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Entre controles militares y conflictos sociales, Concepción retoma su ritmo habitual

Entre controles militares y conflictos sociales, Concepción retoma su ritmo habitual

Contacto con Horacio Brum, colaborador de En Perspectiva en Chile


(emitido a las 8.30 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
A 11 días del terremoto que golpeó a Chile, la ciudad de Concepción, una de las más afectadas, comienza a normalizarse.

A pesar de la presencia de militares y el toque de queda, los habitantes de Concepción empiezan a salir a las calles y los comercios poco a poco reabren sus puertas.

La semana pasada les proponíamos algunas primeras impresiones sobre lo ocurrido desde Santiago. Esta mañana vamos a conocer esta situación de primera mano con el periodista uruguayo Horacio Brum, colaborador de En Perspectiva, quien en estos días se encuentra en la ciudad de Concepción.


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JAE – Te pido brevemente presentar Concepción, dónde está ubicada, qué características tiene.

HORACIO BRUM:
Concepción está a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, es la segunda ciudad más importante del país y en el casco urbano tiene aproximadamente unos 500.000 habitantes. Pero lo que hace que sea también una ciudad muy afectada en términos económicos por el terremoto es que forma una especie de conglomerado con dos puertos que están sobre el Pacífico, el puerto de San Vicente y el puerto de Talcahuano, una zona que es un polo industrial muy importante. Y Concepción junto con ellos también forma el centro de la industria forestal y de la industria pesquera, dos de los pilares básicos de la economía chilena.

JAE – ¿Cómo es la vida hoy en Concepción? ¿Cómo se convive con los militares, cómo se está moviendo la población en este escenario tan particular?

HB – Ya en los últimos dos días podríamos decir que al menos en las mañanas no nos ha despertado el silencio del toque de queda sino el ruido de los ómnibus de locomoción colectiva, porque el toque de queda se ha ido ampliando poco a poco justamente para permitir una mayor circulación de la gente y un mayor acceso a alimentos y demás.

EMILIANO COTELO:
¿Cuántas horas está durando ahora el toque de queda?

HB – Ahora dura desde las 21.00 hasta las 6.00 de la mañana, inicialmente duraba desde las 18.00 hasta el mediodía del día siguiente.

EC – Sí, llegó a ser de 18 horas.

HB – Exactamente. De manera que ha habido un cambio notable, en la mayor parte de la ciudad están restaurados los servicios básicos, excepto por el gas que es el único que está faltando todavía. Pero en general la vida está volviendo a la normalidad, eso sí, por supuesto, dentro del ámbito del toque de queda y del control militar que se ejerce en esta ciudad, las patrullas militares, los controles militares bastante severos, especialmente en las zonas periféricas de la ciudad que fueron escenario también de las principales escenas de saqueo.

JAE – ¿Por ejemplo controles de qué tipo?

HB – Se puede ver en el centro, cuando uno circula en cualquier horario de oficina, un convoy militar compuesto por un camión con varios soldados seguido por un vehículo tipo Hummer –de esos que se hicieron famosos en la guerra de Irak– con un soldado asomando por el techo con una ametralladora pesada. En las farmacias, en los supermercados y en las estaciones de nafta, hay permanentemente dos soldados de guardia con fusiles. Esos son los principales controles, la principal visión que uno tiene del control militar.

JAE – ¿La gente acepta esto?

HB – La gente acepta esto porque de hecho inicialmente –hay que decirlo–dieron la bienvenida a los militares por la situación de descontrol social que se había generado a raíz del tema de los saqueos. La gente convive con los militares, en algunos lugares los aplaudieron cuando llegaron y los ven como una garantía de orden frente a la situación inicial que se produjo, en la que no había aparentemente ninguna capacidad de control de parte de las fuerzas policiales en las cuales inicialmente el gobierno de Bachelet había querido confiar para mantener el orden.

JAE – Justamente sobre el tema de los saqueos podríamos decir que hubo sensaciones o informaciones encontradas. En un principio se decía que era gente humilde motivada por el hambre y la desesperación la que estaba detrás de estos acontecimientos, pero después se mostraron imágenes de gente con televisores, heladeras y otros electrodomésticos que habían ido a los locales comerciales a quitar estos productos. ¿Qué se maneja ahora con respecto a quienes participaron en los saqueos?

