Internacionales

Golpe al poder ruso en Chechenia

Informe de Mauricio Rabuffetti.

(Emitido a las 08.08)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Una bomba mató ayer al presidente checheno, Ahmad Kadyrov, cuando presenciaba un desfile de tropas durante el acto de conmemoración de los 59 años de la victoria rusa sobre el ejército nazi. Kadyrov, de 52 años, murió en este atentado que aún no ha sido reivindicado, junto a otras 31 personas. Otras 50 quedaron heridas, algunas de ellas de suma gravedad. Mientras se producía este ataque también el presidente ruso, Vladimir Putin, participaba en Moscú de un acto similar de conmemoración; Putin prometió que habrá represalias contra los autores del atentado.

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Estamos ahora con Mauricio Rabuffetti. Comencemos por explicar por qué se trata de un golpe al poder ruso en Chechenia.

MAURICIO RABUFFETTI:
Después de varios años de conflicto, después de dos guerras, el poder central de Moscú logró instalarse en Chechenia, donde existe un fuerte movimiento separatista. Kadyrov, este presidente que fue asesinado ayer, representaba justamente el poder del Kremlin en Chechenia, era un aliado de Moscú, a pesar de que combatió junto a los separatistas chechenos durante la primera guerra, que estalló en 1994, durante el mandato de Boris Yelstin, y terminó en 1996. Luego Kadyrov dejó el movimiento separatista y pasó a trabajar a favor de la permanencia de Chechenia en la Federación Rusa. Y se volvió archienemigo de los separatistas que en varias ocasiones habían intentado matarlo. Ayer una biografía de Kadyrov publicada por el diario español El Mundo indicaba que se había vuelto enemigo del separatismo checheno no sólo por su afinidad con el gobierno central, sino también porque rechazaba la charia o ley islámica que los separatistas chechenos pretenden imponer en Chechenia en caso de tomar el poder. Kadyrov era presidente de Chechenia desde octubre del año pasado.

JI - Kadyrov "ha partido sin ser vencido", dijo Putin según la agencia rusa Interfax citada ayer por el diario español ABC. No se sabe de todos modos si se trata de un atentado cometido por separatistas chechenos.

MR - No; por lo menos hasta ahora la información que ha llegado no habla de reivindicaciones de ningún tipo. De todos modos, si para algún grupo Kadyrov era un blanco político, lo era para los separatistas chechenos que veían en él un símbolo del intervencionismo ruso en esta república ubicada en la zona central del Cáucaso. El presidente Putin atribuyó la autoría del atentado en sus primeras declaraciones públicas precisamente a los rebeldes chechenos.

JI - ¿Podemos tener alguna idea de cuál puede ser el impacto de este atentado en lo que es la presencia del gobierno ruso en Chechenia?

MR - Por ahora lo que tenemos son algunos elementos primarios. Evidentemente, se trata de un golpe muy fuerte al poder del gobierno central de la Federación Rusa en Chechenia. Es un atentado que además, por la información conocida en las últimas horas, fue largamente planificado. Aparentemente había explosivos insertados en la estructura misma del Estadio Dinamo de la ciudad de Grozny durante tareas de remodelación que tuvieron lugar en los últimos tres meses. Es decir que se trataría de explosivos que estaban latentes, por decirlo de alguna manera, esperando el momento preciso para detonar.

JI - Son impactantes las imágenes de la conmoción, del caos, del miedo que generó en la gente allí presente; además las imágenes de la televisión tomaban el desfile militar cuando se produjo la explosión, y segundos después se observa a Kadyrov prácticamente destrozado, con la cara ensangrentada.

MR - Al haber cámaras se pudo ver con lujo de detalles lo que fue esa explosión. A eso se suma además que murieron muchas personas que estaban allí circunstancialmente, como ocurre siempre en estos casos, como un fotógrafo checheno de la agencia Reuters, Adlan Jasanov. Uno de los heridos graves fue el jefe de las tropas rusas en Chechenia, Valery Baranov.

Pero para redondear tu pregunta sobre lo que puede acontecer en las próximas horas, creo que hay un elemento importante que permite tener una idea de la actitud que, a priori, parece decidido a asumir el gobierno de Putin. Recordemos que Putin considera a los separatistas chechenos como terroristas y no como una milicia separatista estrictamente. La decisión que tomó ahora el presidente ruso fue designar al jefe de gobierno de Chechenia en funciones, Serguei Abramov, como presidente interino en Chechenia.

JI - Eso a contrapelo de lo que pedían algunos sectores, que era una intervención presidencial directa en Chechenia.

MR - Sí; esa es la otra posibilidad: que ocupe el poder un enviado del presidente ruso directamente. Pero el problema con esa alternativa, que seguramente es lo que quiere evitar el gobierno de Putin, es que de ese modo se daría definitivamente por tierra con el gobierno checheno actual que, a pesar de la polémica en torno a las elecciones celebradas en octubre, en las cuales resultó electo Kadyrov, provenía del voto y no de una designación directa. Nombrar a un interventor sería de alguna manera borrar de un plumazo el proceso electoral para instalar una administración directa en manos de Moscú, lo cual sería reconocer explícitamente que Chechenia no puede funcionar como República autónoma dentro de la Federación. Entonces, con esta decisión de nombrar como presidente interino al jefe de gobierno checheno, Putin trata de no conceder a los separatistas una victoria política como sería terminar con el gobierno checheno para poner en su lugar a alguien designado desde Moscú, algo que daría argumentos adicionales a los independentistas.

JI - De alguna forma entonces hablamos de un mayor interés de Moscú en mantener influencia en Chechenia a través de aliados directamente chechenos y no tanto a través de un mandatario designado.

MR - Exactamente. Además, está claro hace mucho tiempo que para el gobierno ruso tomar directamente el control del gobierno checheno, es decir intervenir en forma directa en una república tan inestable, implicaría sufrir con mucha más fuerza todavía las repercusiones de nuevos actos terroristas si éstos ocurren. Digamos que la responsabilidad sería mucho más directa, y por ende el eventual costo político para Putin mucho mayor.

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Edición: Jorge García Ramón