeta los Derechos Humanos, entre otros temas. Pero parece que la administración de Obama ha dado un giro de 180 grados –no sólo con el tema de Taiwán sino también con el caso Google–, se ha mostrado muy poco flexible y ha atacado directamente a China.

Yo creo que las relaciones entre dos países de tanta importancia como China y EEUU no van a tener ningún sobresalto mayor. Lo que sí es cierto es que peligra ese entendimiento que Obama quería tener con China en cuestiones internacionales como Irán, Corea del Norte, y sobre todo con el tema climático, en el cual es tan importante que los dos países que más contaminan el planeta estén de acuerdo.

Creo que China va a responder dejando de apoyar la visión estadounidense en cuestiones como éstas, como Irán quizás, y no apoyando tanto a EEUU en la cuestión de Corea del Norte. Luego verá cómo reacciona la administración Obama y si en los próximos meses hay gestos por parte de Washington para un poco agasajar a Pekín.

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