HB – Sobre la base del número de detenidos que ha habido la policía está tratando de hacer un estudio social, porque esto es algo que ha golpeado mucho a una sociedad que se creía gran respetuosa del orden, defensora del orden, y que incluso vendía esa imagen al exterior...

JAE -...es que eso es lo que debe haber sorprendido más todavía hacia fuera, ¿no?

HB – Claro, porque Chile vendía y mantenía muy cuidadosamente una imagen de país sólido, de país confiable, de país ordenado, de gente respetuosa de la ley y de pronto nos encontramos con esto. Y lo que está sucediendo en el análisis sociológico que está haciendo la policía es que por lo menos el 90% de la gente que participó en estos saqueos no tenía antecedentes penales, estamos hablando de gente normal. Y lo que cuentan también testimonios visuales es que había gente de todas las clases; los más pobres sí se puede decir que retiraban alimentos, pañales y demás pero posteriormente se vio llegar vehículos, camionetas importantes. El intendente de la región –que es el equivalente a un gobernador de un Estado– dijo: "Vi señoras que venían en camionetas 4x4 a llevarse cosas".

Eso habla de un fenómeno de descomposición social mucho más extenso, en el cual habría que buscar las causas –más allá de la pobreza– en lo que es la realidad del modelo económico chileno. Es un modelo que se ha basado mucho en fomentar el consumismo y en una falsa ilusión de prosperidad que gira entorno al crédito.

JAE - ¿Cómo es eso?

HB – Aquí en Chile la gente practica lo que en Uruguay en la jerga popular denominamos "la bicicleta", o sea la gente va viviendo endeudada, tiene muchas tarjetas –porque dada la solidez económica todas las tiendas dan tarjetas de crédito para comprar– y así van viviendo el mes. Eso nos muestra, como sucedió aquí en Concepción, que cuando llega fin de mes prácticamente no quedan reservas de alimentos en la casa para poder subsistir por ejemplo esos primeros dos días del desastre del terremoto.

Entonces por un lado tenemos a la gente pobre que realmente vive al día en ese sentido y que además fundamentalmente tiene trabajos de tipo temporal y tercerizados, porque buena parte de la economía chilena se basa en ese tipo de trabajo, que aquí en Concepción tiene mayor relevancia dado el asiento de la industria forestal. Y la gente de clase media también llega a fin de mes con severos problemas de abastecimiento y de efectivo, es gente que muchas veces tiene que vivir de adelantos de sueldo para llegar al mes siguiente y así continúan en esa bicicleta.

JAE – Tú comentabas sobre dos sectores de la economía que son claves para la zona: el sector forestal, muy dañado, y el de la pesca, también afectado por este terremoto y por el tsunami que vino horas después. ¿Qué se puede ver en cuanto a los trabajadores, qué pasa con la mano de obra, qué pasa con la gente que en definitiva hoy no tiene adonde ir a trabajar?

HB – Yo te comentaba anteriormente que buena parte de este sector está tercerizado y una cosa que llama la atención al entrar a la ciudad es la presencia de hombres en las esquinas que no se sabe exactamente qué están haciendo, sentados en grupos, tomando cerveza buena parte de ellos; ellos son la mano de obra que ahora se encuentra desocupada, en su mayor parte son pescadores o trabajadores forestales que ya antes de todo esto tenían ingresos ínfimos en proporción a lo que se necesita para vivir en Chile. Gente que tenía que sobrevivir con 150-200 dólares mensuales –un trabajador forestal–, de modo que ahora se encuentran sin ningún tipo de sustento, sin ningún tipo de trabajo hasta que se reanuden las actividades. Se calcula que la industria pesquera por ejemplo va a demorar varios meses en restablecerse, no solamente por la ruina de la flota sino también por la ruina de las plantas empacadoras, fileteadoras y demás. Esa es la gente que en este momento se encuentra en mayores problemas.

Y a eso hay que agregar otra cosa que fue visible hace un día y medio cuando abrieron los bancos: las colas que se formaban fueron realmente enormes y lo que llamaba la atención era que principalmente la gente más bien humilde era la que acudía a los bancos. ¿Por qué? Porque Chile tiene un sistema de pago de subsidios por tarjetas bancarias, de esas que sirven para los cajeros automáticos, y es un país en el cual una gran cantidad de la gente, entre un 20 y un 30%, depende de los subsidios del gobierno que son entregados de esta manera.


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