La derrota de Sharon
Contacto con Ana Jerozolimski, desde Israel.
(Emitido a las 08.55)
JOSÉ IRAZÁBAL:
El partido oficialista de Israel, el Likud, rechazó en un referéndum la retirada israelí de Gaza. El resultado constituye un revés para el primer ministro Ariel Sharon quien, aunque reiteró que no renuncia, ve complicada su gestión.
Según el escrutinio oficial la consulta partidista dio un rechazo rotundo: 59,5 por ciento se manifestó en contra de la retirada, mientras que sólo el 39,7 por ciento le dio el sí.
"Lamento los resultados de la votación pero los voy a respetar -afirmó Sharon-; sé que son muchos los israelíes que apoyan mi plan y que como yo se sienten decepcionados."
Para analizar este resultado, estamos en contacto con Ana Jerozolymski, nuestra corresponsal en Israel.
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Ana, ¿qué es lo que está planteando Sharon al haber perdido el domingo el referéndum que hizo el Likud?
ANA JEROZOLYMSKI:
Aquí hay un mensaje doble: por un lado una evidente situación complicada de Sharon por esa derrota rotunda en el Partido Likud y, por otro, la aclaración de que no se puede paralizar los intentos de hallar una solución con los palestinos por lo que sucedió el domingo.
Según fuentes de los colonos -la población de los asentamientos israelíes, más que nada en la franja de Gaza, pero también en Cisjordania- Sharon está hablando de un plan alternativo. De hecho fuentes allegadas al propio Sharon lo dijeron ayer, pero hoy fuentes de los colonos alegaban que en ese plan alternativo se está hablando de lo que presentaríamos como una minirretirada, o sea ya no una salida de la totalidad de los asentamientos de Gaza y dos al norte de Cisjordania, sino sólo de cinco asentamientos, los dos de Cisjordania y otros tres ubicados en forma más aislada en la franja de Gaza. Lo interesante es que los colonos informan eso y al mismo tiempo aclaran: "Eso para nosotros tampoco es aceptable".
JI - ¿Qué opciones le quedan a Sharon después de este revés del domingo?
AJ - Las opciones son varias pero no todas parecen viables políticamente hoy. Por un lado lo inmediato podría haber sido una dimisión de Ariel Sharon, algo que él desde un principio descartó después de conocer el resultado del referéndum en el Likud. Dijo claramente que va a seguir guiando los destinos del país. Otra opción era dirigirse al presidente para que llame a nuevas elecciones, o sea tratar de formar una coalición alternativa a través de nuevas elecciones. Esto no es tan descartable como la dimisión, en principio el adelanto de las elecciones está en el horizonte como una de las opciones, pero Sharon prefiere por ahora seguir maniobrando en la coalición actual. Y está el tema de una consulta a nivel más amplio, no un referéndum dentro del Likud sino un plebiscito a nivel nacional. En ese sentido tanto socios de Sharon en la coalición, más que nada el partido Shinui, que es su principal socio desde el punto de vista numérico, como el jefe de la oposición laborista Simon Peres, dijeron después de la derrota en el Likud que no puede ser que un tema tan importante para todo el país, para todo el pueblo de Israel, sea determinado en el marco de una consulta interna en el Likud, dando a entender que la consulta tiene que ser mucho más amplia. Aquí está la opción del plebiscito y la opción del plan alternativo, pero Peres, que suele tener resúmenes que son titulares de las situaciones por cómo las evalúa, dijo una frase interesante: "Si Sharon elabora un plan que pueda ser aceptado por los que rechazaron el anterior en el Likud, eso significa que el plan no es serio; si el plan es serio el Likud no lo va a aceptar". Quizás sea una presentación un poco simplista, pero se refería a la problemática interna. Para terminar el tema de las opciones, Sharon puede elaborar un plan alternativo en consulta tanto con ministros del Likud como con los socios de la coalición; es lo que está haciendo.
JI - Quedan muchas preguntas flotando después del resultado del domingo, por ejemplo ¿qué significa esta derrota en la interna?
AJ - Ante todo un golpe para Ariel Sharon. En Israel siempre se dijo que Sharon era el único que podía desmantelar los asentamientos por ser considerado un líder conservador, un primer ministro de un partido de derecha -aunque el Likud es un mosaico, no hay sólo de derecha, como apareció en el referéndum, hay también muchos elementos de centro-. Si ahora él pierde un referéndum de este tipo, ¿qué quiere decir? ¿Acaso no se puede llegar a un acuerdo que inevitablemente incluya retiradas? Es un golpe para su prestigio y para su capacidad de maniobra no sólo en el plano político interno sino también ante Estados Unidos. Ayer llegó un mensaje a Israel diciendo que el plan de retirada debe seguir adelante, tomando el plan fracasado como algo que podía complementar la casi olvidada hoja de ruta, no como algo que la hace morir totalmente.
JI - La gran pregunta que queda es si esto le pone fin al proceso de paz o si en realidad comienza un nuevo tipo de negociación.
AJ - Pienso que no es el fin. "Proceso de paz" aquí es un concepto problemático, recordemos que el plan de retirada de Gaza no fue producto de negociaciones con los palestinos sino una decisión unilateral de Sharon al haber llegado el gobierno todo, según él, a la conclusión de que en la situación actual no se puede llegar a un acuerdo con los palestinos, no se puede negociar. Pero concretamente, no es el fin del propio plan. Sharon dijo claramente, después de conocer el resultado del referéndum: "La mayoría de la ciudadanía israelí no me eligió para que me quede cuatro años sentado, cruzado de brazos, sin hacer nada; me ha elegido para que traiga paz y seguridad, que es lo que voy a seguir buscando". ¿En qué términos, con qué nuevo plan, exactamente qué va a proponer? Esas son otras preguntas que nos darán mucho que hablar, pero evidentemente dice que el plan de retirada o la opción de avanzar incluyendo la retirada de los territorios no se detuvo por el referéndum en el Likud.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe