(emitido a las 8.32 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
La deuda griega sube, su rendimiento baja. Esto tiene que ver con Alemania y en particular con su canciller, Angela Merkel, que llamó ayer a acelerar las negociaciones en curso entre el gobierno, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre el saneamiento de las finanzas de Grecia para activar lo antes posible el plan de ayuda a ese país.

Esta novedad se conoció luego de que Merkel mantuviera un encuentro en Berlín con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, y también con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet. Esto provocó cierto alivio en la Eurozona y está impactando en los principales indicadores.

EMILIANO COTELO:
Sí, recordemos que la canciller alemana era la "dura" en esta historia, era la que se mantenía en la posición más intransigente, con lo cual incluso había generado varios rechazos en Europa porque se entendía que estaba poniendo en riesgo un contexto muy delicado.

JAE – Es más, se había especulado que Alemania pensaba habilitar este préstamo a Grecia después de las elecciones del 9 de mayo, que son clave para el gobierno de Merkel.

Pero además el monto, cuánta plata necesita Grecia para salir adelante, también está arriba de la mesa. En algún momento se hablaba de 30.000 millones de euros y hoy se habla de 120.000 millones, una diferencia de 90.000 en dos semanas.

Esta mañana les proponemos trasladarnos a Alemania para conocer cómo se ha venido discutiendo este tema. Alemania es clave en la decisión. El contacto es con Julio Segador, periodista de Radiodifusión Bávara, ubicado en Munich.


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JAE – ¿Por qué el gobierno de Alemania ha jugado un rol duro dentro de la Unión Europea con respecto a la ayuda a Grecia?

JULIO SEGADOR:
Históricamente Alemania ha sido uno de los países líderes en Europa. Lo ha sido, lo es y por eso siempre expresa sus intereses de forma bien clara.

Y Alemania es, junto con Francia, el país que paga la mayor cantidad al fondo europeo financiero, por su número de habitantes y también por su fuerza industrial.

Es decir que esto es plata alemana, mucha plata alemana que va a ir a Grecia y por eso el gobierno mira qué es lo que se hace con esta plata, si simplemente la malgastan los "países pobres" de la Unión Euopea –Portugal, Grecia, Italia– o es plata que está bien invertida. Eso es lo que pasa aquí en este momento, por eso creo que la posición alemana es dura pero tiene motivos.

JAE – ¿De cuánta plata estamos hablando?

JC – Estamos hablando de las cifras que conocimos ayer: 130.000 millones de euros en tres años. Más o menos un 22% de esta cifra viene de Alemania, son muchos miles de millones de euros.

JAE – Ayer se dijo que la definición de Alemania se adoptaría tras las elecciones del 9 de mayo, ¿qué pasa ese día en particular?

JC – El 9 de mayo aquí en Alemania, en la región de Renania del Norte-Westfalia, hay elecciones. Es la región con más habitantes, con más industria y por eso tiene también cierto significado para el resto del país. Pero yo creo que este problema de Grecia no influye, porque el problema es evidente y los políticos saben que no pueden esperar a esta fecha para tomar decisiones sobre cuánto dinero va a dar Alemania. Tiene que estar antes, Grecia necesita esta plata y los líderes políticos lo saben, la situación está difícil.

En el Parlamento Nacional en Berlín tenemos cinco partidos y ninguno de estos va a usar la elección del 9 de mayo como una arma política. Hay que ayudar a Grecia porque sino el problema será más grande y afectará a Alemania más aún que si no se ayuda.

EC – ¿Pero efectivamente el factor electoral estuvo detrás de la reticencia de Angela Merkel en estos días? Porque se insistió mucho en ese sentido. ¿Ahora hubo un cambio de posición porque lo de Grecia se complicó más?

JC – Así es, los políticos se han dado cuenta que no se puede esperar. Y otra cosa es la opinión pública, una opinión que está en énfasis con los periódicos grandes. Cada día aquí se puede leer la pregunta "¿por qué tenemos que pagar nosotros?". Pero el problema es muy complejo y yo creo que la tarea que tiene Angela Merkel es explicarle al pueblo por qué es tan necesario ayudar a Grecia. Y lo repito, el problema será más grande y le costará más a Alemania más si no se ayuda. Esta es la tarea que tiene ahora la canciller, tiene que explicarle al pueblo alemán este problema.

JAE – ¿Y la sociedad civil está entendiendo esto? ¿Cómo está viviendo el problema de Grecia?

JC – Es difícil porque la gente se pregunta por qué somos nosotros los que tenemos que sacarle las castañas del fuego a los griegos. Es un país donde mucha gente durante muchos años no ha pagado impuestos, donde hay cantidad de corrupción, donde los funcionarios cobran 14 sueldos al año aunque el año sólo tiene 12 meses. Es difícil, la gente no lo comprende.

Es un poco parecido también al problema que tuvimos con la crisis mundial financiera. Porque aquí los estados también han pagado para los fallos de los bancos y también la gente se ha preguntado por qué el pueblo con sus impuestos tiene que sacarle las castañas del fuego a los bancos, algo parecido a lo de Grecia.

Las consecuencias serían más grandes y esto es lo que ahora los políticos le tienen que explicar al pueblo alemán, pero mucha gente aquí no lo entiende.

JAE – Tal vez lo que también está en el fondo es que además de compartir el bloque económico, la Unión Europea como tal, también comparten la unión monetaria, que es una sociedad mucho más estrecha entre las economías. Por eso la preocupación que tiene Alemania por Grecia y en general todos los países de la zona euro. ¿Hay algún cambio de actitud de la gente, se está cuestionando la ciudadanía el hecho de haber formado la unión monetaria?

JC – No, porque hasta ahora yo creo que todos los países miembros de la Unión Europea han tenido ventajas con el euro. Ha sido un conjunto económico-financiero pero más que nada –y lo puedo decir por mi propia experiencia– viajar por Europa sólo con una moneda es una ventaja grandísima. Yo creo que ningún país miembro de la Unión Europea quisiera volver al pasado y tener otra vez monedas propias. No, esto ha sido una ventaja, ha sido un paso muy grande que ha dado Europa a partir del 2002 con el euro.

El problema es que hemos tenido años donde el sistema ha funcionado muy bien, y ahora por primera vez nos damos cuenta aquí en Europa que también tenemos que llevar los problemas juntos. Esa es una tarea que los estados europeos tienen que aprender.

Pero yo creo que si salimos del problema de la crisis que hay actualmente en Europa con los países como Grecia –y pronto vamos a estar con Portugal, Italia, quizás con España–va a salir ganando Europa también. Porque no sólo si todo va bien tenemos éxito, sino también en los momentos malos. Y yo creo que al final le va a ayudar a Europa.


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